Cansada de estrechos y machistas

No se la causa, pero esta vez no se los rehusé, mientras comenzábamos a darnos pequeños pikitos, para continua a besarnos con más pasión, hasta llegar a intercambiar nuestras lenguas.

Cansada de estrechos y machistas

(Por mis confesiones… o ser una asquerosa lesbiana)

Hola, me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis leído, sobre todo aun más agradecida a aquellos que me habéis escrito. Agradezco de corazón, que os haya gustado e incluso que os haya sido tan placentero, como a mí relatarlos.

Soy una ardiente chica de 22 años del sur de Andalucía (Sevilla), morena, de ojos castaños, y bisexual. Soy conciente que mi forma de vestir, me hace ser más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo. Me definiría como extrovertida, una sin vergüenza integral, simpática, muy buena gente, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato. Me gusta conocer gente, lugares, descubrir cosas nuevas, divertirme, lo típico (tengo una manera especial de ver la vida).

Aunque se que me habéis pedido que acorte estas líneas, también os pido que seáis paciente, pues otros lectores me habéis pedido lo contrario (pero me tenéis que perdonar, que al menos me repita en mi prologo). He hecho cosas que ruborizarían a más de uno, pero he gozado haciéndolas de cada una, he disfrutado de lo lindo. Me considero muy joven, para no dejar de probar cosas, dicen que tengo un hermoso cuerpo (como decía mi abuelo, de pecado), me considero una mujer ardiente, de mente muy abierta, deseo ampliar mis experiencias y probar cosas nuevas. He de explicaros, que mis gustos en general, aunque lo niegue es la morbosidad que me produce, ser manoseada en publico, sentirme acariciada, siempre que sean lugares públicos (coño, es tal la morbosidad, que es difícil describirla, pero os la intentare relatar).

Solo recordarlo, es tal la calentura que me invade, que siento la necesidad de introducir mis manos entre mis muslos, con la necesidad de masturbarme. El solo sentir como mis dedos acaricia mi pubis, de sentir como mis dedos se enredan en escasa vellosidad, como presiona mi piel hasta alcanzar el inicio de mi vagina, rozar con mis yemas sobre mi vulva, sentir como mi piel se eriza, y explotar al sentir como mi primer orgasmo me deja casi aturdida. Ni tan siquiera darme tiempo ni a levantarme de la silla, e inevitablemente menos llegar a alcanzar ni tan siquiera la puerta del aseo (joder, quedo avergonzada ante las atentas miradas de mis compañeros, pues han sido ellos los que han disfrutado tanto como yo, pues la mancha de algunos en su entrepierna es la prueba).

Recuerdo los consejos que me daba mi abuelo, y no solo la manera que me los daba, siempre me comentaba que debía ser conciente, de que mi cuerpo puede provocar a cualquier hombre, la manera de andar, de moverme, e incluso la manera de expresarme. Se que sus cuidados no eran muy normales, pero no os voy a negar que me gustaba, incluso su manera de tratarme, siempre ha sido una persona muy especial para mí, desde mi niñez, me ha cuidado de una manera especial, a su manera me protegía. Mis experiencias que he mantenido con maduros, han sido totalmente satisfactorios, (coño, me han hecho disfrutar, de verdaderos macho, aprender chicos, si os ofendéis… os jodeis). Mis relaciones con ellos, puede que sea por morbo, o quizás esa búsqueda de amor paterno como dicen (joder, menos palabrería, lo mió es sexo). No significa, que los chicos seáis menos amantes, sino que olvidan esos pequeños detalles, que lo importante no es como lo hacéis, sino que nos hagáis disfrutar. Dejar de pensar, mientras hacéis el amor con nosotras, pues paréis maquinas queréis que sea tan matemático, (joder, es que la jodeis cada vez que calculáis, cuando y como debemos llegar al orgasmos, ni tan siquiera lo sentís, cuando nos llega). Es para joderse, que cuando os desconcentráis perdéis vuestra erección, dejándonos a medias, y luego nos pedís volver a empezar (coño, como si fuera tan sencillo).

Muchos de vosotros, pensáis, que entre vuestras manos tenéis la consola de la Game, joder que somos personas, que somos frágil y con sentimientos, que ha veces nos tratáis peor que a un animal, demostrar que nos amáis. Haber si sois más sensibles, que tenéis más ternura con el puto móvil, que con nosotras, y menos correr que ni sois Alonso, ni nosotras sois Hamilton. Aunque mis confesiones parezca más de lo mismo, no me quiero repetir, puede ser las situaciones, pero os puedo asegurar que las sensaciones son totalmente diferentes, e incluso son tan profundas, que me enganchan a volverlas a repetir. Mis confidencia son reales, aunque siempre la digamos no me considero una hipócrita, aunque a veces si una cabrona. Respecto a un comentario que me han hecho, pues más que dolerme me ha molestado, pero si quiere que admita que soy una bollera, tortillera o maricona… pues te lo admito, y ahora te pregunto yo, tu seguramente eres de esos hombres machistas, que maltratan a sus mujeres que ni la dejan salir ni tan siquiera a la esquina del portal, e incluso ni la satisface en la cama. Pero debo de agradecer a otra lectora, a Susana que desde la distancia me ha animado, y que no haga caso a ese "chico" por decir algo de algún modo, también llamado Daniel magno, que es un cabron anticuado.

Pues comenta: "Quiero que sepas que le tengo un profundo odio a las sinvergüenzas como tu, eres una asquerosa lesbiana, tu dices que eres bisexual pero en realidad eres una lesbiana sinvergüenza, y de paso corrompes a la putica de tu prima. Hubo una parte de tu relato donde hiciste un comentario acerca de los hombres que están casados y los que son maricones y yo me pregunto ¿acaso tu no eres una maricona? Si a un tipo le gusta chupar penes es maricon según tú o sea que si a ti te gusta lamer vaginas, entonces tu también eres una maricona. Acaba diciéndome que me odia y que espera que muera pronto". Os voy a relatar un episodio mas de mi vida, me ocurrió en etapa adolescente, como sabéis por aquella época no era de ideas claras, dentro de mi interior sentía disputas internas referente al sexo, en torno a mis inclinaciones. Pues mis experiencias con los chicos, no habían sido tan satisfactorias como me habían dicho, siempre desde un principio mis compañeras, siempre me habían aconsejado dejarme hacer por ellos, que al final disfrutaría pero aunque resulte difícil de creer, solo fue Andrea quien lo había logrado. Recuerdo como por aquel tiempo, escuchar a mis padres discutir era normal, por no decir que era una monotonía, pero cierto día mientras miraba la TV desde mi cuarto, baje el volumen por que me pareció que la discusión había cesado, dejando pasó a extraños ruidos, gritos y más tarde jadeos. Joder, me fui a duchar mientras seguía escuchando sus gritos, me metí en la ducha, dejando caer el agua tibia por mi cuerpo.

Era una sensación de lo mas extraña, pues me estaba poniendo de lo mas cachonda, pensaba como estaría mi padre montando a mi madre, la estaría penetrando analmente o vaginalmente, e incluso llegue a pensar si en vez de estar follando con mi madre, seria acaso con la chica de la casa, sus gritos y jadeos cada vez iban a mas. Mi padre no venia todas las noches a mi cuarto, os digo mas se llevo años sin entrar, llegando a pensar que por fin me dejaría en paz, pero en mi cabeza al escucharlos como follaban, me fui humedeciendo y no era precisamente, por el agua de la ducha. Mientras mis manos recorrían mi cuerpo, enjabonándome me detenía mas de la cuenta en mis pechos, sintiendo como mis senos estaban duros, y frotaba con la palma de la mano sobre mis pezones, endureciéndolo aun más. Hasta no poder reprimir mas, bajando mi mano hasta mi ingle, hasta mi entre pierna la cual precisamente estaba muy húmeda y caliente, mientras con una de mis manos frotaba mi ardiente vulva, con la otra comencé a introducir mis dedos dentro de mi vagina, muy despacio dándome placer. Comencé a jadear, pero rápidamente me lleve a la boca la esponja a modo de silenciar mi gozo, por no ser escuchada, e incluso mordía mis labios por silenciarme, mientras escuchaba a esa panda de cabrones, o para que me entendáis mis padres.

Mientras seguía masturbándome, me acariciaba mis pechos al mismo tiempo, tenia la necesidad de sentir mis orgasmos, llevaba varias semanas que no lograba tener ninguno, por lo menos uno de los que me dejaba adormecida. Nada mas sentir el primero, sentí como una descarga que recorría mi interior, pero no deje de frotarme, llegando incluso a marearme, rendida me quede en la ducha hasta una vez repuesta me fui hacia mi cama, quedándome dormida. En la mañana siguiente baje a desayunar, donde visiblemente vi, que quien en la noche anterior habían disfrutado eran ellos, pues estaban de lo más cariñoso no solo entre ellos sino hacia mi, e incluso os digo mas, mi madre dirigiéndose se mostraba de lo más cariñosa dándome un beso, que por equivocación me lo dio en la boca (joder, que cabrona, hasta sabia a semen, creo que lo hizo adrede, seguro). Durante esa época, los fines de semana insistía que me fuera a casa de alguna amiga, casi claramente me llego a decir, que no me quería en la casa, pues molestaba y les cohíba. Recuerdo como el primer fin de semana, intente quedar con Andrea la cual no se encontraba, había quedado con un chico y sabía como acabaría aquello.

Por lo que acabe llamando a Lucia, en un principio no tenia tanta confianza con ella como con Andrea, pero que le íbamos a hacer. Ese mismo viernes quede con ella para pasar desde el fin de semana en su casa, siempre que a ella no le molestara, desde un principio acepto sin poner ningún reparo a ello, e incluso me comento el quedar en unos grandes almacenes, pues debía de asistir a una fiesta con sus padres, y no sabia que ponerse, por lo que la podría ayudar a elegir la ropa a comprar, y de paso divertirnos un poco. Una vez llegamos a su casa, he de reconocer que estábamos algo bebidas, por no deciros borrachas, nos dimos cuenta que sus padres no se encontraban por lo que nos fuimos a su dormitorio, a probarnos los vestidos que habíamos comprado. Situándonos junto a la cama, comenzamos a sacarlos de las bolsas, algunas prendas las coji colocándomelas yo por encima, mientras me miraba al espejo haber como me quedaba. En eso saque yo, un vestido rojo a cuadros ofreciéndoselo a Lucia, a modo para que comenzara a ponérselo, mientras entre risas aceptaba, al tiempo que tirando de su blusa hacia arriba hasta sacarse por la cabeza, tal prenda dejando a mi vista sus senos, dejándome sorprendida por que no usaba sujetador.

Luego continúo por quitarse el pantalón, sacándose primero por un pernil, para luego sacarse el segundo quedándose como única prenda, un tanguita de color negro, e incluso baje mi rostro ruborizada (Dios, estaba para comérsela). Cogio la prenda girándose hacia mí, a modo de mostrarse, comenzando a colocársela mientras le ayudaba, la verdad que ese el vestido hacia que sus virtudes saliera, se le veía preciosa, una vez puesto se dirigió hacia el espejo a mirarse. Girándose de nuevo hacia mi, me comento que era injusto que yo no me probaba nada mientras ella si lo hacia, se le ocurrió que debía de ponerme yo algo, y sin pensárselo dos veces se dirigió hacia su armario, sacando de su interior una blusa blanca con encajes. Mientras me la ofrecía, me indico que me quitara el suéter, dándose cuenta de mi cara avergonzada me indico que no fuera tan recatada pues ella se lo había quitado y no ha pasado nada, joder que somos amigas. Y comenzando a quitarme el suéter me quede con mi sujetador, colocándose rápidamente Lucia detrás de mi quitándomelo, quedándome de lo mas que sorprendida por su actitud. Aunque creo que mas sorprendida se mostró ella al ver mis pechos.

Lucia se volvió hacia el armario, sacando esta vez un traje de vestir de color negro, por lo que continué quitándome el pantalón, quedándome ante ella con mis blancas braguitas, para después colocarme primero el pantalón para finalizar con la chaqueta que había elegido para mi, me ayudo a ponerme bien el cuello de la camisa, el dobles de las mangas, estaba demasiado atenta (joder, que ella no es Andrea para tanta familiaridad). Ambas ya arregladas, comento que solo faltaba maquillaje y peluquería, por lo que cogiendome de la mano, tiro de mi hasta llevarme al dormitorio de sus padres, donde me hizo sentarme delante del espejo de la peinadora, comenzando a peinarme. Estaba sorprendida, pues su atención era total, e incluso comenzó a entablar una conversación en torno a Andrea, de mi amistad hacia ella, no dejaba de decirme lo junta que nos veía, que intruso tenía cierta envidia, por no decir celos. Sin esperarlo me dio un beso en los labios, me sentí algo agobiada e incluso sentí un calorcillo eso si agradable, que no sentía desde mi ultima vez con Andrea. Separándome de ella con rapidez, había que poner tierra de por medio, recuerdo que ella no dejaba de comentarme que sentía una extraña atracción hacia mi, acabando por decirme que yo le gustaba, al tiempo que de nuevo fue acercando su labios a los míos, su olor personal me embriago, no se como explicarlo.

No se la causa, pero esta vez no se los rehusé, mientras comenzábamos a darnos pequeños pikitos, para continua a besarnos con más pasión, hasta llegar a intercambiar nuestras lenguas. Mientras nos mirábamos una y otra vez, mientras me acariciaba el rostro, los cabellos y me decía que no dejara de besarla, que no me lo repitió una segunda vez, parecíamos una pareja de enamorados, comenzó ella a desvestirme, me dijo que ella era mi hombre y yo soy su mujer. Llevando sus manos a mis pechos acariciándomelos por encima de mi camisa, mientras que yo les coloque mis manos sobre sus nalgas, acariciando hasta sus muslos. Separándose un poco de mi, mientras no deja de mirarme a los ojos, comenzó a desabrochar los botones de mi camisa hasta que quitándomela la dejo caer. Para colocar sus manos sobre mis pechos, sintiendo su tacto caliente, comenzó a amasármelos como una mujer sabe hacerlo, acariciando mis pezones y en silencio me dejaba hacer, me fue girando al tiempo que fue llevándome, hasta colocarme delante de la cama de matrimonio de sus padres, ayudándome a echarme sobre ella a todo lo largo.

Mientras se echaba sobre mí, colocando una rodilla a cada lado de mi cuerpo, gateando hasta donde quiso, me pidió que la desvistiera yo. Recuerdo que comencé, aunque eso si algo ruborizada acepte, comencé a desabroche algunos botones de su vestido al tiempo que tiraba de el, hasta sacar sus pechos, ella siguió sacándoselo por la cabeza y mostrándome sus pechos. Echando su cuerpo sobre mí, busco mis labios, besándome con pasión y desenfreno, para luego llevar sus pechos a mi boca y comenzar a chupar y besar, mientras mis manos le acariciaban sus nalgas. Lucia no dejaba de suspirar, mientras seguía chupando sus pechos, jugueteando con mi lengua sobre sus pezones, se lo mordisqueaba mientras ella me acariciaba, parecía un bebe como chupaba sus senos, le pasaba la lengua alrededor y tiraba de ellos, ella me miraba mientras me acariciaba. Una vez retirando sus pechos de mi boca, volvió a besarme para incorporarse dirigiendo sus manos hacia la bragueta de mi pantalón, comenzando a abrir el botón e introduciendo su mano dentro de el, hasta tocar mi pubis por esa época algo velludo, y seguir descendiendo hasta mi vagina, lo cual di un gran suspiro. Comenzó a juguetear con mi vulva, aunque la posición le era incomoda, continuo hasta que saco sus dedos impregnados en mis jugos, haciéndome ver la humedad que tenia, llevándoselo primero a mis labios para luego finalizar en los suyos.

Luego continúo comenzando a masajear mis pechos, impartiendo la misma acción que previamente hice yo con los suyos, no dejaba de suspirar mientras gozaba. Era increíble que Lucia sea tan sexual como Andrea, aparte que me quede sorprendida que tenga otra amiga, con las mismos gustos y preferencias, desde ese día pensé que no me iba a quedar sola, pues si en un momento dado de mi vida, necesitara una amiga o en este caso compañera, las iba a tener cerca tanto una como la otra. Bueno continuo, que vais a pensar que os voy a dejar a medias. Dejando mis pechos aunque eso si bastante duros, se retiro de estar encima mía, para ir gateando hacia abajo al tiempo que colocando sus manos a ambos lados de mi cintura, fue tirando de mis pantalones hasta mis rodillas, para una vez detenerse arqueando su cuerpo hacia atrás, tirando de mi pernil fue quitándome el pantalón, para volver de nuevo a hacer lo mismo con mis braguitas, haciéndome pasar algo de vergüenza. Pero como es muy común entre nosotras, pues gracias a dios estamos bastantes lejos de ser iguales a los chicos, pues entre nosotras existe esa compatibilidad, esa que tanto habláis y que tanto envidiáis (joder, no se como explicarlo). Nosotras somos más sensibles, aunque bastante más segura que los chicos a la hora de satisfacer, no causamos daño alguno, como si tuviéramos un sexto sentido, a la hora de proporcionar placer.

Pues Lucia me tranquilizaba, no solo con sus palabras pues entre susurros me hacia entregarme aun mas, sus gestos y caricias hacia que mi confianza en ella fuera plena. Sentí como posaba sus manos sobre mis muslos casi a la altura de mis rodillas, al tiempo que comenzaba a separármelos, eso si con mi permiso, fui sintiendo como sus manos ascendía por mis muslos, sintiendo algo que apenas podía explicar, pero si sentir, pues sentí como un escalofrió, que hizo mi cuerpo estremecerme, una vez y otra. Pensé por sus acciones que habría estado con algún chico ya, pues se llevo varios de sus dedos a su boca, sacándolos humedecidos para dirigirlos hacia mi pubis, y desde aquí lo deslizo en circulo hasta mi ingle, para comenzar a rozarlos contra mi entrada vaginal, y a modo de simular, que me estaba impregnando con sus dedos mojados mi vagina, frotando muy suavemente mientras sin poder evitar emitía suspiros de placer (joder, la muy puta me calentaba de lo lindo). Joder, os puedo asegurar, como la niñita, como yo pensaba, pasaba sus dedos del inicio de mi vagina o sea desde mi vagina, a lo largo de todo mi orificio vaginal hasta llegar a mi orificio anal, es decir pasando por encima de las lamas, de mis labios vaginales superiores.

Sentí al mismo tiempo que ella noto, como el preludio para el final me vino de un maravilloso orgasmo, tuve que coger un almohadón para silenciar mis gritos, al tiempo que notar su respiración entre mis piernas, y a modo de un nuevo escalofrió, al sentir como la punta de su lengua, recogía mi néctar para llevárselo a su boca. Cuando creí que todo había finalizado, me di cuenta que mas lejo de mis deseos estaba, pues comenzó a besar primero mi ingle, con besos suaves y al mismo tiempo tiernos, para pasar a pasar su lengua alrededor de mis labios, y finalizar con introducir su lengua, a todo lo largo de mi rajita, chupando mis labios vaginales, recorrer mi vulva hasta llegar a clítoris, y hacerme retorcerme de placer (Dios, joder, le pedí que se detuviera, que no aguantaba mas, que me sujetara, pero que no fuera tan mala). Recuerdo que le gritaba, maldiciéndola, soltando de mis labios obscenidades que nunca creí que las diría. Sentía su lengua hasta en sitios de mi cuerpo, los cuales arrancaba un nuevo goce, hasta notaba como me mareaba que podría perder la conciencia, de los orgasmos que estaba logrando y como los sentía.

Pensaba, quien diablo le habría enseñado o de quien lo aprendió, pues lo hacia de maravilla, pero no solo era su lengua la que tanto me hacia gozar, pues se ayudaba de algunos de sus dedos, haciéndome lograr hasta mas de un orgasmo seguido, sin apenas haberme recuperado de uno, cuando el siguiente me embriaga. Pero Lucia continuaba, como si fuera una carrera contrarreloj, o como si fuera algún tipo de batalla, a modo de superar a Andrea. Notaba mi abundante humedad, pues era mas que visible, mientras me penetraba con dos de sus dedos, tan fácilmente que sentía como sus nudillos rozar, una y otra vez con mi entrada vaginal, al tiempo que con su otra mano frotaba incesantemente mi vulva, mientras observaba como de mi orificio vertía mis jugos (Dios, su forma de introducir sus dedos acelerados, arrancaban de mi ser no solo mis orgasmos, sino gritos de placer). Creí morirme de lo que me estaba haciendo sentir, la muy puta paraba, dejaba un par de segundo para recuperarme, y volvía a continuar la misma operación, ha veces sacaba totalmente sus dedos de mi interior, como otras los dejaba dentro moviéndolos en círculos, presionando sobre la pared superior de mi vulva.

Entre espasmos, quejidos Lucia, me había dejado de lo más satisfecha, mientras se separaba de mí, me miraba y sonriente me comentaba que si me había gustado, apenas podía responderle, pero creo que se dio cuenta por mi cuerpo, que efectivamente lo había echo. Una vez finalizo, me dejo que me girara casi dándole la espalda, y sin poderlo evitar me quede dormida, echándose junto a mi, se acurruco junto a mi cuerpo desnudo, llenándome de besos y caricias, hasta que se también se quedo dormida. No se cuanto tiempo estuvimos dormida en el dormitorio de sus padres, pero nos despertamos de golpe, escuchamos un golpe algo que a ambas nos pareció un portazo, alertándome de que su madre podría vernos, saltamos de la cama mientras nos vestíamos como pudimos, para dirigimos a la carrera hacia su cuarto. Una vez en su cuarto, con más tranquilidad, acabamos de vestirnos, pero eso si, recuerdo que temíamos, si su madre nos habría descubierto o no, una vez finalizada bajamos a saludar a sus padres. Recuerdo la fría bienvenida de su madre hacia mí, nos quedamos un rato más con ellos, la cual su madre no dejaba de ser cortante conmigo, y descarada a la hora de preguntarme o contestarme, a lo que durante toda el resto del día me quede en silencio, como si me hubieran cortado la lengua.

Pero en casa la situación cada fin de semana, se repetía me mandaban que me fuera a casa de alguna de mis amigas, o familiar. El fin de semana siguiente acaba en casa de Andrea, que me sincere con ella respecto a Lucia, la cual no solo se alegro por ella sino por mi, pero por otro lado cuando me marchaba a casa de mis tíos (joder, el cabronazo de mi tío, es el degenerado hermano de mi madre), el cual me visitaba en las noche, haciéndome recordar lo que era estar con el. Pero en un par de semanas, volví a casa de Lucia, donde nada mas llegar esta no estaba, sino su madre la cual me hizo pasar, y me comento que pasara, a que me quería comentar una cosa. Pero cuando nos dirigíamos al salón, recuerdo que rápidamente cambio de idea, sugiriendo que nos dirigíamos a su dormitorio. Donde debía de hacer unas cosas, de paso le daba conversación y compañía, la verdad me dio cosa pero subí, nada caminar hacia su dormitorio recuerdo que dejo caer un comentario, que me sonó mas irónicamente que otra cosa, pues la muy cabrona me dijo que yo, "conocía ya su dormitorio", avergonzada me quede callada.

Nada mas entrar en su cuarto, esta se dirigió hacia su cama, comenzando a recoger la ropa que había en ella. Comenzó el tiempo a transcurrir, entre nosotras sin apenas darme tiempo, cuando no me di cuenta que se agacho a recoger algo del suelo, pidiéndome que me acercara, una vez estaba junto a ella, me lo ofreció y cuando fui a cojerlo, me sujeto de la mano (joder, me quede pillada, coño no sabia ni como reaccionar). Comenzó a pedirme explicaciones, por lo ocurrido el otro día con su hija, me dejo helada apenas lo esperaba, no quise en un principio admitírselo, pero era notable que nos había visto, por lo que le comente que fue su hija. Cristina (como se llama su madre), comenzó a darme un par de empujones, a modo forzar una contestación, pero como no le respondía. Se separo de mi, pidiéndome que no me moviera, mientras me observaba, comenzó a desnudarse, que ironía pensé primero la hija y ahora su madre. Comenzó a quitarse la blusa primero, para continuar por la falda, hasta quedarse en ropa interior, se le veía muy hermosa, la madre de Lucia no es muy mayor para su edad, además se conserva muy bien. Acercándose hasta donde yo estaba, se giro dándose la vuelta, mostrándome la espalda, me pidió que le soltara el sujetador, un poco asustada y con pulso temblorosa así lo hice, dejándolo ella caer.

Mientras ella se giro, sin dejar de preguntarme, que era lo que mas me gustaba de su hija, no supe contestarle, comenzó a masajear sus pechos (joder, os lo aseguro, no supe que hacer, y menos actuar, me cogió como una ducha fría). Cristina, no dejaba de mirarme, comenzó a bajarse las bragas, mostrándome lo bien arregladito que tenia su vello púbico. Alzándome la mano, me pidió que me acercara hacia ella, que no tuviera miedo, y posando sus manos en mi rostro, fue acercándome hacia ella, hasta sentir sus labios en los míos, comenzó a besarme, no pudiendo contenerme mas, mientras notaba sus manos recorrer mi cuerpo. Comenzó con levantarme la falda, colocando sus manos sobre mis nalgas, al tiempo que bajaban y subían por mis muslos y nalgas, sin dejar de besarme. Mientras me cogia por la barbilla, yo comencé a posar mis manos sobre su espalda, acariciando ese cuerpo desnudo, ella se detuvo y sin dejar de mirarme a los ojos, comenzó a desvestirme, dejándome hacer. Comenzó por abrirme la blusa, dejándola caer, luego dirigiendo sus manos al broche de mi falda, hizo lo mismo, repitió la misma acción con el sujetador hasta quedarme con solo las braguitas.

Estaba muy caliente, casi desnuda una frente a la otra, y apenas podía creer como habíamos llegado a este punto, no podía ni siquiera pensar el como. Pero sentí, sus manos en mis manos, alzándolas y llevándolas hacia sus pechos, me dirigía como debía de acariciarles sus hermosos senos, mientras me echaba a un lado, me pidió que la observara, mientras ella comenzaba a masturbarse, quedándome sorprendida, de su eficacia, de lo bien que lo hacia. De nuevo alzo su mano hacia mi, ofreciéndomela y pidiéndome que me acercara hacia ella, mientras lo hacia, deje caer mi cuerpo sobre el suyo, me hizo sentirme mujer e hizo que disfrutara con ella, no dejaba de besarme, de besar mi lóbulo, de besar mi cuello, haciéndome llegar a mas de un orgasmo. Sus manos eran pura delicias, como acariciaba mis nalgas, abriéndome mis glúteos comenzaba a pasarme la lengua de arriba hacia abajo e introducía la lengua en mi orificio anal, tuve que sujetar fuertemente al tiempo que estrujaba la almohada por el placer que sentía.

Como humedecía sus dedos en sus boca, para luego dirigirlos e introducírmelos, repitiéndolo una y otra ves, a veces soltaba un comentario irónico, preguntando "quien era mejor el, o su hija", mientras torcía sus dedos en mi interior, al tiempo que combinaba la acción con mi orificio anal, no sin antes haberme dilatado mi cullito. Con su viperina lengua, humedecía mi anito, le pedía que no se detuviera, a lo que entre risas continuaba, al tiempo que me habría más de piernas, se sentó sobre mi, comenzando a introducir sus dedos dentro de mi, hasta al menos tres, una vez que se detuvo me giro, para comenzar a pasarme su lengua por mi vagina y chupar, lamer y mancillar mis orificios. Me pedía que fuera suya, que no quería compartirme con nadie, mientras me follaba con sus dedos (joder, tuve que decirle que si, no estaba como para negarme), mientras le sujetaba por su nuca, hasta sentir sus dientes mordisquear mi vulva, a modo que no se detuviera, y una vez finalizada. Me comento, que le enseñara que sabia hacer yo, mientras comencé a besarla, para comenzar a masajear sus pechos, comencé a acariciar su cuerpo, alternaba mis besos, lamidas de un seno al otro, jugueteaba con sus pezones, mis manos una de mis manos se introducía en su vagina, comenzando a frotar e introducir mis dedos en su orificio vaginal.

Bueno de esta manera estuvimos un rato mas, disfrutando de nuestra compañía, hasta el día de hoy, el cual continuamos con nuestra amistad, pues ya no solo se centra en las chicas, sino en su marido, pues os puedo decir que el es mi ginecólogo o sea que sabe perfectamente casi todas mis relaciones. Pues como ya os comente, se trata de un matrimonio liberal, pues no solo tengo con la madre de Lucia una relación muy estrecha, pues es muy buena y comprensiva, tiene todo aquello que le falta a mi madre. Respecto a su marido (se llama Jorge), en su relación respecto a nosotras a es mas de segundo plano, pues le gusta observar mientras hacemos el amor, uniéndose mas tarde siempre que queramos, no esta mal dotado. Hoy día no solo participamos de nuestro amor es su casa, sino que acostumbramos a liberarnos en el club Papua, donde comienzas con ellos en un cuarto oscuro, y finalizas no precisamente con ellos precisamente, sino que me encuentro rodeada de hombres desconocidos, siendo insertadas por cada uno de mis orificios, con la satisfacción de gozar al máximo, y con la idea de volver al fin de semana siguiente.

Mi nueva confesión a llegado a su fin, pero solo es un capitulo de mi diario. Acabo normalmente con mis braguitas muy húmedas, por no decir encharcadas. Pues a la hora de plasmar mis confesiones, es tal el calor que me invade, que siento un picor entre mis piernas, que tengo la necesidad de meter mis manos entre mis muslos, de calmarme hasta quedarme placidamente satisfecha. El solo sentir como mis dedos, se introducen dentro de mis braguitas, como van descendiendo hasta mi pubis, como roza mi escasa vellosidad, hasta sentir como mis yemas tocan mi vagina. Como explicaros la necesidad, que tengo de sentir como mis dedos presiona mi vulva, mientras las sensaciones que siento en esos momentos hacen que con la otra mano araño mis muslos (por no decir que me quedo presionando una tecla del teclado). Mientras uno de mis dedos frota mi vulva en círculos, mientras que con el dedo corazón presiono sobre mi clítoris, y entre espasmos siento como mi cuerpo le invaden torbellinos de sensaciones, que me hace ausentarme por unos minutos del teclado, para acabar de masturbarme. Y tras reponerme pensar en una nueva confesión que contar.

Bueno ante todo, debo deciros referente a los comentarios de mi forma de explicaros mis historias. Que si mi escritura, no esta bien redactada, que apenas es legible, que tiene dificultad a la hora de leer o incluso que da mal sentido, a la hora de explicar los placeres obtenidos o sentidos. Lo siento enormemente, pero intentare redactaros lo mejor que pueda mis experiencias, me cuesta a veces escribir todos mis sensaciones, pues el plasmarlas creo que es lo mas difícil. Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com , otra cosa e creado mi blogs: susanabix-misconfidencias.blogspot.com, de momento no hay mucho, pero iré agregándole fotos mías y de amigos y amigas que me den su permiso para agregarla, quisiera que me dierais vuestra opinión, y sobre todo vuestros consejos.