CAPITULO 45: JOHN y el zorro

A petición de un lector he inventado este capitulo de zoofilia gay entre un chico y un zorro

Cuando yo estaba siendo follado por animales en la zona de ‘La Granja’ de ‘el complejo’ pasando mis pruebas para ser dador, en el apartamento de al lado había otro candidato: John. John era un chico rubio de 29 años, pelo lacio, delgado y una polla más larga de lo normal, larga y delgada, larga aún sin empalmar. Y él de niño al ver cómo se le había desarrollado el miembro –más largo que lo normal para otro chico de su edad–, ya se había decantado por ingresar en la academia para ser ‘dador’ de ‘el complejo’.

Los dadores o candidatos no nos conocíamos, y es más, nunca nos veríamos ni nos cruzaríamos en los pasillos de ‘La Granja’. Estaba todo programado por ordenadores controlados por no sabemos quien, para que esto no ocurriera. De hecho yo, durante toda aquella mi estancia de meses que serían más de un año, siempre estuve solo. La soledad era parte de la prueba, vivir recluido y aislado. Pero en aquellas instalaciones con tantos animales sitos en el centro, había alrededor un pasillo en circulo con diferentes apartamentos donde residíamos los diferentes candidatos.

Cuando una puerta se abría no se podía abrir otra a la vez: sólo cuando el chico ya estaba dentro de las galerías de ‘La Granja’. Y nunca podían coincidir dos con el mismo animal a la par.

Cuando yo estaba siendo follado por un cerdo, en el cubículo de al lado John, que también llevaba semanas en esta zona de ‘el complejo’, había elegido que sería follado por un zorro. Le pareció un animal muy sexy y había visto varias historias y videos porno de un zorro como protagonista. De hecho había fantaseado metiéndose un but plug anal con cola de zorro en su apartamento, y se había puesto a cuatro patas teniendo una gran erección con sus fantasías…

El zorro en realidad era un animal más corpulento que un perro, pero a la vez parecía más ágil. Y ese lado salvaje lo hacía especial…

El zorro rojo se acercó al trasero de John y se puso sobre él. Él no lo había visto y le pilló por sorpresa. Sintió las garras sobre su espalda, el precioso pelo del animal rozar su cuerpo, y de repente el pene clavársele en lo más profundo de su ano en un rápido movimiento…

Fueron 30 intensos minutos de cópula en el ano de John…

Alguien, desde lo alto, en una cabina de cristal, estaba observando esto y estaba disfrutando del morbo que ver la escena de John y el zorro, apareando, le estaba dando.