Capitulo 5: ¿Que apostamos? parte 2

Por la cabeza de Lucas pasan infinidad de pensamientos en muy poco tiempo...

Lucas al leer esas tres palabras se quedo parado, como congelado, “ dame un beso ” ¿qué quería Cristian con eso? se preguntaba a sí mismo, si, estaba claro que lo que quería era un beso, pero… ¿se había Cristian confundido con lo que había pasado ese fin de semana?, ¿se podía haber enganchado Cristian de el? Un montón de cosas pasaban en ese momento por la cabeza de Lucas, el chico, volvió a doblar el papel, lo dejo nuevamente sobre la mesa y se dirigió a su cuarto, por el camino escuchaba caer el agua en la ducha del baño, con un rápido movimiento, recogió la toalla que había usado por la tarde para secarse, un bóxer limpio del cajón y se dio la vuelta para encaminarse a la ducha de la terraza. Abrió el grifo de la ducha, dejó caer un poco de agua y rápidamente se metió debajo, a ver si con el fresco del agua conseguía calmar los nervios que le habían producido leer ese dichoso “Post-it”.

La ducha fue rápida, apenas dos minutos, cortó el agua, dejo que el exceso de agua escurriera de su cuerpo y comenzó a secarse con la toalla, se secaba de manera delicada, comenzando por su cabeza, secándose el pelo, continuando por los hombros y los pectorales, haciendo pasar la toalla sobre su musculosa espalda y definidos brazos y terminando de secar sus piernas, bastante fuertes a causa del deporte, tanto el fútbol como el gimnasio habían ayudado a ello. Una vez se había secado la piel desnuda, se volvió a meter dentro del salón, se quito el bóxer que llevaba empapado y con la misma delicadeza que había secado su cuerpo momentos antes, comenzó a secarse sus partes intimas y su macizo culo, se puso rápido el bóxer seco y se llevo las manos a la cabeza, cerró los ojos y nuevamente, volvió la dichosa frase a su cabeza “ dame un beso ” tenía que hablar con Cristian, tenían que quedar las cosas claras, no podía tener una relación de amistad con un chico que podía estar como decirlo, enamorado de el… Lucas no sabía cuanto tiempo había estado absorto en sus pensamientos, con las manos en la cabeza, los ojos cerrados pero el agua de la ducha ya no sonaba hacía un rato y Cristian lo miraba desde el marco de la puerta.

Cristian estaba alucinado viendo el cuerpo semidesnudo de Lucas, cubierto únicamente por un bóxer, con la mirada repasaba todos y cada unos de los músculos de su vecino, le encantaba ver esos marcados abdominales, los bíceps, que ahora contraídos por la posición de sus brazos estaban tensos y se podía apreciar lo trabajados que estaban, las piernas, que aunque en reposo, tenían perfectamente marcados los cuádriceps y que se podía decir del paquete que le marcaba ese bóxer de color gris, que aun con el pene en completo reposo, poco podía disimular esa tela de un color que favorece que se aprecien todos los relieves. La mirada de Cristian era de deseo, no apartaba los ojos del chaval y, además, se mordía suavemente el labio inferior.

Finalmente Lucas, quito las manos de su cabeza y abrió los ojos, se dio cuenta de que Cristian lo miraba desde el marco de la puerta, al chico mas joven le dio el tiempo justo para cambiar la postura y dejarse de morder el labio, pero no para disimular las miradas. Lucas como avergonzado, se agachó rápido a recoger el pantalón corto del suelo, se giró como tratando de ocultarse a la mirada de su amigo y se lo puso, se puso rápidamente la camiseta y rompiendo el silencio incomodo que se estaba produciendo, le preguntó a Cristian:

–¿Qué te apetece cenar?– le pregunto Lucas a su amigo tratando de sonar lo mas normal posible para que su amigo no se diera cuenta primero que lo había pillado devorándole con la mirada y segundo que había leído el papel.

–Me da igual, algo rápido, no tengo tampoco mucha hambre– contesto Cristian agradeciendo que su amigo no se hubiera tomado a mal su escaneo de hacía unos minutos –Yo normalmente ceno fruta, o algo así, cosas ligeras, lo de ayer fue un extra– termino diciéndole a su amigo poniendo una sonrisa mientras Lucas se acercaba hacia el para dirigirse a la cocina.

Lucas entró en la cocina seguido de Cristian, abrió la nevera, saco el frutero y le propuso a su amigo preparar una macedonia de frutas.

–Me parece una idea genial, ¿en que te puedo ayudar?– le pregunto este tratando de sentirse útil.

–No te preocupes, ya lo hago yo, no me cuesta nada– le contesto Lucas a su amigo con una sonrisa en la cara.

–De verdad, insisto, déjame ayudarte en algo, que me siento fatal de que hagas tu todo– volvió a repetirle su amigo para ver si finalmente cedía y le dejaba ayudar en algo.

–Esta bien, si puedes hazme un favor, ¿puedes meter en la lavadora las toallas que hemos usado y la ropa que he dejado en el suelo de mi cuarto?, así la pongo y cuando venga mi madre está todo un poco mas recogido– esto ultimo lo dijo con tono de broma haciendo a su vez unos gestos con los ojos, sabía que su madre nunca iba a ver recogida la casa aunque se pegara todo un día para hacerlo.

–Claro, no hay ningún problema– le contesto Cristian a Lucas mientras se daba la vuelta y salía de la cocina para entrar primero en el cuarto de su amigo. Se agachó, cogió la ropa sucia que había en el suelo del cuarto de Lucas y vio que además de pantalones y camisetas, estaba el bóxer mojado con el que se había duchado por la tarde, lo cogió y casi instantáneamente su pene dio un pequeño respingo. Se dirigió a continuación al baño porque se acordaba de que estaba el bóxer que le había ayudado con la paja mañanera y por último fue al salón, donde estaba la toalla y el bóxer que acababa de utilizar para bañarse. Recoger tanta ropa interior de su amigo le estaba poniendo súper cachondo, y la idea de llevarse uno de los bóxer usados de Lucas le pasó momentáneamente por la cabeza, pero la desecho por miedo a que su amigo le pudiera descubrir… ya con la montaña de ropa usada en sus brazos, volvió a la cocina y le dijo a su amigo –Lucas, es todo de color menos los CalvinKlein que llevabas antes que son blancos, ¿meto todo en la lavadora?– le preguntó a su amigo antes de hacer nada.

–Sí, mételo todo, no creo que vaya a pasar nada– contesto Lucas, que la verdad, que no tenía mucha idea de poner lavadoras.

En ese momento, Lucas se percato de la camiseta que había cogido su amigo de su armario, una camiseta de DCshoes que le había regalado Elena por su cumpleaños y que era su favorita.

–Oye, cuídame esa camiseta como si fuera tu vida jajaja– le dijo Lucas a su amigo a modo de broma, –que es mi camiseta favorita y además, me la regaló Elena, como se entere de que te la he dejado me corta los huevos– terminó de decirle a Cristian guiñándole un ojo en plan amistoso.

–Joder, no lo sabía, es la primera que he visto te lo juro– dijo Cristian –espera, que me la quito y me pongo la mía de antes, que da igual–.

–No, que no hace falta hombre, que te lo he dicho porque me ha hecho gracia verte con esa camiseta, que al ser de tallaje americano ya es mas grande de la cuenta y a mi me encanta como me queda, pero a ti aun te queda mas grande y además te queda tremenda– termino de decirle Lucas a Cristian justo en el momento que con su mano detenía a su amigo que se estaba dando la vuelta para ir a cambiarse de nuevo.

–Cuando me vaya a ir me la quito y subo sin camiseta, total son 3 pisos en ascensor, no te preocupes que no me la llevo– le termino diciendo a Lucas.

–Que no, que no pasa nada de verdad, que no te lo he dicho por eso. Por cierto, ¿hay alguna fruta que no te guste o le pongo de todas?– le pregunto Lucas para cambiar de tema.

–Me gusta todo, ponle lo que quieras– respondió el mas pequeño sonriendo a su amigo.

Lucas terminó de preparar la macedonia, que era algo que le encantaba para cenar, fruta fresca, que, aunque calórica por el alto contenido en azucares, era genial para terminar el día e irse a dormir. Prepararon los cubiertos, pusieron la macedonia en dos boles enormes, se había pasado de cantidad y volvieron al comedor.

Estuvieron cenando y Cristian volvió a interrogar a Lucas con preguntas sobre la carrera, estuvieron charlando animadamente durante toda la cena y cuando terminaron, Lucas que no había parado de darle vueltas al dichoso papelito, saco valor y le acabo preguntando a Cristian.

–Oye, ¿qué pusiste en tu última apuesta, que querías desvalijarme esta vez?– le dijo en tono de broma, aun a sabiendas de lo que ponía en el papelito, para ver si su amigo se animaba a decírselo.

Con un rápido movimiento, Cristian agarro su “Post-it” y se lo guardó en el bolsillo, lo hizo aceleradamente y se notaba nerviosismo en sus gestos.

–Nada jajaja, esta vez fui menos agresivo en el desvalijo jajaja– le dijo el chico tratando de decir cosas creíbles. –Que me dejaras el “Red Dead Redemption 2”, que no lo he probado y he leído que es una pasada de juego– mintió Cristian para que su amigo no descubriera lo que ponía en el papel.

Lucas vio que no iba a conseguir que su amigo confesase y tampoco quiso presionarle, no quería que se lo tomara a mal y que se avergonzara, pero eso hacía que Lucas no parara de darle vueltas a la cabeza. Para disimular y seguirle la corriente a su amigo, Lucas se levantó del sofá, se acerco a la estantería donde estaban los juegos de la PS4 y cogió el “RDR2”, se acerco a su amigo y alargando el brazo le dijo:

–Toma, llévatelo, te va a encantar, es una pasada de juego, y oye, con confianza, si alguna vez quieres algún juego, pídemelo, que te lo dejo sin ningún problema– le dijo a su amigo sonriéndole.

Cristian cogió el juego y le devolvió la sonrisa a su amigo, pensando que había conseguido que su mentira fuera creíble y que su amigo no pensara mas en el “post-it”.

–Bueno, y ¿que vas a hacer esta semana?– le preguntó Cristian a su vecino –imagino que vuelve ya tu novia y tendrás ganas de pasar tiempo con ella–.

–Que va tío, no creo que vuelva todavía, su abuela está jodida y están en Zaragoza– le contesto –y encima mis amigos siguen de vacaciones, así que otra semana aquí solo– le dijo y al ver que el gesto de la cara de Cristian cambiaba corrigió –bueno, estas tú, podemos plantearnos cosas para hacer esta semana– dijo intentando arreglar la cagada de frase anterior. –Yo me voy todas las mañanas a correr o con la bici, ¿te apetece que hagamos una excursión o algo así mañana?– le preguntó Lucas a Cristian.

–Genial, yo tampoco tengo planes, y mis colegas tampoco están, así que solo te tengo a ti– le dijo guiñándole un ojo en plan de broma, –lo que mi bici es un hierro, no pienses que vayamos a subir por montañas jajaja– le dijo dándole a entender que le molaba la idea.

–Bueno, yo tengo dos bicicletas, dos “mountain bike”, mi bici nueva y la vieja, pero las dos van geniales, si quieres nos podemos hacer los caminos que van hacia la montaña, prometo no meterte caña jajaja– le dijo en broma mientras hacía con el brazo un gesto tensando el bíceps para mostrar los músculos, –venga, anímate, que lo pasaremos bien–.

Cristian se quedo un poco dudoso, la verdad que a bicicleta no le iba mucho, pero tampoco tenía nada mejor que hacer al día siguiente, así que finalmente se lo pensó bien y acabó aceptando.

–Venga, está bien, mañana excursión en bici, pero no me metas mucha caña, que no tengo costumbre de coger la bici– le acabó diciendo Cristian a su amigo.

Lucas sonriendo le alboroto un poco el pelo de manera amistosa y le dijo que no se preocupara, que se portaría bien con el.

Siguieron hablando un rato, pero de repente sonó el teléfono de Cristian, este contesto y resulto ser su madre, que le preguntaba que donde estaba, que desde que se había ido por la mañana aun no había vuelto a casa y que no había comido allí ni había ido a cenar. Este le contó que había estado con un amigo todo el día y que ya iba para casa, que llegaba en menos de 5 minutos.

–¿Por qué le has mentido a tu madre?, le podrías haber dicho donde estabas y que estabas conmigo…– le dijo Lucas a Cristian un poco extrañado por la respuesta que le había dado su amigo a su madre.

–Es que… no se, es difícil de contar, si quieres mañana podemos hablar de ello…– le contestó Cristian, respuesta que a su amigo aun le hizo extrañarse mas.

–Bueno, no te preocupes, que no pasa nada… pero, vete ya porque tu madre al final se va a enfadar… además, la mía debe de estar a punto de llegar.

Los chicos se despidieron y Cristian se fue para su casa. Lucas recogió los boles de la cena y los llevó a la fregadera, la lavadora que había puesto su amigo ya había terminado así que lo saco todo al cesto de tender y se lo llevo a la terraza, comenzó a tender cuando escucho la puerta cerrarse y la voz de su madre preguntando por el.

–Hola Lucas cariño, ya he llegado, ¿donde estas?– preguntó la madre de Lucas desde el pasillo que daba acceso al salón.

–Hola mamá– dijo Lucas asomándose a la puerta de la terraza que entraba directamente a salón –que estoy tendiendo una colada– le dijo mientras se acercaba a darle un cariñoso beso en la mejilla a su madre.

Lucas terminó de tender y le dijo a su madre que estaba muy cansado y que mañana se iría todo el día con la bicicleta y un amigo.

Lucas entró en su cuarto, se quito la ropa que llevaba quedándose únicamente con los bóxer puestos y se tumbo en la cama, se acordó de que no le había dicho a Cristian a que hora tenían que quedar, cogió el teléfono para mandarle un WhatsApp “ ey bro, quedamos mañana a las 08:00h en los garajes, en mi trastero, el 104, que descanses ”.

En ese momento, al salir a la pantalla principal de WhatsApp se dio cuenta que había pasado del teléfono durante todo el día y tenia un montón de mensajes de sus amigos, pero lo mas preocupante era la retahíla de mensajes de Elena, su novia:

–“ Hola nene, que tal, como ha ido el día?

–“ Oyeeeeee, por que pasas de mí?

–“ Joder tío no te entiendo, estoy súper jodida con lo de mi abuela y tu sudando de mi… no se que te pasa de verdad.

–“ Lucas tío, me estoy cabreando, he visto que te has conectado y no te has dignado ni ha mirar mis mensajes .”

–“ Que te jodan tío, mi abuela por si te interesa sigue igual o peor, no volvemos a Huesca en bastantes días, estoy hecha una mierda y mi novio, la persona que debería de apoyarme en estas ocasiones pasa de mi…, aunque no se de que me extraño, siempre que te necesito me fallas… creo que tenemos que hablar seriamente… no me escribas hoy nada, llámame mañana por la tarde ”.

Lucas se quedo petrificado, al haber estado todo el día con Cristian, se le había olvidado hablar con su novia, ese mensaje le había destrozado, ¿a que se refería con lo de “ tenemos que hablar seriamente ”?

Lucas no paraba de darle vueltas a la cabeza, llamo 3 veces a Elena pero esta no le contestó el teléfono, se estaba empezando a poner nervioso y le estaban entrando ganas de llorar, no podía perder a Elena, era lo mas importante junto a su madre que tenía en este mundo. Aunque le había puesto que no le mandara ningún mensaje, no puedo aguantarse y le acabó enviando un WhatsApp:

–“ Hola peque, se que me has dicho que no te escribiera, pero lo siento muchísimo de verdad, he tenido un día de mucho jaleo y entre unas cosas y otras, se me ha pasado por completo escribirte. Peque de verdad, perdóname por favor, no te puedo perder y se que están siendo unos días muy duros para ti, pero sabes que me tienes para lo que necesites de verdad. Te amo mas que a mi vida, ya lo sabes, mañana por la tarde te llamo sin falta ”.

Lucas envió el mensaje y se quedó mirando si el mensaje se recibía, la ultima conexión de Elena había sido hace bastantes horas y el mensaje se quedó únicamente con un tic, por su cabeza empezaron a pasar multitud de cosas, ¿tendría el teléfono sin batería?, ¿no tendría datos? o peor aun, ¿le habría bloqueado?… al tener este último pensamiento, una lagrima empezó a correr por su mejilla y no sabía muy bien por que, pero lo primero que se le ocurrió fue escribirle un WhatsApp a Cristian:

–“ ¿Podemos hablar? Lo necesito de verdad…

CONTINUARA…

Espero que os haya gustado esta nueva entrega, que alcanza ya el capitulo 5. En esta ocasión, el sexo pasa a un segundo plano (es más, desaparece del todo), pero parece que la relación que están forjando Lucas y Cristian cada vez se fortalece mas. Han quedado para ir a hacer una excursión en bici y ahora, cuando Lucas está en una crisis en la relación con su novia, ha sido a Cristian a quien le ha escrito para hablarlo y quien sabe, igual para pedirle ayuda o consejo.

Por la mente de Lucas, sigue presente el “Post-it” de Cristian, aquella petición le había descolocado y seguramente utilizaría la excursión para tratar ese tema o al menos, para sacarlo a relucir en una conversación con su amigo.

¿Cómo quedará la relación de Lucas y Elena?, ¿Ayudará Cristian a Lucas con su problema? ¿Qué tal irá la excursión en bici? ¿Trataran el tema del beso?

Todas estas incógnitas las veremos resueltas en el próximo capitulo, que además comenzará trasladándonos por primera vez a la habitación y a los pensamientos de Cristian.