Cap.1-Víctor y Leandro, el profe de derecho civil.
Víctor, Alex, Ernesto y Sergei son cuatro compañeros de clase, estudian carrera de derecho. Los cuatro jóvenes comparten afición por todo tipo de rabos y machos. En este primer relato conoceremos a Víctor y su manera de satisfacer al sustituto de Derecho Civil.
Víctor, Alex, Ernesto y Sergei estaban en el patio sentados al sol, después de haber realizado el examen de historia del derecho español , asignatura que impartía el viejo Juanjo. Mientras Alex se quejaba de lo difícil que le había parecido Leandro salió por la puerta principal del instituto camino a tomar un café y junto a una sonrisa guiñó el ojo a los chicos que descansaban en el banco.
- Dios, qué bueno está el cabrón, cuerpazo de atleta, súper alto y esa melena rizada… parece mítico rey de juego de tronos– comentó Víctor riéndose.
- No está nada mal el sustituto de civil ese pero todo para ti – corroboró Ernesto – Yo con mi novio estoy más que feliz, viene el domingo y que ganas de verle!.
- Que pesado el enamorado … ¿apostáis? a que me lo acabo tirando – Víctor estaba cachondo ya solo de pensarlo.
- Pues es un heterazo cariño, difícil lo tienes – Contestó Ernesto
- Me encantan los retos, y este culo ha ganado muchos retos jejeje.
Víctor era bajito, con un poco de melena negra y ojos azules. Tenía cuerpo delgado pero un poco marcado, casi sin pelo. Siempre vestía con la parte de arriba blanca, ya fuera un polo o unos tirantes, y los pantalones pegados, y muy muy ajustados. Esta vez llevaba unos tirantes que le quedaban un poco pequeños así que la camiseta le acababa por encima de su cintura, y unos vaqueros bastante cortos y pegados con unas deportivas blancas.
Sonó el timbre de fin de patio y se levantaron para ir a clase. Víctor solo imaginaba el cuerpo desnudo de Leandro y estaba encantado por tener las últimas dos horas con él. – Bua, es que tiene que tener una polla de caballo, estoy seguro – soltó en alto. Ernesto y Alex se rieron.
Llegó la hora de Derecho Civil, Leandro hizo cuatro grupos aleatorios para que buscaran información sobre unas cosas. Víctor vio la oportunidad perfecta para empezar a provocarle, así, se sentó de espaldas al profe y sacando medio culo hacía fuera empezó a hacer movimientos de cadera mientras se apoyaba en la mesa con la excusa de mirar el portátil de la compañera. Empezó con movimientos lentos arriba y abajo mientras de vez en cuando le miraba, chupando un bolígrafo y sonreía. Víctor llevaba unos vaqueros súper apretados que marcaban el pedazo culo que tenía, y parecía que en cualquier momento iban a reventar. En una de estas Víctor se levantó y se apoyó en la mesa, con el culo muy en pompa hacía su semental. Los otros tres veían toda la jugada desde sus sitios y se fijaban en lo que hacía Leandro para ir informándole por WhatsApp. La verdad que Leandro no le quitaba ojo, y no intentaba ni disimular.
Víctor tiró adrede un bolígrafo debajo de la mesa, miró a Leandro y mordió sus labios poniendo cara de zorrita. Se arrodilló en el suelo metiendo su cabeza debajo de la mesa mientras movía el culo como si de un muelle se tratase.
Leandro no paraba de mirar y de sonreír con una sonrisa entre pícara y degenerada, hizo un gesto como de recolocarse el nabo y Ernesto rápidamente se lo puso en el chat. Al recoger el bolígrafo este lo volvió a mirar y a morder los labios de nuevo pero esta vez con más cara de guarra.
Las horas transcurrieron así, Víctor zorreándole como una puta desesperada y Leandro desconcentrado, risueño y bastante cachondo. Al acabar la clase todos se levantaron para irse, Víctor se juntó con sus compañeros que le animaban a ir a hablarle para que no se quedará en nada.
- Fua tío, te ha estado mirando el culo todo el rato. Sonreía con una cara algo depravada y se tocaba el paquete te lo juro – Le dijo Ernesto.
- ¿Qué dices? Bua quiero que me preñe bien ese cabrón, me está poniendo a mil, llevo empalmado las dos horas y mi culo está lubricado no, lo siguiente.
- Pues vete a hablarle y le zorreas ya de cerca, a lo mejor te dice para ir a su casa esta noche o así…
- Ahora no puedo, joder, mi madre está esperándome fuera para ir a Madrid, a recoger a mi hermana al aeropuerto que hace un año que no la vemos, tenemos el tren en una hora… tendré que encontrar un macho en Madrid y ponerle su cara.
Empezaron a salir por la puerta cunado Leandro llamó a Víctor para que se quedara en clase para decirle una cosa. Víctor miró a sus amigos con cara apenada y después a Leandro:
- Leandro, ahora no puedo. Mi mamá está esperándome ahí fuera para coger un tren, tenemos que estar a las 21:00 en Madrid.
- Va ser un minuto Víctor, ya verás, ahora saldrás fuera. Haz el favor de entrar.
- No Leandro, en serio, mejor me lo dices el lunes, con tiempo – le guiñó un ojo.
- Víctor hazme el favor, no vas a irte ya y lo sabes… si no me haces caso tendrá repercusión en tus notas. – Dijo imperioso, con el tono más enfadado.
Víctor deseoso pensaba en el compromiso que tenía, que era muy importante y no quería estar a prisa en un momento así, sabiendo que su madre le estaba esperando. De pronto Alex le empujó hacia dentro y este junto a Ernesto fue hacía fuera cerrando la puerta de clase.
- ¿Te crees que no me he dado cuenta mamón?
- Claro que no lo creo – Sonrió – te he estado provocando papi pero cada cosa llega a su tiempo. Podemos quedar en mi casa el lunes. Mi mamá no estará.
- Ni de coña. Te voy a dar todo mi cipote ahora mismo
Leandro se levantó, agarro la cabeza de Víctor y le hizo ponerse de rodillas. Por fin sacó todo el rabo del bóxer y Víctor quedo anonadado con la pedazo de polla que tenía en frente. 20 cm de una polla circuncidada y 4 cm de grosor, como él había pensado , una polla de caballo . Se la metió en la boca de un lametazo y empezó a jugar con su lengua mientras le miraba. Leandro se sentó – A mí no me va lo gay pero si hay que follarte pues te follo… - de Víctor solo se oían arcadas y lametazos, a ratos, Leandro le cogía la cabeza y follaba su boca sin piedad, hasta metérsela a la garganta. – Puf papi, este es el mejor rabo que he comido – Víctor decía eso a todos los maduros que le follaban para ponerlos más a mil y Leandro cada vez que oía “papi” se volvía más bruto. De pronto el teléfono de Víctor sonó, se sacó la polla de la boca e hizo el intento de sacar para descolgar.
- Shhh, ni se te ocurra chaval, me vas a sacar toda la lefa antes.
- Papi, mi madre está llamando, quiere saber dónde estoy, déjame decirle que en nada salgo.
- No Víctor, no quiero que pares, sigue así porque si no, no te va dar tiempo a coger el tren jajaja
- Por favor papi, un segundo, te la sigo comiendo mientras tanto
Víctor descolgó el teléfono y saludó a su madre, entre palabra y palabra lamía el rabo de toro que estaba obligado, y encaprichado, a lamer. Le explicó que estaba con el profesor para explicarle las pautas de un trabajo que tenía que hacer, que ya salía, habían pasado diez minutos desde que se acabó la clase. Mientras explicaba esto a su mamá Leandro le follaba la garganta y le obligaba a hablar a su madre con la polla en la boca, obviamente no podía casi ni vocalizar y su madre le preguntaba si estaba bien. De repente Leandro le quito el móvil de las manos y empezó a hablarle, Víctor sorprendido, pero sin sacar esos 20 cm de su boca le miraba.
- Hola señora, soy Leandro, el profesor de su hijo. Su hijo me está haciendo un examen oral – vaciló - mañana explicaré un trabajo importante y como su hijo no estará tengo que sacar la nota de algún lado.
- Un examen oral? Ahora? Tenemos que estar en 45 minutos en la estación, haga el favor de dejarle ir.
- Si un examen oral, luego te lo explicará él, espero que con pelos y señales jajaja, le cuelgo que si no saldrá más tarde, ah, espere, que le quiere decir algo.
Acerco el teléfono a la boca del alumno y metiéndole la polla y los huevos en la boca le obligó a despedirse… colgó. – Eres un sucio cabrón – Exclamó el arrodillado. A Víctor le había molestado un poco la broma del profesor pero estaba tan enganchado a ese rabo que acto seguido se levantó y le susurro – me vas a meter esta pedazo de bocarda en este culo que lleva lubricado desde que te he visto – a Leandro nada más oírlo se le empino aún más, si cabía, su cipote, agarro a Víctor y echando todo lo que había en el escritorio lo medio tumbó ahí, le bajo los pantalones apretados, que es cuando los glúteos de este aumentaron un poco más de tamaño, le agarró de la cadera y alucinó con la lubricación del muchacho, solo con tocar el ano la polla resbaló hacía dentro. Víctor gritaba como zorra en celo, gemía demasiado alto por lo que Leandro le tapaba la boca y como castigo se la clavaba más hondo.
- Cabrón! Este culo ya está usado eh? Encima sin condón, eres una cerda…
- Uf daddy, la estoy sintiendo dura y caliente, siento las venas que rozan las paredes, aaaah, si, duro papi….
- Me voy a deslechar tanto y tan dentro que te seguirá saliendo lefa el lunes maricón!
- Préñame papi, este culo de zorra quiere trincar leche.
- Y tanto que va a trincar, eres una guarra, prefieres una polla en tu culo a cumplir como buen hermano los compromisos familiares… si tu hermana supiera…
- Con un macho como tú dentro ni al funeral de mi madre– bromeó tan viciosamente del éxtasis en el que se encontraba.
Alternaban los movimientos brutos y rápidos del profesor con el movimiento poco constante de las caderas de Víctor. Leandro estaba fuera de sí, le daba tan duro que su polla salía y entraba entera, sin aparente esfuerzo, el culo del alumno estaba dilatadísimo.
Observó como sus amigos Ernesto, Alex y Sergei habían entre abierto la puerta y estaban mirando, descojonándose y grabando la escena. Víctor no paraba de poner los ojos en blanco y abrir su boca del gustazo. De pronto sonó el teléfono de nuevo.
- Cógelo cabrón que seguro que es tu madre – dijo Leandro con actitud autoritaria mientras no paraba de clavársela.
Víctor le hizo caso, tuvo que poner empeño en cogerlo porque lo que sentía con esa polla dentro no podía casi ni mantenerse a cuatro patas.
- Ma…mami? Ya salgo – entre gemidos y chillidos
- Hijo estás bien? Que te pasa? Si no sales ya perdemos el tren y te vas a enterar.
- -Ahhh… mmmm… ma… mamá… ya salgo….ufff… ahh… para cabrón, para…
- Hijo que pasa? Voy a ir a buscarte.
Víctor hacia el esfuerzo de separarle a Leandro por un momento para que no fuera un canteo pero esté le agarro del pelo y empotró su cara contra la mesa.
- Uf papi, eres un macho… dame polla, ¡dámela en este culo cabrón! Tu polla es la mejor…si papi – Intentaba subir el ego del profe mientras tapaba el micrófono del móvil.
- Víctor te escucho mal y de lo que escucho no entiendo nada… no sé qué estás diciendo, voy a sacarte de ahí…
Víctor lanzó el móvil y mientras era agarrado del pelo y su cara frotada contra la mesa empezó a sentir un temblor y el placer empezó a aumentar sin control. Gritaba como un descosido, Leandro empezó a hacer movimientos más bruscos y a gritar más… se corría, se corrían los dos, Víctor aviso de que se iba a correr sin apenas tocarse el rabo, todo fruto del roce de ese trabuco con su próstata… Leandro más violento, le agarro fuerte y cuando ya lo arqueó totalmente hacía él … AAAHHHHH….AAHHHHHHH….TOMA LECHE MARICONA…..AHHHH….. UFFF…. MMMMM…. TOMA Y TOMA…. Fueron 15 segundos en lo que Leandro no paraba de derramar toda su leche, Víctor tardó menos pero estaba igual temblando y gimiendo.
Cuando el éxtasis terminó, Leandro se levantó los pantalones y contempló el agujero del pasivo. Un agujero rajado y sudado.
- Aprieta este coño, quiero ver cómo te sale el mejunje
Víctor hizo algo de fuerza para abrir el esfínter y un poco de esperma salió, deslizándose por el perineo de chaval. Leandro untó su dedo recogiéndolo y se la volvió a introducir en el ojete. Víctor jadeó complacido.
- Ahí tienes tu ración, asqueroso, corre que tu madre te espera…
- Eres maravilloso machote
- No te envicies que yo no soy marica – se marchó pegando un portazo.
Víctor que quedó varios segundos tirado, con las piernas separadas aún, pero por poco tiempo, miró el reloj y ya habían pasado cincuenta minutos. Habían perdido el tren. El sustituto se cruzó con la señora Ruiz, madre de Víctor, en las escaleras, le indico que su hijo estaba en el aula número 212.
Víctor empezó a levantar los calzoncillos y los pantalones, y marchó hacía la puerta. Se cruzó con su madre en el pasillo. Esta malhumorada le echó una bronca monumental. No hablaron hasta llegar al coche, al llegar, Víctor se sentó y lanzó un gemido de dolor. Sintió más gotas saliendo del ano y sonrió
- ¿Qué pasa Víctor? ¿Te das cuenta de lo que has hecho?
- Lo siento mamá, era importante esto también.
- He hablado con el profesor, me lo he cruzado en el pasillo…
- Y que te ha dicho – se alarmó
- Que eres un estudiante de 10 y que el examen oral lo has pasado con creces, y la práctica mejor aún. Eso está bien hijo. ¿De qué trataba?
- Nada mamá, ha sido una introducción muy grande a mis… conocimientos – suspiró – me lo ha puesto difícil pero lo he saciado bien.
- Llama a tu hermana anda… ya te vale… pero estoy orgullosa.