Camionero portugués

Al tiempo tiempo le pido y el tiempo tiempo me da.

“Al tiempo tiempo le pido y el tiempo tiempo me da”, es cierto que el paso del tiempo amortigua el dolor y lo difumina, durante algún tiempo estuve sin querer salir en busca de “aventuras” pero como se suele decir, “la cabra siempre tira para el monte”, la relación con mi mujer ya era de amigos con derecho a roce en alguna ocasión y yo era un adicto a las pollas así que unos meses después de lo de Pedro comencé a salir y a conocer a otros machos.

Trabajo en una fábrica, en expedición, lo que hago es conducir una carretilla y cargar los pallets en los camiones, vienen de toda Andalucía, Extremadura y Portugal. Aunque en producción trabajan 24 horas los trescientos sesenta y cinco días del año, en expedición en el turno de noche y sábados y domingos sólo hay un retén, un trabajador por turno ya que el flujo de camiones es más reducido.

Aquel sábado estaba aburrido de verdad, era el turno de tarde, tan solo había cargado un camión, tenía la televisión puesta pero no le prestaba atención, era verano, hacía calor y el aire acondicionado no iba bien, me estaba quedando amodorrado, en esas me avisaron de que entraba un cliente, salí del despacho y arranqué la carretilla, el camión estacionó en la zona de carga, tenía matrícula portuguesa.

  • Boa tarde.

  • Buenas tardes.

  • Vehno carregar para Faro.

  • Vamos a comprobarlo, venga conmigo.

Le conduje al despacho, allí era donde se situaba el jefe de turno de expedición, comprobaba la matrícula de los camiones, ordenaba la carga y expedía el albarán, como estaba yo solo, ese trabajo me correspondía a mí y efectivamente, aquella matricula tenía prevista carga, salí, cargué los dieciséis pallets y volví al despacho.

Durante todo ese tiempo había estado mirando descaradamente a aquel tipo, alto, media igual que yo, sobre 1,85, fornido, ojos oscuros, cabeza afeitada, barba espesa, negra y bien cuidada, brazos fuertes, manos grandes, de uñas también muy cuidadas, piel morena, llevaba una camiseta de tirantas y en su pecho, sus hombros, sus brazos, incluso sus manos tenía abundante vello negro, todo un oso aquel señor.

  • Este es el albarán de carga – le dije – esta copia se la entrega usted a seguridad al salir.

  • Muito obrigado – se dio la vuelta para salir pero se volvió – você me olha (mira) muito, você gosta de mim?

Me pillo desprevenido, yo había sido muy descarado mirando pero no esperaba que reaccionara así, me pilló por sorpresa pero me repuse enseguida.

  • Jajjaajaaja, sí que me gustas, eres un tipo muy atractivo, la verdad, no me importaría echar un polvo contigo.

  • Jajajajaja, claro que sim, faz tempo que não estou com um homem e eu gosto de você, e queres que te foda?, Estou a avisá-lo, sou muito macho.

  • Mi nombre es Einar, y yo te aviso que soy muy puta.

  • Meu nome é José, onde podemos ir?

Me levanté del sillón, cerré la puerta, bajé las persianas, me desnudé por completo, me senté en la mesa y esperé a que José se desnudara, no me preocupaba que llegara otro camión, debían de avisarme de portería y tenia tiempo de sobra de vestirme si se diera el caso.

José era imponente, tenía un pecho poderoso, vientre algo prominente, piernas fuertes, completamente cubiertos de vello negro, y una polla que flácida se veía enorme.

  • ¡Madre mía! ¿Todo eso es tuyo? – José sonrió con esa boca suya deliciosa de labios gruesos y dientes blancos y perfectos.

  • Prepara o cu, vais gozar.

Se acercó a mi y me besó, me metió la lengua hasta la campanilla, me abrazó con sus brazos y movió su lengua en mi boca, las piernas me temblaban, hacía tiempo que un hombre no me besaba así, con tanta pasión, le agarré por la cintura y le apreté contra mi, nuestras lenguas se entrelazan, mordió mis labios, nos acariciamos…

  • Da a volta.

Comenzó a besarme el cuello, me mordisqueo la oreja, sentía su aliento en mi cara mientras me susurraba las cosas que iba a hacerme, acariciaba mi espalda con sus enormes manos, pegaba su cuerpo al mío.

  • Eu gosto muito de ti, tens un rabo (culo) maravilhoso.

Note que algo crecía rozándome el culo.

  • ¡Madre de dios!

Me di la vuelta, su polla estaba dura, si flácida me había parecido enorme, ahora era un verdadero monstruo, ¡con razón me había dicho que preparara el culo! me había comido alguna polla respetable pero no como aquella, no creía que me cupiera de ninguna manera.

Me agaché y olí aquella cosa, olía como debía, a polla, a macho, sus huevos eran grandes, peludos y colgónes, los agarré con una mano y comencé a masajearlos, abrí la boca e intenté meterme su polla.

  • ¡Cuidado, os dientes! – José se quejó, no me cabía, tuve que desistir, saqué la lengua, golpeé el frenillo, lamí todo el glande, el tronco hasta llegar a los huevos que chupé.

  • Sabes o que fazer com a boca, maricas, agora é a tua vez.

José me incorporó, me dio la vuelta y me hizo inclinarme apoyándome en la mesa, me hizo abrir las piernas, me abrió las nalgas y pensé “ya está, me va a reventar, me va a partir el culo”

  • Ten cuidado José, cuidado con ese monstruo por dios.

  • Calma mínha menina, sei o que faço, relaxe.

Era cierto que sabía lo que hacía, note la punta de su lengua en mi esfínter, sabía moverla el cabron, me lo llenó de saliva, luego metió uno de sus enormes dedos y lo movió dilatándome el ojete, volvió a usar su lengua y yo sacaba el culo para facilitárselo.

  • Você gosta disso, não é sua puta?

Ahora eran dos los dedos que estaban haciendo la labor de zapa en mi culo, de vez en cuando José soltaba un cachete haciéndome suspirar.

  • Aaah cabron, me tienes cachonda perdida.

  • Ainda não come di minha menina, agora verá.

Se incorporó, con su mano en la espalda me hizo inclinarme hasta apoyarme en los codos, me abrió los cachetes y puso la punta de su polla en mi ojete, yo sabía que dolería, lo que no sabía es si podría aguantar.

  • Despacio José, despacio por dios.

  • Relaxe minha menina, relaxe e será mais fácil, ja verá.

Comenzó a empujar, despacio, muy poco a poco comenzó a meter su monstruo en mi culo, el dolor llegó enseguida y cuando el cabezón aquél venció la resistencia de mi esfínter el dolor me hizo doblar las rodillas.

  • Ay, ay, ay mi culo cabron, me has roto el culo, ay hijo de puta ayyyyyy.

  • Ssshh cala-te, cala-te já verás como passa logo.

Se estuvo quieto esperando a que mi culo se acomodara al tamaño de su polla, yo mas que gemir sollozaba, pero el dolor iba desapareciendo, José continuó empujando para acabar de meter su verga pero ya el placer iba sustituyendo al dolor y cuando noté que sus huevos tocaban mi perinéo comprendí que tenía toda su polla dentro.

  • Aaah mi culo, cabron, mi culo, me has reventado el culo.

Comenzó a meterla y sacarla, muy despacio al principio para ir poco a poco incrementando el ritmo, cuando la metía creía que me mataba y cuando la sacaba le pedía que me la volviera a clavar.

  • Ay, ay que rico, que rico, cabron, follame, follame cabronazoooo.

  • Ta vendo, vadia (zorra)?, eu disse que ia gostar, vadia.

  • Ah, ah mi culo cabron, ay mis piernas, ay como me tienes cabron, mis piernaasss, no me aguantan cabron, hijo de puta, no me sostieneeennn.

  • Aguenta aí, bicha (maricon)!

José seguía moviéndose, incansable, metiendo y sacando su polla de mi culo, el corazón me iba a mil, mi cuerpo estaba completamente bañado en sudor, el sonido de su pubis golpeando mis nalgas me hacía suspirar, sus embestidas eran cada vez más fuertes, resoplaba como un semental, el placer era tan intenso que creía que me iba a desmayar.

  • plaf plaf plaf plaf.

  • ah ah ah ah aaah, mi culo, mi culo.

  • O teu cu é meu, puta, meu.

  • Plaf plaf plaf plaf plaf plaf.

Sus manos agarraban mis caderas, sus dedos se clavaban en mis carnes, su cadencia era rítmica, incansable, notaba sus huevos golpeando los míos.

  • Ay mi culo, no pares cabron, no pares, mi culo, mi culoooo

  • Você gosta do meu pau (polla) de verdade? Me diga, me diga que te arrebento a bunda (culo) com meu pau.

  • Ay si, siiii, adoro tu pooolllaaaa, destrózame cabron, ayyyyyy.

  • Puta puta puta, toma putaaaaaa.

No sabía cuanto tiempo llevaba así, ese portugués cabron no se cansaba, el culo me ardía, el corazón lo tenía desbocado, de pronto me empezó a temblar todo el cuerpo y me corrí, eyacule sobre la mesa de mi jefe sin necesidad de tocarme.

  • Aaaaaahhhh, me he corrido cabron, me has hecho correrme.

  • E agora voy eu, puta, aaah aaaaaahhhh.

  • Si cabron córrete, correteeee, lléname de leche.

Quería sentir su corrida llenándome el culo, quería sentir su leche caliente en mi interior, en esos momentos no me importaba el peligro.

  • Siiiii hijo de puta, dame tu leche, dame tu lecheeeee .

  • Vou encher días entranhas de leite, vadia (perra), Vou te engravidar (preñar). Aaaaaahhhh, uuuuffffffff.

Me agarró por el interior de los muslos y metió su polla hasta los huevos, se apretó contra mí y empezó a correrse, notaba los espasmos de su enorme polla cada vez que eyaculaba.

  • Ay si, si, deja preñada a tu puta cabron.

Se dejó caer sobre mí y tuve que soportar su peso durante unos instantes con su polla clavada en el culo.

  • Ay José, ay, casi me matas.

  • Minha menina, minha menina, que cu tens, minha menina. – me susurraba al oído.

Su polla comenzaba a aflojarse y yo notaba como su lefa comenzaba a salir, me sacó la verga y me di la vuelta, tuve que sentarme en el sillón, las piernas no me sostenían, su semen se salía de mi culo y caía sobe el sillón de mi jefe, me hizo gracia y me reí.

  • Você ri?

  • Sí José, me rio, estoy satisfecho y feliz.

Estaba hermoso, todo empapado en sudor, con la polla flácida ya, olía a macho y a sexo.

  • Foi… como se diz? Ah sim, um “polvo” maravilhoso.

  • Me has dejado el culo ardiendo cabron, aún no entiendo como me ha cabido “eso”.

  • Jajjaajaaja, é verdade que não há muitos rabos (culos) que aguentem este pau, minha menina.

  • Me lo creo cabron, me lo creo.

El ojete me estuvo escociendo una semana, esa polla había sido toda una experiencia, tuve que hacerme la prueba del sida, naturalmente dio negativo pero los tres meses de miedo que pasé no me los quita nadie. No me ha vuelto a pasar, no he vuelto a follar sin preservativos con nadie que no sea de mi absoluta confianza.

José y yo seguimos follando cuando viene a cargar, si no estoy trabajando me llama y follamos en la cabina de su camión, con condón, por supuesto.