Capitulo 22: isaac

Siempre está bien tener sexo con un guapo deportista

En la zona normal de la isla, como os hemos dicho, había muchos chicos que no hacían nada mas que estar todo el día tumbados, relajarse y tomar el sol, o bañarse (bueno, y follar y mamar por todos los lados: bosque, jardines, playa, instalaciones). Algunos se pasaban todo el día en la playa o en el lago o en la piscina del complejo (bueno, había muchas piscinas: para nadar, recreativas, con toboganes, de olas…) otros jugando (waterpolo, volea-playa, tenis…), otros disfrutando de la lectura bajo una palmera tomando una agradable bebida o picando algo de comer… Pero como os hemos dicho en la isla también había diferentes equipos deportivos con sus instalaciones, lo cual venia muy bien porque es muy sano hacer deporte y porque había a quienes les ponía cachondos la gente musculosa, fibrada, con cuerpos cachas, en fin los deportistas (a otros les gustaban los niños con barriguita, los fornidos, con pelo en el pecho, anchos como Rubén -ya habéis leído su historia en capítulos anteriores con Justin-… en fin, había para todos los gustos). Pero a los que les gustaban los chicos cachas y esbeltos, tenían la oportunidad de verlos asistiendo de público a los entrenos y a los partidos. Incluso podían follárselos en los vestuarios al finalizar el partido, como hizo Justin con un nadador, un jugador de baloncesto y un lanzador de pesas (leed capítulos anteriores).

Pero el deporte daba la posibilidad de conocer más de cerca a un grupo de muchachos y entablar relaciones de amistad, amor o sexo (el contacto en el campo, el verse desnudos con las pollas y culos tan cerca en las duchas o en los vestuarios, la complicidad y el espíritu de equipo…) El estar varios días a la semana juntos en los entrenamientos acercaba mucho a los chavales de cada grupo (y a los entrenadores a los chavales que entrenaban). Creaban así unidades como familias.

Isaac tenía 24 años y acababa de entrar en el equipo de baseball. Era guapote, moreno de pelo. Llevaba pelo pincho. Aún no tenía el cuerpo formado, era su primera asistencia a un entrenamiento con el equipo (cada cual podía decidir entrar o no a cualquier equipo a la edad que quisiera). Y hoy se acababa de probar el equipo de beisbol.

Algunos fetichistas se acercaban a los deportistas también por esto: por ver rebotar pollas morcillonas dentro de los anchos pantalones de baloncesto, por ver marcar paquete a los ciclistas, por los ajustados petos de una sola pieza, de lycra, de los atletas y lanzadores de peso… por los trajes de natación, bañadores, speedos… O incluso había a quien le daba morbo la equipación del traje de rugby, con esas hombreras anchas, el protector de pene… O, en este caso, el largo pantalón blanco que no marcaba nada, del equipo de beisbol. Isaac se había probado la equipación y estaba sentado con el pantalón (nunca había llevado uno largo y parte superior de la equipación) (en la isla era habitual ver a la gente ir desnuda o con bañador. Isaac estaba sentado con las piernas abiertas en arco, dando una visión, a cualquiera que le observara, del arco donde escondía su pene. Se le veía muy sexy sentado con las piernas arqueadas. Lo mejor de los chicos del beisbol era su traje de equipo. El pantalón largo blanco hacía que cuando se sentaban con las piernas en arco, se insinuase sutilmente su zona anal y paquete que ocultaban con protecciones o cock pits.

Isaac era un joven guapo, de cara de niño, ojitos tiernos y sonrisa picarona.

A Isaac le tenían sus compañeros de equipo una sorpresa preparada. Y cuando tras acabar el partido de entrenamiento, cuando entró en el vestuario con el resto de compañeros de equipo, y empezó a desnudarse, todos se guiñaron un ojo y cuando Isaac estuvo completamente desnudo, todos se pusieron a su alrededor para besarle. Uno le agarró por su espalda y empezó a besar sus orejas bajando a su cuello. Otro lamía, arrodillado, su ojete. Delante de él tenía también arrodillado a otro compañero de equipo que se metió en su boca su pene. Mientras otro le estaba besando con lengua, profundamente.

Isaac fue feliz con este recibimiento. Sus compañeros le querían en el equipo, le apreciaban y les había gustado. Tanto que querían darle cada uno una dósis de vida y de fuerza.

El que le estaba comiendo la oreja enseguida pasó su lengua por el cuello y le frotó la espalda. Mientras Isaac sólo gemía de placer. Estaba en las nubes. Tenía otros tres chavales, guapos, más musculosos que él porque ya llevaban tiempo en el equipo, en diferentes partes de su cuerpo, dándole todos placer a la vez. Y es que mientras Bobby, un rubio norteamericano de 25, le comía la oreja, John le comía la polla que se le estaba poniendo tiesa a Isaac y echando pre-semen. Tom le estaba mamando el ojete dandole un placer anal con su lengua y barba corta rozando el perineo, que Isaac nunca pudo imaginar. Y mientras por delante John estaba de rodillas comiéndole la polla, Robert le estaba de pié chupándole sensualmente los pezones.

Tom, que había dejado el culo de Isaac suficientemente relajado con su lengua, y bien lubricado con sus chupetones (salivó abundantemente a adrede en la raja del culo de Isaac), se retiró sutilmente dejando vía libre a Bobby, que ya estaba totalmente empalmado, y mientras relajaba a Isaac comiéndole y babeándole el cuello, aprovechó el relax de Isaac para perforarle anualmente clavándole hasta los huevos, en una rápida embestida, sus 16 centímetros de polla.

Una lagrimilla salió del ojo de Isaac por lo brusco de aquella cogida. Pero el placer de comerle la polla y las tetas equilibraron la balanza.

Robert subió de lamerle el pecho y metió su lengua en la boca de Isaac mientras era follado por Bob. Tom se puso detrás de Bob y con sus 18 centímetros de polla empezó a follar a Bob cuando se iba hacia atrás al sacar su polla de Isaac para tomar impulso. Bobby, que no se había imaginado esto, se echó con ímpetu hacia adelante clavándole de nuevo profundamente en el interior de Isaac que dio otro Ohhhhh. Bob se echó de nuevo para atrás para coger fuerza y seguir follando a Isaac profundamente, y cada vez que se echaba hacia atrás se empalaba en la polla de Tom, formando un trenecito.

La situación por delante también degeneró. Mientras Rober morreaba a Isaac dándole un gran placer al nuevo deportista, no se dio cuenta que John había dejado de mamar la polla a la nueva incorporación del equipo y se había puesto detrás de él. No lo notó hasta que John le clavó su polla.

Aquel vestuario era un frenesí sexual. Los chicos intercambiaron todos sus posiciones hasta que todos se hubieron follado entre todos. El único que no había follado a nadie era Isaac, que había recibido 4 buenas dósis de semen anal, y posteriormente hizo 6 mamadas, una a cada uno de los 6 compañeros de equipo que le habían dado una sorpresa de bienvenida. 10 descargas de semen en su interior. Sin duda una buena forma de darle fuerzas para que lo hiciera mejor en el siguiente partido (el semen, como sabemos, era revitalizante.)

Bienvenido al equipo