Capitulo 1 - El enmascarado
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Capitulo 1 - El enmascarado
Tenía los ojos cerrados y podía notar claramente como el frío calaba mis huesos. Sentía mi cuerpo dolorido y apenas recordaba lo que había pasado. Abrí los ojos lenta y cautelosamente, con la esperanza de encontrar respuestas al hacerlo, pero para mi sorpresa, todo cuanto me rodeaba era silencio y oscuridad.
- Como te encuentras -
Una voz, procedente de la nada hizo que mi cuerpo se pusiera en estado de alerta, quise levantarme de un salto, pero al hacerlo sentí un gran dolor recorriendo todo mi cuerpo, como si de un calambrazo se tratase
- Donde estoy -
Fue la pregunta mas logíca que se me ocurrio, tenía muchas preguntas y no creía que fuera a encontrar respuestas
- ¿no recuerdas? nos hemos caido a un pozo -
La voz era masculina, algo forzada, como si no quisiera mostrar su verdadero tono de voz, cosa que me parecio estupida, la oscuridad era tan profunda que ni aun forzando la vista sería capaz de identificarle
- Ya recuerdo -
Susurre cerrando los ojos, sin notar cambio alguno al tenerlos de una forma u otra, pues veía lo mismo. Había salido del palacio de la marquesa, donde servía como costurera, apenas tenía 16 años pero ya tenía que ganarme la vida de algún modo. Al salir del palacio de la marquesa, camine por los caminos que bajaban hasta la villa hasta que un choque metalico me hizo sobresaltarme, delante mia, a pocos pasos, dos hombres enmascarados luchaban con lo menos 5 hombres de la guardia real, uno de ellos, el mas alto corrió hacía mi, yo, asustada, quise salir corriendo, no se cuantos metros corrí antes de que me alcancese, pero en cuanto lo hizo, el suelo crugio bajo nuestros pies ... y no recuerdo nada mas
- ¿me responderas ahora? como te encuentras -
La voz insistio, no conocía aquel tono tan seco, pero a la vez, tenía la sensación de conocerle a el, en conjunto
- Me duele la cabeza -
Admití, tenía algo de miedo, de algo estaba segura y es que si no me había matado aún, dudaba que lo hiciera ahora que era cosciente, ademas había oido hablar sobre aquellos enmascarados, eran algo así como robin hood, defendían los derechos de los pobres, fastidiando a los ricos
- Trate de parar el golpe, siento no haberlo hecho del todo -
Note un pequeño crujido, como cuando el cuero es forzado y luego sentí su mano, calida sobre mi frente, tal como sentí su piel sobre la mía, un escalofrío me recorrio por completo, cerre los ojos y luche por que mi respiración no me delatase
- Gracias -
Susurre, era imposible respirar normal, estando encerrada en algún lugar con un desconocido, que había intentado salvarme la vida y ahora acariciaba mi frente suavemente, como si mi vida dependiera de esa caricia
- ¿Tienes frio? -
me pregunte que a que tanto interes, el no me conocía de nada, ¿acaso era cierto que le preocupaban los demas?
- Un poco -
tenía las ropas mojadas, seguramente hubieramos caido en el agua del pozo, pero ahora estaba sobre la tierra humeda, ese debía ser el motivo por el que el frio calaba mis huesos
- Deberías quitarte la ropa, podrías resfriarte, no temas que no voy a ver nada, con esta oscuridad es imposible hacerlo, mi capa esta seca, podras envolverte con ella -
En cuanto dijo esa frase, mi corazón dio un vuelco, ¿porque me sentía asi? pese al frío que sentía un ferviente calor poseyo mi cuerpo de forma interna, mi saliva se hizo mas liquida y mis latidos mas fuertes
- no es buena idea -
tartamudee, me daba igual que pudiera verme como que no, no pensaba desnudarme delante de nadie
- mujer, lo digo por tu bien, si te resfrias posiblemente enfermaras y si enfermas es probable que no puedas ir a trabajar, todos conocemos el caracter de tu marquesa, te despediria y te quedarias sin sustento, te prometo que no vere nada -
Su voz sonaba algo divertida, ¿acaso le agradaba mi incomodez?, hice un gesto para tratar de sentarme y rapidamente sentí sus manos queriendo ayudarme, una de ellas se poso en mi espalda, ayudandome a elevarla sin hacer demasiado esfuerzo, la otra en mi hombro, para evitar que me fuera hacía adelante. Cuando estube sentada, retiro las manos, acariciando levemente mi cuello, tube que luchar de nuevo para controlar mi respiración
- gracias -
conteste por cortesía, lleve mis manos, temblorosas hacía el lazo que ataba mi corse, pero tenía los dedos entumecidos, no conseguía desatar el nudo y mientras mas tiempo pasaba, mas frio sentía
- ¿te ayudo? -
pregunto, de nuevo, el calor aparecio de la nada azotandome
- no, puedo yo sola -
me encabezone, no pensaba dejar que un desconocido me desnudase
- no, no puedes -
Note cierto juvilo en su voz, y sus manos, calidas, desataron de un tiron el nudo que yo había intentado quitar hacía unos segundos, ¿como podía tener las manos tan calidas? tenía tanto frio que desee que sus manos me proporcionaran el calor que mi cuerpo necesitaba. Cuando desato el cordon del corse, note como sus manos se posaban bajo mis brazos para tirar de ambos laterales y aflojarlo, debía conocer bien ese tipo de prendas pues en ningun momento me toco. En cuanto note que el aire entraba en mis pulmones sentía algo de alivio, esos malditos corses, muchas veces te dejaban sin aire
- gracias -
volvi a contestar, mis manos temblorosas tratando de sacarlo de mi torso, pero entre el dolor y el frio era absolutamente incapaz, pude oir una pequeña risa, bastante atrayente, no podía estar viendome, era imposible, pero parecía capaz de hacerlo pues sus manos se posaron sobre las mias y permanecieron allí un par de segundos
- ¿me permites? -
Su voz sonaba divertida, temblo un poco y eso me llamo la atención, ¿acaso iba a desnudarme enserio? vale, yo realmetne no podía, pero ... ¿de veras iba a hacerlo? que manos tan calidas ...
- si -
Me deje vencer, el frio era superior al orgullo y necesitaba quitarme aquellas prendas o si no, moriria congelada. Sus manos, fuertes, volvieron a tirar del corse en dos direcciones y lo aflojaron de tal modo que me lo quito sin ningun problema, alce los brazos y tiro de el hacía arriba, dejandome sin ese complemento. Oí como las piedras crujian bajo sus pies y le note colocarse detras mía, de nuevo el corazón me dio un vuelco
- No te preocupes -
Susurro, casi rozando sus labios con mi oido izquierdo, su aliento era tan calido como sus manos, respire profundamente, sintiendo mi saliva aun mas liquida y el calor de mi cuerpo fluyendo con mas fuerza, pero ese calor no era capaz de calentarme, lo sentía hay, pero no era calido como sus manos o su aliento.
Segía notando su aliento en mi nuca, traspasando mi pantalla de rizos oscuros que caían sobre mi palida espalda, sus manos pasaron por encima de mis hombros y se posaron en mi cintura, pero no me tocaron, cogieron la tela rojiza de mi camiseta de cuello imperial y la deshizo tirando hacía arriba, cuando la sentí fuera de mi cuerpo, el frio de aquel sitio golpeo mi pecho, haciendo que mi piel se erizase por completo y mis pechos se endurecieran, mi mente vago un momento imaginando lo genial que debería sentirme si sus calidas manos rodeasen mi torso y me diera un poco de ese calor que el desprendía, pero ni por todos los maravedies del mundo, pensaba pedirle algo así
- ponte en pie, si no no puedo con la falda -
Sus labios esta vez rozaron mi oido cuando me susurro, en mi garganta, unas plumas invisibles jugaron a hacerme cosquillas, su mano se poso de nuevo en mi espalda, antes no me había causado esta sensación, porque antes, no tenía la espalda desnuda, en cuanto la poso en mi hombro derecho sentí como todo su calor se extendía por mi cuerpo, tan agradable, tan calido, tan increible ... su otra mano se poso en mi cintura, sujetando bajo mis costillas izquierdas, esa parte tambien estaba al desnudo y me hizo estremecerme.
Sin yo estar preparada, me alzo como si pesara menos que el viento y sentí el humedo suelo bajo mis pies, rodee mis pechos con mis brazos, frios y palidos en un intento de darme calor, pero me era imposible, mis brazos estaban aun mas frios que mis pechos.
De nuevo, no note sus manos, pero si note como la falda descendía desde mi cintura hasta el suelo, de forma pesada, posiblemente por el agua, acariciandome lentamente, no se si fue imaginación mia o que fue, pero un calor rozo mis muslos, seguido de un cosquilleo, pero no sentí sus manos, ¿estubo apunto de posarlas sobre mis piernas? ¿o solo fue mi imaginacion? que ansaiaba su calor ...
- hace frio -
Mi voz temblo
- Lo se -
Note como el calor me invadio de pronto cuando puso algo epsado sobre mis hombros, debía ser su capa, de color rojo oscuro y de cuero, en ella, estaba guardada parte de su calor, me abrace a la capa envolviendome por completo, sintiendo que era el mayor de los placeres, estar envuelta en un calor increible, ademas, la capa tenía su olor, profundo y terriblemente agradable ...
- Descansa, vendran a buscarnos pronto, espero -
Sonrió y me abrazo por la espalda, sentandose y haciendo que me sentase sobre el, eso tambien era agradable pues al estar rodeada por sus brazos, aunque fuera bajo la capa, me daba su calor, ademas de ese calor, sentía el calor extraño que había nacido en mi cuerpo cuando me acaricio la frente minutos atras.
- ¿porque estas tan caliente? mientras yo estoy helada, tu desprendes el calor del infierno -
Susurre temblando un par de veces bajo la capa, no le vi la capara, pero por su voz, intui que sonrio, acaricio mi pelo y beso mi nuca, con una confianza que no debería tener, era un completo desconocido, pero ... me agrado
- Si te lo contase, tendría que matarte -
Claramente estaba de broma, o eso esperaba ... no tardo mucho en volver dar otro pequeño y leve beso en mi nuca, que una vez mas, hizo que me estremeciese, tras este ultimo beso, pego su nariz a mi cuello, apoyando su boca en mi omoplato y haciendo que su respiración me hiciera cosquillas
- no lo harias -
me atreví a desafiar, alzo la cara suavemente, acariciando mi cuello entero con su nariz, hasta que sus labios se posaron una vez mas en mi oreja
- no, no lo haria -
Esta vez, el beso no fue en mi nuca, fue tras mi oreja, fue inesperado y no pude controlar mi repsiracion, mi corazón dio tal salto que un pequeño gemido respiratorio escapo de mi boca sin yo darle permiso, en la vida había sentido un placer igual y eso, que solo había besado tras mi oreja
- por que no -
Tal vez por el nerviosismo, no quería callar y estaba tentando demasiado a la suerte, el no era nadie conocido para mi, sin embargo, estaba allí, anulando mis sentidos con sus pequeños besos
- no lo se, pero sería incapaz de hacerte daño -
sin dudarlo, me movi sobre el y me gire, quedando de lado, pero mirandole cara a cara, entrecerre los ojos, necesitaba saber quien era pero esa oscuridad me lo impedia, no tenía la mascara, pues su voz era clara, asi que temblorosamente, lleve mis dedos hacía su rostro, quizas tocando pudiera identificarle. El, en ningun momento me lo impidio. Su rostro era bastante marcado, su menton firme y cuadrado, tenía pelo en la barbilla, lo que los hombres llamaban perilla, pero no en el resto de la cara. Sus ojos eran normales, ni grandes ni pequeños, enmarcados por unas cejas finas, una nariz fina tambien y unos labios carnosos para ser un hombre, mis dedos acariciaron temblorosamente sus labios, sin saber porque esa extraña sensación me hacía querer acariciarlos toda la noche, su mano tambien empezo a acariciar mi rostro, cosa que no entendí, el ya me había visto, cuando había llegado a la plaza, aun así, me acaricio suavemente, como si fuera de crista.
Sus dedos, mas grandes y asperos que los mios, tambien se posaron en mis labios y los acariciaron temblorosamente durante un par de segundos, luego su mano se poso tras mi nuca para atraer mi cara hacia la suya, sin yo tener opcion, me beso.
El primer beso que alguien me daba en la vida, era increible, muy calido, y de un sabor placenteramente dulce, la falta de aire me hizo abrir los labios para poder respirar, momento en que el aprovecho e introdujo en mi boca lo que pude descifrar como su lengua, era mas dulce aun que sus labios, impregnada de su saliva, deliciosa, mi lengua, timida, acaricio la suya mientras su mano sujetaba firmemente mi nuca, como si temiera que fuera a separarme, no tenía intencion de separarme para nada, ese beso ... mi primer beso, era demasiado placentero para querer dejar de hacerlo.
Mi mano dejo de acariciar su menton para acariciar su pelo, seco, largo, fino, cogido en una coleta, luego, acaricie su nuca, tensa y dura, los musculos de su cuello se marcaban con facilidad.
Fue el quien se separo suavemente, pero no demasiado, solo un par de centimetros, como para cerciorarse de si me había molestado que me besase ... pero no, en absoluto me molesto, estaba tan cerca que no pude resistir ser yo quien le besase ahora, necesitaba sentir su lengua de nuevo, fue demasiado gustoso para dejar de hacerlo, introduje mi lengua dentro de sus labios, acariciandolos previamente y busque casi con desesperacion la suya, note, como sus labios se tornaban a una sonrisa, presionando los mios y su mano libre se poso en mi espalda, dandome un calor aun mas calido que el de la capa
Acaricio mi columna de arriba a abajo, sentí como su maon encajaba perfectamente con mi cuerpo, acaricio muchas veces mi espalda, dandome calor, luego se detubo al final de mi columna y acaricio mis costillas, en unod e los vaivenes de su mano, note como rozo uno de los inicios de mi pecho, eso me hizo soltar otro gemido suspirante, era mas placentero aun que besar, que rozase mis pechos ...
- ¿te incomodo? -
Pregunto, no me di cuenta de que había dejado de besarle, nege con la cabeza, pero obviamente no podia verme, por lo que volví a besarle, contestandole, no quería hablar, solo sentir su lengua y sus manos, debio pensar que todoe staba bien, por lo que su mano, en mis costillas, poco a poco abanzo hasta que abarco mi pecho derecho, eso si que era perfecto, mis pechos siempre habían sido voluminosos y eran perfectos para sus manos pues los abarcaba justo, note que cuando movio su mano, mi pezon estaba duro y deseando ser rozado. El parecia comprender mejor que yo mi cuerpo pues la yema de uno de sus dedos rozo mi pezo varias veces, hasta que se decidio a tocarlo con mas presion, con dos dedos, tirando suavemente de el.
Abrí la boca inconscientemente, el gemido esta vez no fue solo un sispiro, llevo con el una silava, Ah ... sus labios empezaron a besar mi cuello, de forma casi frenetica mientras su mano seguía jugando con mi pezon, todo eso era nuevo para mi, era increible, ¿como no lo había descubierto antes?, alzo una de sus piernas, la derecha, y recoste mi espalda contra su pierna flexionada, hacía rato que había dejado de sentir frio, incline la cabeza hacía atrás mientras sus labios y sus dientes jugaban con mi cuello, al igual que su mano con mi pecho, yo no sabía que hacer, estaba disfrutando mucho solamente sintiendo.
Su mano, dejo de acariciar mi pecho para bajar por mi vientre, note como este se comprimia al paso de su mano y el aire se me escapaba, no era tan duro como el corsé, pero me quitaba el aire con mas facilidad, su mano se detubo bajo mi ombligo y lo acaricio haciendo pequeños circulos, luego subio de nuevo a mi otro pecho y jugo con el hasta que consigio endurecerlo tanto como el otro.
Hizo un movimiento que casi me hace resvalar por su pierna, pero lo siguiente que sentí fueron sus labios, en mi pecho derecho, besandolo, cerre los ojos con fuerza, no por dolor, por dios, dolor para nada, todo lo contrario, por placer, cada cosa que hacía era mas placentera, mas quería que lo hiciera, mas calor sentía ...
Beso mi pecho suavemente, de vez en cuando, acariciandolo con la lengua, hasta que llego a mi pezon, sus labios jugaban con el mejor aun que sus manos, lo lamio lentamente, siguiendo su forma natural, comprobo la dureza con sus labios y lo acaricio con los dientes, mas de una vez solte mas gemidos monosilabicos ...
- Ah ... uhm .. -
A el parecía gustarle, pues cuando esos sonidos escapaban de mi boca, apretaba suavemente mi pezon contra sus labios y luego lo lamia suavemente, su mano, libre, bajo de nuevo por mi vientre, sentía cosquillas en el, siguio bajando hasta llegar a mi cadera y luego, como si diera un salto, bajo hasta mi muslo izquierdo y lo acaricio de rodilla a ingle, con la llema de los dedos, luego, acaricio la parte interna, sin llegar a la ingle, podía notar como esa parte de mi cuerpo estaba experimentando algun tipo de calambre, deseaba que no se detubiera, que acariciara todo mi cuerpo tanto como estaba acariciando mis pechos, con sus manos, con sus labios.
- Cuidado -
Susurro dejando de besar mi pecho ¿porque paraba? no me dio tiempo a obtener respuesta cuando su cuerpo, fuerte, me tumbo sobre el suelo sin que apenas notase la diferencia y el se puso sobre mi, tapandome con su calor, mis manos, que hasta el momento habían permanecido inmoviles, buscaron su torso, cubierto por un chaleco de cuerpo, lo desate a traspies mientras su boca jugaba con mis labios, con mi cuello, con mis orejas, cuando conseguí desabrocharlo, se lo quito, tambien su camisa oscura y pego su torso al mio, mas caldo que sus manos, fuerte y duro como una piedra, mis manos viajaron a su espalda, perfecta, cuadrada, firme, musculada ... no podía verle, pero quería memorizarle, asi que tocaba cada centimetro de su piel, cada pliege, tratando de formar una imagen mental
Su espalda se escapo de mis manos mientras sus labios volvieron a besar mis pechos, a la vez que sus manos los apretaban suavemente, beso mis costillas, mi vientre, sentí su respiración en mis caderas y eso no se porque, me resulto muy estimulante, pero a la vez me hizo sentir cohibida, de nuevo, debio notarlo porque volvio a subir, besando de nuevo, me acomode bajo el, era muy placentero hacerlo, mis manos acariciaron de nuevo su espalda y bajaron hasta si cintura, topandome con in cinturon y sus pantalones, eso me resulto incomodo, quería acariciar sus gluteos, sentirlos, seguramente fueran tan duros como el resto de su cuerpo asi que ... mientras el volvió a besar mis labios, mis manos buscaron como desahcerse del cinturon que sostenían los pantalones, nunca había echo alo así, por lo que no me era facil, note como una de sus manos solto uno de mis pechos y me ayudo a desabrochar su cinturon, luego, tiro conmigo de su pantalon y se deshizo de el tras varios intentos, pero en ningun momento, dejo de besarme.
Cuando esta vez se recsoto sobre mi, fue mi cuerpo quien dio un pequeño salto, estaba desnuda, y el desnudo ... sentí entre mis piernas algo calido, duro y palpitante, sabía bien que era, aunque nunca había visto algo así, mi mano timidamente, al igual que curiosa, bajo hasta aquello para tocarlo, de nuevo, no podía ver, pero si imaginar así que temblorosa, toque aquello que palpitaba contra mis muslos, imaginando como era.
Era bastante ... ¿largo? y grueso, duro como una piedra, calido como el fuego y humedo como el agua, lo sostube entre mi mano y parecía tener vida propia pues palpitaba contra mi, el, que no sabía el nombre de el chico que me estaba amando en ese momento, cerro sus dientes suavemente encerrando mi pezon, cosa que me hizo apretar aquello que tenía en mis manos, movio su cadera y pese a que yo no solte su miembro, resbalo por mi mano sin moverse del sitio, era como una doble capa, entonces, fui yo quien experimento a moverlo, podía moverlo bastante distancia de arriba abajo, debía gustarle pues esta vez fue el quien gimio en mi oido, su mano bajo hasta la mia y ambas acariciaron su miembro durante unos minutos, hasta que retiro mi mano y acaricio mis piernas, haciendome que las flexionase, me preguntaba porque entre mis piernas, algo hacía desear que esa cosa palpitante y dura se nterrase en mi, y de nuevo, como si leyera la mente, se posicion hasta que la punta de su miembro encontro la entrada a mi cuerpo, arquee la espada de placer soltando un gemido sonor, mas sonoro que hasta ahora, lo movio en la entrada, temí que no entrase, parecía tan largo y grande que temía que doliera, pero a la vez, lo deseaba con todas mis ganas.
Segun pasaron los segundos, su miembro iba introduciendose mas y mas en mi, lentamente, hasta que parecio llegar a un tope, ¿Ya?¿no entraba mas? apenas llevaria un par de centimetros ... y sin yo esperarmelo, me beso con mas pasion que hata ahora y de un movimiento seco, introdujo todo su miembro de golpe en mi interior.
Mis piernas se cerraron instantaneamente, encerrando su cadera entre mi cuerpo, de no haberme besado, habría gritado, había sido ... lo mas placentero que había sentido en la vida, apenas doloros, pero si muy placentero.
Saco su miembro lentamente, dandome aun mas placer y antes de que saliera del todo, lo metio de nuevo, lentamente, ya no había tope .. ya no había nada que pudiera hacerme sentír dolor, solo placer, mucho placer, a cada metida, mas placer sentía, no podía besarle, porque el aire entraba y salia de mis pulmones con tanta rapidez que apenas podía mantenerme viva con tanto placer y tan poco aire, sus movimientos cada vez eran mas rapidos, y el silencio de aquel pozo era roto por mis gemidos y los suyos, a menudo, los mios mas altos y seguidos.
- no pares -
Susurre, no supe porque ese miedo a que parase, quizas porque era lo mas placentero que había sentido en la vida ... no quería, no quería parar de sentirlo nunca, quería que el, solamente el, me proporcionase ese placer cada segundo de mi vida ... daba igual todo lo demas, pero el debía darme ese placer para siempre
No podía concentrarme en nada mas que fuera su vaiven, su calor, su respiracion y el placer que me proporcionaba, de pronto, mis manos se aferraron con fuerza a sus hombros y empece a gemir de una manera sobrehumana, no podía parar, el empezo a moverse aun mas rapido, el placer era cada vez mas grande, como si fuera el mercurio de un termometro, subía a gran velocidad, rapido, muy rapido, muy fuerte
- ah, ah, ah! -
Mis gemidos eran cada vez mayores, mis manos se enterraban cada vez con mas fuerza en sus hombros, nada importaba, solo el, yo, ese momento, y esa accion ... beso mis labios con fuerzas antes de que sintiera quie tocaba el cielo sin moverme debajo de el.
Todo se volvio blanco durante apenas unos segundos mientras un gran estado de placer y liberacion recorrio mi cuerpo de arriba a abajo, el debio sentir lo mismo pues aminoro la marcha lentamente, mientras senti un calido flujo acariciando mis muslos, luego, se separo de mi lentamente, besando mi frente, acariciando mi cara con dulzura, sonreí cuando sus dedos acariciaron mis labios
- pequeña, debemos salir de aquí -
Susurro estrechandome entre sus brazos
- ¿quien eres? -
Era todo lo que deseaba saber en ese mismo momento, saber quien era el ... saber si eso podría volver a repetirse ...
- No puedo decirtelo, pero estoy mas cerca de tí de lo que piensas -
beso mis labios una vez mas, me rodeo con sus brazos, me envolvio con su capa y de pronto, cogiendome como si fuera un bebe, me saco de aquel sitio, corrio como si no le costase nada cargar conmigo, rapido, veloz, y fuimos a parar al tejado de mi casa, cuando quise verle el rostro, ya tenía la mascara puesta
- ¿siempre pudiste salir del pozo? -
Mis labios temblaron, su cabeza asintio y pego sus labios a mi oido
- Siempre, al igual que siempre te desee y siempre lo are, pero no podras amar al hombre de la mascara, si al que hay bajo el -
beso mi cuello, se puso la mascara y desaparecio, dejandome en mi tejado, bajo su capa, desnuda, con el cuerpo aun lleno de calor por lo que acababa de pasar ...
Esa noche, dormi envuela en su capa, recordando su olor y suspirando al recordar el placer que el, el hombre enmascarado, me había echo sentir ...