Candy Candente 03. Candente San Valentín (1)

Luego del intento fallido por desvirgar a mi novio en mi anterior relato “Candy Candente 02. Desvirgando a Víctor”, se me presentó una segunda oportunidad con la celebración del Día de San Valentín. Sipi, nada mejor que esta fecha para propiciar una pérdida de castidad.

Candy Candente. Episodio 03. Candente San Valentín. Parte 1

Introducción

Luego del intento fallido por desvirgar a mi novio en mi anterior relato "Candy Candente 02. Desvirgando a Víctor", se me presentó una segunda oportunidad con la celebración del Día de San Valentín. Sipi, nada mejor que esta fecha para propiciar una pérdida de castidad.

4:34 pm. Interior sala del apartamento.

Es 14 de febrero, día de San Valentín, así que me propuse un par de cosillas hoy para festejarlo como se es debido. Primero, y aprovechando la ausencia de mi madre (tenía su respectiva fiesta íntima en un motel con el novio de turno), organizar una excelente fiesta en el apartamento, para celebrar con mis amigos más allegados el día de "el amor y la amistad". Segundo, desvirgar a Víctor.

Me encontraba entonces decorando la sala con globos, serpentinas y motivos de corazones y besos, en compañía de mi mejor amiga de toda la vida, Roxy. ¿Qué les puedo decir de ella? Físicamente es una versión mía pero morena. Es una chica de veinte años, piel oscura, cabello negro largo, sensuales ojos verdes y un tremendo cuerpo de tentación (o al menos así le dicen). Tal vez una diferencia es que sus senos son un poquitico más pequeños que los míos, cosa que compensa con un trasero mucho más voluminoso que el de esta servidora (y eso es decir bastaaaante). Roxy estudió parte de primaria y toda la secundaria conmigo, convirtiéndonos en grandes amigas y compartiendo miles de cosas y secretos. Por ejemplo, ambas aprendimos técnicas de besar… besándonos. También aprendimos a masturbamos mutuamente. Además cada una supo y fue cómplice de como la otra perdió su virginidad. Aunque sé que muchos ya lo están pensando… no somos lesbis, solo somos dos amigas que comparten muchas cosas y se ayudan en la vida.

Lo cierto es que Roxy decidió ayudarme en la organización de la fiesta, en parte porque es mi mejor amiga y en parte porque ella terminó con su novio y no tiene guevo que la pise en esta fecha (fecha donde lo que importa es tener un guevo que te pise). Ambas estábamos ataviadas con nuestra pinta de "weekend’s works", es decir "trabajos del fin de semana", esa ropilla que una se coloca para hacer limpieza en la casa o asear el auto en el garaje: camiseta ajustada blanca sin sostenes y pantaloncitos cortos (muy muy cortos) de jeans rotos y desteñidos, y nada más (descalzas a ser posible, y hoy en la casa, claro que es posible).

Roxy se encontraba subida a la escalera metálica terminando de ubicar los globos que rodeaban el cartel que decía "Felíz San Valentín". Desde mi posición al lado de la puerta de entrada, podía ver como mi amiga decoraba la parte de arriba del arco que daba a la cocina.

  • ¿cómo se ve? ¿están derechas? – preguntó señalando los globos.

  • creo que sí Rox – contesté.

Aunque debo reconocer que no estaba mirando los globos. Por alguna razón me encontraba concentrada en la curvatura que se le dibujaba en sus prominentes glúteos, y es que el pompis de Roxy es tan grande y hermoso que hasta las mujeres lo admiran y reconocen.

  • si serás zorra Candy – dijo ella riéndose – me estás viendo el culo.

  • ja. ¿Qué dices? ¿Ni que fuese una puta lesbiana? – respondí riendo también. Y es que Rox y yo nos tenemos tanta confianza que nos tratamos así de "zorra", "puta", lesbi", etc.

La sala estaba lista, al igual que la parte culinaria. Habíamos preparado un pastel y cantidad variada de bocadillos y chucherías (mentira, todo lo compramos en la pastelería, jiji). Ahora solo faltaba decorar la habitación de mamá. ¿Y esto por qué? Porque allí, en la cama de mi madre, sería el sitio donde mi buen Víc perdería su castidad.

Echando mano a la experiencia sexual de Roxy, entre las dos nos montamos un excelente set para el coito. Colocamos cortinas candentes en las ventanas y velas aromáticas en varios puntos estratégicos. También rociamos la cama con pétalos de rosas y colocamos una peli porno en el dvd. Todo estaba listo para el amor.

Fui a mi habitación un momento a buscar la ropita erótica que tenía para la ocasión. Para no perder la onda color rojo de la decoración, utilizaría el mismo babydoll con el que por error desvirgué a Beto (aún tengo la duda si realmente era virgen, pero en fin). Regresé al cuarto de mamá, Roxy se hallaba semiacostada en la cama matrimonial probando la tv y el dvd. Yo pasé directo al baño particular de la habitación, una vez adentro me quité la ropa de weekend’s works y me coloqué el babydoll y otra pantaletita roja (nunca les dije que la original que venía con el babydoll no la conseguí, esa mañana cuando desperté en la habitación de visitantes de la casa de los Baldino, simplemente la pantaleta ¡no estaba!). Quería que Rox me viera con esta ropilla y me diera su opinión, necesitaba saber si era solo sexy o realmente hot. Cuando salí del baño y volví a la habitación, me llevé una gran sorpresa.

En la tv pantalla plana de mamá estaba corriendo la peli porno que Roxy estaba probando (a los hombres les encanta el porno y este sería otro aliciente para que Víctor sintiera toda la calentura posible en su desvirgue). La escena mostraba a dos putillas que se besaban y acariciaban en una habitación barata de hotel mientras un tipo con cara de cachondo las observaba y se jalaba la pija. Cuando voltee un poco, pude observar como en la cama matrimonial de mi madre yacía Roxy recostada entre las multiples almohadas de corazones que habíamos dispuesto. Mi queridísima amiga tenía aún puesta la camiseta blanca, aunque parecía que en cualquier momento sus duros pezones la romperían. Ahora bien, su pantaloncito de jeans no sé donde estaba. Roxy estaba desnuda del ombligo para abajo, su chocho estaba bien depilado, apenas tenía una leve rayita de vellosidad bien definida que le adornaba la frente de la totona, el dedo medio de su mano derecha estaba metido entre sus labios verticales. Roxy se estaba masturbando en la cama de mi madre mientras veía una porno y eso… me puso cachonda.

  • ¿No te pone? – preguntó Roxy refiriéndose a la película – a mí me pone.

  • Es evidente que te pone – le dije mientras vía como el dedo subía y bajaba dándole placer al clítorix.

  • ¿Y a ti no? – preguntó sin dejar de echarse dedo en el chocho.

El coño de Roxy hacía aguas alrededor de su dedo. Estaba tan húmedo que salpicaba flujo a la cama. La escena que se pintaba en la tv era super cachonda: dos putillas gringas barely legal se chupaban una polla morena y latina de más de veintitantos centímetros. La cara del actor disfrutando la mamada era un poema (¿realmente hay que actuar la cara de placer cuando te chupan?)

De pronto Rox abandonó su masturbación por un breve momento. Buscó algo que tenía oculto bajo las almohadas. Luego retomó su postura masturbatoria, con la mano libre me mostró el objeto: un largo y grueso pene de goma, bastante real por cierto. Una risita escapó de mi garganta. Tampoco pude evitar sentir como una excitante humedad invadía mis cavidades vaginales. La pareja de putas de la película se estaban degustando de lo lindo aquella vergota erecta, mientras mi amiga de toda la vida se masturbaba delante de mí y se metía un pene de goma entre los labios, chupándolo eróticamente. ¿Cómo no excitarme?

5:00 pm. Interior habitación de Canela Candente.

Nuestras bocas se encontraban pegadas al pene de goma. Mientras la lengua de Rox subía hasta la punta, la mía descendía hasta la base. Ambas imitábamos a las actrices de la película, e imaginábamos que aquel falo era real. Acostadas en la cama de mami, su mano izquierda acariciaba mi coño, a su vez su chocho era masturbado por mi mano derecha.

No era primera vez que Roxy y yo nos besábamos y nos metíamos manos (y espero que tampoco sea la última). Desde años atrás ya practicábamos entre nosotras como besar y dar placer. Sin embargo, la gente tiende a pensar (erróneamente) que somos lesbianas o bisexuales, nada más lejos de la verdad, solo somos un par de buenas amigas heterosexuales que de vez en cuando se toquetean un poco. Ambas nos encontrábamos tan concentradas en chupar el dildo y manosearnos las vaginas y tetas, que ninguna se dio cuenta que alguien había entrado a la habitación.

¡Susto! Nos sobresaltamos casi que al mismo tiempo. Una figura corpulenta y masculina se hallaba de pie en la entrada al cuarto. La puerta estaba cerrada a sus espaldas. Unos jeans baratos y raídos le cubrían las piernas desde los zapatos blancos nike hasta casi las caderas, ha esta altura el pantalón estaba abierto y con el cierre bajo. Su diestra grande y oscura se atenazaba la verga larga y cabezona. Una camiseta también blanca le cubría la parte superior del cuerpo. Su mirada fija y sus facciones duras no denotaban excitación, pero su verga erecta y babeante lo delataba.

  • Hola Rafis – dijo Roxy sonriendo y besando eróticamente el guevo falso que tenía entre su mano.

Dos mujerones a medio vestir metiéndose manos y besando un dildo, esa visión debió ser bastante excitante para mi primo, quien sin soltarse la verga se acercó al borde de la cama. Sus ojos no dejaban de mirarnos y su pene parecía tensarse cada vez más y más. Esta al parecer, era la oportunidad de propinarle una buena terapia de autoestima a mi primo.

5:11 pm. Interior habitación de Canela Candente.

No sé ni cómo ni cuándo pasó, pero lo cierto es que los tres estábamos sin ropa. Rox y yo totalmente desnudas y Rafis apenas tenía las medias puestas. Sus manos se encontraban descansando en sus caderas, las cuales estaban echadas adelante. Mi queridísima friend y yo estábamos en cuatro sobre la cama, habiendo sustituido el pene de goma por este real pedazote de carne que ambas conocíamos muy bien. Y sí, digo ambas, porque mi primo y Rox ya se habían echado polvos en otra ocasión, pero esa es otra historia.

Lo cierto es que mientras Roxy engullía y recorría con su boca la vara viril de Rafis, yo le proporcionaba placer en los testículos, mordisqueándolos y chupándolos ávidamente. Raf simplemente se dejaba, disfrutando la rica felación que le estábamos dando. En algún momento nos tomó a ambas por las nucas y nos obligó a chuparle la verga simultáneamente, haciendo que Rox y yo nos besásemos con la punta de su pene en medio. Aquella mezcla de saliva y líquido pre-seminal resultaba para mi muy cachonda, sentía que me hervía el coño. Seguramente Roxy estaba pasando por lo mismo, porque sin avisar, se separó de golpe, abandonando el suculento bocado de guevo y se lanzó boca arriba y abiertota en la cama.

  • ¡Te quiero aquí! – dijo Roxy con autoridad a mi primo, señalándose el coño. Evidentemente estaba necesitada de verga.

Rafis, que poco a poco se recuperaba de sus problemas, se comportó como un caballero. Rápidamente se subió a la cama, en pro de atender a la dama necesitada. Se escupió dos veces la cabeza de la polla, se ubicó con destreza entre las piernotas morenas de Rox y de un solo ataque la ensartó hasta el fondo. Los chillidos de mi cachonda friend denotaban una mezcla de dolor y placer. Raf no se inmutaba y le taladraba la vagina con su duro miembro, entrando y saliendo repetidas veces.

Yo sentía como me chorreaba la excitación por las entrepiernas y no quería perder mi parte del pastel, así que me aproximé y de rodillas e inclinada, le di un jamonazo a Roxy. Nuestros labios se fundieron en un sexual y lésbico beso, lo cual disfruté mucho mucho. Y es que debo confesar que los besos de Rox son de otro planeta (pero no se confundan, que no somos lesbis ¿ok?). A nuestra salivosa acción se unió Rafis, así que ahora eran tres lenguas que se amarraban entre sí. Yo estaba que explotaba disfrutando el morreo triple cuando recibí un empujón de parte de Rafis.

Quedé acostada a su lado y patas arriba. Apenas y pude parpadear, y ya mi primo se había salido del cuerpo de Roxy para meterse en el mío. En menos de dos segundos ya tenía aquel hombretón tan familiar sobre mí, con su poderosa virilidad enterrada en mi ser, hasta los huevos. Instintivamente rodee sus caderas con mis piernas. La penetración se hizo más profunda y sabrosa. Rafis atrapó todo mi cuerpo entre sus brazos y me jamoneo de lo más lindo. Mientras su lengua me examinaba la boca a fondo, Roxy nos observaba. Se puso en cuatro, y mientras me lamía la oreja derecha se echaba dedo en el clítorix.

Rafis estuvo un rato cogiéndome divino, pero seguramente el culote de Roxy resultaba una irresistible tentación para él. Y es que debo reconocerlo, mi morena amiga tiene un culo de negra, grandísimo y redondo, perfecto, duro y sin celulitis. Hasta a mí se me hace agua la boca cuando le veo las nalgas (y eso que no soy lesbi). Mi primo no se aguantó más, y sacó su pene de mi vagina, se arrodilló detrás de Roxy y la ensartó a fondo de una sola estocada. Roxy gemía y gozaba las penetraciones de Rafis, quien la tenía bien agarrada por la cintura. Resultaba un gran y morboso espectáculo mirar como el miembrote se hundía y se perdía entre aquellas suculentas nalgotas.

Aprovechando la posición que mis amantes tenían, me ubiqué sentada piernas abiertas frente a Rox, de manera que ella pudo comerme el coño mientras recibía los poderosos embates del Raf. Mi sexo fue atacado por la boca de Roxy, quien es una experta devoradora de clítorix (y eso que no es lesbi). Tanto fue el ímpetu que le puso mi amiga a la chupada, que sin poder evitarlo, me llegó un delicioso orgasmo. La cara de Roxy se vió enchumbada por mi acabada, lo que la hizo calentar más aún, llegando al tope de su resistencia. El cuerpo de ella también se vio sacudido por el electrificante éxtasis. Mi primo se dio cuenta de la situación, y no quizo aguantarse ni un instante más. Se unió a la fiesta orgásmica sacando el pene de su cobijo y dejando escapar chorros de esperma sobre la espalda de nuestra negra amante.

Golosa como suelo ser, me abalancé sobre la acabada masculina y me dediqué a recoger cada gota con mi lengua. Luego, con todo ese semen en la boca, nos besamos nuevamente, los tres. Derrotados de tanto sexo, nuestros cuerpos cayeron entre las sábanas, abrazados, desnudos, en reposo.

Por momentos el éxtasis y el goce que aún me invadían me hicieron perder el conocimiento del tiempo. Me encontraba disfrutando de ese momento cuando de pronto, escuché como se abría la puerta de la habitación. Alguien había entrado

Candy

Tirazones:

Roxy

beto

Alondra

Rafis

Novio de la mamá

Candy

P.D.: