Capitulo 21, shanilo me folla

...los supositorios tienen dos partes... una relajante y otra vigorizante (viagra). Y cuando se pasa el efecto de una actúa la otra. Follar y ser follado: esa es la vida en la Isla

El pene de Shanilo estaba como un mástil. Yo permanecía entre sus piernas con mi pene aún descargando trallazos de lefa dentro de su culo… Tres minutos más tarde cuando el último lefazo fue absorbido por sus intestinos y mi pene fláccido se escurrió fuera de su culete… el ya de por sí grande, grueso y largo pene de Shanilo estaba que no podía más: parecía un garrote de hierro apuntando tieso en lo alto.

«Ahora te vas a enterar« me dijo Shanilo sin saber quién era yo (yo era un hombre de negro, su jefe, pero él lo ignoraba)

Shanilo se incorporó, puso sus pies en el suelo, y sentado en la camilla me agarró por los hombros. Fue tan rápido que me pilló por sorpresa.

Shanilo se puso de pié y me giró. Ahora el que estaba tumbado sobre la camilla, boca arriba, era yo.

El efecto de los supositorios había hecho efecto… y tras el blanco relax ahora Shanilo vivía el azul viagra que lo había dejado súper-súper empalmado. Una empalmada como nunca había tenido. Y es que si bien su polla era grande, con 6 supos de viagra, aquello parecía hierro.

De repente me encontré tumbado boca arriba, con mi espalda en la camilla, mis piernas flexionales, mirando al techo. Shanilo acercó mi culo al borde de la camilla, puso mis pies sobre sus hombros, facilitando mi apertura anal. Su polla estaba a la altura de mi ojete. Y zassssss!! Me penetró

Fue todo tan rápido que casi no me dí ni cuenta de qué estaba pasando.

La carita picarona de Shanilo me esbozaba una sonrisita cuando su pene traspasó mi ojete y vio mi mueca de sorpresa y dolor, porque yo no estaba lubricado. Pero su pene perforó mi culo como el cuchillo la mantequilla.

«Me follaste eh

Te gustó eh perro

–me gritaba Shanilo como vengándose

«Ahora vas a saber lo que es bueno

Y de un arreón todo su largo mástil de 18 centímetros se hundió en mi ano llegando sus pelotas a rebotar en mi perineo como si fuese un frontón.

Shanilo no la sacó. Dejó la polla dentro, como un hierro al rojo vivo.

Uaaaaaagghhhh grité

Y él se rió, pero no a carcajada sino con el esbozo de una sonrisita maliciosa, pícara.

Shanilo fue sacando su pene poco a poco, lentamente, hasta que sólo quedó el glande dentro de mi cuerpo y dio otro rápido arreón y me lo metió al fondo

Ahhhgggg

Y repitió la operación más rápido, y más rápido, y más rápido, y más rápido

Mi cara se desencajaba… Y mis gemidos podrían haberse oído por todo el complejo si aquella habitación no fuese de hormigón.

Aún me quedaban 15 minutos de arreones para que los supos dejasen de hacer efecto en Shanilo. Aquello no lo había planeado.

Mi esfínter anal escocía al roce de tanto mete y saca de un pollón que parecía de acero.

15 minutos después, en una última y profunda estocada, Shanilo se corrió en lo más hondo de mi ano… y cayó derrumbado, de cansancio, sobre mi pecho, con su pene aún rígido, dentro de lo más profundo de mi cavidad anal… No se había deshinchado nada… Seguía garrote echando borbotones de semen en mis intestinos.

Shanilo me abrazó. Yo yacía tumbado boca arriba, él sobre mi. Cabeza sobre mi pecho, subió a mi boca, su pene aún en mi ano… y me besó. Abrí mi boca y compartimos fluidos. Me excitaba la situación. Sentía todo el peso del cuerpo de Shanilo, un muchacho grandote… que no sólo me había dado un placer anal inimaginable, sino que ahora me estaba besando como núnca nadie antes había hecho.


(continuará)

Leed los episodios anteriores.

Libro 1: LA ISLA DE LOS MUCHACHOS. Capítulos 1 al 16

Libro 2: LA ISLA DE LOS MUCHACHOS PARTE 2 (CONTINUACIÓN) capítulos 17 al 44