CAMPAMENTO REFORMATORIO (Capitulo Piloto - Cap. 0)

Un grupo de jóvenes conflictivos de 18 años, son llevados a un campamento para reeducarlos y conocen las primeras normas y parte del funcionamiento del campamento. Una historia de BDSM GAY que tiene lugar en un campamento de verano.

Mis padres se enteraron de que he sido el que he promovido que le hicieran bullying a mi hermano, al principio se rieron, pero cuando mi hermano les contó todo lo que le había hecho y en lo que había participado, mis padres me dijeron que este verano me iba a enterar.

A la semana de comenzar las vacaciones de verano, un viernes por la mañana, mis padres me despertaron, me tenían hecha la maleta y a mí se me pusieron los huevos en la garganta, por un primer momento pensé que me iban a echar de casa, pero me dijeron que me iba de campamento. Me tuve que duchar y vestirme con mis pantalones vaqueros anchos, camiseta roja sin mangas y una gorra azul, rápido y corriendo porque mis padres me dijeron que en 15 minutos marchábamos. Desayuné, y fuimos al coche.

En el camino, mis padres me explicaron que este era un campamento especial para adolescentes conflictivos, que se habían estado informando y que habían cogido el más exigente, porque que lo que había hecho a mi hermano, no tenía perdón, así que ahora iba a sufrir en mis propias carnes, más de lo que yo le había hecho sufrir a él. Me echaron un rapapolvo, durante todo el camino que por malo que fuera ese campamento, yo estaba deseando llegar (pobre de mí, no sabía realmente que era peor aún de lo que ellos se pensaban). Tienen un horario muy estricto que hay que cumplir, vas a hacer deporte y a trabajar duramente a la vez que serás severamente castigado a la mínima de cambio, me decían mis padres mientras yo pasaba de ellos.

  • Mamá, cállate de una puta vez y pon música – Grité
  • Te vas a enterar, vamos que si te vas a enterar, en principio ibas a ir 1 mes, pero ahora, vamos a hablar con ellos nada más llegar, porque a partir de ahora no vamos a tolerar ese comportamiento. - Dijo mi madre, mientras encendía la radio.

Al final me salí con la mía, pensé. La verdad que el resto del viaje fue tranquilo, con la radio puesta y hablando por el grupo de WhatssApp con mis amigos, contándoles que mis padres me habían enviado a un campamento de adolescentes, pensando que me iban a causar un trauma o algo así, riéndonos del asunto.

  • Vete despidiéndote ya de tus amigotes y dale el móvil a tu madre, que estamos llegando ya. - Dijo mi padre
  • ¿Cómo que os dé el móvil? - Pregunté
  • Está prohibido tener el móvil en el campamento, pero no te preocupes, podrás llamarnos de vez en cuando. - Me dijo mi madre
  • No, pues yo entro con él, era lo que me faltaba, ni que fuese hablar con vosotros lo que me preocupara. - Dije todo enfadado
  • Déjalo Marisa, ¿No nos quiere dar el móvil?, no te preocupes. -

Mi padre parecía enfadado, sin embargo no entendía muy bien la respuesta. A ver, es un campamento de adolescentes, por mucho que sea de adolescentes problemáticos supongo que será otro campamento más donde contaremos historias alrededor de una hoguera, haremos excursiones y no sé, me imaginaba un campamento normal y corriente.

Después de diez horas de viaje sin parar, que yo ya estaba hasta las narices porque mis padres además me habían dicho hacía como diez minutos que estábamos llegando, mi padre me volvió a preguntar si seguro no quería dar el móvil, a lo que yo le respondí, que no, que lo llevaba.

Llegamos al aparcamiento, donde sólo había ocho coches, mi padre aparcó, nos bajamos del coche, mi padre cogió la maleta y nos dirigimos a una extraña casa que había en medio de la nada, sin ningún rótulo ni nada. Mi madre tocó el timbre y al cabo de unos segundos un chico de 25 años, muy fuerte, con el pelo corto, rubio y de ojos verdes, con unos pantalones militares y sin camiseta dejando ver todos sus músculos, abrió la puerta; Yo lo primero que pensé en ese momento fue en donde me metía yo, si yo era un tirillas de 18 años recién cumplidos pero que aparentaba 16, lo cual por cierto, me hacía ligar lo que quería y más, anda que no me reía yo rechazando a gente…

  • Buenas noches, soy Jorge, uno de los monitores del campamento, pasad hacia esa sala que enseguida les llamamos. - Dijo con una voz muy agradable, lo cual me hizo relajarme.

La sala era una especie de salón reconvertido en una sala de espera, con sillas viejas de madera rodeando la sala. Sólo había 4 chicas, otro chico y yo, pero al cabo de unos minutos la sala se llenó. Al final, eramos 5 chicas y 5 chicos, además de los respectivos padres de cada uno. Sin que pasara ni un sólo minuto desde que entró la última familia en llegar, entró Jorge, con dos monitores más y con tres monitoras. Una de ellas empezó a hablar:

  • Buenas noches, lo primero deciros a los padres que no os preocupéis, los chicos y las chicas estarán separados por doce kilómetros, como os informamos desde un principio, son dos campamentos independientes, de grupos reducidos. Como algunos han tenido un largo viaje, vamos a proceder con las entrevistas personales teniendo en cuenta ese aspecto, aunque os recuerdo, que todos tenéis una noche de hotel tanto para hoy como para el día que vengáis a buscar a vuestros hijos. No voy a decir mucho más, porque cada caso es diferente, así que ahora mismo os iremos llamando. La familia de Cristina que venga con nosotras, y la familia de José con Jorge. -

Mierda, me había tocado el primero, ahora a escuchar a mis padres rajar de mí sin parar. Mi padre cogió la maleta y fuimos por el pasillo por donde nos iban indicando, hasta llegar a una sala con una mesa redonda. En la que se sentaron todos menos yo, que me tuve que quedar de pie.

  • ¿Qué le pasa jovencito, no tiene edad para llevar usted la maleta que se la tiene que llevar su padre? - Dijo Jorge.
  • Yo no le dije que la llevara – Espeté
  • Si, pero tampoco la iba a coger si se lo dijera – Dijo mi padre, a lo que me callé, porque tenía toda la razón del mundo.

Empezaron a hablar de porque estaba allí, todo lo que le había hecho a mi hermano, que había convencido a todos mis amigos para que le hiciesen la vida imposible y contándole todo lo que mi hermano le había dicho, pese a que mi hermano había dicho cosas de más, yo creo que para joderme. Me sorprendió cuando al final del discurso, le comentó que en principio habían pagado un mes, pero que les había faltado el respeto viniendo y que además no había querido darles el móvil para terminar preguntándoles si podría estar más tiempo.

Después de que mis padres y ellos hablaran, sin yo poder decir nada, de pie, mirándoles como un tonto, firmaron unos papeles y los otros dos monitores me llevaron a empujones a un coche y me dijeron que esperara allí. Tras un rato esperando, trajeron a otro chico.

  • Buenas, soy José ¿Porque te han mandado aquí? -
  • Hola, yo me llamo Nicolás y no se que coño es esto, pero a mi y a los otros tres nos han traído porque le quitamos la ropa a uno de clase y le dejamos completamente desnudo, lo grabamos en vídeo y lo pasamos por toda nuestra ciudad ¿Y a ti?. - Dijo el chico que había llegado, todos parecíamos tener entre 16 y 18 años….
  • ¿Sólo por eso? - Pregunté yo extrañado
  • Si, ¿Tú que has hecho? - Me insistió.
  • Bueno, yo llevo varios años haciendo bullying a mi hermano, yo y mis amigos le hemos hecho de todo lo que te puedas imaginar y yo creo que lo que no te puedas imaginar también – Dije riéndome.
  • Si, pues no se que será esto, pero a mi mis padres me lo han puesto muy chungo. -
  • Si, a mi también, pero digo yo que no dejará de ser otro campamento más.

Seguimos hablando un rato, los demás iban llegando y nos íbamos preguntando cosas. Estábamos como en la parte de atrás de una furgoneta, no veíamos el conductor, y de repente arrancó. Yo saqué el móvil para mirar la hora, a lo que los otros se extrañaron que lo llevara, yo les dije que había dicho que no y ya está, nada más. El viaje duró dos horas, llegamos a las tres de la mañana y nada más aparcar la furgoneta, abrieron las puertas de atrás y nos bajan.

  • Bueno chicos, se acabaron las niñerías, aquí cada uno de vosotros tendréis un monitor asignado y cambiad esas caras que acabáis de llegar como para tener esas caras de cansados. - Dijo Jorge, el cual parecía haber cambiado completamente su personalidad.

A mí me tocó con él, no obstante nos llevaron a una especie de almacén donde tuvimos que dejar las maletas y nos llevaron a un establo donde nos dijeron que esa sería nuestra habitación, que de momento nos quitáramos la ropa y nos quedáramos en ropa interior.

  • ¿Cómo? - Pregunté
  • ¡¡Que te quites la ropa, joder!! - Me gritó Jorge a escasos milímetros de mi cara y escupiéndome.

Todos íbamos en boxers, y a empujones, nos metieron uno por uno a jaulas, donde estábamos obligados a permanecer a cuatro patas o como mucho sentado, pero agachado. No nos podíamos estirar, las jaulas eran muy pequeñas y bajas y nos habían metido de cualquier manera y cerrado con un candado, a cada uno en una jaula diferente.

Apareció Marcos, uno de los monitores, con una manguera enorme y se dirigió directamente hacia Nicolás, que estaba justo a mi lado.

  • BUENO, AHORA ESCUCHAR TODOS, VAIS A RECIBIR LA DUCHA QUE RECIBIRÉIS TODAS LAS NOCHES ANTES DE DORMIR A PARTIR DE AHORA, LUEGO OS LEEREMOS LA PROGRAMACIÓN DEL DÍA DE MAÑANA Y OS DAREMOS LAS BUENAS NOCHES, PERO ANTES OS VOY A RECORDAR CIERTAS NORMAS BÁSICAS QUE TIENEN QUE EMPEZAR A FUNCIONAR DESDE ESTE MISMO MOMENTO, AUNQUE MAÑANA POR LA MAÑANA OS DAREMOS UN LISTADO MUCHO MAYOR:
    1. SIEMPRE QUE SE DIRIJAN A NOSOTROS LO HARÁN DE USTED. EL CASTIGO POR TUTEARNOS O FALTARNOS AL RESPETO, SERÁN 24 HORAS DE JAULA, SIN COMIDA.
    2. QUEDA TERMINANTEMENTE PROHIBIDO QUEJARSE EN LAS DUCHAS. EL CASTIGO POR ELLO, SERÁ DESPERTAROS A TODOS A MANGUERAZO LIMPIO CADA MAÑANA DURANTE 3 DÍAS Y UN CASTIGO QUE DECIDIRÁ EL MONITOR DEL QUE SE HAYA QUEJADO Y QUE SE LE APLICARÁ LA MAÑANA SIGUIENTE.
    3. HABLAR DURANTE LA NOCHE SERÁ SEVERAMENTE CASTIGADO AL MOMENTO. OS RECUERDO QUE ESTÁIS SIENDO GRABADOS Y ESCUCHADOS EN TODO MOMENTO. NO NOS PONGÁIS A PRUEBA.

Marcos abrió la manguera y empezó a salir un chorro a presión con el que empezó a disparar a Nicolás, el agua salía con tanta fuerza, que pese a estar a 2 o 3 metros, me salpicaba y estaba completamente congelada. Aunque con dificultad e incomodidad podía ver como Nicolás intentaba moverse, sin apenas conseguirlo, para intentar evitar esos chorros de agua, lo cual debía de doler bastante, por la presión con la que ese agua salía. La ducha duraría como mínimo 5 minutos.

El siguiente era yo, Marcos le dio la manguera a Jorge el cual se acercó a mí y me susurró – Te vas a cagar chaval, tú aquí eres la oveja negra, lo vas a saber ya – y puso la manguera encima de mi cabeza y la encendió. Tras unos segundos pensé que me iba a ahogar, empecé como a convulsionar tras intentar respirar y tragar agua, entonces el hijo de puta de mi monitor aprovechando que había conseguido llevar mis manos hacia mi cara y tenía los huevos desprotegidos, sacó la manguera de donde la tenía enganchada para medio ahogarme y la dirigió directamente a mis huevos, – JODEEEER – no pude evitarlo, un chorro bien gordo de agua a presión me acababa de golpear mis huevos y me había hecho un daño increíble, además es que no me lo esperaba, porque me estaba ahogando. El dolor de los huevos empezó a subirme hacia el estómago mientras el cabrón de mi monitor, seguía disparándome con aquella manguera por todo el cuerpo. - QUEDA CONSTANCIA DE QUE EL PUTO CRÍO NUMERO 1 A INCUMPLIDO LA SEGUNDA NORMA. NI SE OS OCURRA HABLAR HASTA MAÑANA SI NO QUERÉIS ADELANTAROS A LOS ACONTECIMIENTOS, HACERME CASO QUE YA VAIS A SUFRIR BASTANTE DURANTE VUESTRA ESTANCIA, YA LE AGRADECERÉIS MAÑANA CUANDO OS DESPERTEMOS CON LA MANGUERA QUE SE HAYA QUEJADO. - Gritaba Marcos mientras Jorge me seguía duchando.

Joder, la verdad es que me había hecho muchísimo daño, estaba en la jaula sentado acurrucado con mis manos en los huevos, me dolían y me echaba un poco hacia adelante porque el dolor de huevos llegaba hasta el estómago. El agua a presión hacía un daño increíble por todo el cuerpo, era como si te golpearan y lo que más jodía y humillaba es que parecía que Jorge se lo estaba pasando bien, de vez en cuando volvía a mi cara y se quedaba enchufando la cara unos segundos, yo intentaba echar la cabeza más hacia abajo, pero siempre encontraba la manera de enchufar a mi cara, parecía que estaba empeñado en ahogarme, yo ya no podía más, además, al convulsionar, lo que en Nicolás me parecía que era que intentaba moverse, eran completas convulsiones que me hacían chocarme contra los barrotes de la jaula provocándome un daño increíble.

Cuando se cansó conmigo, a mí me había parecido que había estado más tiempo conmigo que con Nicolás, pero quizás era mi impresión por estar sufriéndolo en ese momento. Estaba fatal, con marcas rojas de los golpes del agua y de los barrotes por todo el cuerpo, y estaba congelado, tiritando, no sabía como ponerme mientras esperaba a que acabaran con los demás, así que eché un vistazo y me fijé que Nicolás había decidido sentarse con las piernas cruzadas, agachado, con la cabeza metida entre las piernas, así que le intenté copiar la postura, haber si así al menos se me pasaba el frío antes. Pero estar en aquellas jaulas era horrible, te clavabas los barrotes por todos los lados y además, estábamos en un establo con el suelo de tierra, así que tras la ducha a presión, más que haber quedado limpios, habíamos quedado llenos de barro por todos sitios.

Cuando terminaron con el último chico, yo seguía tiritando de frío, miré hacia los demás y todos estábamos igual, tiritando, llenos de barro y acojonados de miedo.

  • TODO LO QUE HABÍA QUE DECIR YA OS LO A DICHO MARCOS. DEBIDO A QUE EL NÚMERO UNO A INCUMPLIDO LA SEGUNDA NORMA, MAÑANA HABRÁ UNA VARIACIÓN EN LOS HORARIOS. BUENAS NOCHES Y A DORMIR! - Gritó uno de los monitores mientras salían del establo.

No me podía creer que nos dejaran pasar ahí la noche, vale que iba a un campamento, no me esperaba una cama, ¿pero dormir en una jaula?, no entendía nada y encima había hecho que mañana nos despertaran a manguerazos y por lo poco que llevaba ahí, la verdad es que no me sonaba nada bien. Me aseguré de que ellos se habían marchado, y sin querer me salió disculparme por haberme quejado.

  • Lo siento tíos, es que el muy hijo de la gran puta primero me susurró que me iba a cagar y luego me enganchó la manguera aquí arriba y parecía que iba a ahogarme y aprovechó para darme con el chorro en los huevos de pleno y me hizo un daño que aun me sigue doliendo, os lo ju -

No me dio tiempo a terminar, Jorge entró en el establo hecho una fiera

  • SI SERÁS HIJO DE PUTA, INCUMPLES LA NORMA 2 Y AHORA LA NORMA 3, TE VAS A ENTERAR CABRÓN. - Abrió el candado, lo quitó, y me sacó de la jaula pegándome patadas por todo el cuerpo hasta que todo mi cuerpo consiguió salir de la jaula. Todos miraban alucinados, cuando Jorge me agarró del pelo para levantarme y me ordenó que pusiera las manos en la cabeza. Estaba acojonado, así que lo hice sin rechistar. Me agarró por el cuello y me llevó hasta el fondo del establo empujando hacia abajo, como hacen los policías con los detenidos, era súper incómodo caminar así, aunque sólo fueron unos pasos, enseguida me volvió a agarrar del pelo y me puso derecho, vi una cruz de madera con forma de X y grilletes en las esquinas, al lado de la cruz, había unas estanterías llenas de diferentes artilugios, algunos no sabía lo que eran y otros estaba claro para lo que eran, de las cosas que conocía lo que más me llamó la atención fueron las cosas que se utilizaban en el sadomasoquismo o en algunas escuelas americanas para azotar, las palas de madera, nunca había visto ninguna y me impresionó, pero tenían hasta látigos, yo estaba temblando ¿Donde me han metido mis padres? Me estaba preguntando…
  • Te voy a enganchar a la cruz, ponte mirando para la pared, y no hace falta que te explique más si no quieres recibir una paliza antes siquiera de ponerte ahí.

Me puse donde la cruz y abrí mis piernas para que me pusiera los grilletes en los tobillos, pero seguía con mis manos en la cabeza, ya que estaba completamente aterrorizado y no me había dicho en ningún momento que las podía bajar. Después de ponerme los grilletes a los tobillos esperó unos segundos y con un grito me ordenó que subiera los brazos. Aquella cruz debía de ser para gente más alta o estaba hecha a mala leche, porque yo tenía que estar completamente estirado y de puntillas, con la espalda y las piernas completamente expuestas, y lleno de barro. Trajo la manguera, y me volvió a duchar con ella, supongo que con la excusa de quitarme el barro, cuando ya estaba limpio cerró la manguera y me cogió de los boxers, tirando con todas sus fuerzas hacia arriba, hasta que la goma del bóxer quedó por un lado y la tela por otro, luego se entretuvo cortando la tela y volvió a encender la manguera dirigiéndola directamente hacia mi culo.

-QUÉDATE AHÍ QUE AHORA VENGO. - Dijo Jorge mientras se dirigía a las estanterías. No pude ver que cogía pero pude observar como se marchaba al comienzo del establo, donde estaban las jaulas. A lo lejos pude escuchar como se dirigía al resto de chicos

  • Ahora vais a escuchar como vuestro amigo suplica que paremos después de haber hecho caso omiso de las súplicas de los demás. Aprenderéis que si no seguís las normas, por mucho que supliquéis nos dará igual…

Yo ya estaba agotado de estar de puntillas, con los brazos abiertos en alto, estaba deseando que acabara, y aun no había empezado… Se dirigió sigilosamente hacia mí porque cuando menos me lo esperaba recibí un varazo en mi culo y no pude reaccionar de ninguna manera, por como me tenían atado, pegué un grito como nunca.

  • CÁLLATE LA PUTA BOCA. VAS A CONTAR CADA OSTIA QUE TE DE UNA A UNA EN ALTO, AL MOMENTO Y SIN RECHISTAR. CUALQUIER COSA QUE SALGA DE TU BOCA QUE NO SEA UN NÚMERO SIGNIFICARÁ LA VUELTA A EMPEZAR. ¿ENTENDIDO?
  • Sí. - Espeté suavemente ante el miedo que me carcomía por dentro.
  • Te vas a enterar hijo de la gran puta, vas a sufrir mil veces más de lo que le has hecho sufrir a tu hermano amigo, te haré llorar y suplicar y te haré el mismo caso que tú le hacías a él – Me dijo antes de propinarme el primer varazo. -AAAAAAAAAAH UNO – Grité como si no hubiera un mañana.
  • No, no, no, nada de uno, si dices AAAAAH, no cuenta, de momento no te has llevado ningún golpe así que no me jodas – Dijo Jorge de mala ostia antes de darme otro varazo.

Intentaba centrarme en contar y decir cuantos varazos me iba dando, porque aún estaba empezando y estaba sujetado por los grilletes, porque si no hubiese sido por ellos, ya habría caído al suelo. Yo creo que Jorge me daba los varazos con todas sus fuerzas, era increíble, apenas llevaba 10 varazos y ya me ardía el culo y encima me había obligado a contarlos, pero no sabía cuantos varazos más me iba a dar. En el décimo quinto varazo, volví a gritar, no se me olvidará en la vida, simplemente gritó CERO y empezó a darme con la vara más fuerte que antes y más seguido, tras decir diez, ya comencé a suplicar, no podía más, me ardía el culo, yo sentía hasta como si me sangrara, nunca me habían azotado y no podía soportarlo. - Por favor, basta ya, no volveré a hablar – Empecé a decir sin parar. Jorge sólo me interrumpió para preguntarme cuantos azotes iba, y la verdad es que me había perdido al suplicar, como no supe contestar, me dio un varazo que rompió la vara en mi culo y se marchó.

Yo seguía en aquella cruz, el culo me ardía y parecía que mi monitor se había marchado muy enfadado por no haberle dicho cuantos azotes llevaba. Entre el dolor, la postura que tenía y el frío de estar aún mojado, no paraba de temblar y los segundos de espera se me hacían horas. Sabía que aún no había acabado y tenía mucho miedo por lo que pudiera pasar ahora después de haber dejado de contar los azotes, y yo creía que mi culo ya no podía más, aunque no me lo podía ni mirar.

Jorge apareció por detrás y agarrándome del pelo me echó la cabeza hacia atrás y me metió una pastilla de jabón en la boca, mientras me lo hacía pude notar como su me polla rozaba mi culo, lo cual me alertó y me puso muy nervioso, ya que yo no soy gay y por un momento pensé que me iba a violar, mientras restregaba su polla en mi culo, me puso una mordaza de bola en la boca, empujando más hacia dentro de la boca la pastilla de jabón y me apretó la mordaza que notaba como la cinta me presionaba toda la cabeza.

  • ANTES ME HAS LLAMADO HIJO DE PUTA, ASÍ QUE AHÍ TIENES, VAS A COMER UN POCO DE JABÓN PARA QUE APRENDAS A HABLAR DE UNA PUTA VEZ Y YA QUE NO TE APETECE CONTAR LOS AZOTES TE DARÉ LOS QUE A MÍ ME DÉ LA PUTA GANA, TRANQUILO, QUE NO LOS VAS A CONTAR…

Al principio la sensación del jabón en la boca era mala, pero bastante pasable, simplemente sabía mal, lo malo eran los azotes que me estaba dando, ahora estaba utilizando una de esas palas de madera de las que tanto me habían llamado la atención al llegar allí, me hacía daño y me daban ganas de revolverme aunque no podía, no obstante, parecía que había bajado la intensidad a la hora de azotar, aunque al cabo de unos minutos sin parar de azotarme no lo pude evitar y empecé a llorar, entonces fue cuando el jabón me hizo pasar una mala pasada. Al llorar, con la mordaza y el jabón en la boca, apenas podía respirar y para el colmo, el cabrón de mi monitor no paraba de azotarme ni un solo segundo, era un azote, otro, otro, otro, otro, otro… sin parar, llevaría azotándome diez minutos cuando mientras estaba llorando sin querer tragué un poco de jabón, toda la garganta y la boca me empezó a picar y a arder, ya no sólo me ardía el culo, ahora también la garganta y la boca, cada vez tenía la boca mas llena de jabón y la bola de la mordaza sólo dejaba sacar parte del jabón, yo no podía hacer nada y parte del jabón salía hacia fuera y parte del jabón me entraba por la garganta, el picor y el ardor que sentía eran insoportables y para el colmo no paraba de azotarme.

  • Ya está cogiendo el color que tiene que coger, ahora vengo…. - Fue lo que me susurró en el oído antes de marcharse dejándome llorando, moqueando, babeando y temblando.

Otra vez la espera se hizo interminable, esta vez tardó un poco más y yo llegué a pensar que mis padres me habían mandado allí para matarme, no entendía nada, sólo llevaba un día y estaba pasando por todo aquello, yo, que mis padres nunca me habían puesto una mano encima. Ahí seguía tragando jabón sin querer, tosiendo, tiritando, llorando, moqueando y babeando mientras el culo me quemaba y ya me empezaban a dar calambres en las piernas y en los brazos de permanecer así tanto tiempo cuando al fin llegó mi monitor.

  • Sólo te daré 10 azotes más y ya te irás a dormir. ¿Estás preparado?
  • Pffff… Sí. -
  • POR EL PFF SERÁN 15 – me gritó mientras me dio aquél golpe. No sabía con que me estaba dando, pero me dolía muchísimo, empecé a tragar mucho más jabón que antes y a toser y a llorar como un niño pequeño.
  • 14, 13, 12, 11, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, yyyyyyyyyyyyyy UNOOOOOO. - El último había sido descomunal, casi me trago la pastilla de jabón, intenté pegar un grito enorme, pero un simple murmullo salió y multitud de pompas salían de mi boca…

Jorge se volvió a poner detrás mío, parecía que le gustaba mucho rozar su polla con mi culo, a mi me ponía enfermo, aunque en ese momento, sinceramente, eran como caricias en mis nalgas, estaba hasta por agradecérselo. Pensé en que al fin me soltaría y me llevaría a lavarme la boca y para la jaula, que pese a estar incómodo, al menos podría tocarme el culo que me estaba ardiendo, pero me equivoqué, sólo se acercó para quitarme la mordaza y decirme que escupiera el jabón.

  • Vamos a ver, ahora te vas a quedar ahí, diez minutos para mentalizarte de que después de las azotainas queda terminantemente prohibido tocarse el culo o recibirás otra azotaina igual que la que has recibido anteriormente.

No me lo podía creer, ¿Cómo no me iba a poder tocar el culo? Si es que me ardía, estaba temiendo que no iba a poder cumplir, estaba temiendo que sin querer me iba a ganar otra azotaina y en vez de relajarme empecé a llorar más profundo aún, al llorar, la pastilla de jabón no estaba en la boca pero aun seguía teniendo la boca llena de jabón y empecé a tragar jabón por un tubo, lo que me hizo llorar cada vez más, aquello era la pescadilla que se mordía la cola, estaba deseando que pasasen esos diez minutos, que parecían no pasar. Después de lo que a mí se me hicieron dos horas y según mi monitor habían pasado tan sólo diez minutos, se volvió a acercar a mí por detrás y como siempre rozando su polla con mi culo, que esta vez estaba completamente pringosa, me quitó los grilletes de las muñecas y de los tobillos y me volvió a llevar a la jaula de la misma manera que me había llevado hasta la maldita cruz, me obligó a ponerme a cuatro patas y me metió en la jaula pegándome patadas.

  • SIÉNTATE Y SUBE LAS MANOS AQUÍ ARRIBA QUE TE LAS VOY A ESPOSAR PARA QUE NO TE TOQUES EL CULO HIJO DE PUTA – Me gritó Jorge.
  • No por favor, me duelen mucho los brazos, nunca había pasado por nada parecido. - Le supliqué.
  • ¿Aún no has aprendido que pasa si suplicas? ¿Quieres volver? - Me preguntó sarcásticamente

Yo no lo dudé, subí las manos al momento y pese al ardor de mis brazos y siendo consciente de que me sería imposible dormir así, acepté que me esposara las manos por encima de la jaula.

  • HASTA DENTRO DE UNAS HORAS. AHORA A DORMIR LOS QUE PODÁIS. Y RECORDAR QUE EL QUE HABLE VUELVE MÍNIMO COMO VUESTRO AMIGO…

Así se despidió Jorge desde la puerta del establo, mientras lo cerraba.

Y ahí me quedé yo, sentado, con el culo ardiendo como el infierno y encima sentado sobre los barrotes de la jaula que se me clavaban en el culo impidiéndome dejar de llorar, para el colmo, la boca seguía llena de jabón con lo cual me ardía toda la boca y la garganta, además del mal sabor de boca y no poder tragar saliva porque implicaba más ardor, y la sensación de los brazos, el dolor era insoportable. No estaba seguro de poder siquiera durar un día más así.

¿Esto iba enserio o estaba viviendo una malvada pesadilla?.