Campamento de Semana Santa (I)

Un campamento de Semana Santa que empieza de la mejor forma posible, quién sabe cómo acabará... Día 1 de 4

Era el primer sábado de vacaciones de Semana Santa y como todos los años me iba a un campamento con un grupo de 35 estudiantes de secundaria. Éramos 6 monitores:

Manu , el mayor de todos y con más experiencia. Era alto, moreno, con barba y cuerpo de gimansio.

Cristian , un chico latino nuevo y algo tímido, delgado y moreno de piel.

Lucas , algo friki pero buen tío, de estatura media, con barba y moreno.

Ángela , una chica castaña con carácter duro y algún kilo de más pero buenas tetas.

Bea , una chica de las que le gusta ser el centro de atención con su comportamiento, delgada y estatura media pero con un culo redondo y unas tetas aceptables y castaña claro.

• Y yo, Leo , moreno, alto y con un ligero sobrepeso.

A primera hora de la mañana nos montamos en el autobús rumbo a Valencia. Me senté justo detrás del conductor y casualmente Bea se sentó a mi lado en el asiento de la ventanilla. Ese día iba vestida con unas mallas negras ajustadas, una camiseta de monitor que le quedaba bastante ancha y el pelo recogido en un moño improvisado. Cuando llevábamos una hora escasa de trayecto, Bea se quedó dormida con la cabeza apoyada en la ventana y el cuerpo encogido sobre el asiento, dejando una perfecta imagen de su culo. Tras un rato echando miradas disimuladas para que el resto de mis compañeros no me pillaran, decidí levantarme para evitar terminar de empalmarme con la excusa de vigilar que todo iba bien con los críos.

Cuando volví, Bea se había encogido más, metiendo la cabeza debajo de la cortina para evitar la luz. En esta postura, su culo quedaba más en pompa que antes. Además, la postura había hecho que las mallas se bajaran unos centímetros dejando asomar la parte superior de su tanga blanco. En ese momento aprovechando que el resto de monitores dormían saqué el móvil y le hice varias fotos, me estaba poniendo muy caliente y necesitaría material para desahogarme después. Tras eso me fui a dormir no sin antes darle un último repaso a esa maravillosa imagen.

Cuando me desperté ya habíamos llegado y nos tocaba descargar el autobús e instalarnos. Durante el resto del día no podía quitarme la imagen de Bea de la cabeza y cuando me daba cuenta estaba embobado mirándole el culo. Creo que en más de una ocasión me pilló mirándola porque de vez en cuando se subía las mallas, marcando todavía más la forma de su culo. Al final del día mientras que los niños cenaban decidí meterme al baño para hacerme una paja y descargar todo lo que llevaba acumulado. En el albergue habían dos vestuarios que hacían de baños: uno para los niños y otro para los monitores. Cuando estaba entrando al vestuario me encontré con Ángela de espaldas... Desnuda. Había aprovechado que los niños cenaban antes para ducharse tranquilamente. En cuanto me oyó llegar se giró tapándose rápidamente con la toalla.

  • Pero vamos a ver tú estás tonto?! -dijo Ángela entre enfado y susto. -¿No sabes llamar antes de entrar o qué? Pues menos mal que me has pillado de espaldas que si no...

Cuando dejó de gritarme, tapándome los ojos, le respondí:

  • Ángela joder no te pongas así. Primero porque no tenía ni idea que estabas en la ducha y segundo porque son unos vestuarios y solo vengo a mear. -dije yo intentando escapar vivo se la situación. - Además tranquila que no he visto nada y si viera tampoco me asustaría.

  • Pues para no haber visto nada ya veo cómo te asustas. -dijo con la mirada fija en mi entrepierna.

No me había fijado que después de las actividades de la tarde me había puesto un pantalón de chándal. Entre el calentón acumulado por Bea y la imagen del culo de Ángela mi miembro había reaccionado y estaba con una erección de caballo. Muerto de vergüenza me fui corriendo al otro vestuario para tranquilizarme. Una vez en el baño y con la polla fuera, empecé a masturbarme lentamente mientras miraba las fotos del culo de Bea . Sin embargo mi cabeza no lograba olvidar la imagen de Ángela desnuda y empezaba a pensar en cómo me hubiera follado a Ángela ahí en medio si no tuviera ella novio y yo fuera más lanzado en ese aspecto. Justo cuando estaba a punto de correrme oí a Bea entrando en el aseo:

  • Leo?

Me quedé de piedra, intentando que no se me escapara un gemido y me pillara

  • Leo estás aquí?

  • Sssi... -dije con voz temblorosa.

  • Estás bien? Nuestra cena ya está.

  • Si si... Solo un poco... Estreñido. Salgo enseguida. -dije mientras intentaba aguantar la corrida.

  • Vaaale. -dijo Bea a lo lejos a la vez que se marchaba.

No aguanté más y me corrí. La situación de que casi me pillaran me excitó más y tuve un orgasmo intenso. Limpié todo y salí lo más calmado posible para ir a cenar. Durante la cena Ángela no me dirigió la palabra, sin embargo parecía más una sensación de vergüenza que de enfado.

Cuando acostamos a los estudiantes nos quedamos los monitores hablando y descansando del día a día. Bea ya se había puesto su ropa para dormir, que consistía en un pantalón de pijama y una camiseta de manga corta ancha que permitía ver su sujetador a través de las mangas. Al poco nos fuimos a la habitación para repartirnos los sitios y acostarnos. Habían 4 literas, Ángela y Bea se pusieron en dos de las camas de arriba mientras que Manu, Lucas y Cristian se pusieron en tres de las camas de abajo. Yo opté por ponerme en una de las de arriba desde donde tuviera buena vista de Ángela y de Bea . Había empezado el campamento muy cachondo y no podía dejar de pensar en ellas.

Los chicos nos cambiamos en la habitación mientras que Ángela y Bea fueron al baño para cambiarse y asearse. Cuando volvieron ambas iban sin sujetador debajo; Bea lo llevaba en la mano, mientras que a Ángela se le marcaban los pezones debajo de su camiseta rosa. Menuda imagen para irse a dormir... Yo ya estaba acostado cuando Bea se puso a subirse a la cama utilizando la escaleras. En ese momento, por cómo estaba yo acostado y la posición de sus brazos pude ver a través de la manga su teta, con la mala suerte de no llegar a ver el pezón. Decidí girarme para no calentarme más e intentar bajar la erección. Al poco rato me dormí.