Candente Cogida en New Orleans: La Mamada.

2da parte de esta serie de relatos que describo en mi viaje a New Orleans. Donde mi mejor amigo me revela lo que el y su esposa, casi mi hermana, pensaban sobre mi. Tremendo descubrimiento que desemboca en una mamada épica antes de ir a un evento publico.

Cuando me desperté, eran las 6 de la mañana del sábado. Al abrir mis ojos pude sentir el cuerpo desnudo de Pablo detras mio y abrazándome. La noche anterior se había quedado dormido sobre mi, después de haberme dado una santa cogida que me dejó satisfecha y hecha una mujer plena. No sé en qué momento de la noche se bajó de mi y se recosto a mi lado, pero lo agradecí. De esa manera podia safarme e ir a limpiarme al baño.

Me levante lentamente, tratando de no despertar al macho que me había hecho su hembra. Mire mis prótesis de pecho tiradas en el suelo al lado izquierdo de la cama. Mis tacones negros estaban en el suelo cerca de los pies de Pablo. Me preguntaba en qué momento me quite los tacones, ya que se amarraban a mis tobillos y eran un poco más complicados de quitarse. Deduje que Pablo pudo habermelos quitado sin yo darme cuenta. Hundida en mis pensamientos, me fui al bano. Al caminar, note las consecuencias del sexo desenfrenado que Pablo me dedico. Mi culito me dolía, apenas podía caminar como una persona normal, mis medias estaban rotas, mi tanga negra estaba hecha un desastre, llena de mis líquidos por un lado y el semen de Pablo por el otro. En fin, era el final de una historia majestuosa y como tal, terminaría al darme un regaderazo.

O eso pensaba yo.

Al terminar de ducharme, y hacer mis aseos personales, me puse una nueva tanga de Victoria’s Secret. La había comprado recientemente durante la semana y cuando me dispuse a pagar, la encargada de la tienda me felicito por tan buena eleccion. Eran de las tangas de colección. Era de encaje, llegaba al ombligo y estaba diseñada con varios tirantes. Sin duda, era la mejor compra que había hecho en mucho tiempo. Había planeado usarla ese día y no me iba a detener por la que había pasado la noche anterior. Después me puse unas pantimedias de lycra color carne y sobre ella, mi traje de hombre. Todavia nos quedaba un dia de taller en New Orleans.

Al salir de bano, Pablo estaba ya despierto.

P: que haces?

Yo: como que que hago? Me estoy alistando para asistir al taller de hoy.

P: y te vas a ir vestida así? Con ese traje horrible?

Yo: pues claro! Es el único que tengo.

P: No! Tu te me vas vestida con blusa, saco y falda.

Yo: que dices? Yo no voy a salir vestida a la calle así.

P: no te estoy pidiendo tu opinión.

Yo: (sollozando) pero Pablo! Por favor entiende.

Pablo se levanta rapidamente, y se acerca a mi. De repente siento algo de miedo por lo que pueda pasar en este momento. Pero el solo me agarra de los hombros y se me queda viendo fijamente a los ojos.

P: cual es tu nombre?

Yo: pues Tomas. Tu lo sabes.

P: tu sabes a lo que me refiero preciosa.

Me sorprendi.

Yo: me llamo Alexandra.

P: muy bien, Alexandra. Escúchame atentamente ok. Ahorita me voy a duchar, me voy a preparar para ir al taller y cuando salga quiero que tu, ya estes lista. Ok.

Yo: pero ya estoy lista Pablo.

P: no te hagas la tonta. Quiero que estes lista como Alexandra. Te me pones bien guapa, te me maquillas, y ponte algo de ropa femenina, pero que sea elegante. Si te acuerdas de Nadia, verdad?

Yo: claro que si.

P: bien. Arréglate como ella.

Yo: pero yo no puedo salir asi, vestida como mujer. Que tal si alguien me reconoce?

P: mira, Alexandrita. Te voy a decir algo. Tu ya pareces mujer. Qué crees que yo y Nadia no nos habíamos dado cuenta.

Yo: queee? (me pregunté yo apenada)

P: (riéndose) Desde un principio Nadia me había dicho que tenias la personalidad, los manerismos, las ideas, pensamientos y gustos femeninos. Por eso a mi no importaba el tenerte a nuestro lado. Si fueras todo un hombre macho como yo, te hubiera mandado a la chingada. Para mi, era estar con dos mujeres al mismo tiempo. Solo que Nadia solo te miraba como una amiga. Y yo queria que te nos unieras a nuestras sesiones de sexo. Pero Nadia no queria saber nada de eso.

Yo: no puedo creerlo! Y todo este tiempo?

P: tú crees que no te mirábamos las tangas que traias puestas sobre el pantalón? Si sabes, que tus nalgas están muy redondas y femeninas verdad?

Yo: la verdad que no.

P: bueno, pues asi son. Tus pantalones te quedan muy pegados en las nalgas y cada que te quitas el saco, podíamos mirar la ropa interior que traias puesta. Así pudimos saber que te encanta usar tangas casi todos los días. De vez en cuando te mirabamos alguna que otra pantaleta y cuando llegabamos a casa, Nadia me mostraba como era el tipo de pantaleta que traías puesta.

Yo: no lo puedo creer.

P: pues ya era hora de que supieras la verdad.

Yo: por eso me agarraste el culo en el avión? Ya sabías y querias comprobarlo?

P: exactamente. Por Dios Alexandra! Ese pantalon deportivo se te pegaba a las nalgas y las resaltaba más todavía; además, dejaba ver a leguas que traías puesta una tanga. A mas de uno que te miraba por detrás lo dejabas suspirando.

Me quedé anonadada.  Cuántas veces no habré quedado exhibida por mis nalgas en publico. Senti mucha verguenza.

P: anda ya! Vístete y arréglate. Que en este día tu dejas de ser ‘hombre”, y comienzas tu vida de mujer.

Yo: pero alguien de nuestros compañeros de San Francisco pudiera reconocerme.

P: no te preocupes por eso. No nos juntaremos con ellos este dia. Para que estés tranquila.

Pablo me deja y se retira al baño. Para luego salir nuevamente con mi maleta,

P: toma tu maleta y apurate mujer. Que se nos hace tarde.

Yo me quedé desconcertada con toda la revelación que había tenido. Pero no tenia tiempo que perder. Agarre mi maleta y mire a ver que tenía para vestirme hoy. Encontre una falda blanca tipo lapiz, una blusa chiquita de tirantes negra, un brasier negro, y un saco color gris azulado. A la de buenas que había empacado también mi maquillaje, perfume y aretes. Me puse manos a la obra. Me quite mi traje que tenía puesto, y como ya tenía puestas mis pantimedias, solo me puse las zapatillas de la noche anterior y me puse el brasier junto con la prótesis de pechos. Acto seguido, me dispuse a maquillarme a cómo se maquillaba Nadia. Ya tenia practica en eso del maquillaje con los días que me pasaba sola al salir del trabajo. Pero en esta ocasión, opte por algo ligero, pintandome los ojos con color neutral y usando un labial rosa tenue para mis labios. Al terminar, solo me coloque la falda, la blusa y finalmente el saco. Como tenía el cabello largo, solo atine a peinarlo. Para el toque final, me perfume con el Very Sexy Night Eau de Parfum de Victoria’s Secret. Un perfume que olia muy sexy. Me mire al espejo y miraba yo a una dama elegante y despampanal, que por dentro era toda una puta sedienta de sexo embriagante. Al verme de lado, pude notar las pronunciadas nalgas que Pablo había descrito. La falda blanca las hacía verse más redondas. Me senté en la silla contigua al espejo y me dedique nerviosamente a esperar a Pablo con la pierna derecha cruzada sobre la izquierda, mostrando mi muslo en toda su sensualidad.

Pablo salió del baño a los minutos después. Parece que me había dado todo el tiempo del mundo para arreglarme. El ya sabia como eran esas cosas con las mujeres debido a sus vivencias con Nadia. Cuando salió, me dejó perpleja. Estaba desnudo. Al verme, el solo me dijo,

P: wow! Que diferencia!

Yo: te gusta?

P: oh! claro que si! Pareces un clon de Nadia. Solo que mas puta que ella. Aquella es una mojigata tímida que le da miedo todo.

Yo: (viendo su polla) y no deberías de estar listo tu tambien? Se nos va a hacer tarde.

P: eso lo puedo hacer en un santiamén .

Lentamente se me acerca y se voltea a mirarse en el espejo. Su polla queda a escasos centímetros de mi cara. En el espejo puedo ver que el se me queda mirando a ver que yo hacía, teniendo su polla cerca de mi cara. No me pude resistir, y voltee a mirar su polla. Todavía no estaba completamente erecta, pero ya sabía que tan dura se podía poner con las embestidas que eran recordadas por mi culito la noche anterior.

Al estar contemplando esa polla de lado y sentirme ida de este mundo, Pablo se voltea hacia mi, quedando su polla enfrente de mi cara. Yo la agarro de la base con mano derecha, alzo mi mirada hacia la cara de Pablo, y me le quedo viendo a los ojos. Mientras lo estoy viendo, coloco mi boca sobre la punta de su polla y luego la beso. Estaba muy gruesa. Saque la lengua, y lamí esa punta como si fuera nieve de chocolate. Después le recorrí el tronco con mis labios varias veces. Sentí como iba creciendo esa polla en tamaño y las venas empezaron a resurgir por encima de la piel. Q delicia de polla. Regrese a la punta y me la meti a mi boca, solo la punta. La succione como si fuera un popote tratando de obtener algún líquido. Pablo solo gemía de placer. Me agarro el cabello y me lo sostuvo para que no me fuera a estorbar en la mamada que le estaba dando. Para poder meterme toda la polla en mi boca, necesitaba acercarme mas a el, asi que mientras le succionaba la puntita, me levante la falda blanca y me abri de piernas para que el entrara en mi circulo de sexo. Ya tenia a mi merced esa polla. Pablo se dio cuenta de lo que yo estaba pensando, así que él decidió moverse hacia mi cara y empezó a cogerme mi boca. Con una mano tenía agarrada cola de caballo, y con la otra me tenía agarrada del cuello. Yo abri lo mas que pude mi boca, para que entrara y saliera esa polla al ritmo que Pablo quisiera. Me la metio toda hasta llegar a tocar la campanilla de la garganta. En otros tiempos eso me hubiera hecho querer vomitar, pero ya había entrenado mi boca y mi garganta para este tipo de ocasiones. Esa polla entraba y salía de mi boca con cierta facilidad. Pablo aceleró el ritmo, moviendo esa cintura como el bestial toro semental que era. Yo solo lo miraba a los ojos, y me dejaba hacer por el. En ese momento yo era solo un objeto sexual para mi macho. Al verlo, mire como él estaba gozando de lo lindo, hacia diversas caras de gozo sexual y luego me miraba,

P: que puta eres! Ni Nadia ha aguantado todo esto que te estoy haciendo. Que rica mamada!

Yo no podía responder a lo que me estaba diciendo. Solo podía sentir lo roja de mi cara y la humedad de pollita/clítoris sobre mi tanga y pantimedia. Mientras el me estaba cogiendo la boca, yo me estaba tocando mi pollita/ciltoris como una mujer solo puede tocarse, con palmadas y refriegos. Mas sin embargo, Pablo al ver lo que estoy haciendo, se me acerca al oído y me dice,

P: no te toques. No quiero q te vengas todavia. Quiero que te vayas toda mojada al evento.

Yo solo atiné a mirarlo a los ojos y asentí. Deje de tocarme y me agarre de su cintura. Después de 10 minutos de bestial ajetreo en mi boca, finalmente el me agarro con fuerza mi cara y me dejo introducida su polla entera en mi boca. Sentí su líquido seminal recorrer su tronco, haciéndolo vibrar y contrayendose para terminar inundando mi garganta con su semen caliente y saladito. Me lo comi todo. Cuando Pablo ya había terminado, me saco su polla y antes de que se alejase de mí, le agarré la polla y empecé a limpiarsela toda. La succione nuevamente para sacarle algún líquido que todavía estuviera vagando por sus bolas. Pablo solo me miraba extrañado y sorprendido por lo que yo estaba haciendo.

P: menuda mamada que me has hecho eh!

Yo: te ha gustado? (todavía con la polla cerca de mi boca)

P: que si me ha gustado? Es la mejor mamada que me han hecho. Ya ni Nadia, es más, ninguna mujer en mi vida me había mamado la verga de tal forma como tu.

Yo: (yo sonriendo y golpeando la polla en mi mejilla) es lo que se merece una polla como la tuya.

P: te ha gustado mi polla verdad?

Yo: siempre.

P: como que siempre?

Yo: tal vez no te acuerdes, pero en alguna ocasión me mencionaste que tu polla era como la de un burro. No se donde ni como de los detalles, pero desde ese momento me dejaste pensando, imaginando y soñando con tu polla.

P: jajajajaja! Pero mira que perra eres!

Yo: todavia no has visto nada.

P: me muero de ganas por descubrirte más.

Yo: poco a poco lo harás y como tu lo desees.

Continuara...