Camping
Me llamo L. y tengo 54 años, trabajo en el sector del turismo
Me llamo L. y tengo 54 años, trabajo en el sector del turismo, soy gerente de un camping, y desgraciada o afortunadamente tengo tiempo libre para viajar ya que dispongo de cinco meses de vacaciones al año SIN SUELDO ! pero vacaciones al fin y al cabo. Estoy divorciada desde hace séis años, a mi modo de ver el sexo con mi pareja no era todo lo satisfactorio que yo deseaba y tuve alguna aventura extramatrimonial en los dos años anteriores al divorcio y optamos por una separación amistosa; actualmente tengo una vida sexual bastante activa y gratificante, por mi trabajo tengo relación con personas de clase media/alta mayoritariamente ingleses, alemanes y de los países nórdicos y además de que se me considera una mujer atractiva soy una mujer liberal y que ve el sexo como una actividad lúdica más y no como una relación de pareja.
Supongo que las personas que somos sexualmente muy activas tenemos algo en nuestro aspecto que nos diferencia de los demás y nos hace reconocibles para aquellos que son como nosotros; hace ocho años aproximadamente que tuve la primera aventura fuera del matrimonio. Dos matrimonios alemanes de edad similar a la mía viajaban en una autocaravana y tras coincidir algunas veces en la cafetería del camping insistieron en que tomase un día una copa con ellos; conocedora de la parcela donde se encontraban instalados me acerqué una tarde tras acabar mi trabajo a saludarles. Los dos hombres estaban sentados en unas hamacas fuera de la caravana charlando y tras saludarnos me invitaron a pasar dentro, sus dos mujeres estaban desnudas sobre la cama besándose y acariciándose sin mostrar ningún signo de rubor cuando se percataron de mi presencia, se limitaron a acercarse a mi para saludarme con toda normalidad y simpatía sin preocuparse de ponerse nada encima. Los primeros minutos me sentí algo violenta por la situación pero ràpidamente entendí que era una forma de vida en ellos y traté de actuar con la mayor naturalidad, una vez preparadas las copas las dos mujeres se pusieron una camisa encima y salimos los cinco al exterior de la autocaravana a sentarnos en las hamacas, solo disponían de cuatro, de manera que una de las mujeres se quedó en cuclillas junto a mi. Pasado algo más de media hora creí llegado el momento de despedirme y la mujer que estaba agachada junto a mi se levantó y me dijo directamente si quería pasar a tomar otra copa en el interior, por si la proposición y la forma de mirarme no fueran lo suficientemente explícitas se inclinó sobre mi y tras besar mis labios jugó unos segundo con su lengua entre ellos hasta que los abrí y dejándome llevar la devolví el beso. Era la primera en mi vida que hacía algo semejante con otra mujer y para mi sorpresa sentí que me estaba mojando; me cogió de la mano y la seguí , se quedó desnuda y me quitó la camiseta que llevaba, sin dejar de besarme me quitó el sujetador y sentí sus pechos rozando los míos al tiempo que sus manos trabajaban para bajarme el pantalón y la tanga... luego mientras sus manos acariciaban mis pechos y recorrían todo mi cuerpo fué agachándose lentamente hasta tener su boca junto a mi sexo... noté el calor de su aliento un instante antes de que su lengua rozara mi clítoris y me hiciera sentir unas sensaciones totalmente desconocidas, su boca hizo el mismo recorrido de vuelta y empujándome de los hombros hacia abajo me hizo agachar para que yo hiciera con ella lo mismo, su coño estaba depilado totalmente y olía fuertemente a sexo, me mantuve algunos minutos lamiendo hasta que lanzó un profundo gemido y sus jugos empaparon mis labios y mi paladar, cuando me retiré de su sexo su pareja estaba junto a nosotras mirándonos, su polla a pocos centímetro de mi cara y vi a la otra pareja, ella arrodillada como yo y chupando la polla a su hombre, comencé a mamar yo también mientras su mujer nos miraba al tiempo que se masturbaba. En un lateral de la caravana había un sofá, cuando llevaba varios minutos lamiendo su polla y sus huevos se sentó en él llevándome de la mano a su lado, pasando una pierna a cada lado de su cuerpo me puse de rodillas en el sofá y fui bajando lentamente hasta que su polla estuvo totalmente acoplada dentro de mi, logró arrancarme dos orgasmos antes de correrse él, cuando me apartaba muy despacio de él y ya con mis piés en el suelo las manos del otro agarraron de mis caderas e hizo que me apoyara con las manos en el asiento del sofá, apoyó su polla a la entrada de mi coño y me fue penetrando lentamente, una vez toda su polla dentro comenzó a bombear con fuerza, creí que el ruido que hacía su vientre al golpear contra mis nalgas se estaba oyendo en todo el camping, tardó muy poco tiempo en correrse pero sentí como nunca antes toda su carga de esperma golpeando en mi interior.
Estuvieron nueve días más en el camping y repetimos todas las tardes a mi salida del trabajo, en esos días descubrí mi bisexualidad y que un solo hombre puede estar follándome horas, al año siguiente volvieron de vacaciones, estuvieron tres semanas y todos los días tuve sexo.
Después de aquella primera vez aprendí a captar las insinuaciones e incluso cuando alguien me resultaba atractivo coqueteaba discretamente esperando acontecimientos pero siempre procurando que mis compañeros de trabajo no se percaten de ello; a día de hoy cuando me relaciono con alguien que me interesa le recojo a doscientos metros de mi trabajo y le llevo directamente a mi casa, normalmente no me preocupo porque es gente de paso a los que probablemente no volveré a ver en mi vida pero también he hecho un círculo de amistades con los que mantengo contacto regularmente y en algunos casos les he visitado en su país en mis período de vacaciones.
Tal es el caso de Peter y Karen, un matrimonio belga de mi edad a los que conocí hace dos años, él grande y con barriga cervecera y ella una mujer espectacular a sus 55 años. Su segundo día de estancia en el camping entraron en la oficina y con toda naturalidad me preguntaron por locales de parejas swinguers. Tuve que consultar en internet y el más cercano a la zona donde nos encontrábamos estaba a 90 kms. Se miraron entre ellos con aire de desencanto y ella insistió en algún local si no swinguer si al menos de ambiente liberal, ante tanta insistencia y puesto que sobre todo ella me producía morbo volví a negar pero esta vez añadiendo con una sonrisa que ya me gustaría que hubiera un local de esas características en la zona
- ¿ para recomendar a los campistas ? - preguntó Karen -
Me limité a responder con una sonrisa y salieron de la oficina, había algo sobre todo en ella que me excitaba así que a lo largo de día procuré estar en la oficina lo menos posible haciéndome
ver por las instalaciones todo lo que mi tiempo me permitía. Ese mismo día y pocos minutos antes de las siete que es cuando termino mi horario de de trabajo volvieron a entrar en la oficina y me pidieron que les llamara un taxi para ir al centro de la ciudad ya que no querían mover la caravana, como otras muchas veces hago con otros campistas les dije que si esperaban diez minutos yo misma podía acercarles al centro. En los diez minutos que se tarda en hacer el camino les fui poniendo al día de las zonas de copas y buenos restaurantes y finalmente no fue necesario que insistieran, bastó que me invitasen a tomar una copa con ellos tras la cena para que aceptase sin dudar. Me encontré con ellos después de cenar, algo antes de las diez de la noche en una terraza del centro y cerca de donde vivo y tras quince minutos de hablar generalidades tal y como yo esperaba salió el asunto de los clubs swinger. Tomando la segunda copa ya sabía que ellos frecuentaban habitualmente locales liberales y saunas y ellos sabían de mi que era divorciada sin ningún compromiso y que frecuentemente intimaba con los clientes del camping. Era Karen la que llevaba sin ninguna duda el control de la pareja y tras hora y media de confidencias íntimas dijo directamente que era bisexual y que yo la resultaba muy atractiva, miré a mi alrededor con intención de besar sus labios si nadie podía vernos pero estábamos en mi ciudad y no quería arriesgarme, creo que Karen se dió cuenta de que podía haber hecho algo así y la razón por la que no lo hacía así que estando sentada a mi lado me cogió unos instantes la mano y cruzando sus dedos con los míos la apretó ligeramente; decidimos marcharnos a otro sitio y en esos segundos que nos miramos decidiendo hacia donde nos dirigimos propuse tomar la última copa en mi casa.
Ya en el ascensor Karen y yo comenzamos a besarnos morbosamente, Peter palpaba mis nalgas con sus manos, les conduje directamente al salón dejando mi ropa tirada por el pasillo al igual que Karen, ésta se sentó recostada en el sofá con sus piernas separadas y me arrodillé en el suelo metiendo la cabeza entre ellas, oía el roce de la ropa de Peter al desnudarse, suavemente me cogió del pelo y giró mi cabeza volviéndome a él.... su polla dura, firme y circuncidada de longitud y grosor normal pero con un glande desproporcionado en el conjunto estaba a la altura de mi cara, me lo metí en la boca alternando juegos con la lengua alrededor del glande con una mamada en toda regla. Karen acercó su cara, me apartó de su marido y me besó en la boca, un beso largo y profundo.... ¿tienes juguetes? - me preguntó - sin responder me levanté dirigiéndome al dormitorio seguida por ambos abrí un cajón en el que tengo varios vibradores yKaren sacó los cuatro y les echó sobre la cama al igual que Peter hizo conmigo, luego, metió la cabeza entre mis piernas e inició una comida de coño mientras Karen semiacostada en la cama se metía uno de los vibradores y nos decía obscenidades, Peter no estuvo mucho tiempo lamiendo mi sexo, se arrodilló en la cama frente a mi y alzando ligeramente mis piernas comenzó a penetrarme al tiempo que yo echaba hacia adelante mi pelvis buscando una ràpida y más profunda penetración. Lancé un gemido de satisfacción cuando toda la polla estaba en mi interior, Peter se dejó caer sobre mi cuerpo y entrelacé mis piernas alrededor de su cintura, ¡Dios ! me sentía llena, tan solo eran segundos los que su polla estaba en mi interior y ya comenzaba a notar en mi espina dorsal los calambres que me anunciaban mi primer orgasmo al tiempo que los gemidos de Karen y la rapidez con la que ahora metía y sacaba el vibrador de su sexo me decían que iba a correrse de un momento a otro... grité y arañé la espalda de Peter al correrme, eso debió excitar todavía más a Peter que salió de mi y tirando de mis piernas me arrastró al borde de la cama me incorporó e hizo que chupara unos segundos su polla para luego hacerme volver y que me colocara a cuatro patas, de nuevo metió su polla y ahora con una mano sobre mi hombro y la otra agarrándome el pelo entraba y salía de mi follándome como un animal mientras Karen arrodillada frente a mi había dejado el vibrador y se masturbaba con la palma de su mano salpicando mi cara con sus jugos, quizá fueron quince o veinte minutos los que Peter estuvo bombeando antes de sacar su polla de mi coño y correrse sobre mis nalgas, me dejé caer sobre la cama extenuada pero ahora era Karen la que obligó a mi cuerpo a darse la vuelta, se colocó sobre mi y metió su cabeza entre mis piernas con su lengua en mi coño mientras los movimientos de su pelvis me indicaban que esperaba lo mismo de mi.... volvimos a corrernos una en la boca de la otra.... No sabría decir cuanto tiempo estuvimos así Karen y yo, desde luego el suficiente para que Peter volviera a excitarse con el espectáculo que le estábamos procurando, yo estaba sujetando las piernas de Karen separándolas para mejor metes mi cara entre ellas, hubo un momento en que levanté la cabeza y me encontré la pollas de Peter a pocos centímetros de mi cara, volví a chuparlas unos instantes y se la metió de un golpe a su mujer que lanzó un gemido mitad de dolor mitad de placer, la bombeó varios minutos con fuerza y sacó la polla sin correrse empapada en los jugos de ella, volví a chuparla y Peter se dejó caer en la cama boca arriba y con sus pierna apoyadas en el suelo indicándome que me colocara sobre él, me senté, su polla entró con facilidad hasta el fondo y agarrándome de las caderas comenzó a guiar mis movimientos de sube y baja, Karen bajó al suelo, se puso en pié junto a mi y me besaba en la boca al tiempo que sus manos masajeaban mis pechos y pellizcaban mis pezones.... ya tarde me di cuenta de que Peter no se había puesto preservativo, sentí una descarga de esperma dentro de mi al tiempo que un calambre recorrió mi espalda.
Tal como habíamos quedado tomamos una última copa en casa y poco después se marcharon y quedé sola en mi cama. Hice muy buena amistad con ellos, tanto es así que seguimos en contacto casi diariamente a través de SKIPE y les he visitado en varias ocasiones, y han cambiado mi vida de una forma importante; contaré mi historia con Karen y Peter a continuación.
L.