Capítulo 2.8 - La psicóloga
El congreso/ Jueves (2/ 2)
Entré en la habitación y la verdad es que me sorprendió gratamente lo que vi, era bastante mejor de lo que me esperaba, con una cama bastante grande y una televisión, aunque era un inconveniente que no dispusiera de un baño propio... comí algo de lo que me había sobrado para cenar, me desnudé ya que no había cogido nada de ropa y me metí en la cama esperando poder dormir plácidamente durante toda la noche... ¡qué equivocada estaba!... era ya de noche y estaba adormecida cuando empecé a escuchar voces, ruidos, chirriar de muelles, gemidos, gritos, jadeos... más que un hostal aquello parecía la auténtica Sodoma y Gomorra.
No podía dormir, más bien el alboroto que había en toda aquella pensión no me dejaba dormir, empecé a dar vueltas en la cama y el roce de las sábanas con mi cuerpo desnudo me recordó las sensaciones que había experimentado la noche anterior cuando mi amiga aún vestida, tendida sobre mí, me besaba frotándose contra mi cuerpo... sentí cómo mi temperatura interior aumentaba y comencé a sentirme excitada recordando aquella mi primera experiencia sexual con una mujer... empecé a acariciar mi cuerpo con suavidad y buscando rememorar las mismas sensaciones que su ropa producía en mi cuerpo desnudo mientras me besaba, me acariciaba y lamía cada centímetro de mi piel... recordé también el fuego en mi interior que sentí después, cuando me lancé a besar sus labios y busqué desesperadamente juntar su lengua con la mía a pesar de ser la primera que besaba a una mujer... la explosión de sensaciones que experimenté cuando su lengua rozó por primera vez mi sexo y como a su vez yo también acabé haciéndole sexo oral... incluso recordé cómo en un momento de excitación máxima estuve a punto debengullir aquella pequeña polla que salía del agujero de la pared de la sala de aquel club... algo que estuvo a punto de suceder y que sólo impidió el gran orgasmo que experimenté al sentir por primera vez invadido mi ano... aunque más que una invasión propiamente dicha, fueran apenas un par de lametazos... ¡qué tremenda excitación sentí en aquel momento!... ¡qué increíble placer!
Dejé las caricias y metí un par de dedos de una de mis manos en mi coño, moviéndolos despacio al principio para hacerlo después con mayor velocidad... mis recuerdos de la noche anterior iban mezclándose en mi cabeza con los gritos, jadeos y gemidos de placer de hombres y mujeres que debían provenir de la mayor parte de las habitaciones de aquella pensión... en mi mente volvieron de nuevo las sensaciones experimentadas la noche anterior... sin dejar de masturbarme con una mano, metí dos dedos de la otra en mi boca y ya con ellos lubricados, busqué rozar mi ano suavemente hasta que alcancé un orgasmo largo e intenso, lanzando también al ambiente de aquella pensión mis propios gemidos de placer.
No sabría decir con seguridad a qué hora me quedé dormida, pero si lo hice fue más por el cansancio acumulado durante el día que porque los gritos, los jadeos y los gemidos que se escuchaban en aquella pensión desapareciesen... de repente me vi vestida de novia, de blanco impoluto, pues me casé siendo virgen, agarrada a los brazos de mi padre y bailando en una pista abarrotada de gente que nos observaba, nos vitoreaba y nos aplaudía... giré la cabeza vi también a mi ex-marido sonriente hablando con mi madre, guapo, guapísimo, impecablemente vestido con su traje negro... cuando la canción terminó se despidió de mi madre con un beso y un abrazo, y decidido empezó a caminar hacia mí con una sonrisa en los labios, hacia nosotros, estiró su mano agarrando una de las mías... mi padre me dio un beso en la frente y se retiró en busca de mi madre.
Mi ex-marido me agarró con fuerza apretándome contra él tras girarme, abrazándome con fuerza y acercando su cabeza por detrás besó mi cuello al tiempo que me susurraba que todo se había acabado, que el gran día ya estaba acabando y que ya no había motivos para que estuviera nerviosa... que ahora sólo nos quedaba disfrutar lo que quedaba de noche.
Un parpadeo después salíamos del ascensor y con sus fuertes brazos me levantaba como una pluma para recorrer el pasillo y cruzar el umbral de nuestra habitación mientras me besaba con una tremenda dulzura... con gran delicadeza y un exquisito mimo me dejó sobre la cama, como si estuviera hecha de la porcelana más cara y delicada del mundo, como si no quisiera correr el riesgo de que pudiera romperme o dañarme... noté su caricia en mi mejilla cuando tras quitarse la americana y la corbata se tumbó a mi lado en la cama, para nuevamente buscar con sus labios los míos... sus manos recorrían mi espalda y su boca se abría buscando introducir su lengua en la mía... su boca y su lengua fueron descendiendo a mi cuello para besarlo y lamerlo mientras deslizaba la cremallera de mi vestido.
Se levantó de repente y ofreciéndome su mano tiró de mí suavemente para que me levantara y me giró quedando a mi espalda... cuando estuve de pie volvió a besar mi cuello desde atrás mientras deslizaba suavemente mi vestido de novia por los hombros y éste caía al suelo... luego con sus manos comenzó a desabrocharse la camisa y al quitársela, puede ver su torso, su musculado torso... me abrazó fuertemente contra su pecho besando mi frente y desabrochó mi sujetador que cayó indefenso al suelo en cuanto nos separamos... desnudos ambos de cintura para arriba volvimos a tumbarnos en la cama y separando mis piernas se colocó entre ellas besándome con gran pasión y lujuria... para poco a poco ir descendiendo... besando y lamiendo cada centímetro de mi cuerpo y rozando mi piel con su barba recortada de dos días, provocándome escalofríos a la vez que me hacía cosquillas y yo emitía continuos gemidos y jadeos... se detuvo especialmente jugando con mis pezones, los cuales besó, lamió y chupó con gula mientras poco a poco se endurecían, llegando incluso a hacerme un poco de daño con alguno de sus mordiscos finales, mientras tanto, una de sus manos recorría el interior de mis muslos y la otra jugaba en mi ombligo.
Poco después su lengua se apoderaba de mi ombligo y su mano frotaba mi sexo completamente empapado sobre la ropa interior... sentí como el tanga que llevaba se despegaba literalmente de mi sexo cuando me lo quitaba y como su lengua tomaba posesión de mi tesoro mejor guardado... jadeaba y gemía como una loca, agarré fuertemente su cabeza presionándola contra mi sexo, para impedir que su lengua se separara de mi cuerpo un sólo centímetro... hasta que llevé una de mis manos a mi boca para mordiéndola intentan acallar los gritos del primer orgasmo de aquella noche, del primer orgasmo de mi vida.
Se levantó entonces y empezó a quitarse la ropa que le quedaba mientras yo observaba tumbada en la cama cada músculo, cada forma, fijándome en el más mínimo detalle de su cuerpo perfecto... me levanté entonces y fui a su encuentro devorándole la boca y agarrando su hombría con una de mis manos, pajeándolo suavemente... puse entonces mis dos manos en su pecho y le empujé para que se tumbase en la cama y me lancé encima colocándome a horcajadas sobre su cuerpo desnudo y volviendo a devorar su boca para luego ir bajando mis manos por su cuerpo acariciándolo lentamente con mimo, con suavidad, y recreándome en acariciar cada uno de sus pétreos músculos.
De pronto agarró mis muñecas con sus manos e hizo un movimiento brusco consiguiendo que diéramos media vuelta en la cama... ya colocado encima de mí, agarró su gran polla, la colocó a la entrada de mi coño encharcado y comenzó lentamente a meterla dentro mientras sus manos volvían a mis pechos y su boca volvía a buscar la mía... estuvo quieto en mi interior segundos que me parecieron años, hasta que por fin retrocedió y con un golpe de cadera la enterró completamente en mi interior... grité mi dolor y mi placer al sentir como mis entrañas se abrían, mi virgo se rompía y sus pelotas golpeaban una y otra vez en mi ano debido a sus acometidas... un movimiento rítmico que poco a poco fue acelerándose y acercándome de nuevo al orgasmo mientras gemía y jadeaba de placer cada vez más alto... hasta que un gran temblor me recorrió de arriba abajo precediendo a mi grito que anunciaba mi segundo orgasmo.
Sin darme tiempo a recuperarme me colocó en la cama a cuatro patas y metió su cabeza desde atrás entre mis piernas, lamiendo de nuevo mi intimidad para volver a degustar mis flujos y atrapando puntualmente mis labios vaginales entre sus labios, para darles por momentos suaves tirones que incrementaban el volumen de mis jadeos... de pronto sentí como con un par de dedos invadían mi intimidad y su lengua, sin despegarse de mi cuerpo, recorría el espacio que separaba mi sexo de mi ano... seguía moviendo sus dedos en mi interior y concentraba su lengua en mi ano... sentía escalofríos por todo mi cuerpo que me erizaban la piel y me hacían gritar de placer, su lengua recorría una y otra vez mi ano sin descanso... hasta que sus manos agarraron con fuerza mis glúteos separándolos y su lengua penetró en mi ano provocando que estallara nuevamente en un nuevo orgasmo.
Totalmente enloquecida por el placer sentí como separaba su boca de mi cuerpo y sus manos subían lentamente acariciando mi espalda, se desviaron a agarrar mis pechos y estrujaron mis pezones que estaban duros como piedras... llegaron a mi cuello y juntaron mi pelo en una coleta que agarró fuertemente haciendo que me incorporara y obligándome a girar la cabeza para besarme de nuevo... tras un largo beso volvió a empujarme para que volviera a colocarme a cuatro patas, una fuerte cachetada con una de sus manos en mi culo precedió al instante en que volvió a introducir su polla lentamente en mi interior... varios minutos bombeando me volvieron a transportar al borde del orgasmo y mis jadeos se convirtieron en gritos cuando uno de sus dedos volvió a rozar mi ano primero, para lentamente introducirse dentro de él poco después... continuaba bombeando con su polla en mi interior mientras sentía perfectamente como milímetro a milímetro, aquel dedo avanzaba en el interior de mis intestinos hasta estar completamente dentro... no dejó en ningún momento de bombearme con su gran polla mientras su dedo jugaba en el interior de mis intestinos y yo flotaba, varios minutos pasaron hasta que su dedo abandonó mi puerta trasera dejándome una sensación de vacío que inmediatamente fue calmada al sentir como eran dos los dedos que se empezaba a abrirse paso.
Completamente entregada y de nuevo al borde del orgasmo, comencé a acompañar mis jadeos y sus embestidas con el movimiento de mis caderas hacia atrás... buscando con mi cuerpo chocar contra el suyo, buscando hacer las penetraciones más profundas, buscando todavía un mayor placer... los minutos siguieron corriendo, minutos mágicos, minutos gloriosos donde gritaba, gemía, jadeaba... cuando los dedos de su mano abandonaron mi ano buscó apoyo en la cama con sus dos manos y el ritmo de las penetraciones se volvió infernal... giré mi cabeza para mirarle y su boca se juntó con la mía sellando mis gritos entre nuestros labios en el preciso momento que llegó otro de mis orgasmos.
Intentaba recuperar la respiración con mis dos agujeros palpitando cuando se acomodó de nuevo detrás de mí y sentí como su polla apuntaba en una dirección diferente... lejos de sentir miedo o temor, sentía una tremenda excitación... mi corazón latía con tanta fuerza que pensaba que iba a explotar y jadeaba todavía con mi respiración entrecortada... lo anhelaba, lo quería, lo deseaba... en aquel momento era lo único que deseaba, se lo pedí a gritos con impaciencia, con desesperación, llegando incluso a insultarle... entonces sucedió, sentí como hacía fuerza y mi ano parecía empezar a ceder ante la invasión provocándome un dolor que aumentaba mi excitación... hasta que de un sólo golpe de cadera se hundió por completo dentro de mí... ¡DIOS!
No sé si fue un grito proveniente de alguna otra habitación de aquella pensión o el grito lo había dado yo misma dentro de la mía... pero me desperté en medio de la noche algo desorientada y terriblemente excitada... palpé con mi mano la cama y sólo encontré una gran mancha de humedad en las sábanas... encendí la luz, miré a mi alrededor y me vi a mi misma sola, en una cama vacía, en la soledad de una pensión de mala muerte, en mitad de ninguna parte, a miles de kilómetros de mi casa, de mi hogar... las lágrimas volvieron automáticamente a caer por mis mejillas mientras en mi mente todo lo que acaba de soñar volvía a suceder... mi sueño... ¿o debería decir mi pesadilla?... no sabía qué pensar... ¿de verdad todo podría haber sido aquel día tan maravilloso?
Porque aquella del sueño nunca había sido yo... en aquel sueño acababa de revivir en primera persona una mezcla de la historia que me había contado mi ex-mejor amiga que había sucedido la noche de la boda de mi hermana, en aquella habitación de hotel, entre ella y mi ex-marido... el día que los pillé juntos engañándome, traicionándome... y lo que había experimentado en la sala privada de aquel club la noche anterior... me abracé a la almohada... aún con lágrimas en los ojos y un gran sentimiento de tristeza, recordé la cara de satisfacción de mi ex-mejor amiga y su tremenda sonrisa mientras dormía plácidamente en aquella cama, que debería haber sido la mía, cuando entré después de que mi ex-marido se fuese.
Abrazada a la almohada cerré los ojos y recordé el día de mi boda... pero no el idílico con el que acaba de soñar, el real... recordé que cuando abandonamos el salón donde se había realizado la celebración ya estaba atacada de los nervios y tenía una gran incertidumbre en mi interior, diría incluso, que tenía miedo a lo que iba a suceder en la habitación... recordé como entré en el ascensor con mi ex-marido aterrada, deseando que nunca llegáramos a nuestra planta... recordé mi gesto de rechazo acompañado de mis palabras de reproche hacía su intento de levantarme en brazos en el pasillo... recordé como corrí a esconderme en el baño nada más abrirse la puerta de la habitación poniendo el pestillo.
Me recordé sentada en el borde de la bañera, ignorando sus golpes llamando a la puerta hasta que finalmente dejó de hacerlo... entonces me desnudé lentamente quitándome todo excepto el tanga e intenté mentalizarme para lo que iba a suceder... me puse la bata del hotel y todavía esperé varios minutos hasta que abrí tímidamente la puerta del baño, intentando no hacer ruido y sacando la cabeza como un si fuese una espía... pude ver que ya se había metido en la cama, que estaba de espaldas y que parecía dormido... así que tratando de hacer el menor ruido posible me acerqué con sigilo y tras quitarme la bata me acosté a su lado evitando tocarlo.
Inmediatamente se dio la vuelta y me abrazó fuertemente contra él, sorprendiéndome por completo, haciéndome sentir su desnudez rozándose contra la mía y sin darme tiempo a reaccionar besó mis labios... abrió la boca y sentí su lengua rozando mis labios buscando introducirse en mi boca, pero no se lo permití... estaba nerviosa, asustada, temerosa... cuando quise darme cuenta estaba sobre mí, besaba mi cuello mientras con sus manos acariciaba mis piernas subiendo por ellas con suavidad y abriéndolas para poder colocarse entre ellas... agarré sus manos y entrelacé mis dedos con los suyos cuando sentí que se acercaban demasiado a mi tanga, lentamente llevé sus manos a mis costados a la altura de la cintura... agarré su cabeza cuando empezaba a besar mis pechos, obligándole a subir para que volviera a besar mis labios... intentó acariciar mi cuerpo y volví a agarrar sus manos entrelazando mis dedos con los suyos.
Separó sus labios de los míos y me susurró al oído que era preciosa... lamió y chupo mis lóbulos de las orejas, cada centímetro de mis labios, mi barbilla y mi cuello... hasta que llegó a mis pechos rodeando las aureolas con su lengua y succionando los pezones con mucha delicadeza arrancándome algunos jadeos... vio en mis jadeos mientras succionaba mis pezones la debilidad que buscaba y movió de nuevo sus manos acariciando con suavidad mi cuerpo... me apresuré a agarrárselas de nuevo, pero ya no me dejó entrelazar mis dedos con los suyos, las llevó a mis costados y empezó a hacerme cosquillas... para aprovechándose de mi risa bajar sus manos y agarrar mi culo con bastante rapidez, una rapidez que me impidió detenerlo.
Descendió entonces más por mi cuerpo y metió su lengua en mi ombligo mientras apretaba mi culo con sus manos... besó mi ombligo para luego volver a sacar la lengua y seguir descendiendo... nerviosa y temblando le agarré la cabeza... hice que me mirara mientras le negaba con la cabeza y tiraba con suavidad de su cuerpo hacia arriba... pareció decepcionado... pero me sonrió y subió por mi cuerpo lentamente, besándolo y lamiéndolo... volvió a besar mis labios y se colocó de costado, su cuerpo sobre la cama aprisionaba uno de mis brazos mientras mantenía sus piernas entre las mías.
Me susurró que estuviera tranquila... ¡qué fácil era decirlo!... agarrando una de mis temblorosas manos que estaban en todo momento sobre la cama... inertes, muertas y sin vida... salvo cuando las movía para agarrar las suyas... apretó mi mano contra uno de sus pectorales y luego sujetándola de la muñeca fue guiándola lentamente hacia abajo, haciendo que sintiera el tacto de cada uno de los músculos de su pétreo torso... hasta que sentí el contacto de mi mano en su polla, era gorda, muy larga y estaba dura como un palo... me asusté y traté de retirar mi mano como la niña que experimenta por primera vez el contacto con el fuego... volvió a susurrarme que estuviera tranquila... puso mi mano sobre su polla de nuevo y la apretó para que se la agarrara, apenas la abarcaba... retiró su mano ligeramente y yo intenté soltar inmediatamente su polla... me lo impidió y juntando sus labios con los míos acalló mis protestas.
Estaba atrapada, nerviosa, temblando... tenía miedo a que aquella polla enorme me destrozara... tenía los ojos cerrados... mis piernas abiertas con las suyas entre ellas, impidiéndome cerrarlas, su cuerpo sobre uno de mis brazos y mi única extremidad relativamente libre era la mano que estaba sobre su enorme polla, con su mano encima evitando que pudiera soltarla, ayudándome a moverla una y otra vez arriba y abajo.
Poco a poco fui normalizando la situación y unos minutos más tarde, aún algo nerviosa pero menos asustada, era yo quien meneaba su polla con suavidad sin que su mano me guiara... cuando pareció entender mi complicidad su mano soltó la mía, la subió hasta una de mis mejillas y giró mi cabeza para volver a besarme en la boca, a devorarme... noté su excitación, su pasión y su deseo en mi boca a través de aquel beso... su dedo índice fue bajando lentamente por barbilla, rozando con su uña todo mi cuerpo, jugueteando con mis pechos, con mis pezones, con mi ombligo para sin saber yo muy bien cómo acabar agarrando mi tanga.
Solté su polla alarmada cuando noté como un fuerte tirón arrancaba literalmente el tanga de mi cuerpo dejándome completamente expuesta... giró entonces su cuerpo y sentí el contacto directo de su enorme polla contra mi pubis... mordió el lóbulo de mi oreja derecha y me susurró que había llegado el momento de que dejara de ser su princesa, que iba a hacerme su reina, desde aquel momento y para siempre... apuntó la cabeza de su polla contra la entrada de mi coño... fue suave, delicado y muy lentamente fue metiéndola dentro de mí... sentía un gran dolor, gemía de dolor y notaba como si mi coño ardiese... hasta que algo hizo tope y se detuvo.
Besó mis labios con dulzura mientras acariciaba mi rostro, mimándome, yo alargué una de mis manos buscando la unión de nuestros sexos y descubrí con horror que apenas debía tener un tercio de su polla en mi interior... empecé a respirar agitadamente, muy asustada y completamente paralizada por el miedo... volvió a susúrrame al oído si estaba preparada y debió entender mi silencio como una aceptación porque con un golpe de cadera seco me penetró y me hizo sentir como si me partieran por la mitad, sentí que algo se rompía dentro de mí... mi grito de dolor y de miedo debió despertar a todo el hotel.
Muy alarmado se detuvo, se salió de mí y empezó a acariciarme la cara, los hombros, los brazos... preguntándome si estaba bien, si me había hecho daño... colmándome de pequeños besitos en las mejillas, los labios, la frente... mimándome con si fuera su bebé... y yo allí dolorida con las piernas abiertas y el coño ardiéndome, liberé todo el nerviosismo y miedo que había tenido hasta aquel momento explotando contra él.
Me lo quité de encima dándole el empujón más fuerte que fui capaz de darle en aquel momento... vi su cara de incredulidad y de sorpresa... me di media vuelta y agarré su almohada para lanzársela a la cara con todas mis fuerzas y decirle que se buscara la vida, que no pensara ni por un momento que aquella noche iba a dormir en aquella cama conmigo.
Abrí de nuevo los ojos de nuevo y me volvi a ver sola en aquella cama, en aquella habitación de una pensión de mala muerte en mitad de ninguna parte... abracé aún con más fuerza la almohada que tenía entre mis brazos... las lágrimas caían de nuevo por mis mejillas incluso con más intensidad y en mi mente se repetían una y otra vez las palabras de mi ex-mejor amiga... pedacito a pedacito... le has roto el corazón todos los días de tu puta vida humillándolo como hombre y como persona, haciéndolo sentirse siempre inferior a ti... pedacito a pedacito... y me hice una pregunta recordando la noche anterior en el club... ¿qué habría pasado la noche de mi boda si hubiese intentado disfrutarlo?