Campus lascivo

Cuando la infidelidad y la lujuria se encuentran

Había llegado el primer día del campus, era mi segundo año de monitora de uno de los equipos femeninos de futbol  y este año mi novia se encargaría de otro de ellos. A mi cargo estarían chicas de entorno a los 20 años, ella estaría con las más pequeñas.

Íbamos a estar allí un mes y a final de este, un torneo de fin de semana contra otros campus femeninos.

A las 10 de la mañana empezábamos a dirigir los entrenamientos, una parada de 4 horas y terminaban a las 5, el resto de la tarde se organizaban actividades o bien tiempo libre hasta la hora de cenar. Todo separado por edades.

Justo antes de cenar me acerque a las instalaciones donde estaría mi novia, para verla aun que fuera un rato.

Yo: cariño! Que ganas tenia de verte. Que tal el día?

Andrea: y yo a ti. Cansado xd las crías son hiperactivas, hay q estar todo el día encima de ellas.y encima vamos a tener súper poco tiempo este mes por lo que parece.

Yo: si… pero cuando acabe tendremos dinero para irnos de viaje las dos juntas

Andrea: si! Tenemos que elegir bien donde. Mientras tanto.. te podrías escapar alguna noche…

Yo: a tu cama..?

Andrea: debajo de mis sabanas jaja

Yo: seguro que lo hago. Bueno me voy ya que vamos a empezar a cenar. Dame un beso anda.

Pasaron 4 días muy intensamente sin parar ni un solo segundo prácticamente, incluso observé algún intento de tonteo por parte de alguna de las chicas, visiblemente lesbianas. Dos de las noches pude escaparme a la habitación de Andrea, para pasar algo de tiempo con ella y entre tanto hacer el amor.

El siguiente día justo antes de empezar los entrenamientos de la tarde se me acercó Marta, de lejos la chica mas guapa del equipo y que me había llamado la atención desde el primer día. Tenía 20 años, era un poco más bajita que yo, con el pelo largo y su cuerpo estaba moldeado con las proporciones perfectas.

Marta: Ale, llevo un par de horas con una pequeña molestia aquí en el muslo.

Yo: te duele mucho?

Marta: no es solo algo de molestia.

Yo: déjame ver.

Toqué su fina y a la vez endurecida pierna con mis manos, sentí la suavidad de su piel.

Yo: no creo que sea nada, quizás deberías ponerte una muslera

Marta: no me traje, y aquí no hay nada cerca para comprar una.

Yo: yo tengo varias en la habitación, si quieres vamos antes de cenar y te doy una

Marta: genial, gracias!

Yo nunca me había caracterizado por mi fidelidad, pero desde que estaba con Andrea, hacia ya un año, no había caído en ninguna tentación, lo que no quiere decir que no las hubiera. Y ahora la mitad del entrenamiento me lo pasé pensando en el tacto de su piel en mis manos y en esa preciosa carita, no quiero decir que fuera mas guapa que Andrea, pero me llamo mucho la atención desde el principio.

Acabaron los entrenamientos del día, ducha y actividades. Quien quisiera podía ir a una sala de audiovisuales a ver una película.

Marta: Ale, vamos y me das eso?

Yo: si claro, vamos.

Llegamos a la habitación, la invite a sentarse en la cama mientras yo buscaba la muslera, he de reconocer que siempre he sido un poco desastre.

Yo: toma, aquí tienes

Marta: gracias. Oye te puedo hacer una pregunta?

Yo: claro

Marta: no quiero que te moleste, es algo personal y no nos conocemos mucho, si no quieres contestar lo entiendo.

Yo: va pregunta!

Marta: pues verás… con mis compañeras.. hablando... bueno algunas de ellas son lesbianas, y comentan cosas.. hablan… de ti.

Yo: de mi??? Como es eso? Que dicen?

Marta: pues, que si estas buena, que si quieren conseguir acostarse contigo… es como que se ponen a hablar y se flipan demasiado.

Yo: y cual es la pregunta?

Marta: quería preguntarte si a ti te gustan las chicas y si alguna tendría posibilidad contigo.

Yo: a ver jaja por partes…. Me gustan las chicas, no me acostaría con ninguna de ellas, y… te han dicho ellas que me preguntaras eso no?

Marta: bueno… puede que hayan sugerido algo, y al final yo también tenía curiosidad. Y con otras que no fueran ellas?

Yo: quizás. y a ti, te gustan las chicas?

Marta: algo si… pero nunca he estado con ninguna. Nadie sabe nada, lo guardo para mi

Yo: y eso?

Marta: bueno… hace poco que empecé a sentir “curiosidad” y bueno, ahí voy “aclarándome”

Yo: jaja bueno, estas en el proceso entonces, te darás cuenta que ser lesbiana es algo muy natural.

Marta: te importaría que habláramos alguna vez? Necesitaría desahogarme…

Yo: claro, fuera de los horarios del campus cuando quieras. bueno vámonos ya, que hay que preparar todo lo de la cena

Marta: vale, gracias Ale.

Durante la cena, mi cabeza no paraba de dar vueltas y pensar, “ le gustan las chicas, es lésbicamente virgen, me encantaría que lo dejara de ser conmigo, me da mucho morbo esa chica, le saco 9 años, esta Andrea…

Durante un pequeño instante me imagine comiéndole el coño. Tuve que evadir esas imágenes de mi mente por que me estaba empezando a poner cachonda en la mesa, rodeada de gente. La busqué con la mirada, estaba riéndose junto con algunas de sus compañeras, la miré unos segundos más y me levanté de la mesa.

Seguía un poco excitada y fui caminando hasta donde estaba Andrea.

Vino hacia mi, cuando la tuve delante empecé a besarla apasionadamente.

Andrea: cariño, cariño para, hay muchas niñas cerca

Yo: y que?

Andrea: no creo que deban ver a dos personas liarse así

Yo: que royo eres amor. Esta noche me escapo ok?

Andrea: pues veras… tengo a dos niñas enfermas y voy a quedarme con ellas en su habitación

Yo: no me jodas Andre, que estoy muy cachonda hoy…

Andrea: Ale, no puedo hacer otra cosa

Yo: ya, lo se… entonces nos vemos mañana ok?

Andrea: listo

Me fui de allí mas caliente de cómo había ido, no estaba acostumbrada a quedarme con las ganas.

Fui a mi habitación, me tumbé en la cama, estuve una media hora dando vueltas, hasta que decidí calmar mi calentura por mi misma.

Empecé a masturbarme y al poco tocaron a la puerta, pensé “ joder, justo ahora”. Me levante y abrí la puerta, y me encontré con Marta al otro lado.

Marta: dijiste que podíamos hablar fuera del horario del campus no?

Yo: si.. claro… pasa.

Nos sentamos en la cama, se la veía algo nerviosa

Marta: siento las horas, pero ahora que alguien sabe que me gustan las mujeres, siento una inquietud por expresarme y hablar de ello.

Yo: ya, te entiendo, no pasa nada, aquí estoy ( mi cuerpo estaba allí pero mi mente estaba en otras cosas… no me gustaban mis intenciones… o si?)

Hablamos durante un rato, me comento sus dudas o sus pensamientos y yo intenté darle mi punto de vista o mis consejos. Intentando mantenerme en la distancia, desde fuera, pero pronto no me pude controlar.

Marta: y como es la primera vez con una mujer,

Yo: para saber eso, hay que probarlo.

Cogí su mano y la puse en mi sexo por encima de la ropa, y la apreté contra el.

Yo: quieres?

Me miró unos segundos y asintió con la cabeza.

Me levanté de la cama, cogí su mano y se levanto tras de mi, llegué a una pared y me apoye en ella mirando hacia Marta, la acerqué a mi hasta que estuvo a escasos centímetros de mi, la empecé a besar, besaba muy dulce, la cogía del cuello suavemente y la empecé a besar pasionalmente.

Cogí su mano y la metí por debajo de mis bragas, sentí como mis fluidos impregnaban sus largos dedos.

Yo: lo notas..?

Marta: si…

Yo: así es como sabes cuando una mujer esta realmente lista para ti…

Veía su ojos encendidos fuego, podía intuir lo excitada que estaba ella también. No podía aguatar más.

Yo: mastúrbame… mueve tus dedos en mi coñito…

Se puso a ello instantáneamente. Volvimos a besarnos fogosamente. Notaba sus dedos moverse ágiles por mi clítoris hinchado, jugaba con el, me masturbaba rápido, estaba tan caliente que hacia un esfuerzo por no correrme todavía. Bajó el ritmo, deslizo uno de sus dedos hasta llegar a mi agujerito y lo metió poco a poco, tímidamente, notando todo el calor de mi interior, lo mantuvo dentro unos segundos y lo saco despacio para volver a masturbarme de nuevo, rápido.

Yo: sigue así… me corro ya… joder sigue…

Sentí como un intenso orgasmo recorría mi cuerpo, mi coñito palpitaba bajo sus dedos, saqué su mano mientras la miraba a los ojos y ella clavaba su mirada en los míos, había silencio.

La besé por el cuello, ahora era ella la que se apoyaba en la pared.

Me arrodille delante de ella y baje sus pantalones y sus braguitas, separe sus piernas, hasta que tuve su chochito un poco abierto y húmedo delante de mi, no tarde ni 3 segundos en abalanzarme sobre el. Me lo empecé a comer con muchas ganas, quería saborear cada rincón de su húmedo y rosado sexo. Lo lamí de arriba a abajo, ella apretaba sus manos a mi cabeza y empujaba mi boca a su clítoris, casi no podía respirar, oía como se escapaban gemidos de su boca, me lo comí más intensamente aún, sabía delicioso, instantes después tuvo un fuerte orgasmo en mi boca, del cual disfruté mucho.

Me levanté, me limpié la boca que estaba empapada por sus fluidos y me fui a la cama para tumbarme.

Le dije que podía venir a la cama conmigo un rato si quería, ella se acercó y se tumbó a mi lado, no tardé nada en dormirme y por la mañana cuando me desperté ella ya no estaba, que era lo que quería que pasara.

El entrenamiento transcurrió con normalidad, sabía que ella no le contaría a nadie lo que había pasado esa noche y yo veía la posibilidad de seguir follándomela sin que ello tuviera ninguna repercusión. Estaba segura de que ella no pondría impedimentos a que se volviera a repetir, al menos su chochito húmedo y su gran orgasmo me hacia reafirmarme en ello.

En la comida me senté a su lado y me puse a hablar con ella, noté las miradas de algunas de las chicas, ya que hasta ese día yo estaba comiendo sola.

Yo: hola, que tal te has sentido hoy de la pierna?

Marta: mucho mejor.

Yo: me alegro, no tengo intención de sacarte del 11 titular

Marta: gracias, seguiré entrenando al 100%

Yo: respecto a lo de anoche… no quiero que te sientas incomoda en ningún momento

Marta: no lo hago…

Yo: eres preciosa sabes? Siento si fui muy directa… pero no me pude controlar

Marta: no te preocupes… en el fondo quería que pasara, pero no me imaginaba que pudiera ser posible…

Yo: quieres que nos veamos después del entrenamiento, las dos solas?

Marta: donde?

Yo: conozco un sitio un poco apartado

Marta: vale

Vi como al alejarme de su lado unas cuantas se acercaron a ella seguramente para cotillear sobre nuestra conversación. Estaba tranquila.

Esperé con ansia a que llegara la hora, mientras la veía correr y sudar y me imaginaba su cuerpo desnudo.

Por fin llegó, y cuando se hubieron metido todas en la ducha ella y yo fuimos caminando hasta llegar al lugar que yo tenía en mente.

Era un parque apartado, aun dentro de las limitaciones que nos pertenecían, pero lo suficientemente lejos como para que nadie fuera a pasar por allí.

Yo: desde anoche no he podido dejar de pensar en ti…

Marta: yo tampoco he podido quitarte de mi cabeza

Se apoyó contra un árbol y empezamos a besarnos fogosamente, me excitaba por momentos más y más, quería volver a disfrutar de su coñito.

Quite su camiseta y levante ese sujetador deportivo para dejar al descubierto sus dos pequeños y apetecibles pechos. Baje mi boca hasta ellos y los lamí, busque sus pezones y jugué con ellos con mi salvaje lengua, me los comí hasta que ya no podían estar más duros.

Volví a besarla en los labias, esta vez mientras mi mano se abría paso entre su ropa interior y llegaba a su coño que estaba muy mojadito. Se bajo los pantalones y las bragas prácticamente hasta el suelo y abrió sus piernas para dejarme libertad de movimientos, sabía que estaba tan cachonda que se dejaría hacer casi cualquier cosa por mis manos.

Mis dedos se entretenían con su clítoris, resbalaban por el, me encantaba tanto tocarlo que quise follarmelo, metí dos dedos despacio, hasta el fondo y los apreté contra sus paredes, provocando un suspiro en ella. Los sacaba deprisa y los metía fuerte, un sin fin de veces, ahogaba sus gemidos con mis labios. Me apretaba cada vez más fuerte contra ella. Quería volver a sentir ese orgasmo en mi boca, así que sin parar de penetrarla baje hasta su clítoris, y me lo comí. No llego a un minuto cuando su orgasmo volvió a impregnar mi boca con su placer.

Me levanté y subí sus pantalones mientras le daba los últimos besos de la tarde.

Yo: tenemos que irnos

Marta: ya? Yo quería follarte a ti

Yo: tengo muchas cosas que hacer aún, no pueden echarme de menos.

Marta: y esta noche? Voy esta noche.

Yo: hoy no puedo Marta, pero relájate, que habrá tiempo de sobra, aun tengo muchas cosas reservadas para ti.

Marta: no me digas eso… me pones muy cachonda..

Me fui a mi habitación, me duché tomándome mi tiempo y salí a preparar las cosas.

Volví a cenar un poco más apartada del resto, bajo la atenta mirada de Marta que supuse que esperaba que volviera a sentarme junto a ella. Terminé de cenar y salí hacia el cuarto para después ir a ver a mi novia. Cuando salía por la puerta vi a Marta venir hacia mi.

Marta: donde vas?

Yo: tengo que cubrir un turno donde las pequeñas.

Marta: ok. Por que casi no me haces caso cuando hay gente?

Yo: tengo que comportarme como lo haría normalmente, si se llegasen a enterar me despedirían, eso tienes que entenderlo.

Marta: si, lo se perdona. Mañana nos vemos?

Yo: mañana.

Fui deprisa y entré en la habitación de Andrea, que estaba en la cama, fui hacia ella para abrazarla.

Andrea: amor, como te he echado de menos!

Yo: y yo a ti cariño. Cuéntame, que tal todo por aquí?

Estuvimos hablando como una hora y después nos pusimos a follar como perras en celo, había echado de menos su cuerpo, sus labios, sus tetas y como no, su coñito. Yo sabía que estaba enamorada de ella, los “deslices” no me hacían quererla menos. Ella llenaba todos los aspectos de mi vida y me hacia disfrutar como una loca en la cama. En belleza no tenía nada que envidiar a nadie. Ella sabía como era yo antes de estar conmigo, nos conocíamos de mucho antes, y aun así decidió estar conmigo. Cierto es que mantuve mi fidelidad hasta que apareció Marta, que para mi no era más que un entretenimiento morboso, placentero y divertido de verano, que acabaría junto con el campus. Adoraba como era mi vida fuera de allí y amaba a Andrea.

Me levante por la mañana con el tiempo justo, me vestía  toda prisa le di un beso y salí de allí al entrenamiento.

Raquel: entrenadora, se nos han pegado las sabanas eh!

Yo: venga, a correr.

Durante un cambio de ejercicio Marta s eme acercó

Marta: que tal con lo que tenias que hacer?

Yo: bien bien

Marta: cansada?

Yo: si, no he dormido mucho

Marta: hoy nos vemos?

Yo: después hablamos, ponte a entrenar

Llego la noche, no había quedado en nada con Marta, estaba tumbada en mi cama y desde ahí vi que de la puerta del armario asomaba una bolsa, sabía lo que contenía, juguetes, juguetes eróticos, en especial se me vino a la mente uno de ellos, un arnés. Me levante y me fui a la habitación donde dormía Marta con alguna compañera más. Yo tenía las llaves de todas las habitaciones, así que abrí con sigilo y me acerqué a su cama, estaba despierta, me vio y le hice un gesto como para que saliera.

Marta: que haces aquí? Te podrían haber visto

Yo: vamos a mi habitación, aquí en la calle hace frio.

Entramos y se sentó en mi cama.

Marta: pensaba que hoy ya no nos veríamos

Yo: es que he pensado que quiero enseñarte algo

Marta: el que??

Yo: algo que vamos a usar. Mira.

Marta: joder Ale, vaya tamaño

Yo: xd que? Si te has acostado con chicos no?

Marta: si… pero ninguno tenia semejante miembro!

Yo: jaja bueno pues eso el lo bueno, q nosotras podemos elegir el que queramos.

Marta: si jaja. Ven aquí…

Me puse con ella en la cama, la bese y le sobe un poco todo el cuerpo, era increíble sentir que cuando estaba conmigo se dejaba hacer a mi placer.

Yo: quieres que sea sucia contigo esta noche?

Marta: se como tu quieras… me gustas mucho…

Yo: vamos a empezar al jugar…

Le quité la ropa sin perder ni un segundo, apreté sus pechos con mis manos, bastante fuerte y baje para lamerle el coño un poco y quitarme el mono de su sabor, cuando me hube saciado, abrí sus piernas más aún y di unas rápidas y fuertes palmadas en su suave y depilado coñito, a lo q respondió con gemiditos. Metí mis dedos despacio unas cuantas veces.

Me puse el arnés y lo dirigí hacia su boca.

Yo: comételo todo, quiero ver como lo haces. lubrícamelo bien.

La giré para que se pusiera boca abajo. Tenía su culo redondo a mi alcance y aproveche para darle fuerte con la palma de mi mano unas cuantas veces. Le dije que pusiera las rodillas encima de la cama para que pudiera follarmela. Metí el pene sin ningún cuidado, hasta que entro entero, emitió unos quejidos que se fueron convirtiendo en gemidos a medida que la iba metiendo y sacando el pene de ella. Agarré sus caderas fuerte con mis dos manos, para poder follarmela mas duro y deprisa, lo hice así hasta que me cansé de ver como entraba y salía esa polla de su agujero, y no fue pronto.

Yo: siéntate, quiero que rodees mi cintura con tus piernas.

Le volví a meter el pene, ella, apoyada con la espalda en el cabecero de la cama, mis manos alrededor de sus caderas y sus piernas entre lazadas en mi cintura. Me la follába rápido mientras le comía las tetas, mordía sus pezones mientras ella jadeaba sin parar, otras veces la besaba.

Quería que se corriera, asique sin dejar de follármela empecé a masturbarla, si coñito estaba muy lubricado, tanto, que me había mojado a mi también con sus fluidos. Empezó a gemir muy fuerte y apretó sus manos alrededor de mi cabeza. Cuando sus gemidos menguaron saque la polla de ella.

Me tumbé en la cama boca arriba, un poco cansada, ella se puso encima de mi, levantó y camisa y me comió las tetas, note su lengua hambrienta con mis pezones. Cuando ya estuvieron muy duros bajo hasta mi coño, bajo mi ropa, puso su cabeza entre mis piernas y empezó a lamerlo, lo hacía bastante bien a pesar de ser su primera vez, pasó su lengua por cada rincón de mi clítoris y dentro de mi agujerito. Cuando quise correrme apreté su cabeza contra mi sexo, me corrí a merced de su lengua e hice que lo secara todo con ella, hasta que no quedara nada de mis fluidos.

No tenía ganas de hablar y estaba cansada, asique me giré para dormir y le dije que podía quedarse si quería, vi que se quedó un poco pensativa, y le dije que si quería me abrazara para dormir, entonces se puso a mi lado, con su mano en mi cadera, y me dormí.

Cuando me desperté ella todavía estaba dormida en mi cama, lo cual me dio un poco de “ansiedad” hubiera preferido despertarme sola, pero es cierto que le dije que podía quedarse.

La desperté.

Yo: Marta, tienes que irte

Marta: eh? Ah me quedé dormida aquí

Yo: no pasa nada, pero no nos pueden ver salir a las 2 de mi habitación. Invéntate algo para justificar que no has dormido en tu habitación. Me visto y salgo, después sal tu.

Marta: si, vale, enseguida. Me das un beso de buenos días

Yo: Marta, no hay tiempo, venga

Marta: durante el día estás diferente.

Yo: me juego mucho

Marta: esta bien…

Ese día me acorde mucho de Andrea, a cada instante, sentía la necesidad de verla y nada más acabar de cenar, salí directa hacia su habitación.

Yo: amor, es estar un día sin verte y ansiarme viva!

Andrea: me pasa igual mi vida. He estado pensando y ya se donde quiero que vayamos de viaje.

Yo: donde cari?

Andrea: quiero ir a Florencia

Yo: entonces pondré Florencia a tus pies.

Andrea: jaja amor, que bien te a quedado eso

Yo: lo se! Quieres sacar el ordenador y vemos une peli? Me apetece estar un poco así contigo.

Vimos una película y ya me puse remolona con ella, acabamos haciendo el amor, mucho más suave y dulce que la noche anterior con Marta, y me abracé a ella para dormir bien pegada, y sentir el tacto de su piel con la mía.

En el entrenamiento del día siguiente Marta vino a decirme que había ido a mi habitación por la noche y no le abrí, le dije que me quedé dormida muy pronto y no me había enterado. Me la quité de encima rápido poniéndole de excusa el trabajo. Tenía pensado no volver a acostarme con ella, al menos esos eran mis planes mas inmediatos.

La evité el resto del día.

Volví a irme rápidamente a mi habitación después de cenar, con la intención de ir a darle una sorpresa a Andrea, ya que hoy no me esperaba.

Fui a abrir la puerta y me encontré con Marta al otro lado, vistiendo una especie de albornoz, entró y cerró la puerta

Yo: Marta ahora no, voy a salir

Marta: que es más importante que acostarte conmigo esta noche?

Yo: emm… me tengo que ir, de verdad.

Me cogió del brazo evitando que pudiera avanzar, al mirar hacia ella, dejó caer lo que llevaba puesto, estaba completamente desnuda, tomó mi mano y la apretó contra su coño.

Marta: estas segura?

Yo: joder Marta…. Me estas liando…

Marta: déjate liar…

Yo: no puedo hoy…

Cogió uno de mis dedos y lo metió dentro de su agujerito, que venía ya mojado.

Marta: seguro?

Mi problema debía ser que me excitaba con facilidad y cuando lo hacía era incapaz de pensar más allá.

Yo: estas jugando con fuego

Marta: quiero quemarme

Yo: me has encontrado y vas a pagar las consecuencias… ves a la cama y pon tu culo a mi disposición.

Marta: Ale…

Yo: vas a hacer exactamente lo que yo te diga.

Fui a coger un poco de lubricante. Abrí su raja y le lamí el ano, ella suspiró. Le dije que se relajara, lo lamí hasta que noté esa relajación. Me puse bastante lubricante en los dedos y le metí uno en el culo despacio, cuando entró todo empecé a follarmelo con fuerza, cuando entraba fácil, metí otro, y así hasta tres. Me follaba su culo con rabia, mientras ella emitía quejidos.

Yo: estas preparada para la polla?

A lo que contesto que si con la cabeza.

Me puse el arnés y de un golpe de cadera le metí la polla hasta el fondo y cayó boca abajo en la cama. Me tumbé encima de ella, con ni cara al lado de la suya, viendo su cara de dolor y placer, la cabalgaba con rápidos y bruscos movimientos de cadera.

Después de un buen rato de disfrutar con su culo, saque el pene y miré su agujero dilatado. Se dio la vuelta, le pedía que se sentara en el borde de la cama con las piernas abiertas, cuando lo hizo empecé a masturbarla rápido, seguía muy mojada, lo que denotaba que la follada de culo le había gustado. Minutos después se corrió abundantemente en mis manos.

Me tumbé el la cama y le pregunte que era lo que quería hacer ahora. Señalo el arnés, me quedé pensativa unos segundos y finalmente decidí que me iba a dejar follar con el por ella.

Yo: lávalo, te espero con el coñito abierto.

Cuando volvió me pegó una buena follada, parecía que lo había estado deseando desde hacía tiempo. Cuando quise correrme le pedí que me lo comiera, y dejé todo mi placer es su boca.

Nos tumbamos cansadas en la cama.

Marta: a valido la pena quedarse?

Yo: no ha estado mal.

Marta: me gustaría pasar más tiempo contigo durante el día, sin escondernos, por suerte cuando acabe el mes podremos hacerlo

Yo: perdona… que has dicho? (me di cuenta de el alcance de la situación, nunca había sido clara con ella)

Marta: cuando acabe esto, todo será mejor.

Yo: Marta, creo que te estás confundiendo, esto no va a continuar más allá de este campus.

Marta: como? Que estas diciendo?

Yo: yo nunca te he dicho nada que te pudiera hacer pensar eso

Marta: tampoco me has dicho lo contrario, y follarme no te parece suficiente?

Yo: no, la verdad es que no me lo parece.

Marta: me he dejado follar por ti, hasta por el culo. Eres mi primera tia, de verdad creías que me iba a acostar por primera vez con alguien por que si?

Yo: yo te he follado por que tu has querido que te follara, no te he puesto una pistola en la cabeza, hoy no has parado hasta que no has conseguido que te follara, eso también es mi culpa?

Marta: que te jodan. Te habrás divertido, te habrá dado mucho morbo.

Yo: mira, esto es lo que te puedo ofrecer, si te gusta bien, disfrútalo y si no pues fin. Te has montado una película en la cabeza tu sola.

Marta: eso será. Me piro.

Yo: no se te ocurra contárselo a nadie

Marta: eso es lo único que te preocupa no? Tranquila.

Cerró de un portazo. Me volví a tumbar. Puede que la hubiera liado un poco, por suerte para mi parecía que la cosa había llegado a su fin.

Me levanté un poco más relajada que otros días, y me fui para el entrenamiento.

Antes de comer fui a mi habitación a dejar una bolsa de deporte, llamaron a la puerta, abrí, Marta de nuevo, “joder” pensé.

Marta: podemos hablar un momento?

Yo: que más me tienes que decir?

Marta: he estado pensando… quizás me pasé un poco anoche

Yo: quizás… pero yo también tengo parte de culpa, tenía que haber sido más clara, no pensé que fueras a pensar eso… perdona

Marta: ya… bueno, lo pensé sin contar contigo.

Yo: olvidémoslo vale?

Marta: si, mejor… tu me gustas… bastante

Yo: ya te dije anoche que esto…

Marta: ya ya, lo se, es solo que me gustaría pues… aprovechar el tiempo

Yo: ósea que no te importa que esto sea lo que hay?

Marta: si me importa, pero quiero seguir acostándome contigo

Yo: que directa xd

Marta: esta noche me paso

Yo: esta noche no puedo

Marta: cosas que hacer?

Yo: si

Marta: ya veo… bueno pues cuando quieras, me llamas.

Al menos ahora ya estaban las cosas claras, disfrutaría de sexo con ella sin complicaciones y disfrutaría de mi novia como siempre.

Llegó la hora de la cena, y como cada día iba a cenar separada del resto, cuando de pronto vi aparecer a Andrea por la puerta. Que hacia allí? Todas iban a saber que tenía novia, especialmente Marta, tenía miedo de que montara alguna escena y Andrea se enterara de todo, seria el fin de la vida que tanto me gustaba.

Llegó hasta mi y besó en los labios, se hizo un silencio en el comedor y todas las miradas apuntaban hacia nosotras, mire a Marta que me miraba asombrada.

Andrea: sorpresa mi vida!

Yo: amor… que, que estas haciendo aquí? Iba a ir yo esta noche

Andrea: no podía esperar a verte… además.. esta noche no puedo quedar

Yo: que?! Por que??

Andrea: canguro, a la compañera que le tocaba hoy le ha surgido un imprevisto.

Yo: joer, que mierda cari

Andrea: bueno, por eso he venido, para aprovechar este rato juntas

Cenamos las dos juntas, yo seguía notando las miradas y cuchicheos de las demás, me daba medio mirar a Marta, así que no lo hice.

Fuimos a mi habitación, nos duchamos juntas, fuimos a la cama, la desnudé, le comí el coñito, me la follé con el arnés, y volví a comérselo para que se corriera en mi boca. Cuando llegó mi turno, sonó su teléfono, le dije que no lo cogiera, pero no me hizo caso.

Andrea: cariño, lo siento mucho mucho mucho pero me tengo que ir

Yo: que dices amor…. No fastidies

Andrea: se me ha ido la hora de las manos y las niñas no se pueden quedar solas

Yo: esta bien…

Se marchó, y yo me quede muy caliente, pensé en tocarme, pero mi inconsciente no quería saciarle así, me iba a saber a poco.

Cogí mi teléfono, para escribirle un mensaje a Marta, esta vez no quise ir en persona, por lo que pudiera pasar. Le escribí que viniera, que quería explicarle. Tardó unos minutos en contestar, poniendo “tienes mucho que explicar” y al poco ya estaba en mi habitación.

Marta: por lo visto tienes novia

Yo: si… perdona por no decírtelo

Marta: ya entiendo por que no querías que nadie se enterara ni seguir con esto después. Creo que me merecía que me lo hubieras dicho antes, igual hubiera decidido no hacer nada contigo.

Yo: puede que debiera habértelo dicho, pero tampoco tendrías por que haberte enterado. Crees realmente que hubiera cambiado algo?

Marta: si lo creo, por lo menos no me habría hecho ilusiones como una gilipollas.

Yo: lo siento, ya te lo dije.

Marta: estas enamorada de ella?

Yo: mucho

Marta: genial…

Yo: podemos dejar de hablar de ella y seguir con lo nuestro?

Marta: joder Ale, acaba de follarte y ya quieres follar conmigo?

Yo: no me ha follado

Marta: no?

Yo: no

Marta: no piensas en ella cuando me follas? No te sientes mal por engañarla

Yo: cuando te estoy follando solo pienso en follarte

Marta: me alegro por tu conciencia. Pero yo me voy

Yo: no te vayas… quédate. De verdad no quieres seguir follando conmigo?

Marta: por que debería querer hacerlo

Yo: por que te gusto, te pongo cachonda, quieres hacerlo, y no pierdes nada, solo ganas

Marta: tan segura estas de eso?

Yo: si, lo estoy, ven.

La cogí del brazo y la hice caer en la cama, a mi lado, empecé a besarla, me siguió el beso durante un rato, y se apartó.

Marta: no puedo… no puedo evitar pensar que te has estado besando y acostando con otra

Yo: no pienses eso, que más da, ahora estoy contigo

Marta: a mi si me da… no puedo acostarme contigo sabiendo eso, tu me gustas de verdad

Yo: no va a cambiar nada, te acuestes o no conmigo, para ti todo va a ser igual después.

Marta: lo se, aun así, no puedo

Yo: esta bien, como quieras, perdona. Vete si quieres.

Se levantó, fue al baño, y yo empecé a masturbarme, no podía quedarme así. Cuando salió del baño yo ya estaba suspirando fuerte, casi gimiendo. Se me quedó mirando y yo la miré a ella. Dijo “a la mierda” y se lanzó sobre mi. Empezamos a liarnos y empecé a desnudarla, después me desnudé yo. “ no has podido resistirte” le dije, a lo que respondió con un beso aún más apasionado, y un poco más tarde “méteme la polla”

Me levanté a por el, aún quedaba algo de los fluidos de mi novia, me lo metí en la boca y empecé a chuparlo.

Le dije que se levantara, la llevé hasta que su espalda chocó con una pared. Abrí sus piernas y la masturbé un poco con mis dedos, después hice que pegara un salto para que me abrazara con sus piernas y agarrarla del culo, cuando la tuve así le metí la polla de golpe y empecé a follarmela, movimientos de cadera rápidos, después lentos y fuertes y rápidos de nuevo, mientras la penetraba le comía los pezones, que estaban duros como piedras, me gustaba pasar mi lengua por ellos. Mordía su cuello y volvía a morder sus pezones. Gemía intensamente.

La masturbé mientras me follaba su coño y se corrió dejando resbalar sus fluidos por el tronco del pene.

Volví a dejar que me follara, lo hizo con rabia y otra vez dejé mis fluidos sobre sus labios.

Quedaba algo más de una semana para que terminara el campus, cada noche follaba con una, alguna vez me follé a las dos el mismo día.

El último día fue casi un maratón de sexo con Marta, me dejó bien saciada.

Ese mes fue la última vez que le fui infiel a Andrea, no volví a ver a Marta más.

Quien sabe lo que pueda pasar más adelante.