CAPÍTULO 2-La chica adecuada, en el lugar equivoc

Segunda parte

CAPÍTULO 2- La chica adecuada, en el lugar equivocado

Corriendo volví con aquel desconocido del cual me serví como si de un festín se tratara, le agarré para que viera lo que ocurría, ya que me quedé un poco asustada, el también pareció cohibido por la imagen de aquel hombre tirado en el suelo, atónita mente nos quedamos observando, me di cuenta que no sólo estaba elegantemente vestido, si no que llevaba reloj, anillos y demás parafernalia, pero todo de supuesto oro, después de recuperarme del shock momentáneo, decidí mirar si tenía pulso y respiraba, parece que no, de echo observé en su boca, una especie... de espuma blanca, miré a mi reciente compañero, por llamarlo de algún modo, le pregunté -¿Cómo te llamas?- a lo cual respondió -Me llamo Ben- supuse que fue Ben proveniente de Benjamin, nombre judío supongo, pero no era hora de cuestionar esa duda, le pedí ayuda para mover lo para ver si podíamos hacer algo por él, entonces de su bolsillo calló su cartera,

Nikolay

Semiónov ponía en su carnet de conducir, suena... a ruso, ni puta idea, el caso es que volvímos a intentar cojerle el pulso pero nada... registré la cartera para ver si podía averiguar más cosas y derepente asomó un increible fajo de billetes, yo me quedé alucinada -Esto es lo que gano yo en dos meses!!!!!- y al momento caí en la cuenta de que se me había pasado el maletín que tan bien agarrado tenía, le dije a Ben... que si se atrevía a abrirlo, este dudó un poco, algo que me suponía, entonces intenté abrirlo, no caí en la cuenta que tendría algún tipo de seguro, no se podía abrir, y nos quedamos pensativos durante unos instantes.

  • Espera, se como forzarla- Dijo Ben con un pequeño balbuceo provocado por el evidente aumento de alcohol en su cuerpo.

  • ¿Enserio? Para conocerte de hace poco, me estás dejando flipada, con tus cambios de estado.

  • ¿Quieres que lo habra o no?

  • Sí sí, venga a ver si tienes huevos rubito.

  • Ahora verás.

Este chico sacó daba la sensación de que vacilaba de vez en cuando, pero demostró con echos lo que anunciaba con sus palabras, descendió hacia el maletín, sacó de su bolsillo un pequeño objeto metálico que no consegui ver, y en cuestión de diez segundos, o quince, no recuerdo, abrió el maletín, durante ese instante, me pareció realmente sexi, un chico tan callado de primeras, con unas reacciones inesperadas, daba a entender que era interesante, impulsivamente le dí un pellizco en el culo, para ver su reacción jeje, me miró con ojos de querer comerme, y le dí fuerte con mi palma en su gluteo, lo tenía bien formado -¿Vas al gimnasio o algo?- y rápido respondió -No, pero en mi trabajo hay que usar mucho el cuerpo- pero no me desveló el secreto de su ocupación, pero daba igual en aquel momento, ya que lo que vimos en el interior de ese maletín, es de aquellas cosas, que sólo ves una vez en la vida, por lo menos para las personas de nuestra clase, aquello relucía metafóricamente hablando, nunca había visto tanto billete junto, nos tocó la lotería, eufórica por la situación y el efecto del alcohol aumentando por momentos, empecé a abrazar a Ben, pero de repente, entró alguien a hacer sus necesidades, rápidamente cerré la puerta, y repetí la operación de cerrar el pestillo, aún así seguía en el mismo estado, incluso, me sentía muy morbosa, y mi reacción fue sentar a ben en la taza sentarme encima de él y dejarlo sin boca prácticamente, ya casi era absorvida por la mía, y no me importaba nada, el cuerpo posado en el suelo, pero es lo que tiene una buena borrachera, que se suelen ignorar los detalles exteriores, la situación había cambiado por completo, Ben no se andaba ya con rodeos, con sus firmes manos, agarró por completo mi trasero, creando una apertura lo suficiente como para jugar ahí abajo con sus dedos, mi tanja que quedó mojado por la situación anterior, era ahora un estorbo, asi que lo apartó a un lado, con una mano, dejando mi coñito abierto con dos de sus dedos, con la otra mano, agarró uno de mis pechos, haciendo que me inclinara hacia atrás, empezó a deborar mi pezón, y yo me agarré a sus fuertes hombros, asi que aprobechó esa sujeción para empujarme un poco más para tener más accesible mi sexo, empezó a dirigir sus dedos a mi interior, sin dejar de usar la mano de atrás de mí para mantener la apertura de mis labios vaginales, y aunque su herramienta estaba guardada, los sucesos ocurridos hasta ahora le hicieron olvidar cerrarse la bragueta, volvió a ponersele dura por momentos, el ceñido calzoncillo que llevaba no conseguía retener mucho las ansias de deseo, asi que con un pequeño tirón de la tela la liberé una segunda vez aquella noche.

  • La quiero dentro cariño, ¿O es que no ves la catarata que te está empapando los dedos?

  • Pues tu eres la que estás manejando ahora, sólo tienes que dirigirla a donde la quieras tener.

Sin tiempo para hablar más, me avalancé adelante colmándolo con mis voluminosas tetas, sin dejarle visión, asi que como siempre decidí jugar un poco, y empecé a golpearme con su cabecita carnosa en mi clítoris y alrededores, empezó a suspirar de forma un poco descontrolada, fue el momento perfecto para dejar de ser tan mala, metí la punta, removí un poco por dentro, para dejarlo con un poco más de ansia, aunque a mi me provocaba el mismo efecto, era evidente por la mezcla de nuestros flujos y lo ardiente que estaba aquello, con un empujón provocado por mi cintura y ya ayuda de mi mano, aunque con un poco de dolor, casi inapreciable comparado con

el placer que me estaba provocando, la mitad de aquella extensa polla entró de golpe, milésimas de segundo después, fue él quién pegó el último empujón, haciéndome auparme, mi gemido y mirada hacia su pecho delataron el aviso del primer de mis orgasmos, no voy a detallar todos los que voy a tener en este polvo ya que me repetiría demasiado, asi que os lo dejo a vuestra imaginación, pocas veces me he sentido tan falta de espacio por dentro, le empecé a agarrar fuertemente partes de su espalda, pequeños arañazos fueron invetables, pero o era eso, o le mordía, para evitar la serie de gemidos incontrolados que estaba intentando controlar, sin embargo tube que morderlo también, sus manos empujaron mi cuerpo contra él, y yo no pude contener mis dientes en su cuello, por suerte, era tal la embestida que propinó, que mi gemido fue de los que parece que te roban todas las fuerzas, con cara de haber corrido una maratón, ojos medio cerrados, boca desencajada, y saliva asomando por las boqueras, yo ya era completamente suya, asi que aprobechó y con movimientos de cadera y yo con mi cuerpo a su merced provocado por los multi orgasmos de los cuales perdí un poco la cuenta, parecía como si yo fuera un inmenso imán y el fuera el objeto de mi atracción y se intentará escapar, pero volvía atraido por mi fuerza, aunque evidentemente, él intento de escape queda descartado, y derepente algo hizo que me espabilara, algo que dejó rojo mi cachete derecho, lo que hizo que me diera aspecto de poseida, ya que es uno de mis puntos flacos, y empecé a larmelo por donde me venían ganas, cara, boca, cuello, agarré su cabeza y usé su faz como zona de restriego para mis pechos, la saliva de su boca las dejó más jugosas aún, empezó a morderlas suavemente, terminando en pequeños mordiscos en mis pezones, yo iba a estallar, empecé a cavalgar a la vez que él seguía con sus movimientos, al principio encajaban torpemente, pero al cabo de los segundos la compenetración y nunca mejor dicho fue de lo mejor, le tube que pedir que se corriera, por que yo iba a terminar desencajada totalmente, y tube la idea de decirle las más obscenas guarradas que se me iban ocurriendo.

  • ¿Qué pasa? ¿Alguna vez te has follado a alguna putita como yo? ¿Verdad que no? Venga, quiero sentir tu leche caliente de una vez, ¿La quieres de nuevo en mi boca? ¿O prefieres que me revose por fuera de mi chochito caliente y jugoso?
  • La... quiero.... dentro de tí.....
  • Muy bien, no te preocupes, mañana me tomo la pastillita, tú relajate, y deja que mi rajeta se lo trague todo, luego dejaré que veas como sobresale.
  • Oh...madre mía!! creo....que....me voy....a....co..correr yaaa!!
  • Dámela toda rubito, no me dejes con hambre, que necesito marcha y la noche es joven, la quiero hasta el fondo!!!!
  • Y-ya ya va, uff, ohhhh, tomala todaaaaa!!!!!!!
  • Joder!!! ahhhh!!!!

Su eyaculación sorprendentemente no se vio reducida después de la mamada de antes, al sacarla de mi vagina, de nuevo soltó una segunda corrida, como antes, que llegó hasta mi ombligo y alrededores, y puso de nuevo esa expresión, mezcla de ira, placer, excitación, desprecio y deseo, me hizo sentir, como si fuera un depósito para su semen, y nada más, como si derepente fuera a marcharse sin decir nada, con pasos de tranquilidad, dando por echo que yo no iba a rechistar, ni reclamar nada, nunca me había pasado eso, me dió tanto morbo la situación, que me daba igual si se iba, estaba extasiada, en otro mundo, con los ojos deshubicados, sin embargo, de nuevo me sorprendió con uno de sus cambios de reacción, introdujo sus dedos removiendo por dentro la mezcla de nuestras corridas, y sin separar la llema de sus dedos de mi piel, llevó cierta cantidad desde mis adentros, pasando por mi vientre, la zona central de mis pechos, cuello, hasta llegar a mi boca, quiso ver como me lo tragaba de nuevo, yo no podía creer lo que estaba experimentando, me corrí en ese momento, lo puedo asegurar firmemente, introdujo sus dedos en mi boca, haciendo que mi cabeza se pusiera mirando hacia arriba, sin separar sus dedos unos de otros, elevo la mano dejando caer un hilo espeso de semen, y yo perpleja y cachonda por la situación, no cerré en ningún momento la boca, incluso empecé a jugar con ese hilo como si le estubiera meetiendo prisa para que cayera de pleno en mi garganta directamente, y con un movimiento brusco de su mano hacia mi cara, me salpicó todo, y no me dejó tiempo a reaccionar haciendo ese mismo movimiento con su aparato, de forma repetida, pero no conseguía deshacerse de todos los colgajos, me vi en la necesidad de prestarle mi ayuda, y sin haberme tragado lo que tenía dentro, atrapé los restos que le colgaban de forma lenta y sin dejar de mirarle a los ojos, una sonrisa por mi parte surgió por aquel momento de excitación dejando salir mi lengua que iba a la caza de aquel suculento jugo, aunque opte por cerrar lentamente la boca dando un sorbetón que hizo que me lo llevara todo, abrí de nuevo la boca para que observara el interior teñido de blanco, y con unos leves movimiento de mi lengua para señalárselo más, sin cerrar la boca, aquel líquido cremoso desaparecio sin más, justo después relamí mis labios para no dejar ni un resto, lo quería todo dentro, y para seguir con su forma sorprendente de actuar, fue él esta vez el que me limpió con papel higiénico, y después de unos minutos reponiendonos de aquello, una voz se escuchó...

  • Sr. Semiónov ¿Está uste listo?

Continuará...