Canelita la perra orgasmica, 2
Canelita era mi perra, eso lo sabia yo y el placer de coger con ella aumento en el momento que la pude meter a mi cuarto ese invierno, todo cambio...
Definitivamente que yo estaba dispuesto a gozar a mi canela a como diera lugar, y esa noche seria inolvidable y por que no decirlo a todos ustedes que van a poder leer esta narración, exquisitamente recordable y paradójicamente a todo lo que había vivido hasta ahora, este momento tendría una gran diferencia ya que no resulto como en otras ocasiones y otras perras que me coji, sino que planee todo de tal forma que sabia que esa noche seria lo mas sabroso que en cogidas de perras me daría un gusto tremendamente superior.
Recordaran que canela se quedo algo encantada con la cogida que le di la noche anterior y que mi abuelo permitió que la perra durmiera en mi cuarto por las noches mientras se componía el clima que realmente estaba muy frió y yo ni tardo ni perezoso que acomodo dentro de mi cuarto a la perra y le limpie como debe de ser, perfectamente la vulva y le puse su vaselina, puse además sobre la sabana un plástico y sobre este una toalla grande para no manchar nada y recordaran que en la narración pasada subí a la perra a la cama, pues bien, cuando todo quedo en silencio y la noche se puso a mi favor, cerré la puerta perfectamente por dentro y me desnude por completo y me dirigí a la cama, la perra estaba acostada de lado sobre su parte izquierda y yo me coloque detrás de ella acostado también de lado, lo cual daba oportunidad de que mi verga apuntara sobre su deliciosa vulva hinchada y caliente y claro que si, se que también deseaba ser penetrada otra ves y la acerque hacia mi jalándola despacio de la cintura y con mi mano izquierda coloque mi verga a la entrada de su panocha y se la moví despacio sobre los bordes de su corona de la vulva, ya que no tienen labios mayores ni menores, solo tienen una vulva en forma de corazón y como estaba muy entrada en celo era grande y hinchada, caliente, eso se podía sentir por la diferencia de temperatura entre el ambiente, mi verga y la panocha de Canela, era manifiesto que aun cuando estaba algo oscuro, esa era la entrada por donde mi verga debía entrar y ya lo había hecho anteriormente, así que empecé a meter despacio el glande, metiéndoselo solo un poquito y sacándolo de nuevo y repetía la operación lentamente, sabia que tenia tiempo de sobra, serian horas las que podría disfrutar ese culito de perra y no pensaba ni apresurarme, i forzar el momento, todo debería ser lento muy despacio, yo tenia que disfrutar cada centímetro que le fuera marcando para sus adentros, algo bonito debía de ser.
Pensaba y actuaba, metía un pedazo de mi verga y lo sacaba nuevamente muy despacio ya que se siente bien hermoso cuando lo vas sacando de su vagina, las perras te van oprimiendo en manifiestas contracciones y con ello tu sabes si están disfrutando como uno lo esta gozando. Cada centímetro nuevo dentro de ella significaba una temblor de sus extremidades traseras que podía sentirlo cómodamente en la posición en que nos encontrábamos, perfectamente de lado los dos y el sentir como se retorcía a cada pedazo de verga dura que le entraba era como disfrutar de un delicioso platillo sin saber a que sabe y sin masticarlo, todo estaba en mi mente, en la penumbra, en el silencio, en el temblor de la perra a cada sacada y metida, y mas marcadamente cuando le dejaba ir para sus adentros un pedazo mas de esta deliciosa verga que la naturaleza de brindo como regalo que muchos cabrones envidian y varias han disfrutado y mi perra en ese momento era una de las elegidas por la suerte para compartir deliciosos momentos de placer y gozar de la manera mas lenta que se bien que ha cualquier hembra sin importar la especie le gustaría disfrutar. Cada metida era un cumulo de sensaciones en mi pene, ya que se aprecian las estructuras internas de la vagina, es como cuando te tallas los dientes con la lengua despacio y sin ver con tus ojos, sabes que forma tienen y percibes la superficie y detalles aun los mas finos de tu dentadura, diente a diente, así estaba yo disfrutando y sintiendo a través de mi verga como estaba por dentro su funda encantada que de manera apretada iba guardando celosamente cada centímetro de mi verga dentro de ella como no queriendo desperdiciar nada de todo lo que estaba sintiendo, no se que pensaran las perras en estos momentos, pero es un hecho que sienten hermoso y tal ves mas que una mujer, por que se estaba entregando a disfrutar y creo que tal igual que yo que tenia la premisa de que el tiempo y el momento eran casi sagrados entre dos que se estaban compenetrando en este acto, era como cerrar un pacto de amantes codiciadamente secreto y exquisito, como platillo de reservado manjar digno de un rey.
Así estaba yo metido hasta la mitad dentro de ella, bastaba ese pedazo dentro para brindarnos el disfrute mas bello, yo en momentos tenia los ojos cerrados, en momentos abiertos, pero daba igual la penumbra era marcadamente obscura, debo decir que esta ves no miraba si Canelita tenia los ojos abiertos o cerrados o bien, si con las metidas y sacadas yo le forzaba a cerrarlos, aun que debe haber sido igual que la noche anterior donde si la estaba viendo de frente ella con la espalda al suelo y yo metido dentro en posición del misionero, fue una cogida preciosa, pero estaba siendo mejor, no había prisa, era solo sentir como ella por incontables ocasiones muy rítmicas de sus esfínteres de la vagina me abrazaba y apretaba la verga en contracciones formidables, tanto al meterla como al sacársela, nunca la puse fuera de su vulva, siempre la volvía empujar antes que el glande se saliera de su funda caliente, era delicioso. Era fascinante sentir como se contorsionaba y se quejaba en sonidos guturales débiles pero diferente s a cualquiera que de forma normal una perra logre emitir, eran de placer, en su naturaleza, creo yo muy parecidos a los de una mujer cuando esta gozando, y también se sentían mas fuertes y marcados al terminar, que en eso de llegar a los orgasmos las perras no tienen madre, son animales de orgasmos seguidos, uno tras otro, tras otro y así durante un tiempo que solo lo marca la fortaleza de la verga, mientras esta este parada y entrando y saliendo ella estaba terminando cada diez o veinte metidas y sacadas y lo mas hermoso es que no requieren darles metidas desenfrenas a un ritmo demasiado rápido, una ves que la tenia en pleno orgasmo y sus apretones de verga con su vagina eran notorios y el ritmo disminuía junto con su fuerza e intensidad, me ponía a contar las metidas y sacadas y casi no había variación en volverla a poner a tono de otro suculento orgasmo, y digo suculento ya que con cada masaje que canela me propinaba en la verga me ponía mas al borde de un orgasmo y de derramarme dentro de ella y esto lo frenaba deteniéndome por espacios largos o cortos, dependiendo de la intensidad y sensibilidad que mi verga era capaz de sentir y manifestarme a mi cuerpo que por fin mi eyaculación estaba cerca y cada ves me movía menos dentro de ella y ella cada ves tenia orgasmos mas seguidos y era una lucha en seguir disfrutando y no llegar al clímax que al final se volvió una tortura para mi el querer seguir cojiéndomela y no eyacular y las ganas de eyacular que me prometan el paraíso que mejor opte por meterle lo que restaba de verga, que bien serian dos pulgadas o un poco mas, que no se las quería meter hasta no tener la leche a punto de salir por el orificio de mi glande que cada ves estaba mas duro y se que a la misma ves liso y delicioso para cualquier panocha, pero en esta ocasión la ganadora era Canelita y parecía que el fin estaba por fin en llegar y no habría poder humano que lo detuviera en su galopante carrera, mi verga turgente y dura , su vulva caliente y frenética y yo que ya no soportaba mas movimientos por mínimos que estos fueran y seguían sus apretones con sus contracciones de su esfínter de la vulva que me pedían a gritos y en silencia mas lo sabia por sus movimientos demasiados insistentes de sus caderas y patas, las cuatro eran ya un cúmulo de movimientos frenéticos que obedecían solo a las sensaciones que ella tenia en su sexo y tal ves mas marcadamente a su instinto y eso me llevo a lo inevitable, de pronto todo mi miembro dentro de ella y hasta el fondo causaron que sus sacudidas fueran mas fuertes, aun cuando no se podía dar el lujo de separarse de mi ya que por un lado estaba el colchón que lo impedía y por otro mis manos que se aferraban a mantenerle la verga tan adentro que no había en ese momento poder humano que me separara de sus adentro y comencé a derramarme dentro y canela soltó una especie de ladridos entre cortados y unos gruñidos ahogados que me indicaron que ella también estaba sintiendo algo diferente a todo lo que en ese tiempo que me la estuve cogiendo estuvo por su parte disfrutando, la verga dura fue motivo de que se la empezara casi a sacar y metérsela a fondo toda y sin dejar ni una sola fracción de fuera mis huevos se querían meter pero no había cabida dentro su panocha, mis embestidas en ese momento fueron frenéticas, quería partirla en dos, meterme en ella, era un orgasmo fenomenal, digno de una historia de amor consumado en el acto mas bello, fue una experiencia deliciosa, con la leche dentro las arremetidas que le daba eran lubricadas con mayor suavidad y sin limitaciones me movía detrás de ella de manera rápida y ella se pandeaba hacia atrás acostada de lado era una cierre de calibre máximo y aguante, que olvidaba dolor , tiempo, sonidos, y todo lo que la naturaleza en su infinita magnitud puede aportar, todo paso a otro termino, solo mi respiración fuerte y agitada y los lastimeros esbozos de sonidos de canelita sin saber posiblemente que ese acto que ella en su infinita naturaleza y por instinto ya lo tiene grabado en su herencia biológica, yo lo había cambiado para siempre de contexto, ahora sabia que su vulva serbia no solo para miar, o para engendrar a los de su especie en tiempos bien marcados por las leyes del tiempo y del desarrollo de animales como ella y de todos los demás, yo le enseñe en ese cuarto y en ese poco tiempo de lujuria mia que de ahí en adelante las noches para ambos serian diferentes en todos los sentidos.
Claro, yo por mi parte recordaría esto que estoy narrando y ella quizás en su infinita naturaleza, cada ves que me miraba sentía comezón dentro de su vulva y lo digo con cierta seguridad, ya que fueron muchas las veces que me la cogi ese invierno, pero de alguna manera la primera ves que fue esta fue algo para recordarse siempre, por parte de ella sin vacilamientos ya que cada que me veía se me repegaba y se me insinuaba pidiendo verga y cogidas de esta forma, ya no hacia ronda con los perros, yo era su perro y ella mi hembra, yo por mi parte cuando tenia ganas de coger y mi novia no me prestaba su cuerpecito, venia y con solo un leve silbido ahí estaba Canelita la perra que con su panochita caliente me llevaba al éxtasis mas placentero y sin poner ningún pretexto, solo me daba las nalgas y ya a coger donde yo quisiera.
Debo contarles también que en una ocasión la corrimos con un perro mas grande que ella y tuvo tres hijas una que mas adelante fue la que recibió de ejemplo de su madre la obligada tarea de ser mi perra después que Canelita se empezó a enfriar sexualmente, el nombre de esta nueva perra fue Melosa, porque desde pequeña era muy lambiscona y cariñosa, gustaba de jugar mucho y sus muestras de cariño eran muy efusivas, hasta que una ves cuando estaba cogiendome a su madre se presento de pronto por que no cerré bien la puerta y que bien que fue ella y no mi abuelo, porque ahí note que le gustaba el olor de mi verga y la mezcla de aromas que fluyen cuando se unen un hombre y una perra, que le empezó a dar por olerme la verga por encima del pantalón, por lo que deduje que mas adelante seria necesario incorporarla como nueva puta, iniciándola de manera muy lenta para que el disfrute fuera mayor, pero esa será otra historia de mi vida que la conocerán después solo me resta decirles que las perras son excelentes amantes y muy fieles, si tienen una disfrútenla, pero háganla gozar también y ambos estarán eternamente agradecidos aun cuando no hablen el mismo idioma.