Capitulo 25. andy
Aitor, empalmado como un burro, se folla al primero que se cruza por su camino, y este es Andy
Los ojos del chaval, que no se esperaba nada, de hecho no había visto a nadie por el vestuario, cuando le atacaron sorpresivamente por la espalda, empezaron a echar lagrimitas de dolor y de su boca salió un grito que Aitor aplacó con su mano tapándole la boca por detrás.
Andy no sabía muy bien qué estaba pasando. Aitor, mayor que él, delgadito, flacucho, rubio de pelo tapándole los ojos, le había clavado en su culo algo que parecía un cilindro de hierro, que era su pene delgado, de 17 centímetros de largo. Los ojos llorosos de Andy, por su abrupta invasión anal, seguían echando lágrimas. Aitor, que se empalmaba sin nada, con 10 supositorios de viagra en su ano tenía una empalmada como nunca en su vida. Nunca había notado su pene tan gordo y tan largo, tan duro y tan vital. De hecho si le hubiesen puesto enfrente una cabra o un perro, le hubiese dado igual, y se lo hubiese follado.
Aitor puso a Andy a cuatro patas sobre la camilla en la que hasta hace poco había estado él acostado, y se lo folló rápida y brutalmente.
Zas, zas, zas, zas, zas… Aitor parecía una máquina. Un robot follando a ritmo de conejo.
Zas, zas, zas, zas. Una y otra nalgada
El pene de Andy estaba erecto hacia adelante y goteando (señal de que en el fondo, a pesar del dolor inicial de la sorpresiva embestida de Aitor, ahora lo estaba disfrutando). Su culo estaba siendo brutalmente follado en una nueva experiencia para él.
Aitor agarraba con un brazo por el pecho al joven Andy para que no se pudiese escapar mientras casi lo violaba.
En esto, otro chiquillo muy despistado, del corredor de Andy, había accedido a aquí por el laberinto.
El ojete de Andy ardía como si le hubiesen follado con un hierro al rojo vivo, hasta que Aitor se corrió en sus entrañas con unos 7 trallazos de semen, que en fin aliviaron y refrescaron el ojete de Andy.
Aitor había visto aparecer, mientras se follaba a cuatro patas sobre la camilla a Andy, a Elias, que era así como se llamaba el muchachito moreno de piel y de cara, con pelo rizo apretado, y un penecito casi infantil a pesar de sus 21 años, que acaba de entrar del vestuario 23 en el 18. Lo había visto de espaldas, con su gordo culete, lejos de ellos, en la zona de duchas. Por esa razón, para no ser oídos mientras follaban, y para que no gritase Andy y asustase al chaval, Aitor le tapó la boca con la mano a Andy, que al final de la gran enculada que le estaba dando, sólo gemía de placer.
Aitor una vez hubo terminado de eyacular dejando el culo de Andy inundado y a este tumbado boca abajo en la camilla, agotado. Se salió rápidamente del culo del chaval y corrió sin hacer ruido, casi de puntillas, hacia Elias. Andy estaba en la camilla con su culo lleno de su semen, recuperándose de la gran cogida. Y cuando Elias se iba a dar la vuelta y girarse porque sintió un ruido de espaldas a él –Aitor avanzando–, ya tenía a Aitor al lado. Aitor le cogió en brazos y lo puso de espaldas contra una pared, bajándole sobre su enhiesto pene que atravesó el culo del niño como si fuese un cuchillo a la mantequilla.
Aitor que tenía una super polla –en el fondo ahora se lo estaba agradeciendo a Pascual que le hubiera engañado y violado así, tan vilmente–, tenía un ímpetu sexual que parecía un tigre o un caballo. El chico cayó con su peso sobre su polla y a medida que se la iba penetrando Aitor fue disfrutando de los gestos de dolor que el pequeño Elias ponía en su cara…
–Diossss, gimió Aitor, inundando el culote Elías con otra superabundante carga de semen.