Capítulo 3.6 - La psicóloga

El mundo real/ Martes (4/ 4)

Empecé a llorar a lágrima viva mientras mi madre trataba de consolarme... cuánta razón tenía en todo lo que me acababa de decir, se le podrían discutir algunos matices, pero en el fondo absolutamente nada de nada... tardé varios minutos en poder volver a decir algo...

  • Mamá... te puedo preguntar cómo habéis llegado a tener tan buena relación...

  • La verdad es que no sé ni cómo hemos llegado a este punto hija... creo que simplemente tu ex-marido es demasiado buena persona... a veces siento que me aprovecho de él.

  • No estaría aquí cuidando de ti si no quisiera mamá...

  • Bueno... eso más bien fue culpa del destino hija... desde que supe de vuestro divorcio no le volví a ver hasta el funeral de tu padre... me debió de ver tan hundida que cuando todos se fueron y yo iba a coger sola un taxi para venirme a casa, que me cogió del brazo y me dijo que él me traía a casa... pero en lugar de traerme a directamente casa, me dijo que no me había visto comer nada en todo el día... me llevó a un restaurante, me invitó a cenar y me dijo que de allí no nos íbamos hasta que comiera algo...

Recordé entonces los mensajes que tenía en su teléfono móvil de la peluquera... así que aquella mujer con la que le había visto cenando y que decía que podría ser su madre... en realidad lo era, pero no lo era... era su suegra, mi madre...

  • Luego me acercó a casa y me dijo que si algún día necesitaba algo no dudara en llamarle, me cogió el teléfono móvil y me apuntó su número en la agenda... pronto entendí que tu hermana jamás volvería a hablarme... yo estaba en esta casa sola y amargada... pero si no me atrevía ni a llamarte a ti que eras mi hija, mucho menos iba a atreverme a llamarlo a él después de todo lo que pasó... por supuesto nunca le llamé...

  • ¿Entonces qué pasó mamá?

  • Otra vez el destino hija... hace más o menos un mes cuando volvía de hacer la compra una mañana, me tropecé con una baldosa suelta en la calle delante del portal... me caí y me rompí una cadera y el fémur... una pareja de mi edad que entraba en ese momento me ayudó, creo que son los vecinos de al lado, y estuvieron conmigo hasta que llegó la ambulancia... tenía muchos dolores y en la ambulancia me dijeron que sería bueno sedarme, pero antes me preguntaron cómo podían localizar a algún familiar... yo les di mi teléfono móvil y entonces me dieron algo que me dejó bastante grogui.

  • ¿Y le llamaron a él?

  • No sé exactamente qué hicieron hija o cómo lo hicieron... recuerdo estar ya en urgencias en una camilla bastante atontada y como llegó alguien, supongo que una enfermera o alguien de recepción, avisó al médico y salieron detrás de la cortina... le dijo al médico que acababa de hablar con la hija de la paciente y que les había dicho que si no estaba muerta, no la volvieran a molestar...

  • ¡MAMÁ!... yo jamás habría dicho eso... ¿no pensarías que...?

  • Tranquila hija... ya te he dicho que siempre he sabido que, a pesar de todo, en el fondo tienes buen corazón... esas palabras jamás habrían salido de tu boca... el caso es que un par de horas más tarde me ingresaron en planta para operarme de urgencia al día siguiente... apareció una enfermera me devolvió el móvil y me dijo que estuviera tranquila, que ya habían hablado con un familiar y que en un rato llegaría.

Menuda hija de puta mi hermana... puedo entender que estuviese enfada conmigo, que me odiara a mí... pero ¿qué le había hecho mi madre para que la tratara así?

  • Estaba muy nerviosa porque llevábamos mucho tiempo sin vernos hija, no sabía qué iba a pasar o qué ibas a decirme... el caso es que estaba ya cenando cuando llegó... se me cayó hasta la cuchara, esperaba que fueras tú y apareció él... entró en la habitación corriendo y vino directamente a darme un beso y un abrazo sin que me diera tiempo a decir palabra... me preguntó si estaba bien y qué me había pasado... no he pasado tanta vergüenza en la vida... por un momento hasta me quise morir...

  • ¡MAMÁ!... eso ni en broma...

  • Hija... después de todo lo que hice... él confiaba en mí y yo traicionaba esa confianza una y otra vez mintiéndole... me contaba vuestros problemas y yo le decía lo que necesitaba oír... le engañaba diciéndole que hablaría contigo para que cambiaras e incluso a veces le manipulaba haciéndole creer que era culpa suya...

  • ¿Por qué no me llamaste mamá?

  • Hija... no me atrevía, llevábamos mucho tiempo sin hablarnos... hasta para eso fui cobarde y le mentí en todo... le dije que tu hermana trabajaba fuera y vendría a verme algún fin de semana y que tú ya lo sabías pero estabas de viaje... no pareció sorprendido, simplemente masculló algo parecido a un como siempre, me sonrió y me dijo que no me preocupara de nada.

  • ¿Mamá, me estás diciendo que él te ha cuidado desde entonces?

  • Sí hija... fue a verme al hospital casi todos los días... no veas lo contenta que me ponía mi compañera de habitación cuando él estaba allí... jajajaja... me decía que me iba a echar mucho de menos cuando me dieran el alta, que las enfermeras no nos hacían ni puto caso en todo el día, pero que era llegar mi hijo guapo y cada diez minutos entraba una a preguntar si necesitábamos algo... jajajaja... que cuando estaba él allí con nosotras, nos trataban mejor de lo que tratarían a la mismísima reina de España.

  • Jajajaja... mamá... ¡qué cosas dices!

  • Cuando me dieron el alta, insistió en que me fuera a su casa hasta que me quitaran la escayola y pudiera moverme por mí misma... pero al final le convencí y me trajo a esta casa... me preguntó si iba a estar sola durante la recuperación... la verdad es que no podía, y ahora tampoco puedo casi, moverme con esta escayola, mucho menos acostarme o levantarme de la cama... le dije que tú te pasarías a verme de vez en cuando y que no se preocupara más por mí porque iba a estar bien... me dijo que de ninguna manera, que él vendría todos los días un momento por la mañana para levantarme y darme el desayuno antes de ir a su trabajo... y también por las tardes para traerme algo de cena y ayudarme para que me acostase en la cama... sólo me puso una condición...

  • ¿Cuál? – dije con miedo a conocer la respuesta – ¿qué te pidió mamá?

  • Me llama quince minutos antes de venir hija... tengo que decirle si tú o tu hermana estáis aquí o si vais a venir durante el tiempo que él va a estar aquí... un sábado por la mañana me dio por decirle que más tarde vendría tu hermana y se marcharía el domingo después de comer... estuve desde que se fue aquella mañana hasta el domingo por la noche cuando vino, sentada en el salón en esa silla de ruedas, incluso tuve que dormir en ella... mejor no te hablo de la pesadilla que fue ir al servicio yo sola.

  • Pero mamá... ¡debiste llamarme!... ¿y él, no sospecha nada?...

  • Hija... tu ex-marido es mucho más listo de lo que tú te crees... creo que lo sabe todo, que lo ha sabido siempre y no ha hecho falta que yo se lo dijera... tenía tanto miedo a que pasara lo que ha pasado hoy... cuando ha sonado el timbre... fue hasta la puerta, volvió y me dijo que eras tú quien estaba fuera... ni se ha enfadado... simplemente se despidió de mí con un beso y diciéndome que ya se iba... desde la puerta, con una sonrisa y un guiño, me ha dicho que esperaba que esta vez hablase contigo de verdad y no hiciera como cuando estabais casados.

  • Mamá... ¿volverá? – pregunté instintivamente temiendo la respuesta.

  • Me ha dicho que me llamará mañana hija... que se pasará por aquí como hace todos los días, si tú no estás y necesito alguien que me ayude a levantarme.

  • Ufff... mamá es muy tarde y deberías descansar... por cierto, ya que mañana es fiesta... ¿te importa que me quede hoy a dormir en tu casa?

  • Claro que no hija... mientras yo viva, aquí siempre tendrás también tu casa... aunque creo que vas a tener que dormir en otro cuarto... cosas de tu padre...

Y me despedí de mi madre dándole las buenas noches y diciéndole que si necesitaba algo durante la noche me llamase... fui a mi antigua habitación pero como me había dicho mi madre no había ni rastro de ella, ahora era un despacho... la habitación de mi hermana no era una opción, prefería dormir aunque fuera en la bañera, ni siquiera abrí la puerta por no recordar a esa hija de puta...

Entré en el cuarto de invitados, me desvestí y me metí en la cama... apagué la luz y tumbada en aquella cama recordé el día que llevé a mi ex-marido a casa de mis padres por primera vez... aquel día que lo presente formalmente a mi familia con una cena... inmediatamente me asaltó un sentimiento mezcla de pena y de culpa por lo que había descubierto que había sucedido durante aquella cena... al mismo tiempo un calor surgió en mi interior al recordarme con él en aquella habitación tras la cena... separé mis piernas, aparté mis bragas y llevé mi mano a mi sexo para acariciarme los labios vaginales... recordando cómo aquel día ya en aquel cuarto y con la puerta cerrada, me había atraído hacia él con enorme vigor para besarme... como después mientras me seguía besando sus manos agarraron fuertemente mi cintura para apretarme contra él hasta casi dejarme sin respiración... recordé sus manos descendiendo por mi espalda y levantando mi falda... como posteriormente ya con la falda levantada y enrollada en la cintura, agarró con fuerza mi culo con una mano y su otra mano subió rápida a agarrar uno de mis pechos e intentar desabrochar los botones de la blusa... sus labios bajando a besar mi cuello, su lengua descendiendo por el canalillo de mis pechos a medida que trataba de liberarlos.

A pesar de haberme separado bruscamente de él cuando intentó quitarme el sujetador, el tortazo que le pegué y la bronca que tuvimos después... repetí en mi mente una y otra vez el recuerdo de aquel apasionado beso que me dio, apretando mi cuerpo con mucha fuerza contra el suyo... con ese recuerdo muy presente en mi mente en todo momento, me metía dos dedos en el coño masturbándome... primero lentamente, para luego ir aumentado el ritmo... hasta que me llegó el orgasmo cuyo grito intenté disimular mordiéndome la otra mano.

No sabría decir en qué momento me dormí... pero me vi en medio del pasillo de casa de mis padres con la misma ropa que llevaba el día de aquella cena y la puerta de la habitación de invitados cerrada... me dolía muchísimo la mano y tenía un cabreo en mi interior que me llevaban los demonios... abrí la puerta y allí estaban... mi ex-marido estaba tumbado sobre la cama completamente desnudo, encima estaba mi hermana también desnuda, que le besaba apasionadamente mientras frotaba sus pechos contra su torso y acariciaba todo su cuerpo con las manos... intenté gritar pero no tenía voz, intenté correr hacia la cama pero estaba paralizada, totalmente inmóvil... lentamente mi hermana fue descendiendo besando, lamiendo y chupando cada centímetro de la piel de mi ex-marido con ternura, cada músculo... siguió descendiendo hasta que llego a su hombría, la lamió completamente prestando especial mimo en lamer sus huevos y besó la punta con suavidad para finalmente metérsela en la boca... empezó un movimiento lento arriba y abajo con su cabeza, que poco a poco acabó siendo frenético mientras mi ex-marido gemía y jadeaba de placer guiando su cabeza con una de sus manos.

Un par de minutos después reptó sobre él para tras colocarse a horcajadas y empalarse hasta el fondo comenzando a devorarle la boca mientras movía sus caderas subiéndolas y bajándolas... sus manos agarraban con fuerza el culo de mi hermana marcándole un ritmo lento y constante primero, que fue aumentado poco a poco... impotente vi como mi hermana temblaba y gritaba su primer orgasmo... lejos de detenerse aumentó el ritmo de la cabalgada mientras gritaba a mi ex-marido exigiéndole más y más, que la follara, que era suya, que ella le daría todo lo que yo no le daba, que hiciera con ella todo lo que le diera la gana... a lo que él respondió azotándole el culo con fuerza y aumentando el ritmo de las penetraciones, hasta que ella alcanzó un segundo orgasmo dando un grito ensordecedor... tenía el culo rojo como un tomate, se había corrido dos veces y todavía le pedía más mientras le cabalgaba... siguieron follando como locos, como animales... jadeando, gimiendo y gritando todavía varios minutos en esa posición hasta que mi hermana se descabalgó.

Entonces ella se dio la vuelta con rapidez... y sucedió, me vio allí de pie, inmóvil en la puerta... me sonrió y mirándome fijamente a los ojos, agarró la polla de mi ex-marido apuntándola a su culo y comenzó a descender lentamente sentándose sobre ella, hasta que con media polla dentro se dejó caer de golpe emitiendo otro grito ensordecedor... intentó recomponer un poco su rostro desencajado con toda la polla en el interior de sus intestinos, me guiño un ojo y comenzó a subir y bajar mientras cerraba los ojos, gemía y jadeaba... quizá por el dolor o quizá por el placer... ambos gritaban y jadeaban, ella me miraba desafiante, me sonreía y me tiraba besitos todo el tiempo... se la enterraba una y otra vez en lo más profundo de sus intestinos a un ritmo que era cada vez más rápido hasta que mi ex-marido agarrándola de las caderas la detuvo y la obligó a descender completamente enterrándosela hasta los huevos... con toda su polla alojada en los intestinos de mi hermana y los huevos pegados a los glúteos, le abrió las piernas y metió dos dedos dentro de su coño empezando a masturbarla con frenesí... estuvieron así varios minutos hasta que mi hermana, gritando y retorciéndose, estalló en un orgasmo que la sacudió de arriba abajo, como una hoja azotada por un huracán, y un potente chorro de flujo salió de su coño llegando incluso a salpicarme la cara... entonces mi ex-marido la obligó a seguir moviéndose de nuevo, hasta que comenzó a gruñir y tensar todos los músculos de su cuerpo.

Mi hermana rápidamente se descabalgó y se tiró de cabeza para meterse aquella polla en la boca todo lo que podía... mientras mi ex-marido gritaba y le sostenía la cabeza con fuerza obligándola a tragarse aún más y más su polla... el cuerpo de mi ex-marido comenzó a tener espasmos, me fije en el cuello de mi hermana y en el inconfundible movimiento que indicaba que se estaba tragando algo... cuando los gritos se apagaron y se relajó, ella siguió todavía chupando y succionando un par de minutos más aquella polla a pesar de que mi ex-marido ya le había soltado la cabeza... finalmente se incorporó y mirándome fijamente, como desafiándome, puso el pulgar de una de sus manos hacia arriba y sin dejar de mirarme sacó su lengua girándola sensualmente alrededor de la polla de mi ex-marido primero, y posteriormente de sus labios, para recoger hasta el último resto de semen que pudiera quedar y no se hubiese tragado.

Reptó sobre el cuerpo de mi ex-marido hasta llegar a la altura de su cara, allí le dio un tierno y suave beso en los labios... luego volvió a mirarme y acarició suavemente una de sus mejillas, una mejilla que todavía tenía completamente roja la marca de una mano, mi mano... entonces le dio un suave beso en la mejilla y después, mirándome de nuevo, me sacó la lengua a modo de burla, me hizo el gesto de la victoria con una mano y articuló sílaba a sílaba una frase que entendí perfectamente aunque no llegó a pronunciarla en voz alta –

JÓDETE HIJA DE PUTA, AHORA ES MIO, YO GANO