Capitulo 2: el complejo
[El complejo era el nombre que recibían el conjunto de instalaciones y edificios creados en una zona de la isla]
Los muchachos 18-28 años iban todos los días a recibir su dosis de semen o liquido vital. Había quienes la conseguían directamente de pollas de sus compañeros de complejo. Había chicos de 29 años que se relacionaban con chicos de 19 años y había chicos que preferían a hombres de más edad (40 años). Y otros que recurrían a los gloryholes y no sabían la edad de a quien chupaban, y otros terminaban utilizando los diferentes consoladores ubicados en los vestuarios.
A los 20-21 años, la falta de semen provocaba debilitamiento e incluso la muerte por inanición, por lo cual los muchachos salían muy avispados, e iban a mamar pollas. Ello llevaba a relaciones de protección y de cuidado. Los chicos más grandes, cuyoshuevos eran enormes y eyaculaban más, daban más de mamar a los que tenían huevos menores. Pero esta relación de dependencia, que reforzaba los lazos entre todos, aunque tenía también su límite… porque tal y como se instruía en la escuela del complejo, donde la primera lección era aprender la necesidad de obtener cada día el liquido vital (semen), era también (lección 2) que el líquido vital tan necesario para no morir, se agotaba. Y perderlo conllevaba el debilitamiento de uno. Con lo cual los todos sabían que no podían derrochar y que tener 5 eyaculaciones diarias les llevaría a la muerte o a un debilitamiento mortal. No pasaba nada si un muchacho te mamaba… pero si te mamaban o follabas (otra forma de transmitir tu líquido vital) a 4 en el mismo día, un quinto, sin tomar tú una dosis, te podias morir. Es por ello por lo que había chavales que tutelaban a los menores productores de semen, y les daban de mamar, o follaban a partir de una edad para darles la dosis diaria, los más folladores tenían que ser follados a su vez. Todo se basaba en el intercambio. Y es más, a partir de ahí surgían parejas como noviazgo en las que dos chicos de aproximada edad eran felices y autosuficientes en el intercambio de fluidos vitales. Uno se follaba al otro y luego se dejaba follar por su compañero… y ahí sí que podía ser infinito el intercambio de fluidos ya que nadie perdía ni ganaba nada, estaba todo equilibrado. Uno se corría en el culo del otro, y el otro le devolvía, en una muestra de amor eterno, las fuerzas vitales follándoselo luego.
EDAD DE SEXO
La edad de sexo carnal estaba marcada por la madurez sexual. Si bien los jóvenes de de hasta 19 años eran completamente dependientes de un mayor de 30 años. Cuando el cuerpo producía semen por primera vez, ya podías follar y ser follado. Para no ocasionarse daños ni lesiones había establecido un código o norma de madurez sexual. Un chico de 20 años podía ser follado por un blanco de su edad, o por un chino mayor (22 años) porque los chinos la tenían más fina y delgada y te entraba sin ocasionarte daños anales igual una polla de un chino de 22 años que una polla de un blanco de 21 años. Se trataba de no producir un desgarro anal. Un negro podía ser follado por un blanco de más edad pero tenía que esperar más tiempo a tener relaciones sexuales (follar) a chicos de otras razas. Es decir, un niño negro de 21 no podía follarse a un blanco de 21 para evitar desgarros. Debía de esperar a que el blanquito tuviese 23 (o tuviese su ojete ya adaptado a pollas grandes). Pero el negro de 21 sí podía recibir una polla de un blanco de 23 años. Los chinos, por su estrechez, tenían más limitado su rango de edad, y si bien un chinito de 23 podía follarse a un blanquito de 21-22 años, o incluso a un negro de 20, tenía que esperar hasta los 23 años para que se agrandase su ojete, para ser follado por un blanco, y hasta los 25 para ser follado por un negro. Si bien a los 21 años, con su primer coito, ya podía iniciarse en el sexo cualquier muchacho, siempre que lo hiciese con alguien de su misma edad y raza. Esto se hacía por preservar sin lesiones a los nuevos, era un código de conducta. Luego cada chico se iba desarrollando por su cuenta y había quienes enseguida dilataban su ojete y probaban con pollas grandes y más grandes. Y había niños blancos que probaban en sus culetes pollas de muchachos negros.
LAS DOS TRIBUS
A parte de los clanes o grupos de edad, que como ya hemos dicho cada uno tenía un bañador de un color, y se agrupaban luego en edades próximas en instalaciones privadas (aunque podían compartir las comunes) (hemos establecido color beige 18 años, bañador naranja a los 19 años, amarillo a los 20, a los 21 blanco, verde a los 22, violeta a los 23, marrón a los 24, rojo a los 25, azul claro a los de 26 y azul oscuro a los 27 azul (28 años en adelante llevaban un speedo o tanga de color negro) y hemos dicho que vivían agrupados en sectores: clan 27 (chicos de 27, 28 y 29 años), clan 31 (chicos de 30, 31 y 32 años), clan 33 (chicos de 33, 34 y 35 años), y clan 38 (chicos mayores de 38 años)
Sólo se hacía esta diferenciación por áreas en la época de aprendizaje hasta alcanzar la madurez sexual).
Existían dos tribus generales que les englobaban a todos y que se podía elegir entrar en una de ellas (aunque no era imprescindible decantarse). Eran los DADORES y los RECIBIDORES. En ambos grupos había gente de todas las edades y todas las etnias, pero a partir del clan 21 y 23, se dividía a los niños en dos tribus por gustos o apetencias de los propios chavales o por su físico. No hay que decir que los más agraciados en belleza, rubios, pelo rizado o rubiajos, cuerpos lampiños (sin vello), es decir, los chicos angelicales, y con glúteos redondos bien formados, pasaban normalmente a pertenecer a la tribu de los recibidores (es decir, a los que les gustaba más recibir pollas en su ojete). En cambio en la tribu de los dadores (los que daban por culo a otros chavales) entraban aquellos a los que se les desarrollaba una polla grande, de grandes proporciones, o unos testículos muy grandes y muy productores de ese líquido vital que era el néctar de la vida (al menos así se lo hacían creer a todos los habitantes de la isla: que necesitaba el semen para sobrevivir, y he ahí su ansia para conseguirlo y no perderlo, ya que creían que alguien sin semen moría irremediablemente tras quedarse sin fuerzas al perder este fluido vital).
El paso a uno u otro grupo se iba dando a diferentes edades según el desarrollo de los cuerpos. Había quienes a mi tempranas edades ya se les intuía una polla grande, más grande de la media, y otros tardaban más en ser seleccionados para uno u otro grupo aunque mientras se llegaba a su selección todos disfrutaban de una vida de ocio y sexo y relax en la playa, en el lago, en la piscina o en las instalaciones de ‘el complejo’.
Pero no todo era ocio. Por la mañana, para los más pequeños, había clase y en la escuela les iban enseñando diferentes lecciones: 1 aprender a mamar (básico para conseguir el liquido vital), aprender a tener sexo, diferentes prácticas sexuales… Y también se instruía en el código de edad, colores, y en el uso de las instalaciones.
Lo más normal para todos los chicos era vivir desinhibidos y tener sexo. Las felaciones, por esta necesidad de obtener el liquido vital, estaban a la orden del dia. Con la edad: 21-23 años, los muchachos aprendían a tener sexo e intercambio de fluidos. A pollas más grandes que tragaban iban subiendo de nivel. A algunos no les obsesionaba subir de nivel pero otros sí querían llegar a lo más alto del escalafón y por ello tenían muchas prácticas de sexo. Como os he dicho en los vestuarios individuales había dildos de diferentes tamaños y un chico podía ir probando y probando, aumentando el grosor y la longitud de lo que le entraba.
Los vestuarios comunes a veces estaban vacíos, pero a veces coincidían dos o tres muchachos de la misma edad, y se veían un chico al de enfrente las caras de placer que les proporcionaban, sentados en los bancos, el dildo que sutilmente les iba penetrando saliendo de un agujero del banco donde se habían sentado.
Los muchachos mayores ya no llevaban bañador en estos vestuarios y disfrutaban viendo la polla de su compañero de enfrente, erectarse y echar pre-semen a medida que el dildo les penetraba.
En el vestuario 17 los dildos tenían mucho mucho lubricante. En el vestuario 21 los dildos ya no estaban escondidos en un agujero del banco, y tenían a su lado hasta 5 botones. Apretando cada botón salía un supositorio del dildo que se te había insertado analmente, y ello sumaba minutos en blanco (5x3 hasta 15, un cuarto de hora en el que la mente estaba en el limbo y tu cuerpo relajado para ser penetrado sin dolor anualmente por un adulto con polla más grande: notabas que te estaban follando pero sólo placer, incluso hipersensibilidad de las ventas de la polla llevándote al extasis al rozar tu ojete. Y así no notabas nada de dolor cuando te follaba por primera vez una polla más grande de la que estabas acostumbrado a tomar). Así, los niños que se drogaban en los dildos, podían ir ascendiendo de escalafón, y se empezaban a follar pollas grandes de blancos, o de chicos de raza negra, que las tenían habitualmente de mayores proporciones que los blancos y asiáticos.
Como os he dicho los supositorios anales que salían de los dildos tenían dos partes: una blanca, relajante; y una azul (viagra). Quienes querían hacer de dadores daban órdenes a la máquina con los botones que insertase en sus culos la parte azul primero. Quienes deseaban ser follados primero, metían la parte blanca. A cada supositorio (hasta un límite de 5) más tiempo de culo relajado (color blanco) o de erección (color azul), lo que daba lugar a disfrutar de auténticas folladas y orgias a los chicos de 23 a 28 años para aprender y experimentar una sexualidad sin límites…
…pero como bien os habréis dado cuenta, todos los supositorios tenían dos colores, lo que significaba que tras ser follado, el que se había suministrado (o le habían suministrado) el supositorio por el lado blanco, primero, empezaba a despertarse de su trance hipnótico, y su tranca o pene empezaban a revitalizarse y ponerse erecta. Y lo contrario le ocurría a quien lo hacía al revés. Por eso muchos chavales del vestuario 21 y 23 (hasta los 25 años), elegían a un compañero guapo y bien formado, y le proponían tener sexo común. Y bajaban de las instalaciones comunes a los vestuarios privados, y se ponían uno enfrente del otro, acordando quien se inyectaba el supositorio blanco primero y quien el azul-viagra. Así, uno enfrente del otro, veían a su amigo sentarse en el banco, la cara de placer que ponía el otro cuando se le metía el dildo en el ano, como la verga se le erectaba por el efecto de tener algo tocando su próstata… y luego, tras ese momento de excitación y de pollas elevadas echando pre-semen, decían ‘ya’ y tocaban el botón o los botones que habían programado, y que les iba a meter un supositorio en su trasero a través del dildo. Podían acordar meterse un supo, dos, o tres los más viciosos. Cuatro era mucho y cinco creaba mucha dependencia, ya que hemos dicho que junto al supo salía un fluido que era como una droga que les hacía depender más y más de estas máquinas y querer cada vez más dildos en su culo, o dildos de tamaño más grande.
Normalmente de ponían de acuerdo en uno, dos, o tres… y se autoinyectaban los supositorios tocando el botón a la vez. Entonces el compañero de enfrente veía como el amigo se quedaba relajado, en trance… y el amigo que se quedaba relajado, y con el culo de fácil acceso, iba viendo como a su amigo de enfrente se le iba poniendo tiesa y dura su polla. Entonces se levantaban del consolador y se iban a unas cabinas (las había de dos tipos, horizontales y verticales), y se follaban contra la pared o en una cama, o incluso en una ducha individual porque les daba mucho morbo follar mientras les caia agua de la ducha en la cabeza (agua que tenía un efecto relajante a la vez); o a la camilla de masajes donde también podían follar.
DILDOS DE DADORES Y DILDOS PARA RECIBIDORES
Este sistema estaba perfectamente diseñado para los vestuarios 21 y 23, ya que era la época de las primeras penetraciones anales (en el vestuario 18 los niños aún no tenían el cuerpo desarrollado ni producían semen. Los niños de estas edades, en sus primeras penetraciones, usaban mucho los dildos (los mayores, a no ser que fueran drogodependientes no tanto), porque el dildo 1.-les lubricaba el ojete 2.-les relajaba el esfínter anal y su cuerpo cara a la penetración de un pene 3.-hipersensibilizaba el interior de su ano, con lo que el recibidor sentía cada protuberancia de la polla del niño que le iba a follar dándole un gran placer anal. Esto ocurría para todos los niños sin embargo para los precoces que querían ser dadores, iban empezando a recibir consoladores en su ano (para los recibidores esto de autopenetrarse en los dildos era voluntario, pero un dador antes que dar por culo a otro, tenía que aprender a recibir penes en su ojete, por lo que ya a los chicos de 19 años se les iba habituando a empezar a usar estos consoladores, que al principio estaban ocultos porque a algunos chicos les daba vergüenza.
Normalmente para entrenar anualmente a los dadores se les apartaba a otro sector con otros chicos de su edad que también querían ser los que dan por culo a los demás. Estas instalaciones tenían unos vestuarios comunes que cuando los chicos de 19 años se sentaban en el banco para cambiarse, por primera vez, sin más, con el peso de sus cuerpecitos, se presionaba un sensor que hacía salir por los agujeros del banco dildos con los que de repente sus culos eran follados. Para niños rebeldes que la primera vez se levantaban del dildo, se les llevaba a unas cabinas en donde se les ponía en cuclillas y se les ataba los pies. Una vez inmovilizados aparecía del agujero del suelo el dildo anal, que primero se quedaba a puertas y les lubricaba mucho mucho el ano con una crema que salía de la punta del glande del dildo. Crema que contenía también diluido un relajante. Los más más rebeldes recibían una picada del banco del vestuario de donde iba a salir el dildo. El pinchazo era una pequeña aguja de una jeringuilla que les inyectaba en la nalga del culo un relajante. Y una vez relajados… o que no se podían mover, les salía el dildo que se iba intruduciendo poco a poco analmente siendo los niños conscientes perfectamente de todo lo que les estaba pasando, pero sin poder moverse. Esto no ocurría en muchas ocasiones, pero había niños rebeldes y traviesos que necesitaban un tratamiento especial. Algunos, como ya hemos dicho, en su primera vez, eran llevados a un cubíbulo en el que se sentaban en cuclillas en el suelo, y se les ataba los pies y la cintura para que no se pudieran levantar cuando les saliese el dildo por el agujero del suelo y se les insertase en el ano. Había quienes cogían gusto a esta práctica y se convertían al BDG o SM. Y habían quienes ya experimentaban analmente, antes que con un dildo, con un dedo, incluso de un mayor, porque había chicos sexualmente muy activos y precoces a los que les gustaba que les metiesen cosas por el ojete y sentían un tremendo placer sexual con ello.