Capitulo 11 todos felices

Para los que se acaban de incorporar a esta saga, les explico cómo funcionaba La Isla de los chicos

En el complejo de la isla todos eran felices. Todos los niños y hombres de cualquier edad vivían desinhibidos y despreocupados, disfrutando de la vida y del sexo alegremente. No faltaban ricos alimentos que comer. El comedor, self service, estaba siempre abastecido. Nadie tenía que preocuparse por trabajar o por nada.

Los más pequeños recibían educación con la importante asignatura de educación sexual en la escuela, y luego continuaban en la academia. Lo primero que se les enseñaba a todos los niños es la necesidad de mamar penes. Chupar pollas daba una doble satisfacción: al que la recibía, por placer, y al que la hacía, porque obtenía el líquido de la vida, el néctar de la juventud e inmortalidad= el semen.

Lo siguiente que enseñaban a los más pequeños eran las artes seductoras para conseguir mamar penes y libar el néctar de ellos. Pero también se les enseñaba la importancia vital de compartir sus fluidos con otros chicos, ya que el semen debía de ser compartido. Y aunque uno podía vivir bebiendo el suyo propio lo más lógico era la relación de pareja en donde un chico se la chupaba a otro y luego recibía el mismo servicio, o donde un chico se la chupaba a su pareja y su pareja era follado por él. Se trataba de mantener un equilibrio en el intercambio de semen, de vital importancia para no fallecer. Los mayores eran solidarios con los niños pequeños regalándoles el néctar de la vida de sus penes. Y en edades intermedias, desde la adolescencia, cuando dejaban de ser per-púberes y empezaban a poder eyacular, las relaciones de pareja e intercambio de fluidos era lo más habitual. Había parejas cerradas con un intercambio de fluidos equilibrado 1:1, y otras en las que uno recibía más y el otro daba más. Y fuera de la pareja había un gran intercambio de sexo y fluidos vital en todas las instalaciones del complejo. Muchos chicos se tiraban los tejos y follaban en el césped o en la piscina a vista de todos, pero también había instalaciones para este intercambio de fluidos. Había quienes les gustaba más follar (dadores) y otros que preferían ser follados (recibidores, de semen). Aunque el intercambio máximo sólo podía ser de 1:5, ya que correrse más de 5 veces en un día conllevaba una mortal pérdida de fluidos, y cuando hablo de mortal hablo de que conllevaba la muerte. De hecho echar cuatro polvos ya era muy agotador, por eso el dador al cuarto o quinto polvo o pérdida de semen en el mismo día, debía acudir urgentemente a ser follado. Para ello había varias vías: conseguir que otro, tu pareja o cualquier persona del lugar, te follara (1), conseguir mamarle el pene a alguien (2) -si bien la vía anal era más rápida a la hora de recuperar fluidos vitales también esta recarga se daba chupando penes-, (3) estaban los dildos eyaculadores de semen, que eran como unos bombeadores que te ponías en cuclillas y cada vez que subías y bajabas tu ojete del dildo, este hacía el efecto del émbolo de una jeringuilla y te inyectaba en lo más profundo de tu ano, unas gotitas de semen. Estos dildos estaban preparados para cansarte con tanta subida y bajada sobe ellos terminabas extenuado, por lo que la gente sólo recurría a ellos en casos de extrema necesidad y (4), antes de la muerte por pérdida de fluido vital (semen), podías acudir a unas instalaciones del edificio central llamado ‘el complejo’, donde unas personas se encargaban de follarte analmente y rellenarte de fluido vital. Esta era la última opción que le quedaban a los perdedores de fluidos.

También es cierto que algunos depravados se aprovechaban de malas artes para absorber los fluidos vitales de una persona cuando estaba dormida, o la drogaban y la absorbían su semen…, pero lo habitual era un intercambio consentido de gente que se dejaba y le gustaba follar.

Era muy fácil, con apenas un intercambio de miradas, entablar contacto sexual con alguien. E igual de fácil era, tras la follada, despedirte y no volver a saber de él (o si lo veías dentro de un mes o más tiempo, y te había gustado, podías repetir su querías). Era difícil atarte a una persona, pero había gente que lo hacía. Otros sin embargo eran muy promiscuos y enamoraban a gente y gente en ‘el complejo’ estableciendo diferentes intercambios sexuales a lo largo del día. Lo básico era saber controlarse y si te gustaba follar y no ser follado, recuperar fluidos haciéndole una felación a tu pareja para que el intercambio fuese 1:1.

Había gente a la que le gustaba follar y otros preferían ser follados pero todos tarde o temprano tendrían que mamar el pene de otro para tomar una ración de semen vital (5:1). No había límites de edad ni raza ni de personas. Cuando los niños empezaban a producir esperma en sus testículos, estaban ya autorizados a follar e intercambiar semen con sus penes. Antes sólo se habían limitado a mamar penes de otros para tragarse su esperma. Si bien es cierto que en los primeros años había unas limitaciones por edad de quien a qué edad podía ser follado, aunque un blanco podía recibir polla de un chino un año antes que de alguien de su edad y raza, o años después si su follador iba a ser de raza negra. Toda esta normativa se debía al tamaño de los penes de las distintas razas, para que el primer encuentro sexual fuera gustoso y a nadie le partieran el culo haciéndole sangrar. Pero una vez uno empezaba a ser follado él mismo podía decidir cuanto follar y qué meterse por el culo para ir dilatando más rápido su ojete y ser follados por penes mayores.

A los pocos años todos los niños ya sabían mamar penes con sus bocas. De hecho les era vital para alimentarse con el néctar de la vida. Un año algunos empezaban a usar dildos. Y poco después de producir semen todos aprendían a follar. Lo empezaban a hacer con gente de su edad para amoldar sus tiernos culos, pero una vez se iban dilatando podían meterse pollas u objetos de mayor tamaño.

Había chicos de todas las razas… y penes de todos los tamaños. Era un espectáculo de cuerpos desnudos las instalaciones de uso público y exterior como la piscina la playa o el lago. Los niños no tenían vergüenza alguna en mamar, follar o dejarse follar. Aún así había glory holes y reservados e instalaciones privadas donde follar o tener encuentros sexuales esporádicos para los que no querían hacerlo en público. Cada niño o muchacho tenía su habitación en edificios de edad, en las plantas superiores, mientras que en los bajos de estos edificios había una serie de zonas comunes: vestuarios, piscinas, duchas, cambiadores. Todos los edificios eran iguales pero a cada uno de los 6 edificios sólo tenían acceso las personas de bañadores autorizados. Los pabellones estaban divididos según edad, en 6 grupos: menores de 17 (1), instalaciones para niños de 17,18 y 19 años (2), instalaciones para chicos de 20, 21 y 22 años (3), instalaciones para chicos de 23, 24 y 25 años (edificio n 4), edificio de los chicos de 26, 27 y 28 años (edificio 5), y residencia de los de mayor edad (edificio 6).

Era normal poder ver a un chico de 37 años con uno de 21 años, o a uno de 18 con uno de 36. También había niños chupando pollas de chicos de 38. Los más pequeños buscaban mayores huevones para comerse un gran pollón cuyo semen les alimentase de liquido vital muchos días. Los más jóvenes como follaban tanto apenas podían recuperar el esperma. Lo normal era echar un polvo al día, pero había quienes follaban 4 y hasta 8 veces al día con diferentes personas de diferentes edades y razas.