Capítulo 3 - El juego
Sofía a descubierto un nuevo mundo. ¿Hasta dónde será capaz de descubrir?
Una caricia me despertó, era Kyla, se había despertado y me estaba acariciando con las yemas de sus dedos toda la desnudez del cuerpo. -¿Como has dormido... ángel...? -Buenos... días... eh.. bien... gracias... Respondí sin saber que decir, mi marido podría llegar en cualquier momento, fue entonces cuando mi móvil empezó a sonar, mi marido, mierda. Cogí el móvil y contesté mientras Kyla se metía entre mis sábanas y me besaba el cuerpo. Yo intentaba disimular. -Buenos días cariño ¿Como va todo por ahí...? -Buenos días Sofi, vuelvo en 8h, me han adelantado el vuelo de vuelta, la reunión será dentro de 1h y será larga, un nuevo proyecto con dos expresas multinacionales de software y la oferta de un puesto nuevo de actualización en Estados Unidos que necesita una nueva cooperativa... cosas muy complicadas cariño, no quiero liarte, espero que todo vaya bien por ahí y estés bien tú. -Así es cariño, todo está bien por aquí, quiero que vuelvas pronto, echo de menos tenerte... aquí y en la cama... tu olor se va... Noté como su cara se estiraba y sonreía, lo pude sentir, sexto sentido femenino lo llaman. -Lo se cariño, yo también, pronto estaré ahí contigo, te quiero, no lo olvides... por cierto, han despedido al personal de limpieza, les deje el baño hecho unos zorros, la llamada de ayer me hizo vaciarme... pero esta noche me vaciarás tu.... y esa boquita... luego nos vemos cariño... -Adiós cariño....
Cuando colgué Kyla estaba aún jugueteando entre mis piernas -¿Quién te ha llamado, tú follamigo? -No, que va... es mi marido... Esta no se asustó y me siguió besando y jugando con mi clítoris. -Deja que te de yo el "Buenos días..." mientras él no está. Siguió con su perfecto y delicado oral y me hizo gemir, no cabe duda que esa mujer sabia como tocar y lamer una vagina... sus puntos débiles... -¿Alguna vez te has comido un coño...? Me preguntó y me quedé sin saber que decir -Am... no, soy heterosexual... Ella sonrió y me comió la entrepierna con hambre -No lo creo, después de haber estado esta noche contigo... tus gemidos de hererosexual no eran... Me hizo ruborizar. Tenía razón, cada vez me inquietaba más tener una mujer conmigo y que además me hiciera disfrutar. Siguió metiendo sus dedos dentro de mí y mi vagina los aceptó, torturó con maestría mi punto G hasta tensarse su brazo de la rapidez provocándome el squirt que se bebió con gusto. -Me encanta cuando una mujer se corre con estos deditos.. Se relamió los dedos y se colocó encima mío como el 69, ella se abrió de piernas y me invitó a probar su exquisito desayuno. Puse mis manos en sus perfectas nalgas y metí mi lengua en sus labios y le lamí, sabía algo salada, seguí probándole y succione su clítoris que salía ligeramente de su capuchón. Oí su gemido, parecía que estaba haciendo lo bien. Su lengua me lamia de arriba abajo y jugando con mi clítoris. -Sigue.. Me dijo. Y así hice. Me comí sus labios depilados y le saboreé con ansia, quería disfrutar de ella y de su cuerpo, le lamia con grandes lametazos, le saboreaba toda y me encantaba. Su lengua me lamia toda entera y con uno de sus dedos me penetró en el ano, lo lubricó y siguió mientras yo me estremecía, sentía un placer inmenso cuando jugó con su dedo en mi ano, quise hacer lo mismo pero por si acaso no lo hice. Unos minutos después de su oral ella se corrió con un espeso flujo que chupé y me tragué y yo con un squirt mojando la cama. Nuestros orgasmos fueron al unísono como las notas de un coro. El coro del placer. Del sexo. Tras el orgasmo ella cogió el vibrador que mi marido me había regalado para cuando estaba sola y se lo metió a la boca para que viera cuanto podía tragar, impresionándome de caberle hasta el rotor donde se encendía. Gemí de verle y al sacárselo lo introdujo en mi hendidura. Subió a mi y se comió mis pechos mientras ma masturbaba y penetraba con mi juguetito. Mientras el placer descendía in crescendo yo acariciaba su pelo y le pedía algún beso que otro. -Tus pechos son preciosos, me llenan la boca entera.... los quiero... jugaba con mis pezones y los deseaba retorcer. Se mojó los dedos para lubricarme y masturbarme mucho más suave con ayuda de su saliva, gemí, me gustaba como lo hacía. Sabia como dar placer. Yo le miraba como si no supiera que estaba pasando, todo era una armoniosa melodía de placer que no paraba de sonar en mi cuerpo, estaba de nuevo al borde del orgasmo y me corri de nuevo encerrando el juguete que vibraba intensamente dentro de mi. Lo deseaba tanto... gemí y se me escapó el nombre de mi marido entre los labios. Kyla sonrío como si supiera por que y me mordí el labio acariciando su sedoso pelo. Solo quería disfrutar de ella en ese preciso instante. Y nada más. Solo ella. Solo yo. Nosotras.
Paso el tiempo y durmiendo abrazadas sonó las llaves en la puerta, estaba atardeciendo ya, sin darme cuenta mi marido entró en la habitación con sigilo y nos vio durmiendo. Vio la situación y se quitó la americana, se sentó en su sillón y se cogió su vaso de Whisky para disfrutar de su mujer y su amiga en su cama durmiendo desnudas. Mi marido respeto la escena y únicamente bebió mientras nos miraba cada detalle, deleitando su salvaje mirada con una ereccion que sobrepasaba los límites. Pero con absoluto respeto hacia nosotras.
Me desperecé y Kyla dormía plácidamente. Vi a mi marido y me tapé con la sabana rápidamente saliendo de la cama. -No, no, no es lo que parece, te lo juro, de verdad, no... Agus... por favor, no... Mi marido me miro tranquilo y me dijo que me sentara encima suyo. Así hice y me miro acariciandome la barbilla y la cara. -Te quiero. Me dijo mirándole con una sonrisa y me besó largo y tendido agarrándome las nalgas con absoluta delicadeza. Y te he echado tanto de menos... No me tienes que dar ninguna explicación. Ella era mi sorpresa para ti, yo contacté con ella, ella está pagada para pasar una temporada con nosotros, respetando unos días para nosotros también, pero es parte de nuestro juego... así que no te preocupes, pene no entra en ti que no sea el mío. Y ahora quiero que entre en ti mientras ella duerme... aquí en mi sillón. Le miré atónita sin saber que decir y tragué saliva para pasar el nudo que se tenía en la garganta. Tuve que hacer acopio de valor para hacer lo que me pedía y comprender que no le estaba siendo infiel, que él lo hizo para tener un juego sexual conmigo. Un par de minutos me tome para asimilarlo y me quite las braguitas para satisfacer a mi marido, se dejo el miembro al aire aún con el traje puesto y admiré el poder que tenía con la ereccion al aire y aún vestido de traje, me dieron ganas de follarmelo ahí mismo, pero no iba a hacer eso, iba a hacerle el amor en su sillón. Con su mano me hizo una señal para que me sentara sobre el y así hice, me senté y me hundí todo su masculino y duro miembro en mi. Gemí del placer de volver a tener su cálido miembro en mi interior. -Agus.... Él me miro y me acerco a si, me comió la boca y gimió en esta. -Deseaba tenerte así para mi... pero me da mucho morbo tener a una mujer en nuestra cama que será nuestro pequeño juego... para que la llama de nuestro sexo no se apague... Yo le miré con cara de intentar comprender que todo lo estaba haciendo por mi. Por mi. -Hazme el amor cariño... Me respondió, y así hice, le cabalgue con cariño media hora en su sillón mientras me abrazaba, me besaba y acariciaba, hasta que mi orgasmo me tiró sobre él y me dejo dormir ahí. Acariciandome toda... su eyaculación me llenó a los 15 minutos y sentía su calidez en mi interior hasta que caí en un profundo sueño. No era consciente de lo que estaba pasando. No sabia... lo que estaba cambiando todo de repente.