Caminos de Sangre y odio (prefacio y prólogo)

PREFACIO:

Y  al final, la civilización llegó a su auge. Sus obras y gentes lo dominaban todo, desde los rincones más recónditos hasta  los cielos exteriores.

Pues tal era la magnificencia de la humanidad, que hasta cualquier objeto simple era pura maravilla. Las artes y las ciencias elevadas exponencialmente hasta límites inauditos servían a los hombres como medios rutinarios  para el trabajo y la satisfacción diaria.

Nada estaba fuera de control de los grandes hombres y mujeres de aquella época.

No había plagas, guerras, hambre, ni pobreza ni desigualdad, hasta  las enfermedades más virulentas que en otros tiempos hubiesen esquilmado a la raza, eran inocuas ahora debido a los avances obtenidos en todos los campos.

Incluso se sobrepasó el límite de los ciclos vitales, dando a luz a gentes imperecederas en el tiempo. Todos estaban unidos en una paz y armonía sin precedentes.

Pero la envidia y el ansia de poder están arraigadas  en el corazón de los hombres y nunca desaparece.

Y así comenzó el gran declive de la humanidad de aquellos tiempos que casi supuso el fin de todos.

Las terribles armas guardadas en lo más profundo del mundo fueron utilizadas, el vasto poder militar de los señores de los hombres se enfrentó entre sí, decenas de millones de personas murieron en los albores de los primeros días de la guerra, calcinados en milisegundos o simplemente vaporizados sin ni siquiera saber qué sucedía.

Más pronto que tarde, no quedaba ciudadano de a pie con vida, los restos de la humanidad eran las fuerzas militares de los altos señores, su último vestigio condenado a morir.

Los bosques se convirtieron en ceniza y los mares en desiertos de sal, el aire era puro veneno, y la lluvia ácida corroía todo lo que tocaba. En un mes, se extinguieron todos los animales del globo.

Entonces el mundo se volvió loco.

Volcanes explotaban aleatoriamente en furiosa cólera, los terremotos desgarraban los continentes, los vientos y tormentas de proporciones apocalípticas asolaban todo a su paso.

Pero aun así, los altos señores continuaban la lucha, ya que su poderosa tecnología así se lo permitía, en mitad de tanta destrucción.

Al año  de que comenzara el exterminio de la vida en la tierra, solo quedaban 3 de los 27 altos señores, y todos ellos estaban a un paso de la derrota o de una victoria de la cual solo heredarían las ruinas del mundo. En cierto modo, solo la derrota les aguardaba.

Fue en los días anteriores al final del exterminio, cuando uno de los altos señores restantes comprendió la locura que  ellos mismos habían desatado.

Fue como el desprenderse de una larga y pesada venda opresiva de los ojos.

Con los últimos restos de su poder y recursos, abandonó el conflicto para embarcarse en un proyecto quimérico capaz de enmendar aquel terrible error que habían comenzado al darse a las  armas.

De lo poco que se sabe de aquella era, salió un único nombre

“proyecto milagro”

Sus otros dos oponentes, oliendo la sangre de una presa fácil, se abalanzaron contra la última decencia y oportunidad del hombre con todas sus fuerzas.

Se cuentan muchas historias sobre el fin de los tiempos.

Lluvias de fuego, tornados eléctricos, explosiones que arrancaron la corteza del mundo junto con un sinfín más de historias inverosímiles aunque a la vez harto posibles.

El resultado no varió.

Cuando el final de la guerra llegó, una intensa luz cubrió el mundo durante semanas y el silencio se apoderó de todo.

Lo último que se supo de los grandes días pasados fue que el “proyecto milagro” se consiguió llevar a cabo al final del fin de los tiempos.

Solo un centenar de humanos consiguieron sobrevivir sin saber exactamente  el cómo o el porqué, pero lo habían conseguido, y  una vez comprendido el error de sus antiguos señores, se dedicaron a restaurar la raza.

Pero no eran científicos, si no los últimos soldados supervivientes, por lo que únicamente sabían manejar la tecnología, no reproducirla, así que lentamente,  la humanidad comenzó a involucionar tecnológicamente hasta los escalones más bajos de su inteligencia.

Pero no fue lo único ocurrido en aquellos días, algo con lo que no contábamos hizo acto de presencia antes de la involución, por lo que yo me retiré en las profundidades del mundo para descansar.

Capitana Ihieldanah Rienzk Agiosthai-mevare. Primer año del nuevo comienzo.

PROLOGO:

Hoy se cumplen 900 años desde la unificación del nuevo calendario europeo. Poco ha cambiado desde entonces.

Un continente sombrío a la vez que fragmentado en provincias y condados sumidos en interminables guerras que diezman a la población. Intrigas políticas se suceden en pos de adquirir un poder mayor.

Incluso el antaño glorioso imperio Britanno se ha derrumbado debido a las mentiras y sublevaciones incitadas desde las sombras, dejando unos territorios isleños divididos, con diferentes autoproclamados reyes.

Desde Francia hasta Jutlandia al norte, Italia al sureste, llegando a la frontera con la demencia de las tierras conocidas como los Balkans. Todo es locura y oscuridad, gobiernos se alzan para caer como torres de naipes. Hambre, ruina y enfermedad asolan todo un continente zarandeado a golpe de espada.

Hasta la única luz parece ceder.

El reino de España, antaño imperio, se ha visto reducido a los límites de su península. Pues profundo es el rencor, aun habiendo sido salvadores en vez de conquistadores.

Un año nuevo comienza

Un año nuevo de oscuridad.