Campamento cachondo con mi tímida novia, Parte 2
Después de ese primer evento entre mi novia y Randal, no sabía si quería ir más allá...
Al otro día me desperté con un dolor de cabeza espantoso, había sido de las peores resacas que había tenido en mi vida, moral y física, ahora todo parecía tan real, ella viendo esa enorme verga, nosotros gimiendo a todo volumen, ella admitiendo que quería la verga de Randal, ellos besándose y el tocando el lindo culo de mi novia, todo me daba vueltas, las cosas iban y venían en desorden a mi mente, me ponía cachondo e intentaba restarle importancia, luego me sentía peor.
Me sentía terrible, por ella, por mi, por lo que dirían los demás. Yo era del tipo “normal” o incluso celoso según a quien le preguntaras, ¿por qué carajos la empujé a eso? Obtuve sexo de increíble calidad, pero, ¿valió realmente la pena? ¿Qué pensaría ella ahora? Jamás habíamos tenido charlas así sobre esa clase de fantasías. Lo hice por el alcohol o ¿algún sentimiento subconsciente estaba escondido en mí?
Decidí no pensar y fui por agua mineral para ambos, caminé hacia donde solíamos poner todo, ahí teníamos las hieleras, algunas mesas y sillas, Randal estaba sentado abrazando a Gabriela platicando con Fausto y reían, “¡hey! Que tal la resaca, ¿eh? jajaja” decía Randal riendo a modo de saludo, saludé a todos riendo, tomé las botellas de agua y me fui, por fortuna parecía que no había ningún tono raro ni incómodo, ni nada. Randal ni siquiera preguntó por mi novia.
Regresé y desperté a mi linda novia, ella seguía desnuda, ella se vestía de inmediato y se ponía su pequeño bikini negro de nuevo. Tomábamos el agua y ella me agradecía, platicábamos cualquier cosa, parecía que teníamos miedo de enfrentar el tema, pero ella habló sobre el elefante en la habitación…
Alejandra: ayer nos pusimos súper ebrios jajaja – decía evidentemente nerviosa, sin mirarme a los ojos e intentando restarle importancia
Yo: ¡ya sé no mames! La cabeza me duele un chingo – dije riendo también
Alejandra: ¡a mí también! Jajaja – ella me decía nerviosa, luego un pequeño silencio incomodo, ella prosiguió sin verme a los ojos aún – ¡eres un pinche pervertido! ¡JAJAJA! – su risa era notablemente falsa y nerviosa, era un obvio intento de hablar del tema
Yo: ¡tú eres la pervertida! ¡Ustedes se besaron súper cabron! – dije nervioso y riendo, ella reía como loca y me besaba suavemente en los labios, la cosa se ponía sería y nos tranquilizábamos, parecía que ninguno de los 2 estaba enfadado
Alejandra: ayer dijimos cosas muy locas… - decía viendo su botella de agua sin verme a los ojos
Yo: bueno… estábamos cachondos y ebrios, es todo – dije intentando tranquilizarla
Alejandra: exacto, ¿verdad? Solo locuras del momento – decía riendo con un tono de desinterés, obviamente forzado
Yo: obviamente, yo sé que tú no eres así… - ella asentía, tomé aire y me aseguré de que se entendiera lo próximo que diría – ni yo quisiera algo así – dije buscando desesperadamente dejarle claro que yo no quería algo así, pero no quería ponerme súper serio o celoso “en serio” no quería repetirlo para volverlo algo incomodo, pero si quería desesperadamente que ella me diera la razón, me sentía presa del pánico y celoso de solo imaginarla con Randal, me sentía tan idiota por haber hecho lo que hice
Alejandra: ¡claro que no! Yo jamás haría algo así, yo te amo y a ese tarado ni lo conozco – dijo ella y parecía tan sincera que me tranquilicé por completo
Nos besamos, nos dijimos que nos amábamos, me disculpé por hacer que se besara con el, ella se disculpó por haberlo hecho y juró que fue por el alcohol, yo le dije que le creía y que no había nada que disculpar, me disculpé por lo que dije la noche anterior mientras follabamos, ella se disculpó también, nos disculpamos por todo, una charla sincera de reconciliación donde irónicamente ambos nos disculpábamos con el otro sin estar realmente enfadados ninguno de los 2, parecía que ambos estábamos nerviosos por la posible reacción del otro y ambos estábamos tranquilos por ver qué todo estaba bien, una extraña situación en la que ambos nos sentíamos culpables con el otro y aliviados de aclararlo.
Charlamos un buen rato con un tono serio, pero intentando restarle importancia, incluso riéndonos
“no fue la gran cosa, solo estábamos ebrios jajaja no deberíamos beber tanto”
“Obviamente, nosotros no somos así, nosotros nos amamos de verdad”
Después de una hora salimos de la casa de campaña tomados de la mano como la mejor pareja del mundo, fue de esas charlas que refuerzan las relaciones, reparadoras, conciliadoras, sinceras. Caminamos directo a la mesa donde estaban Fausto con Laura y Gabriela con Randal, mi novia corrió por unas cervezas a una hielera y yo me senté entre Fausto y Randal, Randal veía sin vergüenza el lindo culo de mi novia andando por ahí, en ese momento me di cuenta de que ella no llevaba el velo negro a la cintura, solo llevaba puesto su diminuto bikini-tanga negro y no parecía tener vergüenza en andar por ahí o empinarse para tomar cosas de la hielera. “Tienes mucha suerte” me dijo Randal sin vergüenza mientras veía el culo de mi novia empinada buscando cervezas, yo solo asentí orgullosamente, no me importaba que el mirara, ese lindo culo era mío.
Mi linda novia regresaba y se sentaba en mis piernas, me daba una cerveza y ella abría la otra para ella, Randal le decía “¿y la mía? ¡Tráeme una! Jajaja” Lo dijo con tono jocoso y riendo, ella rio un poco y parecía casi avergonzada por “su descortesía” y fue rápidamente por otra cerveza, eso no me agradó. Ella regresó, se sentó en mis piernas y le daba la cerveza a Randal.
Comenzamos a charlar, y debido a que solo estábamos ahí los últimos 6 del juego, la charla giró en torno eso. Fausto se burlaba de Laura por haber enseñado las tetas, mientras la besaba y acariciaba.
Randal alardeaba sobre habernos comprobado que él era enorme, mi novia incluso dijo riendo: “¡tienes la verga súper enorme! No lo podía creer neta jajajaja”
el respondía “tú tienes el culo súper lindo la neta” y todos reíamos, aunque creo que el más incómodo era yo, aun así, estaba seguro de mí mismo en ese momento.
“Wey ¿por qué hiciste que tú novia se besara con el? ¿Estabas súper pedo o que? jajaja” decía el idiota de Fausto reviviendo el tema, quería golpearlo en la cara.
“Pues no lo sé, me pareció divertido, no se wey, estaba pedo déjame en paz jajaja” dije intentando lucir guay y reírme.
“Y además de que tiene el culo hermoso a la vista, está bastante firme, ahora lo sé de primera mano jajaja” le decía Randal riendo a mi novia, remarcando lo de “primera mano”, burlándose por haber apretujado su hermoso culo bastante durante el beso, mi novia reía, yo no sabía que hacer o decir.
“Estuvo divertido la neta” Dijo mi novia con seguridad en sus palabras, pero restándole importancia
“Lo que te gustó fue sentir mi vergota contra ti, no te hagas wey” le respondía Randal a mi novia riendo y todos explotaron en carcajadas, mi novia se ponía roja como tomate, por fortuna ella no respondió nada, solo pasamos a otro tema. Mi verga estaba confusamente dura contra el lindo culo de mi novia que seguía sentada en mis piernas.
La tarde avanzaba y por fortuna cuando los demás se nos unían no se comentó nada del juego, todos éramos discretos. En algún punto de la tarde mi linda novia y yo estábamos charlando con Carlos (el novio de Tiffany) mi novia se distrajo pateando una pelota hacia Fausto y se unía al juego, Carlos se aseguraba que ella no regresara y hacia una pausa viendo hacia el juego, yo esperaba curioso que iba a decir el…
Carlos: oye… Quería decirte algo muy vergonzoso, así que mejor lo hago rápido… - me dijo en tono serio, casi bajando la voz, me preocupó un poco
Yo: claro – dije con tono tranquilo, relajando el ambiente
Carlos: mira… Ten cuidado con Randal y tú novia, ¿ok? – me dijo sin verme a los ojos, ¿el sabia algo? El no estaba en el juego ¡¿cómo carajos sabía?!
Yo: jajaja ¿y eso? jajaja ¿qué sucede? – se me estaba haciendo costumbre sentirme incómodo e intentar aparentar con risas forzadas
Carlos: mira, no es sencillo… - el me apuntaba con la mirada hacia un lugar, mi novia estaba charlando con Randal y reían, Gabriela no estaba cerca, el corazón se me hizo un puño
Yo: solo son amigos, o sea, no me preocupa, ella apenas lo conoce – dije con seguridad en mi mismo pero quería correr a dónde estaban ellos e interrumpirlos
Carlos: yo pensaba lo mismo con Tiffany… – él se puso serio, escuché atentamente – no quiero darte detalles, es vergonzoso amigo, pero… bueno… Digamos que los encontré en una situación comprometedora ayer por la tarde… por allá atrás, cerca de la casa del árbol… Fue duro, en serio ten cuidado, él es un pendejo, somos amigos, se supone… solo ten cuidado ¿ok?… - él me decía divagando preocupado, torpe, casi tartamudeando, nervioso, parecía triste
Yo: ok ok gracias we… – dije consternado
El no dijo exactamente que sucedió y no quise avergonzarlo con los detalles, “una situación comprometedora” podría significar cualquier cosa.
Ahora todo tenía sentido, por eso ya no había visto el enorme y delicioso culo de Tiffany cerca de los músculos de Randal, por eso ellos ya no se integraban a los juegos grupales, el viaje se había arruinado para ellos, solo se mantenían alejados encerrados en la cabaña, charlando de vez en cuando con alguno de nosotros.
Carlos se fue y lo veía entrar a la cabaña con Tiffany, mientras yo veía a mi novia charlar con Randal, todo me parecía tan extremo ahora, una cosa era que se follara a Gabriela, era soltera y ella sin duda lo quería, pero otra cosa es que se anduviera (tal vez) follando a Tiffany, el sin duda se follaria a mi novia si pudiera, ahora todo era real.
Pensaba en mil cosas, Tiffany desnuda sentada sobre la engreída cara de Randal, luego imaginaba a mi linda novia en cuatro patas siendo follada salvajemente por ese pendejo. Los veía charlar de lejos mientras imaginaba todo esto y tenía la verga dura como el mármol ¡¿Por qué carajos?! Estaba tan confundido.
De pronto me parecía que ellos 2 hablaban más seriamente, el parecía decirle algo serio y ella escuchaba atentamente y abría los ojos por completo, luego ella reía un poco mientras el seguía hablando. De pronto me invadieron de nuevo los celos, prácticamente corrí hacia ellos, ella me veía llegar y me sonreía, Randal se callaba. Tomé la mano de mi novia y la jalaba conmigo, Randal decía algo quejándose al respecto y riendo, yo solo jalaba de la mano a mi novia, ella reía nerviosa cuando veía que nos acercábamos a nuestra casa de campaña y me acariciaba la entrepierna por encima de mis shorts.
Entramos a mi casa de campaña y yo le quitaba su diminuta tanga y la ponía en cuatro patas, su coño estaba húmedo, aunque ella estaba completamente seca esta vez, ella estaba cachonda, lamí obsesivamente su lindo y rosado coño, mientras ella me restregaba su hermoso culo contra mi cara, ella gemía, deslicé mi lengua hasta su hermoso y apretado ano y lamía profundamente, ella gemía más. “¡Follame de una vez!” me dijo y parecía casi desesperada.
Le di la vuelta, la acosté sobre su espalda, ella buscaba un condón desesperadamente y me lo daba, me lo puse de inmediato, me acostaba sobre ella delicadamente, pero la penetraba por completo, ella me tomaba con ambas manos del trasero y me empujaba dentro de ella, follabamos con un ritmo lento, le metía la verga despacio, pero por completo…
Alejandra: te pone cachondo verme con Randal ¿eh? – me dijo viéndome a los ojos con una mirada cachonda, intentando averiguar qué pensaba yo
Yo: si… - ni siquiera sé porque lo dije, era cierto de algún modo, pero no lo pensé, solo lo dije, como un pensamiento inconsciente, yo la follaba con mas fuerza, intentando no hacer demasiado ruido, todos andaban por ahí
Ella gemía viéndome a los ojos sin parpadear, la noche anterior ella estaba en cuatro patas, no podía verla a los ojos, estábamos ebrios y completamente perdidos en el placer, todo era más sexual e impersonal, ahora nos veíamos fijamente mientras fantaseábamos sobre él, todo era más apasionado, aunque fuera más lento y menos sucio, sentíamos la respiración del otro y podíamos vernos a la cara por completo está vez a la luz del sol que se filtraba en la casa de campaña.
Alejandra: se folló a Tiffany – me lo dijo directamente, viéndome a los ojos, intentando averiguar de nuevo que pensaba yo
Yo: ¿eh? – me tomó un poco por sorpresa que ella lo dijera, no el hecho
Alejandra: ¿te da envidia?... He visto como le miras el culo – me dijo cachonda, no parecía molesta
Yo: ¿cómo sabes que se la folló? – manteníamos un ritmo delicado, yo entraba despacio, pero por completo, ella me acariciaba la espalda, gemía un poco y respondía
Alejandra: el me lo dijo, se la llevó al jardín de allá atrás – yo la penetraba más fuerte, lo envidiaba tanto, la historia coincidía con la de Carlos, los encontró en el jardín cerca de la vieja casa del árbol, gemíamos más fuerte de lo que nos hubiera gustado, de nuevo fui más allá
Yo: ¿y a ti te dio envidia? – dije viéndola a los ojos, está vez yo buscando respuesta, ella me vio fijamente y me respondió débilmente, con voz baja
Alejandra: si… - me decía sosteniéndome del culo y abrazándome con sus piernas, nos acercábamos al éxtasis y nuestras palabras se volvieron más descuidadas y atrevidas
Yo: deberías darle tu lindo culo – dije histérico viéndola a los ojos, quería ver su reacción, ella me veía fijamente, disfrutaba mis penetraciones, parecía pensar lo que iba a decir
Alejandra: me dijo que me llevaría ahí también al rato… - me decía entre gemidos, yo la penetraba con tanta fuerza que los húmedos sonidos seguro nos delataban si alguien andaba cerca
Yo: ¡¿Que le dijiste?! – le clavaba la verga por completo y ella se retorcía
Comencé a eyacular y ella me besaba apasionadamente. Terminé derrumbado encima de ella, la actividad había sido mucho menos física que la noche anterior, pero de algún modo la pasión fue mayor y me sentía sexualmente exhausto.
Nos quedamos unos recuperando la respiración, ella me apretaba una nalga y yo me quitaba de encima de ella. No decíamos nada, solo estábamos abrazados y besándonos, ella parecía querer más, no era la dócil y cariñosa chica fácil de satisfacer sexualmente que es siempre después de un solo buen polvo, parecía seguir cachonda y buscar más.
Seguíamos acariciándonos y ella en serio parecía querer más, no dejaba de acariciar mis bolas, pero en ese momento el tarado de Fausto me llamó desde afuera, “¡Franco! ¡He wey ven!” Pensé en un segundo si pudo haber escuchado algo, pero el sonaba lejos, me tranquilicé, mi novia reía por la situación, un segundo grito me espabiló, “¿Franco? ¿Dónde estás pendejo Jajaja ¡ven wey!” El insistía, le contesté que me diera un segundo, tomé mi shorts y salí.
Estaban intentando prender el carbón para poner algo de carne asada, Carlos solía hacer eso, pero ya que el estaba básicamente ausente yo era el siguiente a cargo en eso. Les ayudé a prender el carbón y algunos minutos después todos estábamos alrededor asando carne, bebiendo y platicando. Incluso Carlos y Tiffany estaban por ahí, pero visiblemente lejos de Randal.
Mi linda novia estaba tomada de mi brazo y me tranquilizaba ver a Randal besándose como adolescente con Gabriela. Todo parecía bien, pero me incomodaba saber que está vez Alejandra y yo no habíamos hablado del tema, no le habíamos dado cierre, ¿eso dejaría la puerta abierta? El pensamiento no me dejó en toda la tarde, mientras platicábamos con los demás yo estaba confusamente cachondo todo el tiempo.
Cayó la noche, estábamos todos (excepto Carlos y Tiffany, ellos en serio se ausentaron mucho después del “incidente”) todos charlando y bromeando alrededor de una fogata, al parecer el lago había perdido su encanto, en algún punto fui por cervezas, vi a lo lejos que Randal le gritaba algo a mi novia, ellos estaban cada uno al otro lado de la fogata, Randal parecía gritar con insistencia y mi novia hacia una expresión de confusión y luego reía, pude volver de inmediato, estaba solo a unos 20 metros, pero decidí quedarme viendo, Randal llamaba con una mano a mi novia y me daba un escalofrío ¿¡el la llevaría a algún lado!?
Me sentí extrañamente confuso, aliviado y decepcionado cuando ella solo se sentó a lado de el sin ir a ningún lado, ellos reían y parecían solo charlar, Fausto me llamaba con una mano para apresurarme y espabilé, tomé las cervezas, las destapé y avancé de regreso, casi me explota la verga cuando vi que Randal murmuraba algo en el oído de mi novia y ella reía un poco, no ruidosamente como ella siempre ríe, más parecido a una leve sonrisa, mientras tenía su mano sobre la musculosa pierna de Randal.
Llegué y repartí las cervezas, incluida a mi novia y me sentaba a lado de ella, dejándola charlar con su musculoso pretendiente. Charlábamos, hacíamos chistes, Fausto tomaba una guitarra y comenzaba a tocar canciones que todos conociéramos para poder cantar en voz alta en grupo, el fuego de la fogata alumbraba a medias, de mi lado podía ver perfectamente a mi novia, Randal y Gabriela, pero del otro lado era complicado alcanzar a ver bien a Fausto o Laura, creo que eso le dio valor a mi novia y Randal, ya que ahora el también tenia su mano sobre la delicada pierna de mi novia mientras charlaban en voz baja entre canciones. A veces el me incluía en la charla también, bromeábamos y los 3 reíamos, éramos un curioso y retorcido trio, era una dinámica muy retorcida en la que el obviamente estaba coqueteando con mi novia y yo no hacía nada por detenerlos, creo que mi novia tenía claro que eso me excitaba y por eso se sentía libre, pero no se que pensaba Randal, podía pensar que yo era un idiota sin las bolas para enfrentarlo, o que era tan ingenuo e idiota que no me daba cuenta, o tal vez, solo tal vez, también el sabía de algún modo que eso me ponía cachondo.
Gabriela fue a algún lado, no pude evitar pensar que ella estaba celosa por mi novia y Randal, ya que no escuché que dijera nada, solo se fue, pero no me importó demasiado, me sentía orgulloso de alguna retorcida manera, “Randal prefiere el lindo culo de mi novia que el de Gabriela” pensé confusamente para mí mismo. Minutos después Randal dijo que necesitaba orinar y se fue también, esperé a que desapareciera entre las penumbras de los árboles.
Yo: te voy a meter la verga taaan fuerte… que vas a gritar como perra – le dije completamente cachondo al oído a mi novia, ella reía un poco y me veía con su mirada cachonda
Alejandra: pues métemela… - me decía besándome delicadamente y acariciando mi entrepierna por encima de mi short – …o me la va meter Randal jajaja – me decía riendo y besándome de nuevo, yo también reía
La tomé de la mano y comenzamos a caminar hacia mi casa de campaña de nuevo, ella reía perversamente y no se resistía, había olvidado cuando había sido la última vez que corríamos desesperados a follar varias veces al día, nuestra vida sexual era buena, pero ya habíamos pasado esa etapa adolescente de salir corriendo a follar, éramos capaces de disfrutar una buena cena, una película en el cine y coronar la noche follando, resistiendo, sin salir corriendo con la verga erecta y el coño húmedo como adolescentes.
A lo lejos veía a Gabriela peleando con su celular y levantándolo al aire (la recepción era una mierda en esa zona) ella estaba demasiado cerca de mi casa de campaña, y no parecía que fuera a irse pronto, solo estaba ahí parada haciendo berrinche. Nos detuvimos y la veíamos, “¿crees que nos escucharía? Dile que se largue es tu amiga jajaja” decía mi novia riendo, pero también parecía desesperada, Gabriela ni siquiera nos notaba. Yo reí, volteé a todos lados e improvisé.
Jalé de la mano a mi novia detrás de la cabaña, ella reía y me decía que estaba loco, “¡¿es en serio?! ¡Estás loco! ¡Nos van a cachar en la movida! Jajaja”
La cabaña estaba solo a unos metros de la fogata, pero exactamente al otro lado, la cabaña era grande, nos ocultaba por completo de las vistas curiosas que pudieran venir de la reunión en la fogata, pero Carlos y Tiffany estaban apenas del otro lado de la pared de madera, pensé que mientras no gritáramos Carlos y Tiffany no escucharían nada, además, estaba bastante oscuro detrás, tanto que teníamos que cuidar nuestras pisadas, no había alumbrado ahí detrás, solo el inmenso y oscuro bosque.
Llegamos detrás y ella reía mientras torpemente nos escondíamos en la oscuridad detrás de la cabaña, ella me decía que era una locura, sin embargo buscaba ansiosa mi verga en mis shorts, ella la sacó, yo estaba completamente erecto, ella de inmediato se ponía de rodillas y comenzaba a darme una mamada, una mamada profunda y desesperada, ella misma se provocaba arcadas metiendo mi verga hasta su garganta y la saliva escurría por todos lados, yo la tomaba de la cabeza y le follaba la cara fuertemente, me retorcía y gemía delicadamente, ella me permitía follarle la cara bastante fuerte sin quejarse, cosa muy rara en ella.
Ella me lamía las bolas, su cálida y húmeda lengua en mis bolas se sentía increíble, ella no era así, las mamadas eran algo que yo siempre tenía que pedir, nunca por su propia iniciativa y definitivamente nunca me lamía las bolas sin que yo lo pidiera, comencé con nuestro peligroso juego de nuevo… Pero estaba dispuesto a ir más lejos está vez, pensé seriamente que diría, tomé aire y me atreví…
Yo: te pone muy cachonda pensar en Randal ¿eh? – dije viéndola fijamente mientras ella lamía mis bolas
Alejandra: si, la neta si – me decía y lamía mi perineo sin dejar de verme a los ojos, me hacía retorcerme, ella no estaba ebria, ni acelerada como antes por tener mi verga castigando su coño, simplemente lo dijo
Yo: pues chúpasela a el… - dije viéndola fijamente, ella sonrió con mirada picara viéndome a los ojos
Alejandra: por mi perfecto – decía y comenzaba a chuparme la verga de nuevo, mientras reía, pero no parecía tomarle mucha importancia realmente, parece que solo seguía el sucio juego
Yo: es neta… - dije viéndola a los ojos, ella se puso como ninfómana a tragarse mi verga entera, la deliciosa sensación en todo lo largo de mi verga me hacía gemir y retorcerme, no pensé claramente, solo deje salir mis malas y cachondas ideas – le diré que venga – le dije histérico mientras ella me veía a los ojos con mi verga en su boca y se ponía aun más intensa con la mamada – es en serio… le diré que venga – dije demandando respuesta, la jale de la cabeza por el cabello retirándola de mi verga, un hilo de saliva iba de mi verga a su boca
Alejandra: dile – dijo en seco y esforzándose por regresar a mi verga, la dejé regresar, tomaba su cabeza y follaba su cara con fuerza, solo unos segundos, volví a retirarla de mi verga tomándola del pelo
Yo: quiero ver cómo le lames la verga – dije desesperado y viéndola a los ojos
Alejandra: yo quiero lamer su pinche vergota – ella dijo fácilmente, viéndome cachonda como el carajo, sin pensarlo, respondió por reflejo, y regresaba a seguir con su labor oral
Yo: ¡¡RANDAL!! – grité con fuerza, ella se retiró histérica y riendo nerviosamente, me golpeó el muslo con fuerza
Alejandra: ¿estás loco o pendejo o qué? ¡Jajajaja! – decía riendo nerviosamente y volteando a todos lados, era evidente que ella no me había creído
Yo: ¡¡RANDAAAAL!! ¡VEEEEN! – volví a gritar aún con más fuerza con un tono jocoso, ella se carcajeaba
Alejandra: ¡Franco! ¡cállate no mames! ¡Jajaja! – decía riendo nerviosa volteando a todos lados
Randal: ¿que pasoooo? – gritaba Randal con el mismo tono jocoso que yo desde algún lado, no se escuchaba demasiado lejos, ella se puso de pie rápidamente y me guardaba la verga en los shorts, mientras volteaba a todos lados asustada, me veía con los ojos completamente abiertos e intentaba taparme la boca, retiré su mano de mi boca
Yo: es neta… ¿Quieres chupársela? Neta neta – dije nervioso como el carajo, tenía la verga más dura que nunca, el corazón acelerado, la boca seca, me sentía asustado, nervioso y cachondo, ella se quedó callada viéndome a los ojos, parecía que mil pensamientos atravesaban su mente – no me enojaré en serio… ¿quieres mamársela? – ella me veía y luego veía a lo lejos, vigilando que nadie viniera, tomaba aire parecía que iba decir algo, pero sus palabras no salían
Randal: ¿Franco? – decía Randal y era evidente que estaba aun más cerca, ella abría los ojos por completo y apretaba mi mano muy fuertemente
Yo: ¿entonces…? No me enojaré en serio, neta – yo insistía desesperadamente
Alejandra: pe-pero, este, ammm ¡¿que le decimos?! ¡Estás loco!... – yo la veía fijamente sin decir nada, esperando respuesta, ella volteo a todos lados, rio nerviosa, me vio por última vez a los ojos, tomó aire, volteó al cielo, me miró de nuevo y respondió por fin – Ok… Vale – me decía y parecía preocupada, pero era evidente que quería
Yo: ¡ven wey estamos acá! – grité de inmediato apenas ella respondió, con un tono suficiente para la distancia que sentí que había entre nosotros 2
Randal: ok ok – respondía prácticamente dando la vuelta a la cabaña y revelándose, a unos 15 metros de nosotros 2
Ella me apretaba el brazo con fuerza, Randal parecía intentar aclarar la vista moviendo la cabeza a lo lejos para vernos bien
Randal: ¿hey que hacen acá tan escondiditos? Jajaja - decía riendo mientras caminaba hacia nosotros sin detenerse, casi podía sentir la mano de mi novia temblando mientras me sujetaba el brazo
Yo: hey ¿qué onda que pedo? – dije nervioso intentando pensar por dónde llevar la charla
Randal: ¿que andan haciendo acá pinches pervertidos? Jajaja – decía riendo sin dejar el tema, seguía caminando hasta nosotros, nos alcanzaba y se recargaba en la pared de la cabaña a solo un metro de nosotros, yo sabía que simplemente tenía que atreverme y que el modo más fácil, era el más corto, así que tomé aire y me atreví
Yo: jaja de hecho hablando de pervertidos, queríamos proponerte algo bastante pervertido – dije intentando no lucir nervioso ni patético, mi novia volteaba al piso deliberadamente evitando la mirada de Randal, el volteaba a verla con cara expectante, pero al ver qué ella escondía la cara, volvió la cara hacía mi
Randal: ¿que cosa? – dijo con una pokerface increíble, parecía completamente tranquilo
Yo: jajaja a mi novia le encantó tu vergota – dije riendo y los 3 reímos, se aligeraba el ambiente, me tranquilicé un poco
Randal: ¿ah si? – decía Randal con su sonrisa socarrona y buscando la cara de mi novia, ella reía nerviosa y por fin alzaba la vista para verlo
Alejandra: nomás poquito – decía sarcásticamente y todos reíamos de nuevo, simplemente decidí dar el paso al frente
Yo: la neta la neta… ella quiere chupártela wey – dije nervioso como el carajo, cayó como una bomba, silencio total, mi novia agachaba la cara de nuevo
Randal: jajaja ¿si?¿Alejandra? – decía buscando su cara de nuevo, ella alzaba la vista y se reía nerviosa, incluso en esa casi oscuridad total podía notar que ella se ponía roja como tomate
Alejandra: ¡ja! – exclamó nerviosamente mi novia, me volteaba a ver y yo solo me encogía de hombros ella volvía la mirada a Randal - … la neta si – decía asintiendo y acomodando su cabello intentando no ver a los ojos a Randal
Randal solo sonrió y tomó delicadamente de la mano a mi novia, ella me soltaba e iba hacia el, el la besaba apasionadamente, el se recargaba sobre la cabaña y tomaba con ambas manos el precioso culo de mi novia, bajaba la cara y besaba y lamía el cuello de mi novia, ella alzaba la cara disfrutando su lengua, vi hacia abajo y ella ya tenía la mano dentro de los shorts de Randal, habían pasado apenas algunos segundos y ella ya buscaba su premio.
Randal se bajó los shorts casi desesperado y su enorme verga salía de sus shorts de un salto, estaba semi erecto, parece que ahora sí lo tomamos por sorpresa, tomaba de los hombros a mi novia y la bajaba de rodillas de una manera firme, casi grosera, autoritaria. Ella obedecía y se ponía de rodillas de inmediato.
Verla tan pequeña y delicada, tan delgada e indefensa ante ese semental musculoso de casi 2 metros con su horrible verga en la cara de mi linda novia me daba escalofríos, estaba semi erecto y aún así esa verga flácida era más grande que la mía. Ella no hizo eso de ver la verga, tocarla, jalarla y luego empezar, ella hundió la cara directamente entre sus musculosas piernas y lamía obsesivamente las bolas de Randal, él se retorcía y restregaba su enorme saco escrotal contra la linda y pequeña boca de mi novia, dejando su verga sobre toda su linda cara, tomando su cabeza con ambas manos y empujándola hacia el.
Alejandra y yo éramos novios desde los 16, ahora teníamos casi 22, y yo sabía perfectamente que ella jamás había hecho nada sexual con nadie más que no fuera yo, pensar todo esto me tenía la verga dura como piedra.
Randal se retorcía y gemía sin vergüenza, creo que eso ponía más cachonda a mi novia que solo lamía con más fuerza las bolas de Randal, podía escuchar los obscenos ruidos húmedos de la saliva y lengua de mi novia en las enormes bolas de Randal, el me vio fijamente y sonrió casi malvadamente, yo no supe que hacer, así que baje la mirada y seguí viendo a mi novia mientras lo complacía.
Randal la jalaba del pelo de manera casi violenta y conducía su verga a la boca de mi novia, que la aceptó sin dudar. Él la tomaba con ambas manos y le follaba la cara con fuerza, despacio, pero con fuerza y por completo profundamente sin dejarla escapar, apenas cabía la mitad de la verga de Randal en la boca de ella y parecía que ella se esforzaba más que nunca abriendo demasiado la boca, era casi gracioso de algún modo. Ella daba arcadas escandalosas y cuando el la dejaba escapar unos segundos, ella respiraba histéricamente y reía nerviosamente, Randal la tomaba por la cabeza de nuevo y la regresaba a su tortura oral.
Él se dio la vuelta, la puso contra la pared de la cabaña, atrapada entre “la espada” de Randal y la pared, él tomaba las pequeñas manos de mi novia y las ponía sobre su bien formado trasero, le recogía el cabello con una mano, ella reía nerviosa viéndolo a los ojos sin soltar sus musculosas nalgas, “ahora sí vas a ver lo que es bueno…” Decía el sonriendo, ella reía, el la tomaba de la cabeza con ambas manos y comenzó a follarle la cara tan fuerte, rápido y profundamente que ella daba arcadas escandalosas, tuve miedo de que ella se molestará, como dije, ella no es tan oral, pero ella soportaba como una campeona las embestidas en su garganta que Randal le daba con su enorme verga, ya completamente erecta.
Randal follaba la cara de mi novia como si la odiara, y ella soportaba como si fuera un castigo que sabía que merecía, ella daba arcadas escandalosas y muy ruidosas, y Randal gemía tan despreocupadamente que tuve miedo de que si Carlos y Tiffany estaban despiertos, seguro podrían escuchar.
La saliva escurría exageradamente de la verga erecta de Randal y mi novia respiraba histéricamente cada que Randal tenía piedad y lo permitía, pero ella jamás soltó su bien formado trasero, una mano en cada nalga, ella cumplía sus órdenes al pie de la letra, la vista era sumamente erótica.
Randal: ¿te gusta mi vergota perra? – preguntaba Randal entre gemidos
Alejandra: ¡SI! – decía mi novia histéricamente y la verga casi me explota de escuchar su voz cachonda, Randal la regresaba a su verga y ella disfrutaba
Randal: ¿ella se los traga? – de pronto el volteó y me preguntó directamente mientras restregaba su verga profunda y fuertemente en la garganta de mi novia, el gemía y la cara se le retorcía mientras me veía sin vergüenza alguna, me tomó por sorpresa, absorto por el espectáculo, tanto que solo pude responder a medias, tartamudeando y con un tono algo patético
Yo: ummm no, o sea no sé, no siempre, este, o sea, no le gusta – recuperé confianza con cada palabra, el volvió a lo suyo – mejor no lo hagas – dije recuperando un poco la cordura dentro de toda esa locura, me parecía una frontera que no quería que el cruzara, pero él no me veía cuando dije lo último y aunque sé que me escuchó, pareció ignorarme
El seguía follando la cara de mi novia, todo parecía una eternidad, Randal follaba con tanta fuerza la cara de mi novia que sus arcadas eran absolutamente escandalosas y ruidosas, el gemía con fuerza y la llamaba puta, ella no soltaba sus bien formadas nalgas, el clavaba toda su verga con fuerza en la garganta de mi novia, ella daba arcadas, el gemía, dejaba su enorme verga dentro de la garganta de mi novia varios segundos disfrutando y gimiendo, el proceso se repetía. No podía creer que ella lo estuviera permitiendo, ella no era así, a mi siempre me detenía si hacía eso, incluso un poco molesta, a el se lo permitía y parecía disfrutarlo.
Yo de vez en cuando me asomaba para ver qué no viniera nadie, pero sin dejar mi lugar en primera fila.
De pronto el metió todo lo que pudo de su enorme falo erecto en mi novia, tal vez 3/4, recargaba su cabeza contra la pared que tenía enfrente, sin dejar de ver a mi novia hacía abajo, gemía con relajación y de manera más gutural que antes, yo sabía lo que significaba y de pronto una “claridad post orgasmo” me golpeaba, aunque no había tenido mi propio orgasmo… intenté detenerlo desesperadamente, como si su orgasmo significara la vuelta a la cruel realidad de nuestra retorcida fantasía
Yo: no creo que… - dije y no termine mi frase, sobresalía un buen pedazo de su verga por fuera de la boca de mi novia y pude ver claramente como su verga se retorcía violentamente en la boca de mi novia mientras Randal gemía con más fuerza y se retorcía, una típica verga palpitante teniendo un orgasmo
Mi novia hacia caras de asco, daba arcadas, pujaba y cerraba los ojos, el sonreía y gemía, intenté avanzar un poco hacia ellos, pero Randal alzó una mano hacia mí y me detuve, pude ver cómo su verga se retorcía con fuerza de nuevo en la boca de mi novia y ella daba arcadas y hacia caras de asco otra vez, cerrando los ojos y escuché claramente un obsceno “glú glú” de como mi novia tragaba y juro por dios que podía ver cómo la garganta de ella se movía, tragando con dificultad, yo me sentía furioso y celoso, casi grito, pero noté las manos de mi novia, bien firmes en el culo de Randal, ¡ella lo empujaba hacia ella! ¡Ella quería esa corrida!
Vi con impotencia como la palpitante verga de Randal se retorcía en la boca de mi novia tantas veces que me pareció que el exageraba, el gemía y ella hacia caras de asco tan exageradas y obvias que pensarías que iba a vomitar. Su verga se retorcía violentamente, Randal gemía sin vergüenza, mi novia hacia caras de asco, veía su garganta moverse y escuchaba el “glú glú” mientras tragaba con dificultad de nuevo… 5 o 6 largas y escandalosas cargas en la garganta de mi novia…
Por fin, el gimió con relajación y alzó la cara, su verga parecía relajada, ella no se movía. Me sentía traicionado, ella no tragaba mi corrida casi nunca, me pedía que le avisará y apenas le decía ella se retiraba inmediatamente a un lado, ella solo lo hacía cuando estaba especialmente cachonda, ebria o en fechas especiales como alguna clase de regalo y siempre me decía lo desagradable que era, no de mala manera ni atacándome directamente, pero lo decía.
“Iuck neta no entiendo a las que les gusta tragar corridas, neta no es lo mío” decía mientras raspaba su lengua con alguna sábana o sus dedos
Pero con Randal, parecía casi agradecida por como lo miraba sonriendo pervertidamente, mientras mantenía aún su verga en su cálida boca sin soltar sus nalgas
Randal se retiró lentamente de la boca de mi novia y su verga brillaba por toda la saliva de mi novia, el acariciaba la cabeza de mi novia mientras reía, ella tosía histéricamente pero reía también mientras acariciaba sus musculosos muslos y sus bolas.
Mi novia lamia sus bolas sin que él se lo pidiera y el reía un poco, “buena chica” mientras acariciaba su cabeza, “tu verga sabe deliciosa” ella le decía viéndolo a los ojos y sonriendo, yo me sentía agobiado. Ella hacía ese típico gesto de limpiarse las comisuras de los labios y se ponía de pie. El la ponía contra la pared, se besaban y el le metía la mano en su diminuto bikini de inmediato, mientras le besaba el cuello y ella gemía delicadamente, cabe destacar que ella no me vio en ningún momento, no se si porque estaba completamente perdida por cachonda, porque yo no le importaba en lo más mínimo en ese momento o por vergüenza.
Ellos estaban besándose y yo no sabía que hacer, mi verga seguía erecta como el carajo pero quería parar, me sentía patético, ellos se besaban, el la masturbaba y ella gemía un poco, ella le acariciaba las bolas intentando ponerlo erecto de nuevo, ella gemía demasiado y podía escuchar los húmedos sonidos de los dedos de Randal en el coño de mi novia, mientras ellos me ignoraban por completo.
Simplemente la tomé de la mano y la liberé de el, el me vio con una sonrisa burlona, ella fue directo a besarme sin resistirse, me arrepentí, su boca sabía salada y amarga, pude sentir su espesa saliva llena de semen de Randal aún, pero hubiera sido más patético parar, así que seguí besándola, le dije al oído que necesitaba follarmela ahora mismo, ella me sonreía cachonda.
Yo: nos vamos – dije con tono triunfal intentando levantar mi dignidad del suelo
Randal: mejor que venga conmigo, necesito ese lindo culo sobre mi verga – dijo sin vergüenza buscando su cara, ella abrió la boca, volteó a verme, no sé si buscando aprobación o simplemente no supo que decir porque la tomó con la guardia baja ¡¿ella en serio lo estaba considerando?! La odié un poco
Yo: ¡no! – dije casi histérico y evidentemente molesto, ambos lo notaron, ella me abrazó, el sonrió – ya hiciste suficiente, gracias jajaja – dije intentando recomponer el tono a uno más amable
Randal: jajaja ok ok no te preocupes amigo – dijo intentando tranquilizarme como si yo fuera un niño
Tomé la mano de mi novia y caminé solo diciéndole adiós con la mano, ella volteó la cara para decirle adiós, seguíamos caminando y ella reía nerviosa y seguía buscándolo con la mirada
Yo: ya basta ¿ok? – le dije molesto sin dejar de caminar
Alejandra: ¿estás enfadado? – de pronto ella parecía espabilar y tenía una cara de enorme preocupación – lo siento ¿ok? Me dejé llevar perdón – me decía desesperada, incluso me sentí mal
Yo: ok – dije en seco, llegábamos a nuestra casa de campaña, la abría rápidamente, ella parecía casi enojarse con mi tono
Alejandra: ¡también fue tu idea no te pongas así! – me dijo buscando mi cara, yo evitaba su mirada
Entre a la casa y la jalé dentro, ella me veía con confusión intentando averiguar que sucedía, yo la acosté en el suelo, le quité el bikini y comencé a darle sexo oral, tenía el coño tan húmedo, viscoso y delicioso…
Ella gemía y me tomaba la cabeza con autoridad con ambas manos, me restregaba el coño en la cara y me veía fijamente con una cara de lujuria que jamás olvidaré, ella no era así, ¿Dónde estaba mi tímida y tranquila novia? lamí unos segundos, intenté incorporarme y ella me sostenía la cabeza con fuerza regresándome a su coño “¡más!” me dijo con autoridad y yo seguía en mi labor oral, ella jamás había hecho algo así. Seguí dándole sexo oral varios minutos mientras ella me restregaba el coño en la cara sin dejar de verme fijamente a la cara, parecía poseída.
Después de algunos minutos ella daba un condón, casi como si fuera una orden, yo me lo ponía desesperadamente y me trepaba sobre ella a follarla a toda velocidad, sin importarme el ruido, sin importarme nada, entré tan fácil que me sentí humillado por saber que ella estaba así por el
Yo: ¿te gustó probar su enorme verga? – le decía histérico mientras me la follaba
Alejandra: si, mucho – me decía viéndome fijamente a los ojos y sosteniéndome del trasero
Yo: ¿te gustó tragarte su corrida? – le dije sin dejar de follarla
Alejandra: me encantó, sabía asquerosa, pero me encantó – me decía besándome y ese sabor aún estaba ahí, ella remataba – eyaculó un chingo me encantó eso, su verga se retorcía en mi boca
Yo: mañana le darás tu lindo culo – le dije de manera autoritaria
Alejandra: si – me dijo y nos fundimos en besos y en el sexo, hasta que eyacule ruidosamente y ambos gemíamos a todo volumen
Me derrumbe sobre ella, ella gemía y me besaba el cuello, me retiré lentamente, me quité el condón y ella veía atentamente, me lo pidió y lo inspeccionaba colgando de sus dedos “el eyacula más que tú jajaja” decía analizando el condón
“trágatelo” le dije, en juego y en serio, ella sonrió, lo volteó hacia su boca alzando la cara, lo aplastó hasta tragar todo. Ella tragó y me besó, ella jamás hubiera hecho eso, nunca. Ella no solía tragar en el calor de la cachondez de una mamada, menos de un asqueroso condón usado, el en serio la llevó a otro nivel.
Follabamos 3 veces más hablando sobre Randal todo el tiempo hasta que terminamos abrazados, exhaustos y sudados. Satisfechos.
Después de unos segundos ella se acomodó en mi pecho, la idea no me abandonaba, estaba loco, era una locura empujar aún más, pero ahora yo quería todo, ahora todo era más claro, era obvio que ahora ambos estábamos tranquilos después de saciarnos, pero decidí no retirarme en la última batalla, sabía que me arrepentiría, pero tomé aire y valor…
Yo: mañana le darás tu lindo culo a Randal… - dije nervioso con la voz quebrada y acariciando su suave espalda desnuda
Alejandra: ... Mejor no - dijo con tono preocupado
Yo: ¿por qué? – dije casi decepcionado
Alejandra: Franco - me volteó a ver desde abajo sin levantar la cara de mi pecho - esto es una locura, fue divertido, pero te enojaste o pusiste raro no se, no forcemos nuestra suerte, retirémonos mientras vamos ganando - me decía ella viéndome dulcemente - yo te amo no quiero arruinar las cosas - me besaba finiquitando el tema y regresando su cara a dormir. Su aliento aún olía al amargo semen de Randal.
Todo tenía sentido, sus palabras tenían sentido, y yo sabía que era mala idea, pero yo no quería retroceder, ahora la imagen de ella siendo follado por el era una obsesión, tenía que suceder...