Caminos (35)

El martes se encontraron en la puerta del restaurante...

El martes se encontraron en la puerta del restaurante Raquel y Susy, Oscar trabajaba a aquella hora y no pudo asistir, la tensión se podía cortar con un cuchillo.

SUSY: Yo, primero de todo te quería pedir perdón…

RAQUEL: No te esfuerces, no te voy a perdonar en la puta vida, me lo avisaste y lo cumpliste en cuanto tuviste la oportunidad, eres una zorra. Dime qué coño quieres y acabemos con esto cuanto antes.

SUSY: Entremos a comer por favor, invito yo.

RAQUEL: Pues claro que invitas tú, solo faltaría que me costara dinero verte la cara con las ganas que tengo de rompértela.

Se sentaron en la mesa, Raquel pidió lo más caro de la carta, Susy la miraba con una sonrisilla y pidió el mejor vino.

SUSY: He estado haciendo estudios de mercado, en esta zona las ventas de nuestro negocio son altísimas, supongo que por eso una cadena tan conocida ha abierto aquí, curioso porque no hay ninguna gran ciudad cerca, supongo que los pueblecitos están creciendo y necesitan material.

RAQUEL: ¿Y a mí por qué coño me explicas tus problemas?

SUSY: Raquel coño, queremos ampliar el negocio abriendo aquí y quien mejor que tú para dirigirlo, te estoy ofreciendo un buen trabajo, bien pagado.

RAQUEL: Lástima que una hija de puta como tú tendrás que ser mi jefa.

SUSY: Raquel por favor, no hará falta ni que nos veamos, yo seguiré allí, tú puedes escoger a la gente que quieras para trabajar contigo, llevarlo como tú quieras, siempre que tengamos beneficios claro. Piénsatelo, madúralo con tranquilidad y volvemos a hablar en unos días.

Raquel la miraba desconfiando.

RAQUEL: Está bien, me lo pienso y te digo algo.

Susy se lo agradeció con un movimiento de cabeza y siguieron comiendo, paso un ratito sin hablar ninguna de las dos.

SUSY: Me he fijado que tienes un poquito de barriguita, ¿no será qué?

RAQUEL: Sí, lo es.

SUSY: ¿Estás embarazada?, ¿de Oscar?

RAQUEL: Pues claro que de él pedazo guarra.

SUSY: Claro, claro, ¿de quién va a ser?, ¿él lo sabe, habéis hablado después de lo que pasó?

RAQUEL: ¿Y a ti qué coño te importa?

SUSY: Raquel, sé que la cagué mucho, nunca tenía que haber pasado, fue algo muy rápido y no volvió a pasar. Oscar te quiere, siempre ha estado enamorado de ti y eres la única mujer que le importa.

RAQUEL: No, si encima me querrás convencer de que os lo pasasteis muy mal follando.

SUSY: Que fue un error que no tenía que haber pasado, eso es todo.

RAQUEL: Unos cabrones, es lo que fuisteis los dos.

SUSY: Que sí, que tienes razón, pero que quieres que haga, no puedo volver atrás. Solo puedo disculparme contigo.

RAQUEL: Métete las disculpas por el culo.

Acabaron de comer en silencio, se despidieron y Raquel volvió a su casa para esperar a Oscar. Cuando llegó se sentaron.

RAQUEL: Sabes, parece que toda la mierda se ha puesto de acuerdo y venir para aquí.

OSCAR: ¿Qué quieres decir Raquel?

RAQUEL: Susy me ha ofrecido dirigir una tienda que quieren abrir por la zona.

Oscar la miró pensando.

OSCAR: ¿Vale la pena?

RAQUEL: No lo sé, no hemos hablado del sueldo, pero supongo que valdrá la pena, al menos económicamente.

OSCAR: Económicamente puede, ¿pero por lo demás?

RAQUEL: No sabe que estamos juntos, no me ha salido del coño decírselo, y mira que me lo ha preguntado, que se joda.

OSCAR: Bueno, el trabajo te lo han ofrecido a ti, piénsatelo.

RAQUEL: Si digo que sí será por los dos, será para volver a trabajar juntos con mejor sueldo.

OSCAR: Mira, trabajar contigo sí que me hace ilusión.

Raquel se quedó pensativa, tenía que evaluar que hacer, seguro que la tienda la abrirían igualmente, si no lo hacían ellos lo harían otros, o peor, Susy viviría cerca dirigiendo la tienda nueva y eso le tocaría más los cojones, si lo hacían ellos todo eran ventajas, ganaban más dinero y a Susy la mantenían lejos.

A los dos días Raquel estaba con el móvil en la mano pensando, empezó a escribir.

RAQUEL: “Necesito saber dónde va a estar la tienda nueva, como va a ser de grande, cuanto voy a ganar y algunos detalles más que te iré preguntando.”

SUSY: “Te enviaré un informe completo del lugar, de los planos que tenemos y como nos gustaría que quedara, sobre tú sueldo lo tendríamos que hablar en persona y negociarlo si hace falta.”

RAQUEL: “De acuerdo, te paso mi email.”

Fue a ver a sus padres y habló un rato con ellos antes de dar el paseo diario, a medio paseo la llamó su hermano.

RAQUEL: Hola Álvaro.

ÁLVARO: Me di cuenta que no te hacía puñetera gracia el otro día cuando hablamos de la hermana de Elena, la que había estado casada con Oscar.

RAQUEL: Pues claro que no me hizo gracia, esa tía es muy rara, te voy a avisar, vigila con ella, todo lo que toca acaba mal.

ÁLVARO: Es para decirte que a finales de semana viene para quedarse a vivir, en principio en casa de sus padres, Elena me ha pedido que le busque un trabajo de administrativa en algún sitio.

RAQUEL: La madre que la pario, ¿no se podía quedar lejos la hija de puta?

ÁLVARO: Bueno, yo solo quería avisarte.

RAQUEL: Gracias Álvaro.

Aquel día se le estropeó el paseo a Raquel, aquella noticia no le gustó nada, recordaba cuando la vio abrazada a Oscar, la manera de abrazarlo no era de amistad, había algo más en sus ojos. Aquella vez se fue por sus inseguridades pero esta vez se enfrentaría a ella y a quien fuera, iba a defender su familia con uñas y dientes si hacía falta, estaba hasta el coño que se metieran en medio de su felicidad, si le tenía que sacar los ojos se los sacaba, a ella a Susy o a quien se pusiera por delante.

Lo habló por la noche con Oscar y le hizo tanta gracia como a ella. Confirmó con Susy un día para visitar la nave industrial donde pensaban montar la nueva tienda, estuvieron discutiendo su sueldo llegando a un acuerdo. Raquel le pidió a Susy para tomarse un café juntas, se sentaron en una terraza.

RAQUEL: ¿Por qué, por qué te tuviste que acostar con Oscar sabiendo lo enamorados que estábamos?, tantas horas que te pasaste ayudando a Marina para hacerle entender que lo que hacía no estaba bien, y tú acabas haciendo lo mismo.

SUSY: Sé que te puede parecer que lo tenía planeado, no es verdad, sé que te amenacé con hacerlo, pero lo hice para que no le volvieras a hacer daño a Oscar, no sabes lo mal que lo pasó el pobre cuando te fuiste sin decirle nada, no se lo merecía y tú lo sabes.

RAQUEL: Vamos tía, que tú hacía tiempo que no estabas bien con Gaby, y era por Oscar, ¿o no?

SUSY: Sí, sí, tienes razón, pero estaba mal porque sabía que estabais muy enamorados y no podía meterme en medio, no podía haceros esa putada.

RAQUEL: Pues nos la acabaste haciendo pedazo de cerda.

SUSY: Lo siento Raquel, lo siento muchísimo, nos arrepentimos al momento, fue un gran error. Gaby me había dejado, estaba cansada, había ayudado a todo el mundo para que estuviera bien y al final era yo la que estaba mal, tanto preocuparme por los demás y ni me enteré que mi marido tenía un lio, un mes tardé en enterarme y porque me lo dijo él. Cuando supe que era con Marina no me preocupe demasiado, sabía que Gaby no la aguantaría, una cosa es el sexo y otra convivir cada día con ella.

RAQUEL: ¿Estabas dispuesta a perdonarlo incluso antes de que te pidiera perdón?

SUSY: Pues claro que sí, le conozco bien y le quiero, sé que es difícil encontrar a otro hombre con quien compenetrarme tan bien como con él. Supongo que cada uno ve la vida a su manera.

RAQUEL: Yo no creo que hubiera podido seguir haciendo vida con Oscar como si no hubiera pasado nada.

SUSY: Fue un error Raquel, las personas nos equivocamos, tú, yo, todos, perdonar también se puede. Acaso Oscar no te fue sincero, si me hubiera pedido que nadie supiera nada de lo que pasó entre nosotros, yo hubiera sido una tumba, no te hubieras enterado, podríais haber seguido juntos felices y nadie se hubiera enterado. Pero él prefirió decirte la verdad, ya lo conoces, prefiere cargar con lo que sea que mentir, te fue sincero en algo tan duro y lo pagó con la soledad, sin la más mínima comprensión de la mujer que más quería…

RAQUEL: Y quiere.

SUSY: ¿Qué?

RAQUEL: Que si aceptamos trabajar en la tienda lo haremos los dos, y él tiene que cobrar lo mismo que yo.

SUSY: ¿Estáis juntos?

A Raquel se le escapó una sonrisilla pensando en él, Susy sonrió mirándole a los ojos. Raquel pudo ver que se alegraba.

SUSY: Si estáis los dos al frente del negocio sé que funcionará, me alegro mucho, y además esperando un bebé, debéis estar contentos.

RAQUEL: Estábamos contentos lejos de todos vosotros, a partir de ahora ya veremos, Marina también se ha venido a vivir con su familia aquí cerca.

SUSY: Con esa sí que vas a tener que controlar, es impredecible, ser tan hija de puta como para liarse con Gaby.

RAQUEL: Lo mismo que hiciste tú con Oscar, ¿o no?

SUSY: No Raquel, no fue lo mismo, lo nuestro fue en un arrebato sin pensar arrepintiéndonos al momento, lo suyo fue premeditado, trabajado durante un mes para vivir con él y que me echara a mí de su casa, es diferente, es frio, calculado y ejecutado sin importarle las consecuencias, solo pensando en ella.

Raquel no le dijo nada, le había quedado muy claro que fue un momento de debilidad por parte de los dos y que se habían arrepentido al momento no volviéndose a ver.

Por la noche se lo estaba explicando a Oscar cuando su hermano le envió un mensaje para quedar con ellos y cenar el viernes.

Susy y Gaby volvían a estar juntos, pero no era lo mismo, a ella le había fallado, tanto tiempo hablándose de ser siempre sinceros y cuando tuvo que serlo no le dijo nada hasta casi un mes después, que cagada, ella tuvo dudas y se las explicó, lo mantuvo informado en todo momento, ella misma no sabía que pasaría, estaba pasando un mal momento y Gaby no se preocupó de ayudarla, solo se preocupó del morbo, hablarle del otro sin saber quién era masturbándola o follando, no se paró a pensar que ella necesitaba un apoyo, alguien con quien hablar y sincerarse, él no le dio la suficiente confianza y ella no le dijo quien era el otro hombre. Y lo peor de todo es que le dijo que se fuera de la casa que habían estado siempre juntos para meter a Marina, a Marina nada menos, si hubiera sido otra lo hubiera podido entender, pero pedírselo para estar con Marina era de una falta de tacto total sabiendo lo que había hecho ella por recuperarla, los dos se comportaron como unos cabrones.

Cuando él volvió con el rabo entre las piernas lo aceptó, pensando que siempre les había ido bien y porque no podían seguir, la verdad es que algo había cambiado, y no el simple hecho de haberse follado a Marina, era la confianza, el poder contar con él para todo. Si hasta le confesó que habían follado con Oscar, y el tonto polla se pensó que fue un calentón repentino porque Raquel estaba fuera y no le dio la más mínima importancia, lo único que le interesó era si se lo había pasado bien y si Oscar follaba tan bien como decía Raquel, que gilipollas, ni se planteó que ella pudiera estar enamorada de Oscar, sabiendo que no podía hacer nada con él porque a quien quería él era a Raquel como había hecho desde el primer día que la conoció.

Pasó el tiempo y seguía con él entendiendo perfectamente lo que le pasó a Oscar con Marina, se estaba acomodando, no vibraba con Gaby como había hecho antes, le veía más defectos que virtudes y ella sabía que la relación no acabaría bien, tarde o temprano se rompería por algún lado.

El viernes estaba Raquel escogiendo la ropa que se iba a poner para cenar con su hermano y su pareja cuando llegó Oscar, le dio un beso en los labios y se tiró en la cama cansado del trabajo.

OSCAR: ¿Tienes ganas de cenar con ellos?

RAQUEL: Sinceramente, ninguna, pero es mi hermano y tengo que intentar no perder el contacto.

OSCAR: No es por él, es que pensar que su pareja es la hermana de Marina ya me da yuyu.

Raquel se sentó en la cama acariciándole la cara.

RAQUEL: Ya lo sé cariño, mientras se mantenga lejos no pasa nada.

Oscar se levantó con pocas ganas y se metió en la ducha, cuando salió Raquel se estaba poniendo las braguitas y tenía preparada toda la ropa encima de la cama para ponérsela, se acercó por detrás y le agarró el culo pasándole un brazo por delante besándole el cuello. Raquel reía.

OSCAR: ¿Cuándo volvamos me compensarás?

RAQUEL: Te compenso siempre que quieres, ¿o alguna vez te he dicho que no?

OSCAR: Eres muy buena conmigo, por suerte se te pasó la manía de tirarme cosas a la cabeza.

Raquel se giró abrazándolo, le dio un beso en los labios y le miró a los ojos fijamente con las dos manos de Oscar agarrándole el culo.

RAQUEL: Si te portas bien no te tengo que tirar nada a la cabeza, pero como me vuelvas a fallar te reviento a hostias.

OSCAR: Joder Raquel, con lo romántico que era el momento y te sale la vena pueblerina, me has recordado a la asesina de Elisa coño.

Rieron y Raquel le dio un golpe en el culo con la mano abierta.

RAQUEL: Venga vístete que llegaremos tarde.

Cenaron con Álvaro y Elena explicándoles que tenían proyectos de trabajo nuevos y que si salían bien podrían mejorar económicamente, no les dieron detalles porque todavía estaba todo por decidir.

Cuando llegaron a las copas parecía que estaban esperando ese momento para lanzarse.

ELENA: He hablado con mi hermana Marina, me ha dado recuerdos para ti Oscar, parece que no acabasteis mal.

A Raquel le empezó a subir el nervio.

OSCAR: No acabamos mal, la ayudé cuando le hizo falta pero nada más, ya le dije que mejor que cada uno tomara su camino.

ELENA: Pues no entiendo porque no podéis veros algún día y hablar.

Raquel explotó.

RAQUEL: Porque es una puta egoísta que solo piensa en ella, solo sabe dar por culo a todos los que la han ayudado.

ÁLVARO: Tranquila Raquel, no hace falta que te excites tanto.

RAQUEL: Me excito porque estoy hasta el coño de ayudar a la gente para que luego me jodan a mí, tú no sabes cómo es Marina, ni tú Elena tampoco, os va a joder sin dudarlo por su  beneficio, sino al tiempo.

OSCAR: Vámonos cariño, ya tendremos esta conversación con más tranquilidad con ellos, ahora no es el momento. Y vosotros haceros un favor y no confiéis en ella, la conocemos y sabemos de lo que es capaz.

Llegaron a su casa, Raquel estaba de muy mala hostia, entraron y tiró la chaqueta contra la pared, Oscar se la recogió colgándola.

RAQUEL: Nos va a intentar joder, ¿de qué coño viene que le dijera a Elena que te diera recuerdos?, sabía que nos cabrearía, al menos a mí.

OSCAR: Tranquila cariño, no la dejaremos, nosotros tenemos que ser fuertes.

RAQUEL: Y tanto que no la voy a dejar, esta vez no me voy a ir como una gilipollas asustada, le arranco la cabeza como intente algo, se la arrancaré y me mearé encima.

OSCAR: Joder Raquel, me acojonas cuando hablas así.

RAQUEL: Esta jodida loca no sabe con quién se la está jugando, voy a defender a mi familia como una leona, como una leona muy cabreada.

Oscar la abrazó tranquilizándola.

OSCAR: Como me gusta que mi leona defienda a su familia, además, una leona preñada debe ser todavía más peligrosa.

Raquel sonreía.

RAQUEL: No lo sabes tú bien lo peligrosa que puedo ser.

OSCAR: Si lo sé cariño, recuerda que casi me matas de un lamparazo.

RAQUEL: Nadie, nadie se va entrometer, voy a parir a nuestro hijo y seremos muy felices juntos, haré cualquier cosa para defenderlo.

OSCAR: Con mi apoyo, siempre me tendrás a tu lado amor.

RAQUEL: Pues porque no dejas de hablar y me llevas a la cama para follarme como sabes para calmar a tu leona.

OSCAR: Si la que no para de hablar eres tú.

RAQUEL: No me contestes y llévame a la cama coño.

Se morían de risa entrando en la habitación, Oscar le empezó a quitar la ropa…

OSCAR: Prométeme que no rugirás como una leona que me acojono y se me baja la polla.

RAQUEL: Calla tonto y cómeme el coño.

Al día siguiente se levantaron tarde, estaban desayunando cuando sonó el teléfono de Raquel.

RAQUEL: Hola Susy, ¿es que no puedes vivir sin hablar conmigo que hasta un día festivo me tienes que llamar?

SUSY: Perdona que te llame hoy, es que necesito hablar con alguien y no tengo a nadie de confianza.

Raquel se quedó en silencio, le iba a contestar que con ella había tenido confianza hasta que se puso tan borde, hasta que le quiso quitar a Oscar, pero le notó la voz tan jodida que no se atrevió. Se levantó de la mesa de la cocina donde estaba con Oscar haciéndole un gesto y salió al patio trasero.

RAQUEL: ¿Qué te pasa Susy?

SUSY: Que soy una idiota, he perdido las amigas con las que tenía confianza, una porque es una cabrona, Marina, la otra por culpa mía, tú, y ahora no tengo a nadie con quien poder hablar, tengo un bajón Raquel, desde que volví con Gaby ya no es lo mismo, no somos los mismos…, perdona, te estoy pegando un rollo que a ti te debe importar poco, lo siento, ya hablaremos…

RAQUEL: Espera, espera, te he preguntado qué te pasa porque quería oírlo, si te puedo ayudar en algo lo haré, si quieres que te escuche te escucharé.

SUSY: Gracias Raquel, no merezco que me prestes atención precisamente tú con la putada que te hice. Ya hablaremos.

Colgó el teléfono y se quedó preocupada, se lo explicó a Oscar que intentó contactar con Gaby, no le cogió el teléfono, lo llamó varias veces con el mismo resultado, pensó que tal vez estaba molesto con él por follarse a Susy, pero no podía ser porque en el tiempo que siguió trabajando después nunca le dijo nada al respecto, cuando dejó de trabajar para él hablaron y se despidieron tan normal.