Caminos (36)
La siguiente semana se reunió Raquel con Susy...
La siguiente semana se reunió Raquel con Susy, lo podían haber hecho por teléfono pero Raquel insistió en que comieran juntas. La llevó a su casa, se la enseñó y como hacía un bonito día comieron en el patio trasero. Susy le dijo que pronto empezarían a decorar la tienda y en poco tiempo estaría en funcionamiento, era un espacio grande pero como no sabían cómo irían las ventas al principio estarían solos ellos dos.
Raquel en cuanto pudo le sacó la conversación.
RAQUEL: ¿Qué te pasa Susy?, la llamada del otro día me preocupó.
SUSY: No lo sé, no estoy contenta con mi vida y no sé el motivo.
RAQUEL: Me cuesta creerlo, tú siempre has sido muy reflexiva, ¿no será que no quieres enfrontarte a la realidad?, te lo digo por experiencia, ya sabes que yo era así y me costó aceptarlo.
SUSY: Yo siempre he tenido las cosas muy claras, pero de un tiempo a esta parte no me entiendo ni yo. Desde que nos metimos a ayudar a Marina, después lo mal que lo hice contigo, como se me ocurrió decirte las animaladas que te dije…
RAQUEL: Siempre has estado enamorada de él, ese es tú fantasma del pasado, ¿verdad?
Susy apartó la mirada en silencio, le fueron cayendo lentamente las lágrimas por la cara.
SUSY: Cuando me lo presentó Gaby él ya estaba casado con Marina, me pareció un hombre sensible, buena persona, adorable, eso me ha parecido siempre, que es adorable, el típico chico que conocemos de jóvenes que es tan buena persona que no te atrae. Su matrimonio con Marina parecía tan aburrido, ella me hablaba con confianza y yo lo comparaba con Gaby pensando que tenía mucha suerte de estar casada con él. Cuando se separaron estaba tan mal, parecía tan vulnerable, al principio me daba pena y le daba caña para que se espabilase, le vi algo Raquel, no sé que fue, pasamos muchas horas juntos hablando, le vi algo en su interior que no lo tiene todo el mundo, cuando le hice cuidarse, ir a la peluquería, cambiar de ropa…
RAQUEL: Estaba muy guapo, yo también me di cuenta en la tienda.
Susy le daba la razón moviendo la cabeza.
SUSY: Lo empecé a ver de otra manera y la que siempre había tenido las cosas tan claras las empezó a no tenerlas tanto. Entonces Gaby, un día que nos vio hablando en el trabajo tuvo la idea de invitarte a cenar para que os conocierais, si después de tanto tiempo trabajando juntos no erais capaces ni de hablar cinco minutos seguidos se le ocurrió daros un empujoncito. Yo pensé que podía ser una buena idea, te conocía, sabía que tú no tenías ganas de relaciones serias, pensé, si se caen bien y van saliendo Raquel lo puede espabilar un poco con el sexo, que el pobre hacía una pinta de no enterarse de nada. Pero resultó que el “cabrón”, perdona, que el tío no era tan corto como parecía, aquella primera discusión solo conoceros vi que te contestaba y no se acobardaba, tenía agilidad mental para contestarte. Creo que allí me di cuenta del potencial que tenía, cuando tú me ibas explicando cosas que os pasaban, como mejoraba en la cama, como se preocupaba de ser bueno contigo y darte placer…
RAQUEL: Te ponías celosa, lo que no entiendo es porque nos ayudabas, gracias a ti pude dar muchos pasos para delante, si fuisteis vosotros quien nos animasteis a vivir juntos.
A Susy de vez en cuando se le escapaba alguna lágrima que se secaba con la mano.
SUSY: En ese momento era lo mejor, estabais enamorados, se os notaba de lejos. Tú que siempre habías sido tan fría con los hombres, que pensaba que te pasarías la vida sola, te veía enamorada hasta la bola de él. Yo pensaba, ¿cómo Oscar ha podido enamorar de esta manera a Raquel?, no lo entendía, no podía entender que hubiese avanzado tanto en tan poco tiempo, te tenía loca nena, y él lo estaba por ti…
RAQUEL: Y todavía me tiene.
SUSY: Lo sé, no sé como lo hicisteis pero creasteis algo entre vosotros tan fuerte, tan bonito, que me di cuenta que yo no lo tenía ni lo había tenido con Gaby. Ahí empezaron mis dudas que con el tiempo fueron aumentando, tenía celos de vuestra relación…
Se hizo un silencio.
RAQUEL: ¿Por eso intentaste separarnos?
SUSY: No, no, de verdad, todo lo contrario, me daba rabia que teniendo al hombre que tenías tan enamorado, que era incapaz de fijarse en otra mujer, tus celos le hicieran daño, que no fueras capaz de hablar con él y desaparecieras con tus tonterías me daba rabia. Y me daba rabia porque pensaba que si yo hubiera tenido a un hombre como él, no me habría separado para nada y lo hubiera cuidado siempre.
RAQUEL: ¿Entonces por qué te lo tiraste coño?
Susy volvió a apartar la cabeza llorando.
SUSY: Eso fue un gran error, ya te lo dije, no tenía que haber pasado, solo nos produjo dolor a todos. Yo estaba muy mal y él era tan dulce y cariñoso, me abrazaba y me daba tanta tranquilidad, nada nuevo, lo habíamos hecho muchas veces, delante de Gaby y de ti sin ningún problema, pero esos abrazos en ese momento me consolaban, me daban paz. Esa semana tú no estabas y pasó, Dios mío que llorera cogimos los dos sabiendo que la habíamos cagado.
RAQUEL: Folla bien ¡eh!
SUSY: Que tonta eres.
Raquel acercó la silla a su lado y le pasó el brazo por detrás del cuello, Susy apoyó la cabeza en su hombro llorando.
SUSY: Lo siento muchísimo Raquel.
Había pasado la tarde y no se habían dado cuenta. Oscar entró en casa dejando las llaves encima del mueble de la entradita como cada día, entró al salón y vio a Raquel con una chica en el patio, le estaba pasando el brazo por encima y parecía que la otra lloraba. Pensó que era Elisa, cuando salió y vio que era Susy se quedó de piedra.
Se miraron entre ellos y miraron a Raquel, Susy porque no sabía qué hacer, Oscar porque no entendía nada, hacía tanto tiempo que no se veían. Raquel levantó a Susy poniéndose las dos delante de Oscar.
RAQUEL: Abrazaros que es lo que tenéis ganas de hacer.
Oscar fue levantando los brazos y Susy se metió en medio de ellos, la abrazó con fuerza, como hacía él siempre, separó un brazo y se lo pasó a Raquel por la espalda, la acercó y le dio un beso en los labios como cada día cuando llegaba a casa, Oscar tenía a las dos mujeres más importantes de su vida juntas y abrazándolas, una le sacó de la depresión espabilándolo y la otra le enseñó a vivir, a descubrir el amor, el verdadero amor, una era su mejor amiga, la otra la mujer de su vida.
RAQUEL: Bueno, te quedaras a cenar, nos quedan cosas por hablar.
SUSY: Se me hará muy tarde para volver.
RAQUEL: Pues te quedas a dormir y vuelves mañana tranquila.
Mientras Oscar se duchaba ellas prepararon algo para cenar, sentados en la mesa…
OSCAR: ¿Habéis estado toda la tarde hablando?
RAQUEL: Sí, ha sido una tarde productiva.
OSCAR: ¿Sobre el negocio?
RAQUEL: No, de algo mejor.
Oscar las miraba a las dos sin saber de qué le estaba hablando Raquel.
SUSY: Me voy a separar de Gaby.
OSCAR: ¿No estáis bien?
SUSY: Sabes que hace tiempo que no lo estamos, no podemos seguir así. Le he enviado un mensaje para decirle que me quedaba la noche aquí, ¿tú crees que se ha preocupado de saber por qué?, me ha dado un “Ok” y a tomar por culo. Creo que si le dijera que he estado en una orgía con cuarenta tíos que me han follado uno detrás del otro se quedaba igual.
RAQUEL: Entonces, ¿el tema de la tienda puede cambiar?
SUSY: El negocio no cambiará nada, lo tenemos a medias, hace tiempo que tuvimos un problema económico, vendí unas tierras que me dejó la familia y nos hicimos socios, la tienda la ponemos en marcha sí o sí.
RAQUEL: Y el siguiente paso venirte a vivir por aquí.
Susy se quedó en silencio, Raquel la había pillado.
RAQUEL: ¿Por qué no me lo has dicho antes?
SUSY: Por qué sois la gente más cercana que tengo y quería estar cerca de vosotros.
RAQUEL: ¿Y qué te follara Oscar?
Oscar estaba bebiendo y lo escupió saliéndole el líquido volando por la mesa.
SUSY: No, eso no.
RAQUEL: Claro, con él ya saldaste la cuenta pendiente. Pero te falta saldar la nuestra.
Oscar se atragantó con la comida.
RAQUEL: Oscar cariño contrólate o no vas a salir vivo de esta cena.
SUSY: ¿Qué quieres decir con una deuda contigo?
RAQUEL: Vamos Susy, ¿no me digas que no te acuerdas del beso en la sala de mascaras del antro aquel?, te metí dos dedos en el chumino y sé que te gustó.
Susy se puso colorada apartando la vista, Oscar de todos los colores habidos y por haber.
RAQUEL: Vamos cariño no te pongas así, si a ella no le importa por mi puedes mirar.
SUSY: Nena, te has vuelto una pervertida.
Raquel rió y le dio un pico en los labios a Susy.
RAQUEL: No te preocupes, no es tan grave.
SUSY: Que cabrona, me las estás devolviendo todas una detrás de otra. ¿Dónde está aquella mujer tan celosa?
OSCAR: Eso hace tiempo que me pregunto yo.
RAQUEL: Aquella mujer se dio cuenta que la vida hay que vivirla con intensidad sin hacer daño a nadie. Vente a pasar el fin de semana con nosotros.
SUSY: Hostia Raquel, me estás acojonando.
OSCAR: Tranquila, siempre acaba consiguiendo lo que quiere, no te resistas que es peor, te envía a su amiga la asesina.
SUSY: ¿Qué amiga?
Raquel se descojonaba de risa.
RAQUEL: No le hagas caso, tú vente para aquí que lo pasaremos bien.
OSCAR: Sí, sí, tú hazle caso que verás.
Rieron con ganas, se volvían a juntar, Susy los había echado mucho de menos. Raquel también estaba contenta de volver a recuperar la amistad, la sinceridad de Susy durante aquella tarde le gustó. Cuando se fueron a dormir Raquel le dejó un camisón a Susy para que durmiera en la habitación de invitados, se acercó a ella y…
RAQUEL: ¿Quieres que te deje a Oscar esta noche?
SUSY: ¿Pero qué dices loca?
RAQUEL: Si me llegas a decir que sí te tiro por la ventana.
Se giró y se fue riendo, Susy la miraba alucinada, ¿cómo podía haber cambiado tanto aquella mujer?
Al día siguiente desayunaron juntos antes de irse a trabajar y Susy volver a su ciudad.
RAQUEL: No tardes mucho en venirte a vivir que tú amiga Marina ya está por aquí.
SUSY: No me jodas, ¿qué hace esa hija de puta aquí?
OSCAR: Ahora es parienta de Raquel.
RAQUEL: A mí no me toques el coño, será pariente de mi hermano en todo caso. Mi hermano está viviendo con su hermana y ella se ha venido a vivir con la familia.
SUSY: ¡Jooder!, pues vamos a estar distraídos.
Cuando volvió Oscar por la noche lo estaba esperando Raquel, solo entrar apareció ella y lo empujó contra la puerta, se arrodilló delante de él y le desabrochaba el pantalón.
OSCAR: Cariño que prisas, ¿no prefieres que me duche antes?
RAQUEL: No tengo tanto tiempo, te necesito ahora mismo que ya han pasado días dejándome a dos velas.
Le agarraba la polla y se la metía en la boca sintiendo como le crecía.
OSCAR: Que bien lo haces cariño, oye, lo de tirarte a Susy lo decías para tomarle el pelo ¿no?
RAQUEL: Ya lo veremos, ahora no me distraigas que tengo trabajo.
Le empezó a pegar unas succiones en la polla que le hacían gemir a Oscar, cuando se la puso tiesa la hizo levantar poniéndola a ella de cara contra la puerta, se arrodilló detrás metiéndose dentro de la falda, le bajó las bragas y le lamió el culo de arriba abajo, le mojó el ojete y siguió bajando, Raquel sacó el culo y le metió la lengua en el coño lamiéndoselo, se puso de pie y agarrándose la polla se la metió de un golpe, Raquel gritó y Oscar la volvió a penetrar con fuerza. Follaban duro, Raquel contra la puerta con la falda levantada y las bragas en los tobillos, Oscar detrás empujando con los pantalones bajados, le pasó una mano por delante y le acariciaba el clítoris sin dejar de metérsela con fuerza, Raquel gritaba cada vez más y se corrió con la boca abierta y los ojos cerrados.
OSCAR: ¿Ya estás más tranquila mi amor?
RAQUEL: Ni hablar, hoy te vas a tener que esforzar más.
La cogió en brazos y la llevó a la habitación con los pantalones bajados caminando como un pingüino, se desnudaron uno al otro y se estiraron besándose en la cama, Raquel se subió encima de él metiéndose la polla cabalgándolo.
RAQUEL: Ahora te voy a follar yo a ti mi vida, relájate y disfruta.
OSCAR: Relajado o no disfruto siempre, dale cariño.
Después del polvo pasional llegó el tranquilo y relajado, el de la piel de gallina, el de los sentimientos a flor de piel, de los besos y miradas a los ojos, de los gemidos suaves y sensuales, el polvo que a Raquel le hacía perder la cabeza por su amor, por el hombre de su vida, y el que Oscar se sentía dentro de ella como si fueran una sola persona. Se corrieron y se quedaron abrazados, se besaban mirándose a los ojos.
RAQUEL: ¿Te afecta que volvamos a recobrar la amistad con Susy?
OSCAR: Lo que me afecta es no saber qué vas a hacer con ella, miedo me das.
RAQUEL: Haga lo que haga será divertido para todos.
OSCAR: Eso me temía.