Candy Candy. NUEVO DUEÑO 01- El casero

Candy, la protagonista del anime clásico sufre una crisis de agotamiento lo que no sabe es que es victima de un proceso en el cual busca la conquista de su alma

CANDY CANDY, EL NUEVO DUEÑO.

Cap 01.- El casero

Candy llega a la puerta de su edificio apenas con fuerzas suficientes para sostenerse en pie; esta tan absorta en su cansancio que apenas escucha al señor Scott, el actual dueño de los departamentos donde la pecosa enfermera vive.

-Señorita Candy...señorita Candy- ella escucha entre susurros mientras su la visión de sus hermosos ojos esmeralda esta nublada y apenas puede distinguir su alrededor, lo único que esta segura de ver era la silueta de su nuevo casero, así como escuchar su ronca voz que no deja de decir su nombre- Candy...Candy.

Scott Trevor un hombre debe casi un metro ochenta de estatura, fornido, con apariencia casi de estibador de puerto; afeitado de cabello pelirrojo cejas gruesas y ojos grises, mismo que hacia cerca de tres meses había comprado el inmueble a su antiguo dueño. Ahora a solo dos pasos de la tambaleante enfermera de cabellos ensortijado, ella llego justo a las cinco treinta de la tarde y al repicar de la campana del reloj del pasillo de recepción se queda ahí de pie con los ojos a medio cerrar.

Scott carga a la chica como si fuera una muñeca entre sus brazos, mientras ella se esfuerza por no caer dormida, no puede creer su agotamiento, de un par de semanas para acá su energía se apaga apenas el atardecer anunciaba su presencia. El doctor Martín le había recetado algunas vitaminas con la esperanza de que recobrará su vigor sin éxito, llegando a la conclusión que su agotamiento era por el exceso de trabajo.

En el último en es año muchos hombres habían sido convocados a la guerra que se desarrolla en Europa, por lo que muchas familias habían quedado rotas y muchos jóvenes mujeres, así como niños se veían en la necesidad de trabajar para llevar algo de comida a la mesa, como resultado el trabajo en el hospital se había cargado demasiado al atender accidentes de fabricas o del hogar; el doctor Martín incapaz de poder contratar a otra enfermera, tenía que apoyarse en la rubia de cabellos rizados y hermosos ojos verdes que milagrosamente mantenía en el hospital su actitud alegre y desinteresada la cual se apagaba apenas el reloj daba las cinco y media de la tarde

Extrañamente y de manera casi automática a esa hora la fuerza de Candy va menguando poco a poco. comenzando a bostezar cosa que el doctor Martín no comprendía, la revisó, no tenía anemia ni ningún signo de ninguna enfermedad y ella se negaba a informar a Albert sobre aquello ya que sabía que era un hombre muy ocupado como para preocuparle por cosas así. Era tal el cansancio de la joven que el doctor Martín no tenía ningún reparo en dejarla ir a casa exactamente a esa hora en particular aunque todavía había pacientes que atender hasta las siete de la tarde, y eso llenaba de culpa la pobrecilla enfermera pues sentía que estaba decepcionando.

El señor Scott mientras tanto lleva a Candy semiconsciente y en brazos hacia la cama del departamento de la chica de pecás, la recuesta y se sienta a su lado a esperar, sin poder evitar acariciar con sus dedos los rizos dorados.

La campanadas del reloj en la habitación resuenan y con cada una el cuerpo de Candy tiembla, como si las vibraciones de la campana pasaran por cada rincón de su ser; para cuando el sexto repicar se escucha Candy abre los ojos pero estos están sin vida, fijos .

Inmediatamente, sin siquiera dar importancia a que hay un hombre a solas con ella, se sienta a la orilla de la cama y deja caer su calzado para después quitarse las medias café claro lentamente, como quitándose una segunda piel. Scott ve aquello con deseo naciente, contempla como los pies delicados y blancos como la nieve se colocan en aquel suelo frío y por un instante el hombre se asusta , teme que ella despierte.

Pero la joven simplemente se pone de pie, camina hasta llegar a su armario abriendo uno de sus cajones y para complacencia del intruso solo simula sacar algo de ahí e ir de vuelta a la cama y como si un mimo se tratase dejar aquella prenda invisible, prosiguiendo entonces a ...desnudarse.

Con delicadeza suelta su cabello deshaciendo sus coletas características sacudiendo la cabeza suavemente; después desabotona su vestido verde oscuro, dejando que se escuche como cada botón es liberado, haciendo que el casero retenga la respiración mientras admira el resultado de un mes de terapia cuidadosamente realizada, misma que da sus primeros frutos cuando la prenda cae al piso dejándola verse en ropa interior.Cuando las miradas de ambos se cruzan por un segundo él retiene la respiración, le dolía la erección que crece y crece en sus pantalones; al ver las esmeraldas sin alma que eran los ojos de la pecosa hizo acopio de toda su voluntad para no liberarse y satisfacerse en ese momento, sabe aun que en cualquier momento ella puede reaccionar, debe dejar que la ilusión en la mente de ella siga su curso, y cuando comienza a quitarse la ropa intima él supo que ya la tenia en sus manos .

La tela dio paso a unos firmes y blancos senos coronados por pezones rosa claro, que rodeados areolas del mismo tono, mismos que por el frio repentino endurecieron; su trasero es generoso, y aunque él ya lo había intuido con solo verla, contemplarlo en toda su magnificencia junto a esa mata de rubio vello intimo, un tono raro , fue lo que le hizo decidirse a dar un paso más.

Candy simula vestir un camisón invisible, pues ella cree esta simplemente haciendo su rutina antes de caer rendida para descansar; cosa que hace, pues simplemente se hecho sobre las sabanas, hermosa, vulnerable y expuesta ante quien se arrodilla a un lado de ella para verla dormir mientras se aproxima a su oído para invadir sus sueños, el siguiente paso para conquistar el alma de la tarzan pecosa.