Capitulo 3: La amistad parece que se fortalece...

Los dos vecinos comen juntos y duermen un rato la siesta...

Cuando Cristian escuchó la voz de Lucas al otro lado de la puerta, se asusto. ¿se habrá enterado de lo que había estado haciendo? se preguntó…

­–Sí si, estoy bien, que me he puesto a contestar unos WhatsApp de amigos y me he despistado– mintió Cristian –ya salgo– dijo mientras se subía el bóxer y los pantalones, tiraba de la cadena y abría la puerta.

–Joder tío si que has tardado– le dijo Lucas a Cristian –ya tengo casi lista la comida, ¿te importa poner la mesa?– le pregunto al chaval mientras se daba la vuelta y se volvía a dirigir hacia la cocina.

Cristian fue tras el y entró en la cocina, la verdad es que olía genial lo que había estado preparando Lucas. –¿Qué quieres que ponga en la mesa?– le pregunto.

–Pues pon dos platos y cubiertos, yo suelo comérmelo con cuchara, para ti pon lo que quieras. Yo no como pan, pero si tu quieres tienes pan de molde en el armario encima de la nevera– le dijo mientras sacaba unos vasos del armario que estaba justo encima de su cabeza. –Yo voy a beber agua, si tu quieres alguna otra cosa, coge lo que quieras, como si estuvieras en tu casa.

Lucas siempre actuaba así con todo el mundo, una vez entraba alguien a su casa, era como si fuera también de el, es decir, no le importaba que la gente tocara sus cosas, abriera los armarios o cajones, sin pasarse claro y la verdad, que nunca había tenido una mala experiencia, nunca le había faltado nada y eso que dejaba todo a la vista, el dinero, el móvil, etc.

Cristian cogió todo lo que le habían dado y se fue hacia el salón, coloco dos manteles individuales en la mesa de cristal uno en frente del otro, colocó los platos y los cubiertos, los vasos y fue a la cocina a coger lo que faltaba. Cogió servilletas de papel, un salva manteles para apoyar la cazuela del arroz y una botella de agua fría de la nevera (después de la experiencia de la noche anterior, no le apetecía volver a beber la verdad). Volvió al salón, colocó lo que faltaba y vio encima de la mesa un billete de 50€ y se lo dijo a Lucas.

–Oye Lucas, tienes aquí 50€, te los voy a dejar al lado de la Play no se vayan a volar con el aire o algo–.

En ese momento, entro Lucas en el salón con la cazuela de pollo con arroz, que olía de maravilla y le dijo a Cristian que le había puesto un poco de curry para que tuviera un sabor un poco mas divertido. Se fijo en como el chaval estaba mirando su colección de videojuegos de PS4 que la verdad que era para hacerlo, habría mas de 80 juegos casi todos de deportes (futbol, basket, motos, coches…).

–Si te gusta alguno puedes cogerlo, aunque como ves la variedad es poco jajaja– le dijo poniéndose a su lado –casi todos los juegos que tengo son de deportes, tengo algún “shooter” pero no son los juegos que mas me gustan la verdad–.

–Joder vaya pasada, que montón de juegos, y yo que pensaba que tenía muchos y no tendré ni una cuarta parte de los que tienes tú–.

–Pues esto no es nada, ven a mi cuarto que vas a flipar– le dijo mientras le estiraba de la camiseta y lo dirigía hacia su habitación –ya disculparas el desorden, pero no está mi madre y eso se nota– le dijo mientras entraban en el cuarto, con la cama aún deshecha, y ropa tirada por el suelo –bienvenido a mi santuario– le dijo mientras con la mano le hacía un gesto para que mirara todo lo que quisiera.

En ese momento Cristian se quedo con la boca abierta, vaya pasada de habitación, era exactamente la misma que la suya (tres pisos mas arriba) pero era completamente diferente, pero lo que mas le llamo la atención fue el escritorio, en el cual había un Mac de 27 pulgadas inmenso y justo al lado, una estantería de 4 baldas en las que estaban todas las consolas de PlayStation (desde la 1 a la 4), en ese momento le dijo –joder si tienes 2 PS4, de que trabajan tus padres– le dijo con una mezcla de risa y asombro.

–Jajaja– se rio Lucas –lo de las 2 PS4 es una larga historia, pero vamos a comer que se va a enfriar la comida– terminó diciendo el chaval y saliendo de su cuarto.

Cristian salió tras el, aun asombrado por lo que acababa de ver y le siguió hasta el comedor. Los dos chavales se sentaron, y estuvieron comiendo y hablando, a Cristian le encantó la comida que había preparado Lucas, este le dijo si quería algo de postre, que fuera a la nevera y cogiera lo que le apeteciera, tenía también helados en el congelador. Lucas se levantó de la mesa, se puso a recoger los platos y se fue a la cocina a dejarlos en la fregadera, cogió una manzana mientras entraba Cristian por la puerta. Este dijo que no quería nada de postre y se fueron de nuevo los dos al salón, se sentaron cada uno en un extremo del sofá y en se momento, Cristian dijo:

–Me voy a ir a mi casa, no he dormido nada esta noche y me está entrando sueño–.

–No hace falta que te vayas– le contestó Lucas, –a mi también me esta entrando un poquillo de sueño, nos podemos dormir media hora de siesta y luego jugar un rato al FIFA– dijo mientras se estiraba en el sofá, dejando los pies cerca de Cristian.

Este asintió, le parecía una buena idea, un rato de siesta y unos partidos a la consola y a lo que se dieran cuenta ya estaba la tarde echada.

Lucas le dijo que se estirara el también, y que colocara las piernas al lado de las suyas, este obediente, lo hizo, aunque no sus pies no quedaron tan cerca de Lucas, la diferencia de altura era considerable. Lucas aprovechó para quitarse la camiseta y estar un poco mas fresco, se acomodo y cerro los ojos, poco tardó en quedarse dormido. Por el contrario, Cristian no se podía dormir con tanta facilidad, ver de nuevo el torso desnudo de su amigo hizo que su pene diera un respingo, se lo colocó como pudo sin hacer muchos movimientos, no quería despertar a Lucas y menos haciendo eso, cerro los ojos para intentar dormirse y que su miembro volviera a su estado de reposo y aunque tardo un rato, se acabó durmiendo.

Llevarían durmiendo como media hora y Cristian se movía muchísimo, en una de esas, con el movimiento despertó a Lucas, y este se dio cuenta de que habían acabado entrelazando sus piernas, en ese momento, la pantorrilla de Cristian estaba apoyada sobre sus genitales, y como este siguiera moviéndose tanto, acabaría provocándole una erección. Intento hacer algún movimiento para tratar de apartarse un poco del chaval, pero esto no consiguió mas que hacer que Cristian aún se moviera mas y aumentara el roce entre los dos. Lucas pensó en despertarle, pero en primer lugar le parecía violento despertarle para decirle eso y segundo lugar, miro a Cristian a la cara, y lo vio tan plácidamente dormido, con la boca semiabierta y roncando muy bajito, que le quitó la idea de despertarlo. Se recolocó y al momento volvió a caer dormido.

Serían las 17:30h cuando Lucas se volvió a despertar, Cristian había seguido moviéndose y no sabía como, había acabado colocando su rodilla sobre su miembro, y tenía una de las manos sobre el muslo de Lucas. La situación era para foto, en ese momento, Cristian se despertó y se dio cuenta de como estaba colocado, con Lucas prácticamente arrinconado en un lado del sofá y el completamente enroscado a su amigo, se separo un poco y se dio cuenta de que Lucas estaba empalmado, estaba mirando hacia el bulto que se marcaba en sus pantalones y Lucas se dio cuenta.

–Joder, con tanto roce mira como me has puesto– dijo con tono de broma mientras se sobaba el rabo por encima del pantalón tratando de recolocarlo hacia un lado para que su erección no fuera tan visible. –Si llego a saber que te mueves tanto, te mando a dormir a mi cama jajaja– le dijo en tono de humor –si llegamos a estar durmiendo 15 minutos mas una de dos, o me acabas tirando del sofá o haces que me corra sin tocarme–.

Al oír esto, Cristian se avergonzó un poco, agacho ligeramente la cabeza y sus mejillas se pusieron un poco rojas. –Lo siento, me muevo mucho ya lo se– le dijo el chico tratándose de disculparse. –Disculpa que haya estado rozándote todo el rato, no era mi intención–.

En ese momento, Lucas pensó en sus palabras, para ver si había dicho algo que hubiera podido hacer sentir mal al chaval, puesto que esta no era su intención. Se fijó en Cristian y vio que estaba completamente sudado, el calor la verdad que apretaba a esa hora de la tarde por lo que le dijo:

–Oye, te apetece que nos demos una ducha en la terraza con agua fría, te quedas como nuevo–.

Cristian levanto la cabeza para mirarle y le dijo –pero no tengo bañador, y no voy a subir a casa a buscar uno, que si subo me dará pereza y no bajaré que me conozco­– le contesto el chico.

–Báñate con los bóxer y luego te dejo uno mío para que te cambies, ya me lo devolverás.

Cristian se lo pensó unos instantes y acabo aceptando, los dos chavales se quitaron la ropa quedándose únicamente con los bóxer puestos y salieron a la terraza. El suelo quemaba, así que fueron dando saltos hasta la ducha, el primero en ducharse fue Lucas, abrió el agua, dejo correr el primer chorro y se metió debajo del agua.

A Lucas le encantaba hacer eso, disfrutaba sintiendo el agua fría correr sobre su piel, mientras se duchaba, Cristian no le quitaba ojo, la verdad que el chaval estaba buenísimo, una figura trabajada en gimnasio, un bronceado uniforme y de un color dorado precioso, completamente depilado y tanto mirarlo, provocó que su miembro comenzara a despertar, se le empezó a poner morcillona y rápidamente, la colocó de lado para que se disimulara algo el bulto. En ese momento, Lucas apagó el agua de la ducha y dio un suspiro dejando claro que se había quedado en la gloria. Salió de la ducha, chorreando agua y dejo paso a su amigo. Este abrió el agua e inmediatamente se metió debajo de ella, esperaba que el agua fría le ayudara y bajase su inicio de erección. Lucas no se había fijado en el chaval, lo había visto sin camiseta pero con pantalones, estaba muy delgado, apenas sin musculatura definida pero eso era el torso, se notaba que el chaval jugaba al futbol, porque tenía unos cuádriceps bien definidos. Llevaba un bóxer de color gris, que, al mojarse, hizo que se marcara todo el rabo en la tela y se dio cuenta de que Cristian estaba un poco empalmado. Cristian apago el agua, se escurrió un poco el pelo y se dio cuenta de que su erección no había parado durante la ducha si no todo lo contrario, y rápidamente se llevó las manos a sus partes intimas para taparse un poco.

–No hemos cogido toallas– dijo Cristian intentando disimular un poco para ver si conseguía que Lucas no se diera cuenta.

Lucas entendió perfectamente la estrategia de Cristian, se dio la vuelta para meterse en casa aun goteando e ir a coger unas toallas al cuarto de baño. Por el camino, se puso a pensar en lo que acababa de pasar, era completamente normal empalmarse de repente, sin necesitar un estimulo, a el le había pasado muchas veces, pero en este caso podía ser que el mismo hubiera sido un estímulo para Cristian. Lucas volvió a salir a la terraza, le lanzó una toalla Cristian y este sin secarse, rápidamente se la coloco alrededor de la cintura para taparse.

–Cristian, no pasa nada si se te a puesto dura, a mi me pasa muchas veces cuando me ducho, porque con tanto calor, el agua fría da mucho placer– dijo Lucas intentando de quitarle hierro al asunto.

–Es que no se que me ha pasado– dijo Cristian –esto ha empezado a crecer y no ha parado– esto lo dijo con un tono de humor, lo que hizo que amos chavales se echaran a reír.

–Anda, vamos a mi cuarto y te dejo un calzoncillo limpio para que te cambies–.

Ambos chavales fueron al cuarto de Lucas. Nada mas entrar, Lucas tiro la toalla al suelo, ya estaba seco y se fue hacia la cómoda donde tenía la ropa interior. Abrió el cajón y le pegunto a Cristian: –¿algún color en especial?–.

–No, me da igual, el primero que cojas.

Lucas cogió dos bóxer de color blanco de ClavinKlein, le lanzó uno a Cristian e inmediatamente se quito el bóxer mojado que llevaba. Lucas no era una persona vergonzosa para estas cosas, llevaba toda la vida jugando al fútbol y varios años en el gimnasio y estaba acostumbrado a desnudarse delante de otros hombres.

Esto hizo que Cristian se diera la vuelta casi de manera instantánea, no le apetecía quedarse mirando a su amigo completamente desnudo, pero su cuerpo volvió a reaccionar.

–¿Te da vergüenza ver a gente desnuda o desnudarte delante de gente?– le preguntó Lucas –si te da reparo, te puedes ir a cambiar al baño, pero yo no lo he creído necesario, no creo que vayamos a ver cosas que no hayamos visto antes…–.

En realidad, en esta ocasión, Lucas había hecho esto a idea, quería ver como reaccionaba el chaval, el seguía desnudo, no estaba empalmado pero su pene estaba ligeramente morcillón, al fin y al cabo, la situación era un poco morbosa… Lucas es hetero, pero uno no es de piedra y, además, Cristian ya le había visto desnudo, es más, le había hecho una mamada.

Cristian se dio la vuelta y sus ojos se clavaron en el rabo de su amigo, cuando lo vio, el suyo propio dio un respingo y empezó a crecer poco a poco. De una se bajo el bóxer dejando su miembro al aire y rápidamente con un movimiento de piernas se lo quitó y comenzó a ponerse el bóxer seco.

Lucas se fijo en el pene de Cristian, un poco mas pequeño que el suyo, y no lo llevaba depilado, llevaba el pelo bien recortado, pero había pelo.

Lucas cogió el bóxer seco, se lo puso también y le dijo a Cristian si se echaban unas partidas.

Los chavales se encaminaron al salón con Cristian por delante, ya el día anterior, Lucas había fijado sus ojos momentáneamente sobre el trasero de su vecino y no era para menos, el culo de Cristian era redondito, se veía a simple vista que estaba duro por el deporte y lo tenía ligeramente levantado. Lucas pensó que, si veía ese culo sin ver a la persona, fácilmente lo podía confundir con el de una pava. Al llegara al salón, Cristian rápidamente cogió el pantalón que se había quitado del suelo y se lo puso. Por el contrario, Lucas se sentó únicamente vestido con el bóxer en el sofá, cogió el mando de la Play y la encendió.

Le preguntó a su amigo a que le apetecía jugar, estuvieron un rato probando distintos juegos de deportes y en la mayoría Lucas era mejor que Cristian.

Pusieron también un rato el COD y jugaron por turnos, a una muerte, estuvieron jugando bastante rato. De repente, sonó el teléfono de Lucas, este dejo el mando, cogió el móvil y era su madre.

–Cristian, es mi madre, juega tu que voy a ver que quiere– dijo mientras se levantaba del sofá con el móvil en la mano y se sobaba el paquete que estaba a poca distancia de la cara de Cristian.

Lucas se fue a la cocina a hablar con su madre, a los 3 o 4 minutos, volvió al comedor y le dijo a su amigo, que era simplemente para decirle que llegaría tarde, que iban a cenar por el camino.

Eran las 19:00h y en esas Lucas le dijo que si se echaban unos partidos al FIFA.

Este le dijo que sí, que prefería jugar al fútbol, que en el COD no duraba nada. Lucas se levanto, saco un disco y puso el otro y le dio a cargar.

Mientras el juego cargaba, Lucas se acordó de un juego que hacía con sus amigos cuando eran mas pequeños y mirando a Cristian se lo contó.

­–Oye Cristian, vamos a hacer mas emocionante esto del FIFA, vamos a jugar apostando, al mejor de 5–.

Cristian le miro con cara de no entender… el día de antes habían jugado y casi todos los partidos los había ganado el… estaba claro que estaba en clara ventaja.

–Pero que dices, si te voy a machacar. Además, yo no tengo dinero para apostar– le dijo este pensando que con eso se le quitaría la idea de la cabeza a Lucas.

–Eso de que vas a ganar no lo tengas tan claro, igual ayer te dejé ganar…– le dijo mientras le guiñaba un ojo en plan de broma –que pasa, ¿que te da miedo perder?– le dijo con un tono mezcla de broma y chulería.

–A mí no me da miedo perder, se claramente que te puedo ganar con los ojos cerrados, pero ya te he dicho que no tengo dinero– sentenció Cristian.

Lucas se quedo pensando mirando hacia la consola, de repente se giró hacia su amigo y le dijo: –no tenemos por que apostar dinero… podemos apostar a retos– le dijo mientras se mordía el labio inferior de manera provocativa.

–¿A retos?– preguntó Cristian inocentemente –¿Qué clase de retos?–.

En ese momento Lucas sabía que el trato estaba aceptado, se volvió a girar para mirar a su amigo y le dijo…

CONTINUARA…

Espero que os haya gustado este tercer relato de esta serie. En esta ocasión, sexo hay cero, ya lo siento (no tengo costumbre de escribir este tipo de relatos/novelas y me cuesta introducirlo así de repente, prefiero ir creando los personajes, dándoles personalidad propia y dejando que las cosas vayan surgiendo como fruto del azahar, las hormonas, la situación, etc. Y haciendo que los personajes os vayan enganchando poco a poco).

Si os ha gustado este tercer capitulo, agradecería que me lo hicierais saber dejándome un comentario, tanto positivo como negativo, si os parece que los capítulos deben de ser mas “picantes”, decírmelo y lo intentaré.

Y a los que os “molestáis” en escribirme comentarios, gracias, se agradece un montón el apoyo y hace que cada vez me apetezca mas seguir con esta serie (que ya os adelanto, he guionizado completamente y como mínimo me salen 12 capítulos que se pueden convertir en muchos mas).