Candy Candente 01 mi cachonda presentación
Quiero presentarme como lo que soy, una chica educada y modosita, y no como me ve la mayoría de la gente, como una bomba sexual regalona y calienta pollas, un putona vulgar y depravada. por favor lean mis relatos y juzguen uds mismos. quisiera saber sus opiniones. besitos.
Ohhh siii, estaba disfrutando de esa buena verga que me tenía empalada cuando sonó el teléfono por tercera vez, sin embargo, yo estaba ubicada muy lejos para contestar. Y es que el aparato estaba colocado en una mesita a medio metro de distancia, casi frente de mí, al lado del mueble. Tal vez estirando mi brazo un poco lo hubiese alcanzado, pero no, lo mas seguro era que tendría que gatear un poco hasta el. Y digo gatear porque así estaba yo, en cuatro patas como dicen por ahí. Así pues, en la posición de perrito, eme encontraba llevando guevo por la vagina.
¡Ouch! No me he presentado. Mi nombre es Candy, como la de la comiquita japonesa, en su honor utilizo el cabello como ella, con dos frondosos moños a cada lado de la cabeza. También mis amigos dicen que le hago honor en lo puta que soy, y es que Candy (la de la serie de tv) tenía fama de putilla, y pues yo también, aunque no sé porqué. A mis veinte años no soy la clase de chicas de andar acostándose con cuanto tipo encuentran por ahí. Soy una joven seria, recién graduada de secundaria y con novio formal y todo.
Perdonen si sienten cierta inconsistencia en mi presentación, pero es que la palomota que me está cogiendo el coño no me deja concentrar y me distrae mucho. Pero bien, continúo. Soy lo que llaman por ahí una "catira a juro", mi cabellera natural es negra como buena latina que soy, pero siempre me lo tiño de amarillo radiante. Esto me hace ver bastante sexy, ya que mis rizos dorados hacen especial juego con mi piel, piel blanca mas no paliducha, ya que siempre, pero siempre, la cargo bronceada por el sol.
Físicamente opino que soy una chica modosita con algo de atractivo, por lo que me extraña mucho que en la calle todos los hombres me vean con sadismo y me lancen piropos y adjetivos como: buenota, diosa, ricura, catirota, mamita linda, cuchuchura, diabla, cosita rica, mamazota y hasta los mas atrevidos que me llaman zorra, putonga y pare usted de contar. Incluso no tengo amigo que no me haya "echado los perros" o intentado algo conmigo. Un amigo de la secundaria que era fanático al porno siempre me compara con actrices como Lisa Ann y Shyla Styles.
¡Ufff! Esta verga me tiene el chocho como mi apellido: Candente. Y es que es eso lo que la gente piensa erróneamente de mi, que soy candente, caliente, una guarra calentona. Tal vez se formen esa mala idea por mi forma de vestir. Debo informarles que vivo en Caracas, una ciudad del trópico por lo general bastante calurosa, por lo que mis prendas son casi siempre ligeras y cortas, para darle oxígeno y frescura al cuerpo. Mis minifaldas son llamadas por algunos "microfaldas", mi shorts siempre cortitos muestran mis piernotas torneadas, y casi siempre uso tops o camiseticas bien frescas y escotadas (por el calor), y mis pantalones largos y jeans son todos ajustados y a la cadera. De mi madre aprendí ser full elegante, así que procuro andar todo el tiempo en sandalias de tacones, tacones de diez centímetros a ser posible. Esto hace que al caminar mi cuerpo (voluptuoso para algunos, o casi todos) se tongonee para todos lados, por lo que muchos confunden mi elegancia con vulgaridad , ¡vaya tontería!
¡Haaa! Ya siento la proximidad del orgasmo, pero ya que nombre a mi madre, creo que aún tengo tiempo (antes de correrme, uff)de decirles que vivo con ella y mi primo en un apartamento del centro de la ciudad. Mi mamá tiene cuarenta y se llama Canela. Debo reconocer que es bastante permisiva, me deja ir a discotecas, a la playa y no tiene rollos con que yo salga con chicos. Además es muy atenta con los novios que he tenido, tanto que a veces ha estado largas horas con algunos de ellos en el apartamento, atendiéndolos mientras yo no he llegado. Que buena es mi mamá. Es bastante comprensible conmigo, tal vez porque ella también a pasado por difamaciones de la gente como yo, las vecinas la juzgan mal y dicen que es una madura putona y coge chicos, puras mentiras. Tal vez piensan eso porque la mayoría de los novios de mamá tienen entre veinte y veinticinco años. Son unas viejas chismosas y envidiosas.
¡Ohhh! El pene en mi interior se mueve cada vez más rápido y estoy casi a punto de orgasmo. Suena otra vez el puto teléfono ¡Fuck! Me estiro como puedo, haciendo un gran esfuerzo por no abandonar ni un centímetro el miembro que me somete. Logro coger el auricular. Contesto. Es mi novio Victor.
Hola papi contesto disimulando la excitación.
Amor, por fin. Tengo rato llamando a tu casa y nada que atiendes dice Victor al otro lado de la línea.
Víctor es mi novio desde que estábamos en secundaria, y formalizamos el noviazgo hace dos meses. Tiene la misma edad que yo y vive con su padre el Dr. Baldino en una quinta en Altamira, tiene platica pues, y me colma de atenciones y regalos. Víctor estudia en una universidad privada mientras yo espero por un cupo en alguna pública. A pesar de la diferencia de clases sociales nos amamos muchísimo. Un amor puro que viene de la adolescencia. Tan puro es que debo confesarles que Víctor es virgen. Si, nunca hemos tenido sexo, y es que él sabe que yo tengo un poquitín más de experiencia y le da miedo que no seamos compatibles en la cama. Pero estamos esperando el momento adecuado para hacerlo.
Papi perdona, es que estoy algo ocupada ahora tratando un asunto familiar con mi primo le dije transpirando y aguantando un poco el inminente orgasmo.
Ok mami. Tranquila. Llámame a la casa cuando te desocupes respondió Víctor.
Gracias por tu comprensión dije mientras sudaba.
Te amo mami dijo él saludos a tu primo.
Con gusto papi. Bye ya casi no podía hablar del gustazo.
Ni siquiera pude colocar el auricular en su sitio. Cuando escuché que Víctor cortaba la comunicación, dejé caer el auricular al piso y me abandoné al éxtasis. El pene de Rafis me ametrallaba a mil por hora. Sus manos apretaron con fuerza mis nalgotas y me anunciaron que se correría. Ambos llegamos al mismo tiempo, entregándonos por completo a un delicioso y simultáneo orgasmo. Sentía como mi clítorix se retorcía mientras el esperma me inundaba por dentro. Cuando nuestros cuerpos dejaron de temblar. Rafis sacó su pene de mi interior y se fue babeando esperma a su habitación.
¡Oh! ¡Qué descuido! ¿Les comenté que tenía un primo?. Rafis es mi primo de veintidós años. Es hijo de mi tío Rafucho, hermano de mi madre. Ahora supongo que ustedes también piensan que soy una putona descarada por dejar que mi primo me coja estilo perrito. Pero no, y antes de excusarme les diré cual es la situación. Mi primito tenía muchos problemas de conducta en Guarenas, donde vivía anteriormente con mi tío. Por malentendidos con la policía se vino a vivir con nosotras hace seis meses aproximadamente. En ese tiempo he constatado que es un buen chico y que la gente lo margina, tal vez por envidia. El pobre no ha logrado conseguir trabajo, y eso que se levanta casi todos los lunes a mediodía a buscar trabajo por internet, con tan mala suerte que la mayoría de las veces solo le envían a su correo fotos y páginas pornos, que cosas. Además tiene complejo de inferioridad, lo que lo ha llevado a ser un chico solitario. Aunque desde que llegó le hemos conocido como veinte novias, con ninguna ha durado más allá de un par de días (o noches dependiendo del caso). Esto ha conllevado a que se sumerja en el alcohol, el cigarro y la vida nocturna, por lo que yo he tratado de ayudarlo. He hablado con él una docena de veces, en las que deja salir sus emociones. He tratado de convencerlo de que no es un ser inferior y subirle la autoestima por medio de cariños y halagos, lo que por lo general nos ha llevado al plano sexual. También he tenido que convencerlo que es un excelente amante, que no es eyaculador precoz y que no tiene el miembro chiquito, cosa que creo estoy haciendo bien, todo sea por su salud mental.
Como podrán constatar ahora, no podrán negar que soy una buena chica y que todo lo que dicen de que soy una regalona y calentona son puras especulaciones de la gente. Y si aún no han quedado convencidos, pronto les estaré contando más de mi vida, hasta que cambien de opinión. Me despido. Besitos.
Candy Candente
P.D.: ahora que lo pienso, no sé porqué mi primo piensa que lo tiene chiquito, con ese pedazote de veinte centímetros que tiene entre las piernas. Que malvadas esas mujeres que lo marginan.