Canciones...

Para los melómanos...

Ese que vá por ahí, pensando sólo en tí, ése que ayer sorprendí en medio de un motín callado y mirando lejos, ése indigente que me vé desde el espejo, reclamando del pasado algún pedazo, chapoteando su fracaso en el mar de los recuerdos.

Ese que vá por ahí, con alma de maniquí, se siente desepcionado como el postulado que no logró ni un sólo voto, ése que con los dedos vuelve a ver tus fotos, derrotado y sin derecho a otra partida, en cada esquina de la vida va recogiendo sueños rotos. Y sin hallar la medicina de tus labios, de tus ojos.

El mismo que una vez te recorrió la piel, ése que sin dudar, se enamoró de más y no recuerda que a tí se te olvida, lo que a él jamás.

Ese que va por ahí, queriendo sobremorir, ese que al amanecer no puede ni creer que aún esté la pesadilla, ése que va con el orgullo de rodillas, hasta ese altar que hay en tu cintura, no sabes cuanto le tortura ese beso en la mejilla, cúando ayer un par de  hojas hacían maravillas.

El mismo que una vez te recorrió la piel, ése que sin dudar, se enamoró de más y no recuerda que a tí se te olvida, lo que a él jamas y va dejando huellas, va buscansola, va en el fondo del vagón, pero tú no estás y sigue escanpando de tú adios.

El mismo que una vez te recorrió la piel, ese que sin dudar, se enamoró de más y no recuerda que a tí se te olvida, lo que a él jamas.

Ese que va por ahí.


Mientras que pasa la vida cómo una película en tu mente justo antes de fallecer, vá subiendo el frío por tus pies. Sobre el asfalto ternima, todo para tí mientras se acercan los curiosos que han de seguir, y tú te preguntas ¿ Por qué así?.

Justo ahora que los pájaros de la alegría estában en tu balcón, que el nombre de ella se iba cocinando a fuego lento en tu corazón, que hay un amanecer que aún no has visto y no estás listo para irte sin despedirte del amor.

Mientras se acaba tú vida, tus mayores sueños te rodean en silencio para llorar, huérfanos que también morirán.

Justo ahora que los pájaros de la alegría estában en tu balcón, que el nombre de ella se iba cocinando a fuego lento en tu corazón, que hay un amanecer que aún no has visto y no estás listo para irte sin despedirte del amor.

Y habrá una cruz en la vía, con tus dos fechas inscritas, dos veces al año estará florida. Justo ahora que los pájaros de la alegría estában en tu balcón, que el nombre de ella se iba cocinando a fuego lento en tu corazón, que hay un amanecer que aún no has visto y no estás listo para irte sin despedirte del amor.

Hace un minuto tenías tanta prisa que has llegado muy temprano al día del juicio final. Para arrepentirte es tarde ya.


Oyó cada paso por el tacón, martillaban en dirección de su auto, pero él, ocupado quitando el sostén de su compañera, no supo ni siquiera que venía su mujer.

Adiós dijo ella y no alzó la voz, pero antes le abofeteo por aquella escena infiel, el orgullo tapó su dolor destrás de la rabia, pero ya las lágrimas echaban a correr y un coro canta:

" Ya ven, uno y uno es igual a tres, si dos ya no se llevan bien, siempre habrá un tercero para complacer y al sol, que le toquen el corazón, bailará sin calcular cúanto llanto amargo va dejando atrás".

Ayer en un barrio de otra ciudad, otro caso muy similar, un marido encontró a su amigo y a su gran amor en mitad de un beso, se veía el exceso de lujúria y de pasión. Púes bien, sobre el muslo de aquella infiel, se peseaba la mano cruel de la falsa amistad y un testigo fue parte y juez en aquel juzgado y con pistóla en mano se negó a perdonar y un coro canta:

" Ya ven, uno y uno es igual a tres, si dos ya no se llevan bien, siempre habrá un tercero para complacer y al sol, que le toquen el corazón, bailará sin calcular cuanto llanto amargo va dejando atrás".

Y vuelven a jugar a las escondidas la querida y el Don Juan. " Ya ven, uno y uno es igual a tres, si dos ya no se llevan bien, siempre habrá un tercero para complacer y al sol, que le toquen el corazón, bailará sin calcular cuanto llanto amargo va dejando atrás".

" Ya ves, uno y uno es igual a tres, si dos ya no se llevan bien, siempre habrá un tercero para complacer y al sol, que le toquen el corazón, bailará sin calcular cuanto llanto amargo va dejando atrás".