Capítulo 1: Nunca pensé que pasaría esto
Mis planes de fin de semana cambian drásticamente de un momento a otro.
Eran las 09:00h de la mañana, hacia un calor insoportable, aunque era comprensible puesto que estábamos en agosto y me desperté sudando.
Me puse un bóxer (tengo la costumbre de dormir desnudo) no me apetecía que mi madre me viera desnudo por el pasillo. Salí de mi cuarto, me dirigí al baño para darme una ducha antes de desayunar, pero me di cuenta de que mi madre no estaba, y en ese momento me acordé que me había dicho que se iba a pasar el fin de semana fuera con sus amigas.
Entre en el baño, y lo primero que hice fue mirarme en el espejo, (lo reconozco, soy un poco narcisista) pero debo de reconocer que estoy bastante bueno.
Os describo un poco mi físico, tengo 19 años, mido 1,85 metros y peso como 80kg de puro musculo. Pelo moreno, ojos de color miel y una cara de niño bueno que hace que nunca acierten con mi edad, me suelen echar 2 o 3 años menos, que en ocasiones no me importa, pero en otros momentos me fastidia bastante. En cuanto a mi complexión, como ya he dicho soy bastante musculoso, voy al gimnasio 5 veces en semana y llevo mas de 6 años haciéndolo. Marcados bíceps, hombros anchos, una espalda bien trabajada y unos abdominales que parecen esculpidos en mármol, mis piernas no se quedan atrás, mis cuádriceps son de exposición y mi culo (mi parte preferida de mi cuerpo) atrae las miradas tanto de chicos como de chicas.
Abrí el grifo de la ducha para que fuera saliendo el agua y mientras aproveché para prepárame la toalla y quitarme el bóxer. Justo cuando fui a meterme en la ducha sonó el timbre –quien cojones será un sábado a las 09:00h de la mañana– dije en voz alta, me anude la toalla a la cintura y fui a abrir la puerta.
Miré por la mirilla de la puerta y vi a un chaval que era vecino del bloque. Le abrí la puerta y le pegunté que quería.
–Hola, ¿qué quieres?– le pregunté siendo un poco seco y cortante.
–Hola, soy Cristian del 4ºA– me contesto mirándome descaradamente la toalla –se me ha caído una camiseta del tendedor y ha caído en vuestra terraza, ¿me la podrías dar por favor?– la verdad que la manera en que me lo pidió me hizo darme cuenta que había sido un poco borde al principio.
–Si claro, ahora mismo, espera aquí que voy a buscarla– le conteste siendo un poco mas simpático que con el recibimiento inicial.
Me di la vuelta y me dirigí hacia la cocina que es donde esta la terraza y en ella, las cuerdas de tender, recogí su camiseta (una camiseta de futbol del Betis, lo cual me choco puesto que soy de Huesca) y volví sobre mis pasos para devolvérsela.
–Toma Cristian, tu camiseta, no sabía que había gente del Betis por Huesca jajaja– le dije en plan de broma lo cual le hizo esbozar una sonrisa.
–Bueno, la verdad es que las camisetas de fútbol me encantan y tengo de casi todos los equipos de la LFP y de muchos equipos extranjeros, muchas gracias por devolverme la camiseta, dejo que sigas con lo que estuvieras haciendo– me dijo mientras me sonreía.
–No hay de que, no eres el primero ni el último que viene a buscar algo que se le ha caído del tendedor– le conteste, y era cierto, vivo en un bloque de 10 plantas y nosotros estamos en el 1º, y a nuestra terraza están cayendo continuamente cosas de los vecinos –por cierto, soy Lucas– le dije extendiendo mi mano a modo de saludo –encantado de conocerte–.
–Igualmente Lucas, hasta otra– contesto Cristian estrechando mi mano con fuerza y dando se la vuelta para irse, en ese momento mis ojos fueron directos a su culo, cubierto únicamente por un pantalón de futbol de color azul y rápidamente cerré la puerta.
Volví a dirigirme al baño para darme la ducha y después desayunar. Mientras me estaba duchando, al enjabonarme el pelo, en el momento en el que cerré los ojos para que el jabón no entrara en ellos, me volvió a venir a la cabeza la imagen de Cristian dándose la vuelta y yo fijándome en su culo. He de reconocer que tengo obsesión con los culos, pero era la primera vez que me fijaba en el culo de un tío. Yo soy hetero 100%, tengo novia y es cierto que me ha tocado discutir con ella un par de veces porque me ha pillado mirando culos de otras pavas.
Terminé de ducharme, me volví a poner el bóxer (estaba limpio, lo acababa de coger del cajón) y me fui a la cocina para prepararme el desayuno.
Al entrar a la cocina, me percate de que había una nota de mi madre pegada en la nevera: Lucas cielo, te he dejado comida y cena para los dos días, yo volveré el domingo por la noche. Si vas a invitar a gente a casa compórtate, intenta dejar todo limpio y recogido. Te dejo 50€ en la mesa del comedor por si te hicieran falta. Te quiero mucho, mamá.
Mi madre era la mejor, si, se que es algo que se dice siempre, pero joder, siempre esta pensando en mi y se desvive por que no me falte de nada. Me preparé el desayuno, un bol de frutas con muesli (la línea no se mantiene comiendo mierdas) y me fui al salón a desayunar jugando a la PS4.
Cuando llegué, vi los 50€ en la mesa, sonreí como un idiota, encendí la consola y me senté a desayunar mientras cargaba el juego. Aproveché para enviarle un WhatsApp a mi novia: – Ey pequeña, como estas? Tengo la casa libre todo el finde, te apetece venirte a pasarlo conmigo? –(por dentro solo esperaba que Elena me dijera que sí, esto no pasa todas las semanas y estaba deseando estar todo el fin de semana follando).
Me terminé el desayuno y me conecte al online de FIFA para echar unos partidos, estuve como 45 minutos jugando y en ese momento, recibo un WhatsApp de Elena, deje el mando en la mesa (me daba igual que me marcaran gol), desbloquee el iPhone, abrí su mensaje y me quede jodido… – Hola nene, no estoy en Huesca, mi abuela se ha puesto mala y nos hemos bajado a Zaragoza para estar con ella en el hospital – joder que mierda, fue lo primero que me vino a la cabeza, pero no podía ponerle eso por el WhatsApp…
– Jolines peque :’(espero que no sea nada – fue lo primero que me salió, pero la verdad, que lo primero que me paso por la cabeza decirle fue que me había jodido todos los planes que me había montado, que me quedaba con las ganas de follar y que encima estaba solo en esta puta ciudad que me tiene ya hasta los cojones, todos mis amigos estaban de vacaciones, así que el súper finde que me había montado una hora antes, se acababa de ir a la mierda…
Una vez, se me paso el cabreo inicial, le volví a mandar otro mensaje a Elena – Peque, espero que se ponga bien tu abuela, ya sabes que si necesitas cualquier cosa, aquí me tienes para lo que haga falta – que egoísta había sido al principio joder, mi niña lo esta pasando mal y yo pensando en que no iba a follar.
Jugando a la Play pase la mañana, mire el reloj y eran las 14:00h, hora de ir a comer, me fui a la cocina a ver que me preparaba.
Lo cierto es que para la comida soy de gustos sencillos y siempre como cosas que cuiden la línea. Me acabe haciendo arroz cocido con pollo a la plancha, (creo que como esto 350 días al año), me fui al salón, me senté en el sofá para comer en la mesita central mientras veía alguna serie en Netflix. Acabé de comer, lleve los platos a la cocina y me volví al sofá, me tumbe para seguir viendo la serie, pero me acabe durmiendo.
Me desperté sobre las 17:00h, sudando otra vez y me salía a la terraza, allí teníamos montada una ducha de esas de jardín (teníamos pensado instalar una piscina pero nos tenía que conceder permiso la comunidad de vecinos), abrí la ducha, deje que saliera el primer agua que siempre esta calentorra y cuando empezó a salir fría me metí debajo, con los bóxer que llevaba puestos, estuve dejando caer el agua como un minuto o así, con los ojos cerrados, disfrutando del agua fresca y de repente, escuche una voz que me preguntaba:
–¿Qué vecino, hace calor eh?– abrí los ojos, y vi a Cristian, asomado a la ventana del 4º, que me miraba y saludaba con la mano.
–Ya te digo hermano– suelo llamar hermano a la gente –estaba sobado en el sofá y me he despertado sudando y no se me ha ocurrido mejor idea– le dije mientras apagaba el agua de la ducha, me había refrescado y ahora mismo estaba en la gloria.
–Yo ya me he duchado dos veces en lo que va de día– me dijo Cristian desde la ventana –y ahora mismo estoy mas aburrido que una ostra, están todos mis amigos de vacaciones y no puedo jugar ni siquiera a la Play porque no enciende, así que estoy que me subo por las paredes.
En ese momento, se me ocurrió que le podría invitar a casa un rato, y echar unos partidos de futbol al FIFA con alguien con quien poder además, mantener una conversación.
–¿Te apetece bajar a echarte unas pachangas al FIFA?– le pregunte esperando que me dijera que sí aunque apenas nos conocíamos.
–Ostia claro tío, si me invitas me bajo y así estamos un rato entretenidos –me contesto con una sonrisa de oreja a oreja.
–Pues ala, bájate pero tráete un mando, que yo solo tengo uno– en ese momento, Cristian me levanto la mano haciendo el gesto OK y se metió para su casa, yo entre en la mía, fui al baño a coger una toalla para secarme y luego me fui a mi cuarto a ponerme un bóxer seco y un pantalón de futbol, de esos que son súper fresquitos, no me puse camiseta, hacia bastante calor y no me importaba estar sin camiseta delante de nadie la verdad, además este chaval las dos veces que me había visto en el día de hoy, me había visto con poca ropa para que mentir.
Me fui al salón, aproveché para enchufar la Play y que se fuera cargando el juego, y en cosa de 10 minutos sonó el timbre. Fui a abrir, y obviamente era Cristian, que iba vestido con el mismo pantalón azul que por la mañana y con la camiseta del Deportivo de la Coruña.
–Buenas Lucas– me dijo mientras me enseñaba el mando de la Play y 3 o 4 juegos que había bajado también.
–Pasa pasa, no te quedes en la puerta– le dije mientras me apartaba dejándole entrar.
En ese momento entro y me di cuenta como disimuladamente me hacía un escaneo completo, fijándose en mis desnudos abdominales y haciendo una micro pausa en el bulto que se marcaba en mi pantalón. Sinceramente, en ese momento no me percate de que lo hizo.
Nos sentamos en el sofá los dos, enchufamos su mando con cable porque estaba sin batería y empezamos a jugar y a hablar un poco.
A los dos nos pareció curioso, que siendo prácticamente de la misma edad, (Cristian tenia 18 años, uno menos que yo) y viviendo desde siempre en el mismo bloque, apenas habíamos coincidido juntos y mucho menos entablado amistad.
Me pareció un chaval súper simpático la verdad, que además tenía un montón de cosas en común. Poco a poco, nos fuimos dando cuenta de por que apenas habíamos coincidido, en mi barrio hay dos institutos y cada uno íbamos a uno, los dos jugábamos a futbol, pero en equipos distintos, aunque alguna vez habíamos coincidido en algún partido, pero lo que fue súper gracioso, fue que Cristian iba a estudiar la misma carrera que yo, por lo tanto, ese próximo curso, íbamos a coincidir en la facultad.
Llevaríamos como una hora jugando, cuando me di cuenta de que Cristian estaba sudando, por que le dije que, si quería, que se quitara la camiseta, que a mi no me importaba, también le dije que no encendía el aire acondicionado porque me daba alergia, se me irritaban mucho los ojos y la garganta.
Aproveche para levantarme e ir a la cocina a por algo de beber, abrí la nevera y desde la cocina le pegunte que qué le apetecía, –Oye Cristian, ¿Qué quieres beber?, hay Coca-Cola normal y Zero, agua, zumo de piña y cerveza–.
Desde el comedor, me contesto que le llevara una cerveza. Yo no suelo beber mucho alcohol ni tomaba azúcar, por lo tanto me pille una Coca-Cola Zero y cogí una birra para el.
Volví al salón y Cristian se había quitado la camiseta, y me fije en que aunque no estaba tan fuerte como yo, también tenia los músculos algo definidos.
Cristian era bastante mas bajo que yo, difícilmente llegaría a los 1,70 metros, era rubio, ojos azules y cara con las facciones bastante marcadas, por la cara podía parecer algo mayor que yo. Estaba muy delgado, era principalmente por eso por lo que no tenía muy definidos los músculos, pero eso tenía fácil solución.
Le pasé la cerveza y le dije bromeando –Joder tío, eres un tirillas jajaja–.
El se echo a reír y me contesto –¿igual el que se pasa de musculación eres tu o que?– dijo tocando inconscientemente mis abdominales.
En ese momento, un escalofrío recorrió mi cuerpo, al sentir el contacto de su mano con mi piel, lo que instintivamente, hizo que me apartara un poco de el.
–Perdona– dijo el avergonzándose –no pretendía molestarte–.
La verdad, que no me había molestado, pero mi cerebro instintivamente, rehuyó el contacto físico, teniendo en cuenta, que apenas nos conocíamos, pero para que no se sintiera mal le conteste –no, si no me ha molestado, es simplemente que me ha hecho cosquillas– mentí para intentar que no se sintiera mal.
Entonces, a modo de broma, le di un pequeño empujón y le dije que me debía la revancha, habíamos jugado tres partidos e íbamos 2-1 a su favor.
Estuvimos jugando un par de horas mas, a lo que el se tomo como otras 2 cervezas y yo ya me pasé al agua, no soy muy de beber cosas gaseosas y tal.
Se me ocurrió mirar el reloj y me di cuenta de que eran casi las 21:00h y se lo dije, –joder Cristian, si se nos han hecho las nueve jajaja– reí y le dije –se me ha pasado volando la verdad, me lo he pasado genial contigo.
Entonces, Cristian me pregunto que si tenía planes para la noche y le conté toda la odisea, que mi madre se había ido de finde, que mis amigos estaban de vacaciones y que mi novia se había tenido que ir a Zaragoza con su familia, no se en que momento la confianza fue tal, que le conté el chasco que me había llevado con el plan de finde de folleteo que me había montado en mi cabeza.
Cristian se echo a reír al oír eso y me dijo que si me apetecía que pidiéramos algo de cenar, que invitaba el, que yo ya había puesto la casa, la consola y las cervezas. Le dije que me parecía genial y decidimos pedir unas pizzas, (no se cuantos años haría que no me comía una, pero como el chaval lo propuso con toda la ilusión le dije que sí, ya lo quemaría en el gym).
Como media hora mas tarde, llego la cena, fuimos a abrir al repartidor y Cristian pago la cuenta.
Preparé unas servilletas, una tijera y unos platos, lleve mas bebida (yo me pille una cerveza también, de perdidos al río) y nos pusimos a cenar y a hablar, estuvo preguntándome cosas sobre la carrera, profesores, asignaturas, si era fácil o difícil y así a lo tonto, nos acabamos las pizzas y se nos hizo de noche.
Le propuse echar algún partido mas al FIFA, y le pregunté si le apetecía un cubata. Me dijo que sí, pero con la condición de que yo me tomara otro, le conteste que vale, que yo bebía poco pero que me tomaba un ron cola, el bebía lo mismo, por lo tanto lo que hice fue coger unos vasos, una cubitera y meter unas cuantas Coca-Colas dentro, pille una botella de ron del armario de las bebidas y empezamos a jugar y a beber.
De repente, Cristian se levanta y me pregunta –oye Lucas, ¿puedo ir al baño?–.
–Sí claro, al final del pasillo a la derecha– le conteste y aproveche para mandarle unos WhatsApp de buenas noches a Elena: – Buenas noches peque, espero que tu yaya este mejor, te echo mucho de menos, como me habría gustado que estuvieras aquí el finde. Cuando vuelvas, nos montamos un fin de semana en la playita los dos solos, que nos lo merecemos. Te quiero peque –.
En ese momento, volvió Cristian del baño, seguimos jugando y bebiendo y sin darnos ni cuenta, llevaríamos como 3 cubatas cada uno (no se que estaba haciendo, creo que no había bebido tanto en mi vida). En ese momento, estábamos jugando unos partidos online 2 contra 2 (Cristian y yo en el mismo equipo), de repente, acaba el partido, ganamos y Cristian, a modo de celebración, se lanzó encima de mí, en ese momento, noté como sin querer o no, me toco el rabo y acto seguido, me pidió perdón. Le conteste que no me había molestado, que eran cosas que pasan, y la verdad que llevamos una castaña bueno, el mas que yo la verdad.
Estábamos ya cansados de jugar a la consola, la apagamos y seguimos hablando, eran ya casi la una de la madrugada y acabo saliendo el socorrido tema del sexo en la conversación.
Estuvimos hablando de cuantas parejas habíamos tenido, Cristian me dijo que había roto con su novia a final de curso, yo le conté lo mucho que quería a Elena, y al final le acabé contando, que llevaba a palo seco casi 15 días, se juntaron mis vacaciones, las suyas y ahora lo de este fin de semana. Cristian se descojonaba de mi en plan de broma y acabo apoyando su mano en mi muslo.
–Joder si que estas fuerte tú no?– me dijo Cristian mientras me sobaba el muslo.
–Si, me gusta hacer mucho deporte– le conteste, en esta ocasión dejándole tocarme, esto del alcohol desinhibe a cualquiera.
Paso de tocarme el muslo, a agarrarme el bíceps, y en ese momento, me di cuenta de que me estaba empezando a calentar, paso de tocarme el bíceps a pasar su mano por mis abdominales, me miro a los ojos y se dio cuenta de que no me estaba disgustando la situación. Creo que eso le animó a ir bajando su mano, sobando todos y cada uno de mis esculpidos cuadraditos, yo subí las manos por encima de mi cabeza y me dejé hacer.
A esas alturas, yo estaba ya bastante caliente, y mi rabo estaba empezando a crecer. Ya la tenía morcillona y el bulto que se marcaba en mi bóxer era ya imposible no verlo, tengo una polla de un buen tamaño, 18cm y de un grosor aceptable, siempre voy depilado completamente, no me gusta para nada tener pelo en ninguna parte del cuerpo, mis cojones son también de un buen tamaño y contando que habían pasado ya mas de 5 días desde que me hice la ultima paja, no había descargado, por lo tanto aun estaban mas grandes y duros que de normal.
Yo me estaba dejando hacer y Cristian se dio cuenta, así que paso a la acción y acabo posando su mano sobre mi ya, mas que morcillón miembro.
El roce de su mano con mi pene, me provoco un espasmo acompañado de un sonoro gemido de placer. Cristian, sorprendido por mi actitud, me miro a los ojos, como buscando mi aprobación para seguir, yo con los ojos llenos de lujuria y mordiéndome el labio inferior, le di el visto bueno y Cristian se incorporó, para colocarse en el suelo de rodillas entre mis musculosas piernas.
Agarro mi pantalón de deporte por la goma y estiro para bajármelo y finalmente quitármelo. En un primer momento, se quedo observando el paquete que se me marcaba a través de la tela de los bóxer de color gris claro. Mi rabo estaba ya casi a su máximo esplendor y en el bóxer comenzaba a formarse una pequeña mancha en la zona del capullo porque yo ya estaba empezando a chorrear precum, estaba súper caliente, y los días de abstinencia estaban ayudando a que todo esto me estuviera calentando aún mas.
Paso su mano delicadamente por encima de mi miembro, recorriéndolo en su totalidad, notando todas mis venas marcadas a lo largo de el, palpo mis huevos notando que estaban duros y acabo pasando su dedo índice por encima de mi glande aun cubierto por esa fina tela de algodón. Yo seguía soltando de vez en cuando pequeños gemidos que no hacían mas que calentar a Cristian y el cabrón se estaba regalando, haciéndome sufrir, con mi rabo al máximo y poniéndome cada vez mas cachondo.
He de decir, que lo que mas disfrutaba del sexo con Elena eran las mamadas, ella era bastante reacia a hacerlo y por eso, cada vez que caía una, yo la disfrutaba al máximo, además, a la condenada se le daban de maravilla, pero parece que ser que no es lo que mas le gustaba hacer en este mundo…
Cristian seguía haciéndome sufrir y mirándome a los ojos con cara lasciva, acabo bajándome los bóxer de un tirón, llevándoselos a la cara para olerlos y soltar un bufido, el estaba también cachondo perdido, creo que el alcohol le estaba pasando factura y se estaba viniendo un poco arriba.
Agarro mi rabo con la mano derecha, termino de retirarme el poco prepucio que aún cubría mi rosado glande y con una delicadeza como cuando un niño juega con un juguete nuevo, lamio mi glande, haciéndome estremecer y soltar un gemido que debieron de escuchar mis vecinos del segundo.
Comenzo poco a poco a hacer una paja con una delicadeza extrema, estaba tratando mi rabo con mucho cariño y tras un par de minutos masturbándome, comenzó a jugar con su índice en mi frenillo.
El cabronazo sabía que tenia la sartén por el mango (y nunca mejor dicho) y quería que yo disfrutara, pero a su ritmo. Comenzó a lamer el tronco de mi miembro ayudándose de su mano derecha para sujetarlo, mientras, con la izquierda sobaba mis cojones, que estaban duros como piedras.
Una vez comenzó a coger algo mas de confianza, (se notaba que era la primera mamada que hacía porque se le veía torpe y nervioso), volvió con la lengua a mi glande y empezó a sobarme con las dos manos los abdominales, fue subiendo por los pectorales a jugar con mis pezones, volvía a bajar una mano y mientras, su boca se estaba cebando con mi frenillo, aún no se la había metido en la boca, pero yo estaba jadeando como un perro, mis gemidos se intensificaban y de repente, se metió el glande entero en su boca haciéndome gritar del gusto.
Una vez se la introdujo en la boca, comenzó a ir poco a poco iniciando un suave ritmo de sube y baja, sus manos abandonaron mi torso para volver a jugar con mis bolas y a pajearme suavemente. Como ya he dicho, mi polla no es excesivamente grande ni gruesa, tiene un buen tamaño, eso es cierto, pero no soy ningún actor porno de esos de películas.
Yo estaba gozando muchísimo y se lo hacia saber con mis gemidos, llevaría como 5 minutos mamándomela cuando me miro fijamente a los ojos por primera vez desde que se la había metido en la boca. Verle mirándome con mi polla en su boca, me puso cerdísimo y me anime a apoyarle mis manos en su cabeza, cuando noto mis manos, empezó a dejarse llevar y fui yo el que empezó a marcar el ritmo de la mamada, empecé un poquito despacio, quería que eso durara todo lo posible, pero progresivamente fui aumentando la velocidad, así como la profundidad a la que le hacía bajar. Ya había sobrepasado con creces la mitad de la longitud de mi miembro, pero quería notarlo entrar a su garganta, seguí marcando el ritmo, haciéndole cada vez tragar mas centímetros de rabo hasta que de una estocada, se lo inserte en lo mas profundo de su garganta provocándole una arcada. He de reconocer, que escucharle dar una arcada me puso muy burro, pero no quería hacerle daño, por lo que retire mis manos de su cabeza y le deje hacer a el. Siguió mamándomela durante al menos 10 minutos mas, ya le había cogido practica y el solo se la metía casi entera en la boca. Se la saco de la boca, bajo con su lengua a mis huevos y los empezó a succionar, eso hizo que yo estuviera a punto de acabar, le volví a coger la cabeza, lo lleve de nuevo a mi rabo y el capto el mensaje, volvió a chupármela subiendo y bajando a un ritmo infernal, insertándose mi polla en su garganta y succionando como un bebe lo hace con los pechos de su madre.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo, se tenso por completo e instintivamente le empuje la cabeza, introduciendo mi glande en su garganta y comenzando a correrme. Solté entre siete y ocho trallazos de lefa, que en un primer momento le provocaron una arcada, intento tragarse mi corrida pero era mucho y parte comenzó a resobrar por las comisuras de su boca, llevaba muchos días sin descargar y se notaba.
Cristian se saco mi rabo de su boca, me miro y le vi la barbilla chorreada de mi lefa, agarre del suelo mi bóxer, me limpie los restos de corrida de mi rabo y sin mirarle a la cara le dije, –estoy reventado, me voy a sobar, ya te puedes ir–.
CONTINUARA…
Espero que os haya gustado este primer relato de una serie que espero sea larga y entretenida. He disfrutado un montón escribiéndolo y si veo que tiene buena acogida y me dejáis buenos comentarios, seguiré con ella.