Campo de Concentración para Esclavas (6)
El director del Campo recibe nuevas solicitudes de aspirantes a esclavas pero antes de aceptar debe hacer ciertas pruebas.
Capítulo 6. Un matrimonio bien avenido.
Cuando Harry y el electricista volvieron al despacho del director a informarle sobre la profesora, hacía tiempo que Karen había firmado su contrato de esclava y otro guardián se la había llevado para el "rito de bienvenida". Sin embargo, el director no estaba sólo en esos momentos, sino en compañía de un granjero y sus dos díscolas sobrinas: Tyler y Shonta.
- No quiero, que no quiero, tío por favor.
Shonta gritaba con lágrimas en los ojos.
Tú harás lo que se te mande o te moleré a palos.
He dicho que no.
Tu hermana ya ha firmado así que firma tú también. Malditas crías. No servís para nada, os pasáis todo el día haciendo el vago, y follando con vuestro camello para conseguir hierba. Aquí os enseñarán disciplina.
Repentinamente llamaron a la puerta y entró Harry.
Perdón , señor director, la profesora está abajo esperándole como ordenó.
Está bien, esperad fuera que dentro de un poco os tendréis que llevar a estas dos.
Lo que usted mande.
Harry salió y Shonta siguió protestando.
A mí no se me lleva nadie, ¿se entera?.
Cállate y firma de una vez.
No quiero, no quiero, yo quiero irme a casa.
Eres una desvergonzada y una puta. Compréndalo, señor director. Mi difunta hermana me las dejó a mi cuidado, he intentado educarlas bien, pero como ve, se han convertido en un par de golfas.
Y tú eres un cabrón, tío
¿Qué has dicho?
Que eres un cabrón, cabrón.
Esta vez el granjero se cabreó de verdad, y cogió a Shonta bruscamente del brazo. Violentamente se sentó en el brazo de un sofá, la puso contra su regazo y brutalmente le bajó los pantaloncitos vaqueros hasta las pantorrillas.
Golfa, más que golfa, yo te enseñaré, le gritaba mientras le daba de cachetazos en el culo.
Aayy, ayy , ay
Vas a firmar, ¿me has oído?
Ay, ay, basta, basta
¿fVas a firmar?
No, ay, déjame, me haces daño.
No hasta que no firmes
Shonta siguió recibiendo fuertes cachetazos durante un rato hasta que las nalgas se le pusieron rojas y ella no dejaba de llorar a moco tendido.
- Basta, firmaré, firmaré, pero para.
El granjero dejó finalmente a Shonta en el suelo con el culo rojo y llena de lágrimas. Sin siquiera subirse los pantalones y acariciándose el trasero con una mano la joven se acercó a la mesa del director donde le esperaba su contrato de esclavitud.
Las hermanas casi no sabían leer, así que firmaron su contrato como podían haber firmado su sentencia de muerte, con la misma inconsciencia.
De este modo, Shonta firmó sin saberlo que a partir de ese momento y por el período de tres meses se entregaba a "Campo de Esclavas" casi sin límites. Asimismo consentía que cualquier amo o ama dispusiera de su cuerpo a su antojo para usarlo él o una tercera persona que su amo dispusiese. Lo único que les estaba prohibido a los verdugos era matar o mutilar a una esclava pero por lo demás, les estaba permitido prácticamente todo. Asimismo se especificaban las retribuciones económicas que la esclava recibiría: el veinte por ciento de todo lo que produjesen sus servicios, con la contrapartida de que las imágenes pasaban a ser propiedad de la empresa con todo lo que ello conllevaba.
El documento era largo, técnicamente farragoso y lleno de "letra pequeña". Si Shonta o su hermana hubieran podido leer ésta se hubieran dado cuenta de que también daban su consentimiento para que se les colocaran tatuajes, piercings y cualquier otro aditamento que sus amos desearan. También daban permiso para ser penetradas de todas las maneras posibles por personas, animales u objetos, o para recibir castigos y torturas entre las que se incluía una larga y tétrica lista: descargas eléctricas, latigazos, introducción de agujas, bondage severo, quemaduras con hierros candentes, y un largo etc.
En este caso, su tío el granjero no tuvo que firmar pues ambas eran mayores de edad y ni siquiera se molestó en enterarse de las condiciones.
Muy bien , pues aquí se las dejo, dijo el granjero satisfecho , vendré a buscarlas dentro de tres meses a ver si han aprendido un poco de disciplina. Por cierto, le escribo aquí una cuenta del banco para que vaya ingresando el dinero a medida que lo vayan ganando.
Descuide. Oiga, ¿por qué no se lleva sus ropas?, aquí no les harán ninguna falta.
En realidad les he obligado a ponerse sus peores ropas pues ya las daba por perdidas: unos pantaloncitos vaqueros cortos y rotos y unas camisetas raídas, puede tirarlas a la basura.....pero bueno, ahora que lo dice, me las llevaré para trapos. Venga quitaos todo.
Pero tío ¿delante de este tipo?
Venga, no me diréis que tenéis remilgos, par de putas. Señor director son las dos zorras más guarras del instituto, las dos se han follado ya a todo el que lleva pantalones en el pueblo y ahora les da vergüenza enseñar el culo, vamos, fuera toda la ropa.
Tyler, que era un poco más obediente, se deshizo el nudo de la camiseta y se la entregó a su tío muerta de vergüenza, después se quitó los pantaloncitos trabajosamente desencajándoselos a tirones de sus caderas. Al ver que su hermana claudicaba, Shonta hizo lo mismo. Una vez desnudas, las dos chicas se protegieron el coño y las tetas, cruzando las piernas y poniendo las manos delante.
Pufff, qué asco, estas ropas huelen a demonios, no creo que sirvan ni para trapos, dijo el granjero.
La verdad es que sus sobrinas están fofas y son más bien vulgares, dijo el director con desprecio, no sé si sacaremos mucho de ellas.
Pero son jóvenes y fuertes, serán buenas esclavas.
Sí creo que algo se podrá hacer, pero primero habrá que entrenarlas.
Haga usted lo que quiera con ellas. Yo me voy, y no se olvide del dinero.
Descuide.
El granjero se marchó sin siquiera mirarlas, las había alquilado como quien arrienda dos mulas.
Por su parte, Geoffrey se quedó mirándolas mientras reflexionaba. Efectivamente el granjero tenía razón, algún partido se podría sacar de ellas. Tyler era la más joven, tenía cara de niña y no era fea, su cuerpo parecía un ánfora de caderas y muslos anchos pero tersos, vientre estrecho y pechos pequeños, sin embargo, fijándose bien, tenía el atractivo de una joven de campo. Shonta era parecida, algo mayor tenía los pechos más desarrollados aunque algo caídos, tenía un poco de tripa, pero no michelines y algo de celulitis en el trasero. Las dos llevaban un pelo que no les favorecía en absoluto.
Vaya, vaya, vaya, dijo el director, parecéis dos cerdas que se han escapado de los establos, habrá que limpiaros bien.
Vete a la mierda, viejo, le contestó Tyler.
Vamos a ver, esclavas, o mejor dicho, cerdas,....sí, cerdas os va bien, .....desde ahora todo el mundo os llamará cerdas. Vais a aprender vuestra primera lección. Cuando no estéis atadas tendréis que adoptar la postura de sumisión: las piernas abiertas y las manos en la nuca: quiero que lo hagáis ahora.
Mi hermana te ha dicho que te vayas a la mierda y yo te digo que te den por el culo, ¿te enteras?
Dos cerdas salvajes, ¿eh?, muy bien habrá que domaros.
El director se asomó a la puerta e hizo llamar a varios guardianes. Rápidamente aparecieron cuatro hombres entre los que se encontraban Harry y el Electricista.
- Llevaos a estas al patio, primero les dais unos latigazos y luego las ducháis que apestan.
Los tipos cogieron a las esclavas a duras penas pues éstas se pusieron a luchar y patalear mezclando palabrotas con insultos, sin embargo, finalmente fueron dominadas y sacadas del despacho del director a rastras.
Aún se oían los gritos de esas dos cuando Nicole y David, el matrimonio que había realizado la visita junto a Julia, entró al despacho del director.
¿Se puede?
Bueno estoy algo ocupado, pero, adelante. El señor Bridges no veía el momento de bajar a visitar a Sunset que aún le esperaba en la cámara de tortura.
Siéntense
En realidad no es necesario, el asunto que nos trae nos llevará poco tiempo, dijo Nicole.
Ustedes dirán.
Quisiera ingresar como esclava, dijo Nicole sin más preámbulos, ¿me aceptarían en el Campo?
Esta vez al director no le hizo falta verla desnuda. Nicole era una mujer muy atractiva, alta y delgada, rubia, de ojos azules y nariz respingona, apenas tenía pecho pero lucía un buen tipo. La joven iba vestida con pantalones vaqueros y una camiseta de manga corta.
No creo que haya problema, puede firmar ahora mismo si así lo desea. ¿Por cuánto tiempo?
Por tres meses.
Excelente. Cuando inició todo aquello, el señor Bridges nunca se hubiera imaginado la cantidad de pibones que iban a caer en sus redes por su propia voluntad. El caso es que ya se estaba frotando las manos anticipando lo que le iba a hacer a esa mujer.
Firmaré ahora mismo si usted quiere, dijo Nicole, pero antes hay una condición.
El director frunció el ceño.
¿Qué condición?
Sólo me entregaré como esclava durante tres meses si aceptan que mi marido David entre como verdugo durante ese mismo período.
Eso sí que no se lo esperaba. Geoffrey Bridges que se quedó de una pieza ante la proposición.
Sinceramente, no sé qué decirle señorita.
Pues decídase, si le intereso ya sabe la condición, si no acepta, nos vamos y en paz.
Espere, espere un momento.
Aceptar una esclava era algo más fácil y menos comprometido que coger un nuevo verdugo. Esto último, en cambio podía ser muy arriesgado. No obstante Geoffrey se fijo en él. David era un tipo tan atractivo como su mujer. Era joven y rubio, no debía tener más de 25 años y era guapo y de facciones suaves, sin embargo, con esa cara de niño bueno no tenía pinta de sádico. De todos modos, ¿qué se perdía con probar?
¿Y bien?, dijo ella, ¿acepta?
Puede que sí, pero antes tendré que hacer una prueba.
El director se fue hasta su escritorio y sacó unos alicates de punta alargada y superficie interior dentada.
- Necesito que me demuestre que es capaz de torturar a su mujer, le dijo a David alargándole los alicates.
Este dudó un momento, Nicole y su marido se miraron a los ojos, y David afirmó decididamente con la cabeza.
- ¿Y usted?, le dijo a ella. Esta dispuesta a ser torturada por su propio marido en mi presencia?.
Nicole ni siquiera dudó.
Sí, por supuesto.
Muy bien, desnúdese de cintura para arriba, vamos a empezar por sus pechos.
Nicole se sacó la camiseta por la cabeza y después se desabrochó el sostén. Efectivamente sus pechos no eran gran cosa, eran pequeños y puntiagudos, pero no eran feos.
¿Así?, dijo ella y sin esperar ninguna orden puso sus manos sobre su cabeza mientras un escalofrío de placer hizo que se le pusiera la piel de gallina.
Perfecto. Coja usted estos alicates y retuérzale los pezones, apriete bien y sin miedo hasta que su mujer llore de dolor o baje las manos.
David cogió los alicates y se acercó a Nicole, dudó un momento y entonces le cerró los alicates en el pezón izquierdo, pero no se decidió a apretar.
- Hazlo cariño, dijo Nicole de pronto, vamos hazlo, yo estoy preparada.
Entonces David apretó de tal manera que la porción del pezón que asomaba entre los dientes parecía una masa informe de carne.
La joven se mordió el labio para no gritar.
- Y ahora retuérzalo,... sin miedo,.... dijo Geoffrey.
A David se le fueron pasando los remilgos y se puso a retorcer el pezón apretando los dientes.
Mientras la torturaba su propio esposo, Nicole mantenía la mirada fija en el infinito aparentemente inmune al dolor, y siguió aguantando sin gritar durante unos minutos, pero de pronto una lágrima empezó a asomar de sus ojos.
David se lo retorció casi 180 grados sobre sí mismo, pero ella siguió aguantando.
- Ya es suficiente, dijo el director. Ahora el otro.
Al liberarlo, el pezón de Nicole ni siquiera volvió a su ser inmediatamente sino que quedó deformado y enrojecido por unos minutos con los dientes del alicate marcados sobre la piel.
- Veo que eres una chica valiente, le dijo el Director a Nicole al ver que soportaba el tormento en su otro pecho derramando lágrimas en silencio. Serás una buena esclava, añadió.
Ella ni le respondió sino que se concentró en seguir soportando el dolor.
Bien, basta. Y ahora querida, voy a dejar que tu marido te torture en tu sexo. ¿Lo soportarás?
Sí, dijo ella enjugándose las lágrimas con las manos.
Y nuevamente, sin que nadie se lo ordenara, Nicole se quitó los pantalones y el tanga y volvió a adoptar la postura de sumisión, esta vez abriendo bien las piernas.
- Será mejor que te tumbes en la mesa, le dijo el director palmeando la superficie con la mano.
La joven le hizo caso y se tumbó boca arriba sobre la mesa separando bien las piernas y agarrándoselas de los tobillos con las manos.
- Adelante, ahí tienes su coño, improvisa.
David vio entonces el coño depilado de su mujer, de color rosa claro y formado por un intrincado laberinto de pliegues. La joven tenía en ese momento los labia y el clítoris totalmente erizados mientras una gota blanquecina revelaba que por dentro estaba muy caliente y lubricada.
El señor Bridges se tuvo que reprimir para no penetrarla allí mismo.
Por su parte David fue directo al grano y descubriendo con los dedos el clítoris se lo agarró con las tenazas y empezó a tirar y a apretar con todas sus fuerzas.
- AAAAAAYYYYYYYY.
Esta vez Nicole se retorció de dolor poniendo sus ojos en blanco.
- Eh, para, bestia, para que se lo vas a arrancar.
David abrió los alicates mirando anonadado al director, mientras Nicole se llevaba las manos a la entrepierna y se encogía hecha un ovillo mientras se quejaba amargamente.
- Está claro que eres un animal, pero si quieres ser verdugo tienes que aprender a disfrutar de esto y a hacerle disfrutar a ella, tienes que ir poco a poco. Anda, hazle un cunnilingus a ver si le alivias, bruto.
Mientras su marido le chupaba la figa, el director cogió el teléfono para llamar a alguien y cuando colgó comprobó que Nicole estaba nuevamente relajada, con las piernas abiertas y la cara de su marido dentro de las piernas, aliviándole el clítoris a lametones.
El director no les quiso interrumpir, por eso la pregunta se la hizo a ella.
Dime Nicole, ¿practicas la sodomía con David?
¿Quiere decir que si me la mete por detrás?, no, nunca lo ha hecho.
Eso me ha parecido, que tenías el culo entero.
Sí, ¿por qué?.
Es que tengo que someteros a una última prueba.
David dejó de comerle el coño a su mujer.
- He mandado llamar a Lucas, es un hombre de color que se ocupa de cuidarnos el jardín.
Nicole y su marido le miraron sin comprender y el director le acarició el cabello a ella.
- Quiero que te dejes encular por ese hombre, pequeña, y quiero que lo hagas aquí delante de tu marido.
David le miró con enfado.
- Compréndelo, tu mujer tiene un culo precioso, lo tiene pequeño y prieto y cuando sea esclava todo el mundo querrá rompérselo y tú tendrás que aguantarte, además quiero ver tu reacción. También podéis iros a vuestra casa, nadie os obliga. ¿qué me dices?
Nicole le miró y afirmó con la cabeza decidida. David también accedió aunque no de muy buena gana.
- Así me gusta, pues no perdamos tiempo, Lucas vendrá de un momento a otro y hay que ir preparando el orificio, date la vuelta y pon el trasero en pompa. Y tú siéntate ahí y disfruta.
El director se fue hasta un armarito y sacó del mismo un pequeño kit de sodomizar: un frasco de vaselina, unas bolas chinas, un tapón anal y un gran falo de goma conectado por un tubo a una pera hinchable..
- Mastúrbate despacio, eso te ayudará a relajarte.
Nicole obedeció mientras el director inspeccionaba el ano de la mujer. Abrió sus tersas nalgas y ahí apareció el sumidero del culo totalmente cerrado y prieto.
- Mmmmh esto habrá que trabajarlo mucho, y separando bien los glúteos le empezó a lamer el culo con la punta de la lengua.
David empezó a masturbarse al oír el sensual suspiro de su mujer. La lengua del señor Bridges siguió con su trabajo sabia y delicadamente e incluso el hombre la puso dura para empezar a sodomizar con ella a Nicole. El esfínter de la chica se relajó tanto que apenas hizo oposición a la lengua y se abrió unos milímetros. Esto dio pie a que el director se pringara el dedo índice en el propio coño de ella y se lo metiera hasta la tercera falange.
Se notaba que no era la primera vez que hacía eso, pues el Señor Bridges trabajaba el pequeño culito de Nicole con gran habilidad y sabiduría. Primero un dedo dando vueltas y más vueltas, entrando y saliendo, luego dos, luego tres e incluso cuatro. Todo ello muy lubricado con los propios jugos vaginales que chorreaban de su entrepierna.
¿Cómo te sientes?
Me están entrando ganas de hacer de vientre.
Eso es normal, relájate todo lo que puedas así será más agradable.
Entonces el director se puso a pringar unas enormes bolas chinas con vaselina y se las fue introduciendo por el ano una a una .
David se sorprendió del grado de dilatación que podía alcanzar el esfínter de su mujer. Esta gemía de dolor...y de gusto.
Aaaah, despacio, por favor.
Vamos, has aguantado lo de los alicates, esto no es nada en comparación.
Las bolas chinas fueron entrando a trancas y barrancas, una tras otra y después hicieron el viaje de vuelta, hacia afuera.
Creo, creo que me voy a correr, dijo ella entre suspiros y sin dejar de masturbarse.
Córrete si quieres, eso ayudará.
Y sin esperar más el director le introdujo el último aditamento, un enorme tapón anal. Este entró fácil pues el ano ya estaba dilatado, sin embargo, Nicole empezó a gemir de dolor cuando el director se puso a accionar la pera y el tapón de goma empezó a crecer forzando el esfínter al extremo.
- Ooooooh
Nicole gimió de dolor pero al mismo tiempo se empezó a masturbar con más vigor, hasta que tuvo un orgasmo.
Justo en ese instante Lucas picó en la puerta y el director le hizo pasar.
Lucas era un hombre de color enorme que venía vestido con un buzo de faena.
¿Me llamaba, señor director?, dijo Lucas un tanto sorprendido de ver a aquella mujer blanca completamente desnuda con el culo en pompa y aquello negro tan ridículo colgando de su trasero.
Sí, pasa Lucas, dime, ¿te gustaría encular a esta esclava?
¡Qué pregunta!, dijo Lucas admirando a la chica colocada en una posición tan grotesca.
Pues desnúdate y enséñale tu polla, le va a encantar.
Sin dudar un momento Lucas se quitó el mono sonriendo y después se deshizo de la ropa interior. Inmediatamente dejó su cuerpo al aire, su torso fuerte y musculoso de amplios pectorales, sus brazos y piernas duros como rocas y sobre todo su enorme polla, un pene de más de quince centímetros de largo y grueso como una gran morcilla..
¿Te gusta? Le dijo el director a Nicole.
Sí, dijo ésta muy excitada sin poder apartar la vista del glande brillante de Lucas
¿Aún quieres ver cómo Lucas le rompe el culo a tu mujer con semejante pene?
Nicole miró anhelante a su marido
Por favor, hágalo, y dirigiéndose a Lucas le dijo, adelante tiene mi permiso.
Muy bien, pequeña, juega con él mientras el dildo te termina de abrir el culo.
Nicole se incorporó y se acercó a aquel gigantón. La chica nunca había engañado a su marido y menos en su presencia, asi que aquello le daba mucho morbo. Además nunca había hecho el amor con un hombre negro y tenerlo tan de cerca, completamente desnudo la impresionó, llevó su manos adelante y apenas se atrevió a tocarle, sólo se limitó a pasar las uñas por sus pectorales lenta y suavemente mientras el rubor cubría su rostro.
Por su parte, él la fue rodeando con sus brazos como si fuera una niña y poniendo la manos en el trasero la atrajo hacia sí.
Lucas notó como repentinamente Nicole se volvía más traviesa y activa y empezaba a besar y lamer sus pectorales y pezones, mientras acariciaba con las dos manos su largo miembro. Así la joven empezó a masturbarle lentamente.
El director se acercó entonces a ella y poniendo las manos en los hombros le hizo entender que se arrodillara.
El pene de Lucas era un bloque contundente de carne broncínea. Nicole no había visto nunca nada parecido a eso y menos a escasos centímetros de su cara. Aquello olía raro pero no era desagradable Sin saber muy bien por qué, a la chica le entró la risa. Sin embargo, eso no le impidió cogerla fuertemente con una mano y empezar a lamer delicadamente el glande como si fuera una bola de helado recién servida. Asimismo, la joven no pudo evitar volver a masturbarse con la otra mano.
Apenas le cabía el glande en la boca así que la chica se puso a lamerlo y a besarlo con sus labios pringándose los mismos de semen líquido, pero cuando se lo intentó meter le dio una arcada y no pudo mamarlo.
- Lubrícalo bien con la lengua, esclava, te lo aconsejo.
Nicole se afanó en ello, pero aquello no era nada fácil, sin embargo, todos estos esfuerzos, juegos y manejos no impidieron que Lucas suspirara de gusto ante una mamona tan traviesa.
- Bueno, basta ya de chupa chups, ven aquí, esclava, y ponte a cuatro patas. Espontáneamente, Nicole se puso con el trasero mirando a Lucas. Este volvió a pensar que la chica estaba un poco ridícula con esa especie de cola de goma colgando.
Antes de encularla, el director se puso a extraerle el aditamento anal. Sólo lo deshinchó un poco, pero quiso sacarlo como si fuera una enorme bola china. Para ello fue tirando poco a poco mientras dejaba caer un goterón de vaselina.
- Aaaaah
Nicole gemía cerrando los ojos, pues la dilatación le dolía bastante. Era imposible que su culo pudiera abrirse aún más sin romperse, pensaba ella. Sin embargo sí que pudo, el tapón anal salió por fin y ella respiró aliviada mientras el agujero de su ano se cerraba lentamente.
A una seña del Señor Bridges Lucas se untó el miembro de vaselina mientras miraba extasiado cómo el culo de Nicole no sólo no se cerraba del todo sino que permanecía medio abierto y relajado.
Aunque no se lo pidieron, la chica colocó su cara pegada a la mesa y manteniendo el trasero alto se colocó las manos en las nalgas para separarlas todo lo posible.
Ante la invitación Lucas embistió, colocó la punta del pene en el sumidero y gracias a la vaselina lo fue introduciendo poco a poco.
Entonces David pudo ver cómo el rostro de su mujer pasaba del éxtasis al sufrimiento lentamente. Su esfínter volvió a tensarse y el enorme pene de Lucas fue entrando lentamente.
- Ayyy, AAAYYY, qué daño, decía ella sin moverse.
El gigantón la cogió entonces de las caderas y siguió apretando sin preocuparse de sus quejas.
Ayyy, mi culo, me lo va romper Dios cómo duele.
¿Quieres que pare?, dijo el Director.
No, aayyy, no....rómpemelo del todo, vamos, hasta dentro. AAAAAAHHHH.
Es posible que al pasar completamente, la cabeza del miembro de Lucas rasgara el esfínter de Nicole, pues la joven soltó un tremendo alarido de dolor, sin embargo, su marido no se inmutó sino que siguió masturbándose.
- Ayy, ayy, la muchacha se quejaba a cada embestida de ese enorme miembro que ya entraba casi hasta las pelotas y la empalaba profundamente, sin embargo, Nicole no dejó de masturbarse en ningún momento, y de hecho tuvo un segundo orgasmo sin que ningún hombre se percatara pues nadie tenía muy claro ya si sus gritos eran de dolor o de placer.
A pesar de ello, Lucas siguió sodomizándola un rato, no mucho, pues dado que el esfínter de la chica le atrapaba fuertemente el miembro todo aquello era muy efectivo. Así tras unos minutos de empujones y gritos, Lucas sacó su pene al aire y regó la espalda y el culo de Nicole con largos goterones de esperma blanco.
Nuevamente por propia iniciativa la chica se incorporó y se puso a chuparle el miembro en busca de restos de semen. Mientras tanto Nicole se llevó la mano al trasero para aliviarse ese fuego que le venía de atrás y que le quemaba como si hubiera expulsado por ahí chile picante.
¿No crees que tu mujer se está pasando de puta?, le dijo el director a David
Sí, contestó éste sin dejar de masturbarse y viéndole hacer guarradas con aquella polla negra.
¿No crees que debe ser castigada?
Sí
¿Prefieres hacerlo tú o que lo hagan otros?
Nicole se sacó la polla de la boca para decir.
- Cariño, otros, por favor,... quiero sufrir para ti.
David no la contradijo.
Primero quiero ver cómo la torturan otros, después lo haré yo mismo.
Está bien, ahora coge el contrato y llévate a tu mujer para que lo firme.
Nicole se despidió de Lucas dándole un besazo en los morros y agradeciéndole haberle desvirgado, después se fue hasta David pero éste le recibió con una bofetada que la tiró al suelo.
- Puta, más que puta
Nicole se llevó la mano al carrillo y le miró con lágrimas en los ojos `pero se levantó de la misma y se colocó en postura de sumisión delante de David.
Este la cogió violentamente de un brazo y se la llevó fuera.
- Vamos zorra, ya te ajustaré yo las cuentas.
El director y el jardinero se quedaron sólos
Muchas gracias, Lucas.
No hay por que darlas, señor director, usted manda y yo obedezco. Lucas se vistió y siguió con sus cosas.
Mientras todas estas cosas pasaban en el despacho del Señor Bridges, Peter recogió su cámara y encendió un cigarro mientras esperaba a Shirley.
Esta estaba a más de sesenta metros de distancia y discutía vivamente con Julia.
Peter no podía oír lo que decían, sólo estaba preocupado porque se les hiciera tarde y no pudieran llegar a tiempo a la redacción.
- Pero ¿qué diablos?
De pronto Peter vio que Shirley y Julia entraban en un edificio y le hizo señas señalando su reloj de pulsera. Ella le contestó haciéndole gestos de que esperara un momento.
El momento en cuestión duró más de media hora, Peter se cansó de esperar y se sentó en un escalón mirando al suelo y sin dejar de fumar mirando el reloj a cada rato.
- Eh Peter.
Instintivamente el cámara miró hacia arriba al oír la voz y abrió tanto la boca que el cigarro se le cayó al suelo.
- ¿Qué,....qué haces así vestida?
Shirley le dio una bolsa.
Toma, aquí tienes mi ropa, llévala a la redacción y me la traes dentro de una semana..... Sólo he firmado para siete días.
Pero...pero, ¿estás loca?, ¿dices que has firmado? ¿cómo esclava?.
Shirley dijo que sí con la cabeza mientras se levantaba la punta de su faldita con los dedos.
Peter no daba crédito a sus ojos y sin darse cuenta su polla empezó a crecer bajo sus pantalones. El hombre nunca había visto a su compañera tan "desnuda" y tan sexy. Esa minifalda y esa camiseta tan descocada dejaban al aire las bellas formas de la periodista: sus piernas eran firmes como dos columnas y sus muslos llenos y contundentes. Como Shirley solía vestir muy racatada Peter nunca se había percatado de sus redondos pechos que ahora se mostraban generosos canalillo incluído y estaban coronados por dos gruesos pezones que se marcaban perfectamente bajo la ligera tela de la camiseta. Es lógico pues la chica aún estaba excitada y nerviosa por lo que acababa de hacer.
- No tengo tiempo para explicártelo, pero tenía que hacerlo.
Shirley hablaba rápido y a trompicones. Era evidente que estaba nerviosa y excitada e incluso un poco caliente.
- Este tema del Campo de Esclavas me ha transtornado de verdad y tengo que saber más de él. No me han dado otra opción para seguir investigando así que he decidido entregarme como esclava durante una semana así podré experimentarlo en mí misma y quizá termine entendiendo a estas chicas..
Peter intentó decir algo, pero Shirley le cortó
Ya, ya sé que estoy loca, de hecho aún no sé si he hecho bien, pero....aquí estoy, ya he firmado y ya no hay vuelta atrás.
Eh esclava, ven acá, se oyó Julia a lo lejos que blandía su fusta.
Adiós Peter, ya ves que tengo que irme, explícaselo al jefe.
Shirley besó a su cámara en la mejilla, se marchó corriendo y Peter cogió sus ropas aun impresionado.
Una vez en la redacción, Peter se puso a montar el reportaje y lo entregó para preparar el documental.
Esa noche y todas las siguientes el joven se masturbó repetida y compulsivamente pensando en Shirley e imaginándosela como esclava.
(continuará)