Capítulo 2.7 - La psicóloga
Jueves (1/ 2)
Me desperté muy tarde y con bastante dolor de cabeza, serían más de las once de la mañana... tumbada en la cama empecé a recordar todo lo que había sucedido la noche anterior, estaba muy confundida, muy avergonzada de mí misma y me sorprendí al sentir como un par de lágrimas recorrían mis mejillas... ¿cómo podía haber perdido los papeles de aquella manera?
Inmediatamente sentí la imperiosa necesidad de darme una ducha, me sentía sucia, muy sucia.... pensé que dándome una ducha podría limpiar mi cuerpo y hacer olvidar a mi mente todo lo que había sucedido la noche anterior en aquel club... estaba muy equivocada... limpiar mi cuerpo era fácil, me metí en la ducha y comencé a frotarlo con fuerza, diría incluso que con rabia, centímetro a centímetro... pero hacer olvidar a mi mente no lo era, bajo el agua de aquella ducha pronto se juntaron en mi cabeza dos sentimientos, la vergüenza y la excitación, ambos librando una batalla en mi interior que acabó convirtiéndose en un sentimiento difícil de explicar.
No sabría decir el tiempo que estuve bajo la ducha aquel día y tampoco sabría explicar el motivo por el cual cuando tomé consciencia de dónde estaba y lo que hacía, me estaba masturbando... con el telefonillo de la ducha en una mano apuntaba directamente el chorro a mi coño, buscando que golpeara sobre mis labios vaginales... mientras con la otra me lo acariciaba e deslizaba un dedo en mi interior... dentro fuera, fuera dentro... una y otra vez hasta alcanzar un orgasmo que a pesar de haber sido satisfactorio, me pareció decepcionante en comparación con el que había experimentado la noche anterior.
Al salir de la ducha, tras secarme, me detuve ante el espejo mirando mi reflejo... reconocía la imagen de la persona que me devolvía aquel reflejo, pero no reconocía la forma en que actuaba esa persona últimamente... ¿qué demonios me estaba pasando?... daba vueltas una y otra vez en mi cabeza sin encontrar la respuesta a la pregunta.
En un momento de lucidez, mi mente me ordenó hacer algo diferente... lo que fuera... necesitaba encontrar algo que hacer para no pensar en nada de lo que estaba ocurriendo en mi vida últimamente... cuando salí del baño envuelta en la toalla encontré la respuesta sobre la mesa, aquel paquete que me habían entregado el día anterior... poco me importaba en aquel momento la privacidad de mi paciente, ni me planteé si el abrirlo estaba bien y o estaba mal... necesitaba ocupar mi mente con algo, lo que fuera, y era aquello lo que tenía a mano.
Lo abrí y me encontré dos objetos... un pisapapeles de unos doce/ quince centímetros de altura, reproducción idéntica a escala de aquella extraña estatua que había visto el día anterior presidiendo la entrada del club de golf y un trofeo de unos veinte/ veinticinco centímetros... ya conocía el significado de aquella estatua, por lo que inmediatamente me fijé en el trofeo y leí la placa...
NCAA Regional Championship/ South-East Division/ Champion.
¿Qué significaba aquel trofeo?... debía averiguar su significado, esa era mi tabla de salvación en ese momento para evitar volver a dar vueltas en mi cabeza a lo que estaba pasando en mi vida... me vestí apresuradamente, salí de mi habitación y tras coger algo para comer durante el camino en el buffet del hotel me subí en el coche poniendo dirección hacia aquel club de golf.
Llegué al club de golf y me dirigí rápidamente a la cafetería, pero el personal de servicio era diferente al del día anterior, quizá porque era la hora de la comida... fui entonces al mostrador que había en la entrada del club para preguntar dónde podía encontrar más información sobre los torneos que había acogido aquel club... me indicaron que tenían una pequeña sala, una especie de biblioteca, donde guardaban mucha información sobre todos los torneos.
Cogió el teléfono y realizó una llamada... entre carcajadas dijo algo así como que estaba allí otro periodista que había ido para jugar a los detectives... ni le di importancia al comentario que había realizado, ni me molesté en corregir su afirmación de que era periodista diciéndole que mi verdadera profesión era psicóloga.
Tras hacerme esperar unos diez minutos en la entrada, apareció un hombre de alrededor de unos cincuenta años, calvo y regordete que me repasó varias veces de arriba a abajo permitiéndome ver perfectamente la lujuria que brillaba en sus ojos... se presentó como el director del club y me preguntó cómo podía ayudarme... por mi parte le comenté que había acompañado el día anterior a una amiga y había sentido curiosidad por la historia de aquella estatua que presidia la entrada del edificio... me indicó que avanzara por el pasillo delante suya y no tengo ninguna duda que no apartó sus ojos lujuriosos del movimiento de mi culo en ningún instante.
Abrió una puerta y me indicó una estantería donde podría encontrar toda la información que buscaba, me explicó que era una especie de hemeroteca donde ordenado por el año, se recogía toda la información referente a los torneos universitarios e incluso una gran recopilación de artículos de algunos periódicos locales y nacionales... al despedirse, volvió a repasarme de arriba a abajo varias veces y me recordó que avisara en información cuando me fuese para que pudieran volver a cerrar la sala.
Ya en la biblioteca, mientras buscaba el libro que recopilaba la información y los artículos periodísticos del año que buscaba, me empecé a reír sola al recordar la miradas lujuriosas me había echado el director de aquel club... menudo cerdo, un auténtico cromañón, un primate... comencé a ojear y leer muy por encima las páginas hasta que por fin conseguí encontrar un artículo sobre la final de torneo universitario de la NCAA...
Golf NCAA/ Finales.
Ayer comenzó en Kansas City el torneo final de golf de la NCAA... en un día marcado por el buen tiempo y la igualdad... la primera jornada fue relativamente tranquila y sirvió además a los jugadores como primera toma de contacto con el campo.
Sin embargo la gran noticia del día, la noticia que eclipsó a todas las demás en la primera jornada, no tuvo nada que ver con lo que sucedía en el campo... la noticia fue la sorpresiva ausencia del campeón de la región sureste del país y gran favorito del torneo para todos los expertos allí desplazados... se esperaba con expectación su participación tras la tremenda exhibición realizada la semana pasada en el torneo regional, un torneo que ha pasado a la historia del golf universitario y que ha sido bautizado como la masacre de The Maze [...]
La verdad es que no me interesaba demasiado leer toda la crónica del torneo final, aquel trofeo que tenía en mi habitación era del torneo regional... seguí pasando páginas de aquel libro hasta que finalmente encontré la información que estaba buscando.
Golf NCAA/ Regional sureste, la masacre de The Maze .
Hace tres semanas y ante la amenaza de suspensión que suponía el tercer gran huracán de la temporada, la NCAA, en una decisión que creó bastante polémica, decidió trasladar el torneo regional final del sureste que se iba a celebrar inicialmente en la costa atlántica del país para evitar alteraciones en el calendario.
Rompiendo la tradición, la NCAA dejó a un lado su tradicional apuesta por clubs modestos y escogió un lujoso complejo costero, bañado por las casi siempre tranquilas aguas del golfo de México, un complejo que dispone de hasta tres campos, en una zona donde abundan los pantanos tan tradicionales en esa zona del sureste del país.
Uno de los campos de ese complejo es famoso y temido en todo Estados Unidos, los lugareños lo apodan The Maze (el laberinto), y acogerá el próximo año a los mejores jugadores del mundo como sede de una nueva edición del US Open.
Los responsables de la NCAA aseguraron que al ser uno de los mejores clubs de golf del país, disponía de todos los medios para garantizar la celebración del torneo a pesar de las inclemencias meteorológicas, eso evitaría que el torneo regional tuviera que aplazarse y en consecuencia evitaría también el aplazamiento del torneo final previsto para la semana siguiente en Kansas City.
Hasta ahí todo correcto... lo que nunca imaginaron los responsables era que las inundaciones provocadas por las lluvias asociadas al huracán, ahora convertido en tormenta tropical, iban a dejar bajo el agua más de la mitad del campo designado inicialmente y gran parte del complejo... el miércoles por la tarde con todos los jugadores clasificados ya presentes, en una reunión de urgencia, se decidió jugar en el único campo que no estaba parcial o totalmente sumergido bajo el agua... se jugaría en The Maze.
Y The Maze es un campo temible, junto al Augusta National de Georgia sede del Masters, el campo más difícil y temido del sureste del país y sin duda uno de los diez campos más difíciles del mundo... construido en una zona boscosa que termina abruptamente en unos espectaculares acantilados golpeados una y otra vez por las aguas del golfo de México, destaca por sus grandes desniveles, por la irregularidad de sus estrechas y serpenteantes calles entre árboles y por las decenas de riachuelos profundos que llegan a formar cuevas subterráneas para llevar sus aguas al casi siempre tranquilo golfo de México.
El jueves por la mañana, en un día frío marcado por una fina lluvia intermitente y un fuerte viento racheado provocado por los últimos coletazos del temporal, algo más de un centenar de jugadores debían enfrentarse al monstruo... un monstruo aliado con las fuertes e imprevisibles rachas de viento que surgían intermitentes de entre los árboles... el objetivo de la primera jornada era muy simple... sobrevivir como fuera posible.
No todos los consiguieron... una veintena de jugadores vieron como su recorrido se acababa antes de tiempo y eran descalificados al no poder terminar el recorrido con las bolas permitidas por el reglamento... entre ellos mencionar al jugador número uno del país y campeón del torneo nacional de la NCAA del año pasado que vio cómo su última bola de la cesta era parada literalmente en el aire por una ráfaga de viento cuando sobrevolaba el lago, cayendo verticalmente a él como una piedra, en su segundo golpe al hoyo diecisiete... unas imágenes que captadas por un video aficionado, ya se han vuelto virales y han abierto algunas secciones deportivas de informativos televisivos de algunas cadenas regionales.
Al final del primer día los números hablaron... en un campo de par setenta y dos, sobraron los dedos de una mano para contar los jugadores que lograron bajar de ochenta.
Pero en este tipo de campos siempre hay lugar para las hazañas... en la jornada del jueves esa hazaña fue realizada por un alumno de una pequeña y desconocida universidad que sin estar clasificado entre los mejores cien jugadores del país, realizó toda una exhibición propia de los mejores profesionales del mundo y ayudado de un extraño palo que recordaba al garfio que utilizaban los piratas como mano hace siglos, sorprendió a todos haciendo el par del campo en esas infernales condiciones.
No contento con lo realizado el primer día, ante aproximadamente un centenar de boquiabiertos curiosos, en una segunda jornada marcada por la calma posterior a la tempestad, se permitió el lujo de batir el record del campo... un record estratosférico, prácticamente inalcanzable, y que veremos si el año que viene es capaz de batir o igualar alguno de los mejores jugadores del mundo cuando acudan a su cita anual con el US Open.
El fin de semana ya no hubo historia, ni torneo... campeón del sureste con mayúsculas en el temible The Maze y nos aventuramos a avanzar que campeón nacional la semana que viene en Kansas City... los que lo hemos visto jugar esta semana no tenemos dudas, el último huracán que ha asolado el sureste del país se ha llevado muchas cosas, pero a los que seguimos el mundo del golf nos ha sorprendido destapando una estrella.
¿Una estrella?... eso eran palabras mayores... cada vez me parecía más rara toda la historia que rodeaba, misteriosa, a mi paciente... ¿por qué alguien renunciaría a todo de la noche a la mañana?
Busqué entonces información sobre aquella universidad y descubrí que no estaba demasiado lejos de donde me encontraba, algo menos de cien millas en dirección contraria a mi hotel... miré el reloj y eran casi las cinco de la tarde, tenía dos opciones... comía algo en el pueblo cercano, daba una vuelta para visitar los alrededores y me iba de vuelta al hotel o cogía el coche y ponía rumbo a aquella universidad.
Opté por la segunda opción... compré algo para comer sobre la marcha en una cafetería y tomé la interestatal dirección noroeste, rectas interminables sin nada a lo que mirar salvo la líneas blancas de la carretera y paisajes casi desérticos que eran interrumpidos puntualmente por alguna granja plagada de animales.
Un par de horas más tarde, divisé a lo lejos aquella pequeña ciudad en medio de ninguna parte, parecía realmente muy bonita... aparqué fuera del campus universitario y fui paseando por los alrededores, me sorprendió la gran mezcla racial de sus habitantes... blancos, negros, hispanos, asiáticos... muchos niños corriendo alegres por las calles y los parques, jugando entre ellos y divirtiéndose... me pareció una ciudad verdaderamente muy acogedora.
Pasear por aquella ciudad me hizo sentirme por primera vez en días tranquila y relajada, recordé la conversación surgida con mi amiga en el restaurante el día anterior y empecé a plantearme que al igual que había tenido razón cuando insistió en que no me quedara en el hotel porque me deprimiría todavía más, quizá también tenía razón cuando me sugirió tomarme unas vacaciones, hacer algo que me sacara de la rutina, disfrutar de un ambiente diferente y pensar qué hacer con mi vida... en aquel momento lo único que me unía a mi hogar eran mis pacientes y tampoco es que fuera una época donde tuviera demasiado trabajo, tenía dos o tres sesiones diarias y no sería un inconveniente enviarlos temporalmente a algún colega.
Pero me hacía dudar era la soledad... ¿qué podía hacer sola en un sitio nuevo y sobre todo en un país con un idioma diferente?... ella había sido un buen apoyo tras todo lo sucedido últimamente en mi vida y durante el congreso... estaba segura que le había caído bien, igual que ella a mí... podíamos incluso acabar siendo buenas amigas, sin embargo, lo que había ocurrido entre nosotras la última noche podía estropear esa amistad.
Bueno, ya tomaría una decisión definitiva sobre qué hacer, no era algo que tuviera que decidir en ese momento... era jueves, hasta el domingo por la tarde no salía mi avión y había tiempo de sobra para seguir pensando en ello... me encontraba en aquella ciudad y de camino a aquella universidad por otro motivo diferente... ya hablaría con ella si nos volvíamos a cruzar por el hotel, y si no coincidíamos, tampoco pasaba nada, me volvía a casa y buscaría un destino nacional.
Dándole vueltas a la cabeza sobre qué hacer y qué no hacer mientras caminaba por aquella ciudad, se me fue el tiempo... comenzaba a anocher y cuando llegué a la universidad ya estaba cerrada... pensaba seguir adelante a ver qué podía averiguar de toda aquella historia, pero eso debería ser al día siguiente... decidí que lo mejor era no regresar esa noche al hotel del congreso, más de dos horas conduciendo durante la noche era lo que menos me apetecía en ese momento y además tendría que regresar al día siguiente... me monté en el coche y busqué un sitio para dormir en aquella ciudad y fui recorriendo las calles hasta que encontré una pequeña pensión en las afueras.
Exteriormente era muy cutre y se veía bastante descuidada exteriormente, pero tampoco iba a buscar un hotel de cinco estrellas para dormir una noche... había además un club cercano donde se oía música y parecía haber bastante gente debido al gran bullicio que se escuchaba.