CAP 03. LA ISLA. Probando los dildos del vestuario

Los vestuarios disponían de consoladores. Te sentabas en el banco, pulsabas un botón, y este emergía taladrandote el culete. Y te podía inyectar supositorios para follar y ser follado.

Mark era un joven. Tenía la piel rosada, pelo rojizo y rizado, una polla espectacular y unos cojones más grandes para lo que es habitual. El chico, sin un vello en el cuerpo, estaba bien formado. Era un poco fuertote aunque no tenía barriga. Parecía un angelito con el estómago lleno, un querubín. Tenía un aspecto un poco rudo, como de campesino, y unos glúteos bien formados. Enfrente de él estaba Adrián. Piel blanca, pelo moreno, polla fina y alargada, un poco más que la de Mark en centímetros, pero algo más delgada. Culo plano, delgado.

Mark y Adrián se habían tirado los tejos en la piscina exterior de ‘el complejo’ donde se habían quitado el bañador (que les indicó que tenían la misma edad), para zambullirse en el agua y hacer juegos inocentes viendo sus cuerpos sin ropa, y lo bien formados que estaban. Ninguno de los dos había tenido aún ninguna experiencia sexual. Sí bien es cierto que habían mamado pollas -eso era habitual ya a una menor edad, porque les habían enseñado en la academia cómo meterse un pene gordo de un adulto en la boca, cómo lamerle el glande, el perineo el culo y toda la polla, como sellar la polla en los labios (los de Mark eran gordos y jugosos, más que los de su compañero), y como conseguir así, excitando con la lengua al adulto hasta que este se corriera y les diese en su garganta el liquido vital, el néctar de la vida-.

Mark y Adrián lo habían probado de varios mayores. La verdad es que los mayores estaban todos muy buenos. Había algunos con pollas muy grandes y gordas. Había negros, había chinos con pollas largas y delgadas. Y a todos habían aprendido a ordeñarles su jugo vital con los labios o incluso tocándoles el ano o el perineo con sus dedos mientras estaban de rodillas frente a ellos. Había que emplear cualquier táctica cuando habían conseguido a un mayor, para chuparle todo el néctar posible y que este se corriese abundantemente en sus bocas y gargantas. De hecho si encontraban a un mayor que no había tenido corridas en días o semanas, y guardaba mucho semen en sus huevos, podían sobrevivir sin chupar pollas 15-20 días.

Había adultos que sabían que su semen mermaba y que quedarse sin semen implicaría su debilitamiento y muerte, por eso a veces eran reacios a dejarse engatusar por estos chavales que se dedicaban arrebatar a un mayor semen empleando cualquier tipo de estrategia (mejor mamar que meterse un dildo en el ojete, que encima les iba a ir creando una adicción). Pero a veces sucumbían al placer que esas boquitas jóvenes les proporcionaban con sus mamadas.

Cuando un chico conseguía llevarse a la boca el pollón de un adulto (estos aunque sabían el peligro que entrañaban que tuviesen más de 4 eyaculaciones al día a veces se dejaban engatusar por los niños y ejercían de papis protectores. Incluso alguno ‘los adoptaba’= es decir, establecía una relación habitual con el mismo niño al que veía habitualmente o cada día.)

Mark había estado chupando un pene enorme que casi no le cabía en su pequeña boquita, hacía 5 días. Aquel adulto, de 58 años, tenía los huevos enormes, y seguramente bien llenos. Se esforzó así en ordeñarlo con todas las técnicas que conocía, y el adulto, en summum de placer, tras serpentear los dedos de su mano en la cabeza del niño que tenía sentado delante de él moviéndole sus rizos, soltó una impresionante carga de semen que no le cabía en la boca y que le costó mucho tragar al pequeño Mark. Pero Mark sabía que aquel líquido era un néctar vital muy importante, y que no podía desperdiciar ninguna gota. (en la isla el semen era el líquido de la vida… y su ausencia te llevaba a la muerte… por eso a veces era difícil ver a gente de mayor edad, porque a veces sucumbían ante aquellos placeres.)

Seguramente aquella mamada le hubiese proporcionado a Mark el néctar de la vida para los próximos 20 días. Cuando un chico joven realizaba una gran mamada de semen tenía para varios dias. Pero Mark se cruzó con Adrián en el comedor, y se encaprichó de él. Fue como un flechazo mutuo, Adrián estaba en otra mesa con decenas de chicos del mismo clan, con su bandeja de comida. Desde que se cruzaron las miradas supieron que eran el uno para el otro, así que después de comer, tras lanzarse un montón de miradas ardientes de deseo en el comedor, se encontraron en la piscina. Y empezó el galanteo. Adrián se cruzó delante de él. Se quitó el bañador que habían llevado en el comedor (y por el que supieron que ambos eran del mismo grupo de edad) y a Mark se le quedaron los ojos como platos al ver qué polla tan larga. Era 3-4 centímetros más larga que la suya. Adri se quitó el bañador, le guiñó el ojo a Mark, y se lanzó al agua. Mark tardó en reaccionar porque se quedó pasmado de la polla de Adrián, y de lo bueno que estaba. Tenía incluso los abdominales un poco marcados. Adri era de pelo liso y moreno, alto y delgado y se notaba que hacía algo de deporte. En ‘el complejo’ había canchas de atletismo, beisbol, fútbol, equipos de waterpolo, natación… llenos de chicos cachas, atléticos, bien formados, marcando paquete y abdominales a través de ceñidas lycras. De hecho los del equipo de lucha y atletismo llevaban unos ceñidos petos de lycra de una pieza que eran pantalón corto y camiseta de tirantes a la vez. Había un gimnasio muy completo con saunas y spa donde como mucho se llevaba una toalla blanca a la cintura. También había equipo de baloncesto, que eran los más vestidos con esos pantalones largos hasta la rodilla en donde llevaban dentro todo suelto bamboleándose cuando corrían por la cancha en busca de la canasta. Había agarrones de paquete que no estaban penalizados como falta, y a veces a alguno le habían agarrado tanto que le habían bajado el pantalón ancho, hasta los tobillos y le habían mamado la polla en mitad de la cancha. Era muy sexy tanto hacer como asistir a ver deporte.

A Adri se le notaba que algún deporte practicaba porque tenía algún músculo sutilmente marcado, no como la barriguita de Mark, que por cierto era muy sexy y atractiva. De hecho ningún chico de la Isla estaba obeso: había un grupo de mayores (los jefes que dirigían todo aquello) que se encargaba de equilibrar las dietas, pero luego había libertad y había algunos que se criaban un poco más rollizos y otros entrenaban y terminaban siendo más atléticos.

Mark se despertó de su ensimismamiento creado al ver la polla de Adrian y se bajó su bañador violeta y desnudo también se lanzó a la piscina. En ella ambos chicos jugaron con el agua y se salpicaron. Mark salía del agua dejando ver su gordos cojones a Adrian, que salivaba deseando hacerle una mamada a su nuevo amigo que acababa de conocer. Mark se exhibía fuera del agua, sentaba al borde de la piscina con sus piernas dentro del agua, exponiendo sus gordos cojones a la vista de Adrián, que estaba a la altura de sus huevos y pene, dentro del agua. Y cuando Adrian salía a cogerle Mark saltaba al agua. Adri hacía tanto de lo mismo, salía a la orilla de la piscina para dejarse ver. Poco a poco con aquellos juegos sexuales los niños se fueron empalmando. Cuando una ultima vez Mark estaba sentado al borde de la piscina, Adrian, en el agua, sacó la cabeza y abrió las piernas y empezó a comer la polla a Mark. Le encantaban esos grandes cojones, pero no querían una simple mamada. Hoy estos chicos estaban dispuestos a un poco más, y querían follar.

Mark era muy tímido, y no había sido follado ninguna vez: sólo había comido penes.

Adrián sí había follado a algún chico de su edad o dos años más o menos, pero nunca se había dejado coger.

Adrián ansiaba tener el semen de las bolas de Mark dentro de su culete, así que decidió que por vez primera, se dejaría follar.

Adri propuso ir a los vestuarios donde obtendrían más intimidad y podrían continuar sus juegos lejos de miradas indiscretas.

Tras un buen rato de galanteo en la piscina, y con las pollas medio empalmadas, ambos chicos buscaron algo más de intimidad y accedieron a la sección privada de su grupo de edad del complejo. Entraron al vestuario vestidos con su bañador violeta, lo que les dio acceso a los controles de seguridad. Una vez dentro no había más personas. Estaban todos los chicos disfrutando de la tarde soleada en las piscinas, lago y playa exterior del complejo. Así había más intimidad. Tenían el vestuario, para unas 18-20 personas (había varios) para ellos solos.

Mark se quitó el bañador y quedó de nuevo en pelota picada. Adri quedó de pie. Mark se arrodilló abalanzándose a Adrián y le empezó a tocar la polla por encima del bañador. Adri se lo tocó con las manos marcando paquete… y Mark sacó la lengua y se lo empezó a chupar por encima de la lycra, lo que hizo que Adri cayera hacia atrás apoyando la espalda en una camilla de masajes que había en el centro de la estancia. Adri se incorporó y se sentó en el borde, y Mark se quedó de rodillas a la altura de la polla de Adrián, y mientras rechupeteaba, con ambas manos, cogió el bañador de Adri por los lados y empezó a bajárselo hasta que saltó su pene erecto. El pene de Mark también había crecido en dimensiones pues se estaba poniendo erecto por la excitación que sentía al tener entre sus manos el pene de Adrian. Adrián se reincorporó, sentándose al borde de la camilla, y metió sus dedos entre los rizos de Mark empujándole la cabeza más a fondo de su erecta polla. Mark salivaba ansioso de excitar al máximo a Adrian… hasta que tras varios minutos de estimulación lingual del glande de su amigo, y meterse la polla a lo más hondo de su garganta, Adri empezó a eyacular. Adrián empezó un tembleque ‘que me corro’ ‘me corro’ ‘me voy a correr’… y con su mano apretó la cabeza de Mark metiéndole la polla lo más profundo de su garganta hasta que la nariz de Mark tocó su vello púbico. Y de ahí, presionando fuertemente, no le dejó mover ni salir. Mark tampoco quería. Olía el perfume embriagador de la polla de Adrian y sabía lo que iba a tener: por las contracciones pélvicas todo indicaba que Adrian estaba llegando al máximo orgasmo. Y Adrian, sujetando firmemente la cabeza de Mark, para correrse en el fondo de su garganta, soltó varios trallazos de lefa en la garganta de Mark…

-Hummmmm, ¡¡qué rico!! -gritó Mark, sacándose la polla enhiesta de Adrian de su polla, respirando, y relamiéndose las comisuras de la boca con su lengua no desperdiciando nada del rico semen de Adrian. Aún así se quedó un rato de rodillas limpiando el glande y todo el pene de Adrian, que había perdido un poco sus fuerzas y tardó en recuperarse.

-¡¡Qué bien la chupas!! -dijo Adrián en un suspiro

Mark se puso en pie y se puso un calzoncillo blanco. En los vestuarios los chicos tenían todos en su taquilla un sexy calzón blanco que se vestían para estimular la líbido en sus juegos sexuales y hacer streaptease, marcar polla, o hacerse caricias a través de la erótica tela blanca.

Ahora le tocaba a Adrian. Era una ley no escrita que había que ayudar a los compañeros. Adrián había tenido sexo antes. De hecho aquella mañana antes de encontrarse con Mark en el comedor, había echado dos polvazos y su nivel de semen era muy bajo, así que terminó exhausto tras aquella gran comida de Mark. Mark se dio cuenta. Sabía que Adrián, que lo había dado todo por él, que le había dado el néctar de la vida, estaba en niveles bajos. Con lo que esta vez Mark se quedó de pie con este calzoncillo blanco que Adrián se apresuró a bajar haciendo saltar la verga rolliza de Mark. Adri se la metió en su boca y empezó a mamar como si fuese su vida en ello (algo que en el fondo era verdad: tres polvos en un día para un chico de su edad le llevaban a los límites de estado vital). Adrian necesitaba semen y empezó a succionar, succionar, succionar… hasta que los huevos inmensos de Mark empezaron a soltar trallazos y trallazos de néctar en la garganta de Adrian.

Ahhhhhhggg Ohhhhhhh Diossss mio -gritaba Mark de placer con Adri arrodillado, sus slips a las rodillas, y teniendo la corrida de su vida.

Adrián quería más de ese lindo querubín, y le propuso ir a los dildos del vestuario. Los dildos los experimentaban los chicos, por primera vez, sin querer y luego se volvían adictos a ellos. Iban poco a poco probando de mayor grosor y longitud, y experimentaban inyectándose con ellos supositorios en el culete. Y es que cada consolador disponía de 5 supositorios mitad blancos y mitad azules, que si insertabas primero la parte blanca en tu culete, esta se disolvía primero y te daba una sensación de relax y desinhibición para dejarte penetrar. El efecto de cada supo era de unos dos minutos y medio o tres (según complexión física) por cada color… por lo que si querías ser penetrado 5 minutos te metías dos, 10 cuatro… con la condición de que una vez se pasase el efecto del primer color que te había penetrado, actuaría el color siguiente. El azul (viagra) empalmaba los laxos penes dotándoles de gran vigor. El juego de los dildos consistía en penetrar y ser penetrado, por lo que normalmente los chicos que se los metían jugaban de dos en dos, sentándose uno en frente del otro en el banco del vestuario, con su culo sobre el agujero de donde saldría el consolador, que poco a poco se iría metiendo en su ano, y para controlar el cual disponían de una especie de tablet o pantalla, que se podían intercambiar, para que cada chico controlase el consolador que entraba no en su ano, sino en el de su compañero de juegos, sentado enfrente. Frente a frente, cara a cara. Con lo que se podían ver las caras y cómo se erectaban sus penes cuando el consolador les tocaba la próstata.

Se sentaron enfrente el uno del otro. Sabían qué iba a pasar. Mark quería follar, y Adri también. Follar y ser follado. Mark no había follado a nadie, y Adri había tenido experiencias de follar pero no de dejarse follar. Así que iba a ser una experiencia nueva para los dos.

Adrián explicó a Mark que quería que lo follase. Así que a Mark le tocaba sentarse en el dildo y pulsar el botón azul. Adrian pulsaría el botón blanco.

Ambos se sentaron uno enfrente del otro. El dildo de sus bancos salió. Primero brotó fluido relajante y estimulante a la par que lubricante que facilitó la penetración del consolador en sus anos. Esto sólo ocurría en los primeros vestuarios (donde los chavales tenían más corta edad y menos experiencia). La primera vez que eran penetrados (capítulo anterior) lo eran a la fuerza. Luego podían controlar ellos lo que les penetrara. Y luego de mayores podían controlar si querían que el consolador fuera o no lubricado (prácticas de sm/bdg).

De la punta de ambos dildos, que estaban en la gruta anal de ambos muchachos, pero aún sin penetrarles, brotaba un montón de lubricante… lubricante mezclado con relajante… Tanto que sin que se dieran cuenta de pronto los dildos, que habían emergido del agujero del banco, subieron 16 centímetros (podías programar cuantos centímetros querías que te penetrasen desde un mínimo de 11 hasta 22) y sin que se diesen cuenta ya habían penetrado sus culos.

-Aggggghhhh gritaron ambos chicos. Gritos de placer porque estaban siendo perforados. La sensación era nueva para ambos ya que si Adrián ya había estrenado su pene y eyaculado dentro de jóvenes culos, sobrevivía chupando semen y nunca había dejando que nada le perforase su ano. Mark era completamente nuevo en esto. No había sido nunca follado y tampoco había follado a ningún chico (aunque tenía la misma edad que Adrián: había sobrevivido chupando penes de adultos, sobre todo adultos mayores con bolas grandes y muy cargadas, cuya corrida lo dejaban sin necesidad de volver a chupar en los siguientes 20 días).

Una vez el dildo estuvo completamente en su interior ambos chicos se lanzaron una mirada cómplice y vieron cómo sus penes habían endurecido a medias reaccionando a tal excitación anal. Ambos pulsaron el botón que tenían a su lado, y el dildo que tenían insertado a fondo en su ojete, lanzó dentro de su ano un supositorio azul y blanco y blanco y azul.

Ya estaba todo hecho: iba a ser su primera experiencia sexual. La dosis del consolador aseguraba que uno se empalmase y el otro no se pudiese escapar… y que luego el que iba a ser follado se empalmase y el otro se relajase y se dejase follar.

Mark quedó mirando fijamente a su amigo, que se había sentado enfrente y seguía con el dildo insertado en su culo. Él también seguía sentado en el banco con el dildo en el interior del ojete. Le excitó ver la cara de su amigo, las muecas que había puesto mientras era penetrado con el dildo, y ver cómo la polla de su amiguito reaccionaba con la incursión anal de aquel objeto de látex.

Poco a poco el supositorio que se habían lanzado en el interior de su culo se empezó a disolver y actuar. Adrian se fue relajando y se fueron quedando sus ojos medio en blanco. Mark empezó a notar una calentura en su pene. Y la polla de Mark empezó poco a poco a agrandar y ponerse dura. Así que se levantó, saliendo el dildo de su ojete. (Inmediatamente el dildo se autolimpió y se volvió a esconder en el banco del vestuario como si nada hubiera pasado.) Mark se acercó a Adrián, lo incorporó cogiéndole de las axilas, y lo levantó. (El dildo de Adrián, al igual que el que había jodido a Mark, se autolimpió y se ocultó en el escaño.)

Mark llevó a su amigo a la mesa camilla que había en el centro del vestuario en la que instantes antes Adrian se había sentado mientras él le hacía una mamada.

Adrian lo besó. Un beso con saliva y luego con lengua. Mark abrió la boca para que entrase en ella la lengua de Adrian en un beso profundo y excitante. La polla se le estaba poniendo dura, más dura que nunca. Habían pasado 3 minutos y había hecho efecto la viagra. -Los chicos de esta edad no necesitaban nada que les pusiese el pene erecto, pero los supositorios eran universales en todo el complejo, y así estaban preparados: mitad azul viagra erectante y la otra mitad de color blanco relajante. Era la única droga que podían tomar y que a veces servía para violar a alguien-.

Al mismo tiempo Adrian se había relajado completamente y yacía, aunque completamente consciente, como un saco de patatas encima de la camilla donde le dejó Mark… El culo de ambos seguía lubricado y con la excitación completa de Mark, incentivada por la droga del supositorio, hizo que no se pudiese aguantar ni pudiese pensar (de eso trataba el propósito de los supositorios anales de los dildos). Y la polla de Mark, que acababa de levantar las piernas de Adrian sobre sus hombros, empezó a perforar sin dificultad el culo de su amigo, lubricado por el consolador anal. La excitación de Mark iba en aumento. Tenía entre sus brazos a un chico guapo, con un peso muerto así. Mark se dejó llevar por la situación de posesión del cuerpo laxo de Adrian y esa situación de dominación del cuerpo completamente relajado de su amigo, le excitó aún más, lo que provocó que lo follase con mas fuerza. Mark lo empezó a follar, follar y follar hasta que unos minutos después, Mark, con los pies de Adrian sobre sus hombros, dio una última estocada y metió su polla hasta que sus huevos gordos y repletos de semen tocaron el perineo de su amigo, y estallaron dentro y en lo más profundo de él, uno, dos , tres, cuatro y hasta cinco trallazos…

El efecto de la primera droga de los supos se estába pasando… (por eso los chicos más expertos, para aumentar el tiempo, se inyectaban en vez de uno, dos, tres, cuatro o hasta cinco supositorios –los más adultos podían aumentar hasta seis-). A Adrián, que había recibido la cogida de su vida de su amigo del comedor, se le dibujó una sonrisa de placer y felicidad… Los cinco trallazos de semen de Mark en su interior le dejaron al 100% recuperado y revitalizado: había conseguido su objetivo: follar con el precioso querubín rollizo, de pelo ensortijado de color rojo, de Mark. Había conseguido el primer intercambio seminal de Mark (Mark nunca había follado a nadie y él nunca había sido follado). Fue todo un placer para este chico haber sido desflorado por un querubín de pelo rizado. Pero Mark no sólo le había dado de mamar a Adrian hacía unos momentos, sino que le había soltado una profunda y gran corrida a Adrian.

El supositorio de Mark había empezado a actuar… y mientras estaba flácida su polla, que acababa de descargar en el culo de Adrian cinco grandes trallazos de lefa, su culo se había empezado a relajar. Al contrario el supositorio de Adrián, insertado al revés, el efecto del polvo blanco se le había pasado y ya había no sólo recuperado sus fuerzas al 100%, sino que con las corridas de Mark estaba hecho un torete y necesitaba aliviar un poco su almacén de semen (el mundo de la isla funcionaba en el equilibrio: si bien perder 5 veces semen en un día podía ser mortal, tener un exceso de semen también te podía dañar.).

El pene de Adrian, el largo pene de Adrian, que recordemos era 3-4 centímetros más grande que el de Mark, estaba sufriendo el efecto estimulante de la viagra anal… así que abrazó fuertemente a su amigo Mark, le devolvió un profundo beso con lengua, y le giró en la camilla, dejándolo ahora panza arriba. Para exponer el culo de Mark hizo lo mismo que Mark había hecho con él: levantarle las piernas a sus hombros. Eso le dio una completa visión del culazo de su amigo.

-Nooooo, Adrian -gimió Mark debilitado. No me folles con esa gran polla. Es mi primera vez y me vas a taladrar. Es mucho más larga que la mía.

-Te quiero, Mark. –le respondió Adri–. Nunca te haría daño.

Así que Adrián decidió poner a su amigo a cuatro patas porque de la otra postura, en la camilla, ciertamente, su pene podía llegar demasiado profundo y dañar, a pesar de toda la droga relajante, a Mark.Y a perrito Adrian sabía que su penetración no iba a ser tan profunda como frente a él.

Con Mark a cuatro patas Adri se puso detrás de él y empezó a meterle la punta.

-Agggh dio un resoplido de placer relajado Mark cuando sintió que el glande de Adri había traspasado la frontera de su ojete.

-Mmmmmm más. (El efecto del relajante blanco del supositorio empezó a hacer que Mark no sintiese dolor sino placer, y quería que la polla larga de su nuevo amigo Adrian entrase más profundamente dentro de él).

-Maaaasssss, suspiró.

Y Adrián, poco a poco, sin problemas por el lubricante que aún quedaba de cuando le penetró el dildo, en el culo de Mark, le empezó a meter toda la polla hasta el final.

-Ugggg -dió un respingo Mark cuando tocaron los vellos púbicos de Adrián su culo. ¡Qué delicia!! ¡Qué polla tienes!! ¡¡Follame Adri!! ¡¡Te amoooo!!

No hizo falta más. Adrián empezó un mete y saca dentro del culo de Mark, a lo perrito, en las hipersensibilidad por el dildo paredes anales de Mark, hasta que minutos después se empezó a correr.

-Oooggghhhhh ¡¡¡Mark!! ¡¡Qué culazo tienes!! ¡¡Me corroooo!! ¡¡Mee voy… me voy… te llenooo!! -y soltó Adrian un lefazo…un fluido continuo de lefa dentro del culo de su amigo… El semen empezó a fluir de su polla en el interior de los intestinos de su amigo como un rio, sin parar… en un grito acompasado de placer, que soltaron ambos a la vez. Adrian quería que su semen no se derramase y agarró a Mark de las caderas para fijar su semen dentro como los perros con la bola o nudo, hasta que los intestinos de Mark empezaron a absorber su semen / liquido vital y a él se le empezó a bajar la erección.

-Adrián quedó derrengado con su polla aún dentro de Mark, tras la espectacular corrida que habían disfrutado.