Capitulo 13: ruben
Rubén era un chico guapo de 23 años lanzador de pesos... al que le hace tilin Justin
Rubén era un chico guapo de 23 años. Era fornido, ancho. Un muchacho de pueblo, fuertote. Tenía pelo liso, negro, corto, que cuando sudaba se pegaba a su frente rizándosele un poco, lo cual ocurría muchas veces porque este chico sudaba mucho, por su habitual práctica de deporte. Rubén vestía un peto de una sola pieza de lycra compuesto de pantalón ajustado, que marcaba un gran paquete, y camiseta de tirantes de cuello abierto que dejaba ver los pelos negros y rizados de su pecho. Rubén tenía una cara ancha, y era muy guapo. Pertenecía al equipo de lanzamiento de peso. De hecho aquella brillante mañana de sol acababa de entrenar y se dirigía con su equipo a los vestuarios a darse una ducha, cambiarse, y quitarse esa gran sudada.
No lejos de él estaba Justin. Justin era un chico de 19 años rubio, pelo lacio, cortito, cortado a cazuela. No era deportista y no tenía un cuerpo definido, pero era muy guapo. De hecho tenía un gran parecido con Justin Beeber de jóven (a sus 19 años), y tenía también un gran paquete. Una polla muy gorda. Justin había estado en la tribuna viendo el entrenamiento de los lanzadores de peso, y le había gustado este chico fortachón (Rubén). Rubén no se había fijado en él, pero Justin se quería follar a ese chicarrón del norte. Y cuando acabaron el entrenamiento Justin siguió sigilosamente al equipo de lanzamiento de pesas a los vestuarios, y allí, cuando Rubén se acababa de quitar su sudado peto de entrenamiento, y estaba de espaldas a la mesa camilla de masajes que había en el centro de todos los vestuarios (de esas que tienen un agujero para meter la cabeza cuando estás boca abajo mientras te dan un masaje por la espalda), aprovechó, y por sorpresa, lanzó a Rubén de un empujón en el pecho, haciendo que cayese de espaldas boca arriba en la mesa camilla. Sin decir nada Justin, que estaba completamente empalmado, con una polla grande y erecta, se abalanzó sobre el fornido chico al que le pilló todo por sorpresa. En esa postura, tumbado boca arriba sobre la camilla, Rubén parecía una tortuga dada la vuelta. Justin levantó las piernas de Rubén hacia atrás, dejando acceso al ojete. Y le empaló por sorpresa. Rubén sólo pudo lanzar un grito. Ayyyyyyy. La polla de Justin, polla de gran tamaño para un chico de 19 años, mucho mayor que la de él a sus 23 años, se había empalado hasta el fondo. El resto del equipo no dijo nada y siguió cambiándose de ropa como si nada. Estas situaciones eran habituales y normales en ‘el complejo’. Justin, como un conejito, se folló rápidamente a Rubén, y en menos de 12 minutos le soltó varios trallazos de semen en lo más interior de sus entrañas. Una vez se corrió Justin salió del vestuario tal y como había entrado, dejando en la camilla panza arriba tumbado a Rubén, que casi no se había enterado de qué había pasado.