Cap 08. impregnación

Parte 2 (de 5) de un relato gay de dominación (ciencia ficción, control, sumisión)

La primera dosis se le había puesto. Tommy, tras la primera sensación del momento, no notó nada. El pene de Andy lacio, salió de su ano, y se fueron a la francesa, sin despedirse, como si nada hubiera pasado. Era habitual estos encuentros apasionados y cambios de pareja. Sin embargo Andy debería de volver atraerlo hacia él mañana.

Al día siguiente Andy ya se había recuperado de su súper eyaculación en el culo de Tommy, y estaba preparado para darle una segunda dosis. Ahora tendría que encontrarle para volver a follárselo, y hacerlo con naturalidad. No era habitual repetir sexo con la misma pareja: algo se tendría que inventar para no parecer sospechoso: tenía que hacer creer a Tommy que el encuentro era casual, ya que los chicos en la isla practicaban sexo esporádico sin lazos ni ataduras ni repeticiones.

Tommy era nadador así que Andy lo encontró entrenando. La cuenta atrás del reloj había comenzado tras la primera eyaculación y apenas le quedaban dos horas para volver a impregnarlo, o de nada habría servido la primera eyaculación. Lo vio entrenando y se colocó estratégicamente de espaldas a él en la salida, para que Tommy se tropezase con él.


Píiiiiiii -sonó el silbato del entrenador. Tommy y otros cinco chicos musculados salieron de la piscina con un speedo negro ajustado que no dejaba nada para la imaginación. El portentoso paquete del rubiazo que Andy quería dominar y someter se marcaba en todo su explendor en el bañador mojado, al igual que su culazo.

Los chicos se despidieron acabado su entreno. Andy se puso dando la espalda a Tommy que no vio que estaba delante de él porque se estaba despidiendo de sus compañeros de equipo hasta el entreno de mañana, cuando se tropezó con Tommy al que casi hace caer.

–Perdón, no le había visto –dijo Tommy

Andy se giro: –No, no pasa nada, estaba aquí parado, distraído. No le ví llegar –le respondió.

–Andaaa ¡¡si eres tú!! –exclamó Tommy cuando Andy se giró y le vio la cara.

En su boca se dibujó una sonrisa recordando lo bien que lo habían pasado la jornada anterior. Tommy pensó lo bueno que Andy estaba y lo bien que se lo habían pasado y propuso a Andy repetir encantado. Andy era lo que quería oír. Además la propuesta había salido de Tommy, así que no había nada que sospechar que todo estaba premeditado y preparado. El malévolo plan urdido por Andy estaba saliendo a las mil maravillas.

Ambos chicos se fueron a un lugar un poco más apartado. Tommy con la toalla blanca se acabó de secar y se quitó el bañador aún mojado que llevaba de entrenar, mostrando su portentoso paquete a Andy que se arrodilló ante él y se lo comió hasta los huevos, que por cierto eran enormes. Andy agarró a Tommy de sus glúteos y con el pene de Tommy enhiesto en la boca, le lubricó el ano con la crema-droga metiéndole la misma en el culo con sus dedos, lo cual hizo hipersensibilizarle la zona de forma tan erógena con el frío gel lubricante –pensó él– que sintió como que le estaban follando. El placer de los dedos de Andy en su ano y la boca en su pene hizo que Tommy no aguantase y se corriese en la boca del muchacho con el que minutos atrás acababa de tropezar. Andy se tragó todo el semen de Tommy recargandose fuerzas (ya sabemos que el semen era un líquido vital que daba potencia y fuerza). Mientras Tommy eyaculaba Andy dio placer a Tommy sellándole su pene con su boca. Tommy, extasiado de placer, agarraba la cabeza de Andy sujetándole de forma dominante para que no se moviese hasta que hubiese eyaculado del todo en el interior de su garganta.

–Ohhhhhhhggggg Diosss ¡¡qué bien la mamassss!! Síiiii –y soltó otro trallazo que bajó por la garganta de Andy mientras él miraba al cielo.


Dos minutos después Andy se levantó y besó a Tommy aún con restos de semen en su boca. Tommy probó su propio semen de la boca de Andy, aunque Andy se lo había tragado casi todo porque Tommy le metió su polla hasta lo más profundo de su garganta. Andy dio a Tommy un fuerte abrazo tras el beso de pasión, y se colocó sigilosamente en sus espaldas. Con el pene enhiesto, completamente excitado como estaba, a Andy no le fue difícil penetrar a Tommy por segunda vez en la segunda jornada consecutiva. De hecho durante la mamada lo había lubricado con la crema especial. Sólo quedaba eyacular dentro de él para impregnarle en esta segunda jornada de sumisión. Y Andy, con lo excitado que estaba no tardó en eyacular dentro del culo de Tommy. El proceso de sumisión estaba empezando. La segunda dosis anal del gel le había impregnado.