Capítulo 4 – Mala suerte, buena suerte, pero todo

Continuación del relato Mucho vicio y desfase en Las Vegas

Capítulo 4 – Mala suerte, buena suerte, pero todo contigo...

  • ¿Qué coño hacemos Ben?
  • N-no se... joder, estamos bien jodidos.
  • Espérate haré una llamada.

Llamé a L y Zooky, ninguna respondía, les mandé un sms - “¿Dnd kño stais?venid a kn l koche a laparte de afuera del baño, dl bar d ants, rapido!!!” - mientras miré a Ben con cara de asustada, era todo muy raro, Ben me abrazó, muy tiernamente, el ruso estaba haciendo ruidos extraños, pero no le di importancia, estaba recuperándose, entonces me agarré al borde de la ventanilla, miré a Ben y con un gesto de mi cabeza hacia afuera supo que debía auparme, parece que nos compenetrábamos cada vez mejor, y no sólo en el sexo, jeje, me agarró bien del culo y me elevó poco a poco, le ofrecí ayuda con mi brazo para subir pero no hizo falta, era bastante ágil y fuerte, no tuvimos dificultad para salir, pero de repente se escuchó el frenazo de un coche, eran mis queridas amigos, conduciendo borrachas, lo mejor para pasar desapercibidas, espero que notéis mi tono irónico, fui a hurtadillas hacia ellas, ya que estaba todo rodeado de polis, dejé a ben sentado en la pared custodiando el maletín – Joder!! ¿Es que estáis gilipollas? ¿O es que no veis como está todo lleno de maderos? - Se me quedaron mirando mientras sus carcajadas denotaban su tremenda borrachera, menos mal que yo ya no me encontraba en estado de embriaguez, con un gesto llamé a Ben disimuladamente indicándole que guardara el maletín en el asiento trasero, y eché como pude a mis alcohólicas amigas para que se sentarán atrás, casualmente, Ben quedó en medio - Chicas, poned atención, hemos encontrado un tesoro, podremos salir de la mierda que siempre nos está hundiendo - Las miré por el espejo retrovisor pero parecían no hacer ni puto caso, por lo que lentamente me llevé el coche a donde no nos viera la pasma, cuando llevaba unos minutos, empecé a escuchar ruidos, miré hacia atrás, me quedé flipando, mis amigas... estaban magreando a Ben... - Ehh!! que Ben es mío!! - Cada vez me sorprenden más, pero no podía parar, la poli estaba por todos lados, y si nos veían con toda esa pasta, se iría todo a la mierda, vi de lejos un coche patrulla, venía de frente, por suerte vi una calle a la derecha que me llevaría a un sitio apartado, estaba realmente acojonada, se acercó rápido a nosotros, pero giré a tiempo y mientras estos dándose el lote, increíble, seguí conduciendo, nos quedaba todavía un pequeño camino en coche así que tuve que aguantar que se aprovecharan de mi chico, el alcohol para ellas es como un afrodisíaco, se ponen como lobas en celo, pero bueno, Ben tampoco es nada mío, así me lo entrenan para mi próxima vez con él jeje, no pude evitar mirar por el espejo retrovisor para ver como se lo montaban, joder... Sooky a tomado la delantera, ya está con la cabeza agachada, sacando ese suculento manjar de su escondite, no hace más que movimientos de subida y bajada, haciendo que ese rabo desapareciera en su boca, provocándose arcadas muy sonoras pero excitantes, L le está acariciando el pecho, parece más reservada, aunque se dispone a besarle, él me mira... con cara de pedir ser rescatado, volvió a su etapa muda, como cuando lo conocí, de vuelta a una situación poco normal para Ben, entonces desaceleré un poco, lo miré fijamente, con una sonrisa provocativa, y sin dejar escapar ningún fonema permití que leyera en mis labios la palabra “disfruta”, me respondió con una indecisa sonrisa, entonces le guiñé un ojo y seguí conduciendo, sin dejar de observar por el espejo, Sooky empezó a pajearlo mientras tiró levemente del pelo de L obligándola a agachar su cabeza, ya deducís quien es la que dirige y quien es la que se deja llevar, ¿Verdad? Sooky notaba la timidez de Ben, aunque ella no aguanta mucho rato eso, de primeras si que la pone, en ese sentido es como yo pero a lo bestia, y sin vacilar tiró del cuello de mi querido amigo hacia sus pechos, incitándolo a darse una buena comilona con ellos, L continuó la mamada a su modo, muy dulce y pausada, lo que yo llamo un masaje oral, normalmente provoca corridas en segundos, se siente orgullosa de ella, con lo que no cuenta es que yo ya me encargué de vaciarlo, así que la mamada le dará mucho trabajo, aunque estoy segura de que eso no le supone ningún problema, os lo aseguro, a ocasiones pasadas me remito, Ben mientras tanto baboseando los pechos de Sooky, a la altura de los de una colegiala en plena maduración, firmes, redondos, esponjosos, son grandes pero sin exagerar, un tamaño perfecto, y sí, es lo que estáis pensando, los he magreado más de una vez, L empezó a masajear los testículos y empezó a usar su habilidad de garganta profunda, al contrario que Sooky, no le producían arcadas, en eso nos gana a todas, ni siquiera se inmutaría con miembros más largos, es increíble, lo que sí fue increíble es la cara que puso ella, sus mejillas empezaron a temblar y expandirse, sus ojos a desencajarse, dejó escapar una tos seca, y luego otra algo más exagerada, y sus labios... empezaron a segregar aquello que ella estaba buscando, se me olvidó que en el baño lo había dejado a medias, estaba deseando correrse, Sooky miró hacia abajo y se percató del charco de lefa que cubría la cintura de Ben – Oye tía, sa-sabes que la parte final m-me toca a mm-mí – Menudo colocón llevaba encima, apartó la cara de L y empezó a lamer y succionar como si se lo fueran a robar, joder... eso me puso caliente, desaceleré de nuevo... decidida a introducir mis dedos bajo mi falda, hasta llegar a la fina capa de tela que cubrían mis labios más bajos... aproveché el camino recto y mientras Sooky se alimentaba de los flujos de Ben, L se unió a aquel banquete de semen, no se lo que come este hombre, pero parece más abundante que las anteriores corridas, por lo menos es similar, frené en seco aunque iba ya muy lenta, extendí mi mano hacia atrás, y con un buen puñado me llevé parte de esa generosa cantidad de leche, Sooky me golpeó con su palma en mi mano, mientras se reía como una autentica zorra - Mírala, este es el maromo que te estabas ventilando en los baños ¿Verdad puta? - Le guiñé un ojo acompañado de una sonrisa afirmando su duda, empecé a lamer mi mano mientras me daba placer con la otra, los gemidos estaban presentes desde hacía un buen rato pero parece que se estaban incrementando en estos instantes, cuando de pronto vi una luz que venía desde atrás... - mierda!!! es la poli, la hemos cagado, poneros decentes chicos, y calladitos, y Ben, atento, tengo un falso fondo bajo tus pies, guarda ahí el maletín y aceros los dormidos rápido, hacedme caso - Ben se recompuso de aquella dulce mamada que L le regaló, y con sudores en la frente guardó como pudo el maletín aunque con gran habilidad sin hacer ruido, a ellas no les costó hacerse las dormidas, de hecho no tuvieron que simularlo, parece que aquella felación relajó sus instintos momentáneamente, el agente aparcó detrás de nosotros, salió de su coche dirigiéndose al nuestro, casi se me olvida limpiarme la mano, por supuesto, lo hice con mi propia lengua, no iba a desperdiciar las últimas gotas.

  • ¿Qué tal la noche chicos?
  • Pues pasándolo bien, agente, estamos reposando después de tomar unos tragos.
  • No estarás conduciendo borracha ¿Verdad? A ver, los papeles del coche y tu carnet de conducir.
  • Vo-voy agente, pero conduzco yo por que mi amiga es la que se ha dado el lote de beber – Interiormente estaba nerviosa, esperando que no se me notara por fuera, tenía que librarme de él como sea, voy a ser sincera, era el típico poli cachas y guaperas, con barba de tres días y mandíbula definida, quizás no me gustaban tan exagerados, pero el uniforme lo compensaba gratamente.
  • Bueno, ya veremos quién ha bebido y quien no, los papeles están en regla, bájese del coche haga el favor.
  • Pe-pero yo no he bebido.
  • ¿Voy a tener que pedírselo de nuevo?
  • Está bien, salgo enseguida - Nada más salir me cegó con su linterna, se me quedó mirando muy extrañado, pero cambió su expresión rápidamente - ¿Algún problema agente?
  • Na-nada, ande en linea recta con los brazos... - Parecía que algo lo había puesto nervioso, en fin, me mandó hacer las típicas pruebas de alcoholemia, por suerte las pasé todas, pero tenía pinta de no dejarnos en paz, y yo estaba todavía con el sabor de Ben en mi boca... con ganas de más.
  • Todo en orden, ¿Verdad cielo? - Le dije mientras acariciaba su brazo dulce e inocentemente.
  • S-sí, ma-más o menos, pero tengo que echar un vistazo a sus compañeros. - Lo sabía, tendré que esforzarme para distraerlo de la mejor forma que se, además, me servirá para devolvérsela a Ben y a mis amiguitas.
  • A ver los de ahí dentro, despertad. - Los enfocó con la linterna también -
  • Necesitará suerte si quiere despertarlos – Me miré en el espejo para retocarme, me quedé un poco paralizada, ahora comprendí por qué el agente se puso nervioso al fijarse en mi cara, quedaban restos del jugo de Ben en mis mejillas, avergonzada por aquello, empecé a darme cuenta que podía ser un arma a mi favor, pero antes me alimenté de esos restos eliminándolos por completo de mi cara.
  • Bueno, usted déjeme que ese es mi trabajo. - Como quien no quiere la cosa me puse detrás de el, provocando casualmente roces entre su cuerpo y el mío, hice que notara ciertas caricias por parte mía por su cintura, y rozando levemente su firme trasero.
  • Se cuida bien agente, por cierto, puede tutearme, ¿Le da usted permiso para tutear a esta inocente chica? - Le dije entre risas, sabía el efecto que le provocaba mi lengua corporal y oral.
  • Emm, s-sí pero déjem... digo, déjame terminar con esto. - Lo estaba poniendo nervioso del todo, fase 1 completada.
  • Escúchame cariño, se lo que has visto en mi cara... y se que quieres correr esa misma suerte conmigo y ahora, ¿Por qué no los dejas dormir y te relajas un poco conmigo? - Le susurré con todo mi morro, se que me sobra, gracias a mis trabajos jeje, soy una maestra en esto, lo dejé mudo – Supongo que no llevas mucho tiempo siendo poli, ¿Verdad encanto?
  • Bu-bueno, llevo poco en el turno de noche, y...
  • Shh! Lo que me interesa saber es lo otro. - Esto era la noche de los mojigatos, parece que me toca espabilar a todo el que me cruzo, me puse delante de él levemente, rozando levemente su entrepierna con mis rodillas y su brazo y pecho con mis manos, todo acompañado por una sensual mirada y mordida de labio inferior.
  • Pe-pero... dónde nos..
  • Shh! No quiero seguir hablando, siéntate adentro conmigo.
  • ¿Y tús amig...? - No le dejé terminar la pregunta con un beso mío, fue tan profundo y erótico que su atención fue devorada por mi apetito sexual -
  • No se van a dar cuenta, te lo aseguro, verás como no se despiertan ni con mis gemidos. - Lo agarré de la corbata, y entrando por el lado del copiloto me senté al volante dejándolo a mi lado, y ofreciéndole probablemente una buena visión de gran parte de mis glúteos, ya que la postura al entrar me obligó a ello, por cierto, aunque lo tenía asegurado, para afianzarlo había apartado a posta mi tanguita a un lado, por lo tanto no sólo vio mi sugerente trasero... - Veamos que tienes aquí abajo - No me ando con rodeos desde luego.
  • No se, averígualo ya que te veo tan suelta.
  • Por fin te veo más animado, así me gusta cariño, y veo que tu amigo está alegre, vamos a sacarlo. - Desabroché su bragueta mientras le besaba el cuello, todo muy muy lento, y con para de zorra mala empecé a mirar a Ben, me devolvió un muy marcado ceño fruncido, pero terminó soltando una sonrisa, definitivamente escondía a un pervertido en su interior y yo soy la gran descubridora.
  • En-entonces.. ¿ya has hecho una mamada hoy?
  • No, varias, eres el tercero, los demás eran pre-calentamiento, algo que me ha venido de perlas viendo el paquete que portas – Nada que envidiar a las otras pollas de la noche, quizá algo más pequeña que la de Ben, pero por milímetros o un centímetro como mucho, con su miembro ya fuera y mi boca bien abierta me dispuse a bajar para darle el placer que estaba claro que deseaba desde el primer momento que me ojeó.

Creo que ya no hay momento para las palabras, todo eran sonidos salivares, succionadores, todos daban a entender que era una glotona y mi hambre no se saciaba en toda la noche, el agente excitado se dio el capricho de sobetearme las tetas, dejando al descubierto mis pezones bien duros, empezó a pellizcarlos con suavidad, tirando de ellos, entonces agarré su pedazo de rabo y empecé a golpearlo contra ellas, provocando un excitante sonido, no pude aguantar y empecé a escupir, y con un ademán de mis manos en su cintura le hice que se girara hacia mí, era hora de aprisionar su miembro entre mis pechos, dejándola inmovil entre ellos, atrapada, quería sentirla hasta en mi corazón, latiendo a la par, como si tuviera vida propia, me dispuse a provocarle gemidos con mis hábiles movimientos de paja cubana, y entre gemidos empezó a hablarme algo alterado – Mi-mierda ahhh, me h-he olvidado de mi comp-compañero, hhaahaa!! si-si ve mi coche, sabrá que ando cerca y n-nos verá – Joder, la cosa se complicaba, tenía que pensar algo si aparecía, o hacer que se corriera pronto y se largara, derepente Sooky se despertó – Mmm, ¿Qué haceis? ¿Os divertís sin mí? - Entonces se me ocurrió una idea – Antes te has divertido tú ahora me toca a mí – Entre ella y yo siempre ha habido una especie de competición, para ver quien conseguía más pollas hablando claramente – Deja que me una anda – Esperaba que dijera algo así – No no, esta polla es mía, tu ya me has quitado la de Ben, y el pobre ya no puede más, búscate otra, putita – Le dije con una risa lasciva y vacilante, el agente estaba alucinando pero no podía parar de gemir, entre discusiones y piques pasaba el rato, dejando un momento de silencio a veces roto por los fuertes suspiros del madero, no conseguía su corrida, era duro de pelar, pero por si se torcían los planes tenía el plan B – Sooky date una vuelta a ver si encuentras una polla anda bonita, y déjame a solas con este cuerpo, que creo que por ahí ronda alguien – Seguía borracha, por lo tanto era manejable, sin pensárselo salió del coche torpe y léntamente, una silueta cada vez más cercana era visible gracias a una linterna que portaba, parecía todo fríamente calculado, ¿Suerte? ¿Casualidad? Esperemos a ver – Sooky corre que se te escapa – En realidad se dirigía al coche patrulla, estaba claro que era el compañero, así que andando en forma de “S” fue ligera hacia él – Por fin nos deja, ya verás como tu compañero no nos hace caso, no te preocupes – Se puso realmente contento, algo me decía que el otro poli era más decidido que este, me evadí del resto del mundo y sucedió lo inevitable, mis adentros empezaron a calentarse, necesitaba una polla dentro cogí su mano y la puse dentro de mí, la saqué y dejé que notara el brillante aspecto que había adquirido, como no era tonto, me agarró como pudo, poniéndome encima suya, y mi mirada clavada en Ben, intentando provocarlo, el muy cerdo, viendo mis intenciones, empezó a magrear a L, mientras se tocaba a sí mismo, parecía dispuesto a despertar tanto a L como a su amiga carnosa, L se despertó sobresaltada, miró a Ben, me miró a mí, asimilando la situación, pero no impidió a Ben que la siguiera manejando como si de una masa de arcilla se tratara, nadie dijo nada, todos estábamos con cara de estar dispuestos a lo que sea, el vínculo que creamos aquella noche era sólido, creo que es de las mejores de mi vida, aunque también la más peligrosa, y lo que quedaba, L empezó a imitar mi postura, su cabeza estaba apoyada en el hombro de Ben, dejando ver una leve parte de su nuca, cubierta por la mano de éste, y la otra cubriendo su espalda más baja, me miró con una mirada cínica pero muy morbosa, por fin estaba totalmente dentro de mi juego perverso, pero algo llamó mi atención, una segunda silueta aparecía en el horizonte, creo que Sooky va a tener trabajo doble, por que también portaba una linterna ¿Dos compañeros por el precio de uno? Qué más da, sin más dilación seguimos follando como si la noche no tuviera fin.

Mientras nos seguimos comiendo la esencia masculina de nuestros compañeros nocturnos, os dejo con Sooky y su pequeña aventura, pero no os olvidéis de mí, en un rato vuelvo con vosotros.

Por fin voy a poder divertirme a mis anchas, espero que la zorra de Katy no se haya quedado conmigo, veo que el compi de nuestro amigo no se queda atrás, aunque parece más enclenque pero no se... tiene algo, usaré un pequeño truco para entrar en acción, empece a hacerme la coja y... - Per-perdone agente, un pesado me ha estado siguiendo, no creo que tenga peligro pe-pero estoy algo asustada – El agente me atendió amable y detenidamente, con cara de preocupación, insistió en echar un vistazo a los alrededores, pero le pedí sensualmente aunque con un matiz de susto, mi sorpresa fue ver a otro compañero suyo, apareció sin darme cuenta, dos tíos para mí sola, este parecía más normal, pero me valía también, es lo que tiene un uniforme, que a la mayoría les queda bien, empezamos a hablar entre los tres, el recién aparecido se ofreció a echar un vistazo, así me daría tiempo a trabajarme al primero, nos dejó solos y aproveché - ¿Me puedo sentar en tu coche? Es por la pierna, a ver si se me pasa – Como todo un caballero, aparte de observar mi tobillo en busca de lesiones, permitió que me apoyara en él y llevarme al asiento trasero, quedando mis pies apoyados en el suelo, le dije – Échame otro vistazo al tobillo, ¿Quieres guapetón? - Ya empecé con el tonteo, pero no voy a tardar en ir al grano, mi pose en ese momento sugería una atracción que incitaba a poseerme, con mi sonrisa dulce pero prohibida, mi mirada alcoholizada, pero no sólo por la bebida, si no por que tenía hambre de él, estaba embriagada por ese cuerpo, alcé mi pie y rápidamente sin mediar palabra lo cogió algo inquieto, me miró extrañamente intuyendo que mis intenciones eran otras – Enrealidad... me duele más arriba – Le dije mordiéndome el labio inferior, mientras me apartaba mi negra melena de la cara - ¿Ma-más arriba? - Siempre se ponen nerviosos conmigo, me encanta – Sí, más arriba, pero no te lo dije por vergüenza – Evidentemente eso era mentira, y más cuando empecé a abrirme de piernas como una zorrita vulgar, muy muy despacito, no se si he mencionado el detalle de que... el tanga lo llevo en el bolso jeje, casi se me veía todo, pero quería dejarlo con la intriga, - Más arriba agente – Le dije con una voz muy pervertida, y él me correspondió con una sonrisa y un abultamiento creciente de su entrepierna, definitivamente captó el tema del asunto, momento perfecto para dejarle ver mi depilada rajita – Me duele más arriba, mucho más- Empezó a subir lentamente, sin dejar de mirarme, entonces le cogí la mano – Me duele justo aquí, ¿Tienes algo que me pueda aliviar el dolor? - Empezó a mover sus dedos dentro de mí – Pues no se, puede que incluso te provoque más dolor – Me estaba retando, me gusta, no como el soso de Ben, que tuve que hacerle todo el trabajo yo, con sus manos puso mis rodillas pegadas a ambos bordes de la puerta, obligándome a inclinarme un poco hacia atrás, jugué con su pelo indicándole que quería su lengua hasta el fondo de mí, pero eso no era suficiente, con uno de mis pies, acaricié su tobillo hasta llegar a su arma no reglamentaria, ya me entendéis, la dejó escapar con un ágil movimiento de apertura de cremallera, no tardé en cazarla con mis labios, la atrapé, era mi presa, y mi garganta era la trampa, una gran arcada me hizo comprobar la longitud exagerada de su miembro, vaya, era un reto inesperado, no me di cuenta que no había salido del todo de su pantalón, con un tirón leve pero rápido descubrí toda su superficie, me quedé mirándolo con una cara estupefacta de película – Esa es la cara que ponen todas jeje ¿Crees que podrás con ella? - Me relamí los labios aceptando el reto que ya tenía pensado superar – Ven para acá – Agarré sus glúteos para impulsarlo contra mí, y servirme de mi suculenta cena, una más exagerada arcada me impidió engullir por completo esa extensa barra de carne, las lágrimas recorrían mis mejillas – Tranquilo, tu glande no se va a librar de penetrar mi garganta – Después de toser un poco y recuperarme, con un nuevo intento casi conseguí tragarla de una sentada, pero me faltaban 4 o 5 centímetros para poseerla por completo, aunque la arcada era menor, estaba todo roja, parecía que lloraba, realmente estaba super cachonda, empecé a escupirla a más no poder, para lubricarla bien – Po-por favor... escupe en mi boca lo que puedas – Me miró dubitativo pero aceptó mi petición, empezó a escupir varias veces – Más... más – Hasta que ya no podía abarcar más, con su polla y mi boca bien lubricadas, conseguí zamparme tremendo falo, su gemido alcanzó el cielo, súbitamente vi acercarse a su compañero a lo lejos, yo seguí embutida por aquello cosa tan grande, su cara de asombro no me extrañaba, y lo que más le extraño es el gesto de mi mano indicándole con mi dedo que se acercara, el afortunado al que estaba devorando se dio cuenta justo cuando estaba el otro por detrás, y de un chupetón profundo lo distraje – Me dejo compartir ¿Eh? - Ambos alucinaron, me bajé el top enseñando mis suculentos pechos, y empecé a tocarme sin dejar de mirarlos – Podéis usarme como queráis ¿O no os atrevéis hombretones? - Yo no podía ver una bragueta sin abrir, así que el paquete que quedaba empecé a manosearlo, mientras pajeaba al primero, después de una corta conversación decidiendo si seguir o no, en un momento tenía dos buenas pollas en mis manos, la otra era grande, pero no tanto como la que conseguí engullir al completo, como vi que ninguno rechistaba empecé a turnarme sus miembros con mis labios, propinando bastas succiones, y de repente uno de ellos dijo – ¿Pu-puedes, con las dos a la vez? - Ahora la asombrada era yo, normalmente cuando he propuesto esto se les bajaba, pero parece que para ellos tampoco era su primera vez compartiendo chica, sin pronunciar palabra me ensarté ambos glandes en toda mi boca, casi ahogándome, mi mandíbula estaba apunto de quebrar, al límite, pero me daba igual, estaba llena de carne, mis carrillos a rebosar, adoptando la forma de sus puntas, un chorreón de saliva cubrió el suelo, igual que el que salió de mi coño, no aguanté más y me levanté, con mis muslos atrapé la polla más larga y con el impulso de mi cuerpo lo empotré contra el coche, la otra no tardé en agarrarla y con un delicado pero firme tirón, lo obligué a ponerse detrás mía – Chicos, a la de tres !Tres! – Me abrí de piernas, no tardaron en elevar mis piernas, después de unos movimientos un poco torpes no tardaron en clavármelas dejándome suspendida en el aire solo sujeta por sus brazos y miembros, estaba vulnerable totalmente, estaban partiéndome en dos, y aunque quisiera, no podría librarme de tremendo polvo, me corrí tanto que perdí toda la fuerza de mi cuerpo, quedando caída como una hoja de papel sobre el poli que tenía delante, mi boca desencajada dejaba caer toda la baba que me producía tanto orgasmo, mis ojos parecían la de una drogata recién chutada, llegó un punto que no podía más – Por favor correos, quiero sentiros dentro, darme todo vuestro jugo caliente, quiero que sepultéis mis orificios a base de vuestra lefa – Mis palabras tuvieron buen efecto, soy una auténtica guarra en cuanto a lenguaje lascivo se refiere, en cuanto empezaron a correrse dentro de mí me soltaron lentamente y en cuanto uno puso su mano sobre mi cabeza el otro lo acompañó dejando mi cara expuesta al resto de sus corridas, terminé agarrando ambas y empecé a jugar con la leche de ambos mezclándolas en mi boca, luego me restregué sus puntas en mis pezones, y terminé de limpiarlas con mi lengua, seguidas de un buen chupetón, y un beso de despedida, dije “AHHH” mirándolos, para que vieran lo que estaba apunto de tragarme, y así lo hice, a medida que me incorporaba en pie, me limpiaba el resto de gotas de sus rabos en el contorno de mi cuerpo, me encanta el tacto de ese grumoso líquido antes de limpiarme - ¿Tenéis pañuelos? - Tranquilamente sacaron algunos que tenían y empezaron a limpiarme, siempre viene bien un magreo final, les dí un muerdo a cada uno acompañado de un sensual abrazo, y me fui tranquilamente colocándome la ropa por el camino, lentamente volví con esta gente, pero para mi sorpresa no había nadie, ni el coche ¿Dónde cojones se habrán metido? Ni el otro poli estaba, empecé a llamarlos, no me lo cogían, para variar, insistí un montón de veces, pero nada, de repente vi un rastro de sangre, joder, me asusté, prefiero no esperarme lo peor, pero era inevitable, estaba completamente sola, ya que escuché a los polis marcharse en su coche, tome la iniciativa y seguí el rastro de sangre, con bastante pavor, me adentré en la maleza, todo se veía cada vez más oscuro, y de repente, veo una silueta por mi lado, a la que miré fijamente, y...

Continuará...