Capitulo 57 / bañadores

Todos los muchachos de la isla, a medida que subían de edad o ascendían de nivel con nuevas prácticas sexuales, recibían un bañador de diferente color que marcaba sus grados

El level up 5 (del que no hemos hablado), te daba acceso a dador de nivel 1 / bañador turquesa.

Todos los muchachos de la isla, a medida que subían de edad o ascendían de nivel con nuevas prácticas sexuales, recibían un bañador de diferente color que marcaba sus grados: el primero era el beige (cuando dejaban de ser virgenes analmente, normalmente con un dildo de tan sólo 9 centímetros), un año después el naranja, un año después el amarillo, el blanco lo recibían cuando descargaban semen por primera vez (recordemos que todos empezaban mamando o siendo follados y que tardaban tiempo en poder follar), verde, violeta, marrón, rojo, azul claro, azul oscuro y negro… Pero había bañadores especiales que indicaban que los muchachos habían superado diferentes pruebas sexuales.

Cuando un muchacho era follado por un negro recibía un bañador rosa (que indicaba que ya era capaz de recibir penes de gran tamaño). Cuando el chico era follado a la vez por tres personas (gang bang) recibía un bañador azul fosfórito. Cuando era follado por dos penes a la vez recibía uno verde fosfórito, y cuando tenía sexo con un animal de tamaño mediano obtenía el verde turquesa.

Los de mayor nivel (color plata) eran cuando alguien era follado por un animal grande o salvaje, y el máximo nivel (color oro –que no se lo había visto a nadie–) era cuando alguien era follado por un robot.

El máximo nivel al que se podía saltar con los ‘level up’ era el 5 y obtenías con él el bañador turquesa. (¡¡Y lo conseguías sin tener sexo con ningún animal!!)

Muy poca gente accedía a este nivel. De hecho como habéis visto con Tim, el nivel 4 era muy difícil de pasar.

Para superar el nivel 5 te tenían que inyectar 250 c.c. de un fluido blanco lechoso en el interior de tu ano con una jeringuilla de 4 centímetros de grosor y 22 centímetros de largo. Para ello la postura que debías adoptar era de rodillas encima de la camilla, cabeza abajo, juntando la cabeza con las rodillas y poniendo el culo en pompa. Muy pocos o casi nadie eran los que superaban esta prueba, pero Leroy lo quiso intentar. Leroy era un chico alto, de 22 años, negro de piel y pelo ensortijado, cuerpo de atleta, fibrado, y polla super larga –como corresponde a alguien de su raza–. Su pene era más o menos del mismo tamaño que la jeringuilla… bueno 21 centímetros de largo… (aunque los había de 25 centímetros y 5 de grosor, pero normalmente los metían en chicos incautos o muy dados de sí y no los solían probar entre ellos.) De hecho Leroy era del clan de los dadores y no solía recibir cosas en su ano, sino empotrar a pobres blancos con el ano muy dilatado y dado de sí, que ya habían probado a ser follados por bestias salvajes.

Leroy iba dispuesto a subir a este nivel para follarse a todo el que pudiera. Pero en esta sociedad para follar primero había que ser follado y superar una prueba… y esta prueba, para él, estaba a punto de comenzar.

Sabía que se tenía que dejar hacer… Y se imaginaba lo que le esperaba. Así que con paciencia y resignación, se subió a la camilla de rodillas. Bajó su cabeza hacia adelante levantando el culo, dando completo acceso a él al doctor que no lo ató ni nada: o se dejaba hacer relajado o no había nada que superar. Leroy aguantó como un campeón los 22 centímetros de jeringa de líquidos, cargada de cuarto de litro de fluidos que se iban a insertar en lo profundo de su ano. El grosor de la jeringa era tal que cuando accedió a su ano le erectó poniéndole a cien. Y cuando la jeringa llegó a los 22 centímetros Leroy se corrió sobre la camilla (semen que el doctor cargó en otra jeringuilla de líquidos sin aguja y que dejó en la mesa metálica de al lado). Fue cuando el doctor empezó a inyectar los fluidos en el ano de Leroy el momento más complicado… era gran cantidad… El pene de Leroy no se desempalmaba. Es más, volvió a manar precum.

En unos instantes que se hicieron eternos todo el contenido de la jeringa estaba dentro del ano de Leroy… que sin sacarse la jeringa de su ano saltó de la camilla, pillando al doctor por sorpresa. Cogió con su robusto cuerpo al doctor, le arrancó los pantalones hacia abajo, inmovilizándole al dejárselos en los tobillos, y le empotró contra la pared, y con la jeringa aún en el culo, se lo folló contra la pared corriéndose dentro del doctor que se quedó paralizado.

Leroy se puso en cuclillas y apretó el émbolo de la jeringa mide líquidos, autoinyectándose todo su contenido en su culo. Luego se sacó la jeringa del culo y salió del cubículo dejando allí al doctor, exhausto. Había superado con creces la prueba.