Cap 53.-Pascual se folla a Tim

Pascual era un joven fornido que se coge a un chiquito muy pillo con una treta

En otro lado de la Isla estaba Tim (ver capitulo 15: Tim era el chiguito pillo que había dejado sin semen a Justin robándole su última dósis de semen). Tim era un chico vivaracho y avispado que aún era virgen. Se dedicaba a chupar penes, pero ningún pene le había traspasado su ojete. Él decidió explorarse analmente por su cuenta y se fue a los vestuarios. Tras las duchas había cubículos con consoladores de diferentes tamaños.

Tim entró en una de estas salas asépticas y blancas desnudo totalmente. Se puso en cuclillas sobre un dildo de 9 y se sentó. Era un dildo tan pequeño y fino que le entró con facilidad. Al agacharse en cuclillas cobre él su pequeño pene cobró vida y se sintió excitado.

Con el culo lubricado por el primer dildo Tim se salió y pasó al siguiente: 11 centímetros y un poco más ancho. Le costó un poco más pero estaba preparado.

Con el culo más lubricado pasó al siguiente: 13 centímetros y ya parecía un auténtico pene de los muchos que había chupado –aunque se exagera mucho 13,5 centímetros es la media en muchas razas blancas–. Este le costó ya algo más. Aunque se clavó la puntita, y tenía el ojete más lubricado, este pene era más ancho, por lo que fue bajando poco a poco. Tenía aún 2 centímetros fuera de su ojete y Tim estaba totalmente empalmado y segregando precum por la punta de su pene… ¡¡Estaba perdiendo semen!! ¡¡Su semen!! ¡¡Su líquido vital!! Pero aquel objeto en su ano le estaba dando un placer que nunca se había imaginado, así que decidió continuar… y bajó un centímetro… y dos… y se empotró todo el dildo en su ojete. Sus nalgas se aplastaron contra el suelo que parecía cristal y que reflejaba su cuerpo. Su pene, semiempalmado, manando semen, mientras su culo recibía una dósis de fluidos de relax, hipersensibilización y adicción al semen. Había muchos supositorios en la isla que una vez depositados en tu ojete se disolvían sólo con el calor del cuerpo o con el semen de alguien que eyaculaba dentro de tí (pero esto lo dejaremos para más adelante).

Tim permaneció con sus piececitos pegados al suelo a cada lado, en cuclillas, y sus nalgas ya tocando el suelo frío con el dildo clavado, mientras de su solita encamaba semen. ¡¡Se había corrido mientras se había autoempalado!!

Había dildos de 14, 15, 16, 17, 18…20..22… centímetros… pero este bastaría por hoy. Tim salió del cubículo, (un aspirador limpió absorbiendo el charquito de semen –en la isla no se perdía nada de líquido vital: este semen sería inyectado en otro culete–), y salió del vestuario desnudito.

Tim sólo pensaba en comer semen, para recuperar el que había eyaculado, y al salir de su vestuario vio a Pascual (ver capítulo 23). Pascual era muchachote fornido de 26 años que parecía un muchacho de granja, fuertote, no gordo pero sí anchote. Pascual había intentado violar a Aitor, otro joven de su edad, engañándole con los supositorios, inyectándole el doble para cogerle sin ser cogido, y terminó recibiendo de su propia medicina, así que, escarmentado, decidió repetir su práctica con alguien de menor edad, porque creía que así sería más fácilmente follarlo (sin ser follado).

Pascual vio a Tim, se acercó a él, y entabló conversación. Ambos jóvenes –aunque se notaba que Pascual sacaba unos cuantos años a Tim–, eran lampiños, regordetes. Pascual tenia unos grandes huevazos… algo que a Tim le encandiló porque al jovencito vivaracho le gustaba ordeñar las bolas grandes y así asimilar gran cantidad de néctar / líquido vital, aunque él sólo quería chuparle el pene a Pascu, 15 centímetros de pene, porque era algo muy largo para su aún no muy usado culito, que sólo había recibido pollas de 13 centímetros de largo. Pero Pascual se lo quería follar… y tenía que engatusarlo, así que lo llevó al vestuario buscando ‘un poco más de intimidad’ le dijo.

–¡Qué huevazos!! Le dijo Tim

–Quiero follarte ese culete –respondió Pascual.

–No! Ni hablar! Me romperías. He probado sólo con penes de hasta 12 centímetros y medio o 13! (Como el dildo que lo acababa de follar)

–Vengaaaaa…. No te hagas el remolón. Te gustará.- dijo Pascu

–No, no insistas.-replicó Tim

–Valeee… bueno… –accedió Pascual engañándole para tranquilizarlo. ¿Y te gustaría mamar mis huevazos?

–(A Tim le hicieron los ojos chiribitas y la boca agua)

–(Pascual había comprado, en plan revancha, una jeringuilla de 10 dósis de sedante para devolverle la bola a Aitor, pero escarmentado por la lección que le dio, no lo quiso intentar… y se había quedado con aquella jeringuilla, que vio ocasión de usarla con Tim.

Pascual tenía la jeringuilla en su taquilla del vestuario pero tenía que ver cómo clavársela a Tim pillándole por sorpresa.

–Vale. –accedió Pascual–. Te dejo primero comer mi líquido vital, ordeñar mis huevos, y luego veremos cómo me recompensas.

Tim no se lo pensó, y se acercó a Pascual que estaba sentado en un banco del vestuario, junto a su bolsa de deporte, que tenía abierta, con la jeringuilla cargada dentro.

Cuando Tim se arrodilló a mamarle su pene se dejó. Tim estaba tranquilo con el pene de Pascual en su boca. Pascual apretó su cabecita contra su pene cerrándole la boca y casi asfixiándole. Mientras, como Tim no veía nada, aprovechó y sacó de su bolsa la jeringuilla, que le inyectó, por sorpresa, en su culete, con la mano izquierda, mientras con la derecha sujetaba entre sus piernas la cabecita del joven Tim, que se quiso separar y rebullir, pero al que Pascual inmovilizó con una sola mano.

La dosis empezó a hacer efecto en Tim que en unos minutos quedó relajado.

Pascual colocó al joven imberbe sobre el banco y comenzó a follarselo por detrás.

Cuando se hubo corrido dentro de él le colocó en la camilla del vestuario y se lo volvió a follar por detrás.

Tras dos corridas dentro del culo de Tim Pascual marchó del vestuario dejando a Tim allí tirado. Tim tardaría minutos aún en recuperarse sin saber muy bien qué le había pasado. Afortunadamente nadie más entró durante ese tiempo en el vestuario, porque se lo podría haber follado. Unas nalgotas como las de Tim eran toda una tentación.

Tim no había recibido su dosis de semen oral, pero había recibido dos dósis en su ano.

Cuando empezó a recuperarse notó su ano dolorido. 15 centímetros de pene lo había follado brutalmente durante casi 20 minutos aunque él ni se había enterado.