Caminos (34)

El viernes, fin de semana ya liberados del trabajo descansaron por la tarde...

El viernes, fin de semana ya liberados del trabajo descansaron por la tarde y se vieron sobre las ocho para cenar los tres y tomarse unas copas. Raquel se puso un vestido que tenía a Oscar como una moto, no podía parar de tocarle el culo toda la tarde, cuando llegó Elisa no pudo evitar mirar para el techo resoplando, madre de Dios como venía la nena, entre las dos lo iban a llevar esa noche por el camino de la amargura, llevaba un vestido tan corto que cada vez que se giraba un poco rápido le enseñaba medio culo con el tanga, Oscar intentaba no mirar, entonces veía la sonrisilla maliciosa de Raquel cachondeándose, ¿lo habían hecho expresamente?, él no lo sabía, lo que sí sabía es como lo estaban calentando, ya desde el saludo efusivo de Elisa, abrazándolo dándole un par de besitos cariñosos casi frotándole las tetas en el pecho, pasando por la mano de Raquel que se “despistaba” tocándole el paquete cuando Elisa no la veía.

La cena una vez sentados en la mesa, que evitaba que les viera las piernas o algo más y con las manos quietas, fue agradable y divertida en la conversación, pero la cena acabó y se sentaron en el sofá para tomarse unas copas. Entre “toquecitos”, besitos e insinuaciones, Oscar empezó a sudar, aquello solo podía acabar de una manera y sabía que esta vez no se podría negar, cuando acabaron las segunda copa Raquel se levantó con Elisa.

RAQUEL: No dejaremos que Elisa se vaya a estas horas sola ¿verdad?

OSCAR: Hacer lo que queráis, diga lo que diga haréis lo que os dé la gana.

Raquel se acercó a Oscar agachándose sensualmente enseñándole el escote sacando el culo.

RAQUEL: ¿Me harás un favorcito hoy?

Oscar la miró con una sonrisilla, ya sabía por dónde iba la cosa.

OSCAR: Lo que tú quieras amor.

Sonrió contenta, se puso detrás de Elisa que le miraba el culo a Raquel mientras estaba agachada, le puso las manos en la cintura y las fue subiendo lentamente al ritmo de la música que sonaba, Oscar abría los ojos, las manos llegaron a las tetas agarrándoselas, Elisa cerró los ojos, Raquel le abrió la parte de arriba del vestido sacándoselas, Oscar tragó saliva, se la bajó por debajo de la falda del vestido y la subió lentamente pasándosela suavemente por encima del tanga enseñándoselo a Oscar que suspiró.

Empujó a Elisa sentándola encima de Oscar que la agarró por la cintura, se dieron un piquito, se miraron a los ojos y se engancharon los labios sacando la lengua, Raquel le acariciaba la cabeza a Oscar animándolo a seguir. Elisa levantó el culo, Raquel le metió mano en el coño por encima del tanga haciéndola gemir, le desabrochó los pantalones a su pareja y se los bajó con la ropa interior quitándoselos, Elisa se puso de pie acariciándole la cara a Oscar, Raquel le estiró y le quitó el tanga, se volvió a sentar encima de la polla, a Oscar se le puso tiesa de golpe. Raquel se sentó a su lado besándolo, Elisa se movía rozándose el coño con la polla tiesa cerrando los ojos de lo cachonda que se estaba poniendo, Oscar miraba a Raquel a los ojos y ella sonreía besándolo con cariño, un gemido de Elisa al empalarse hasta el fondo los devolvió a la realidad, se movía y gemía con la polla de Oscar dentro, Raquel se levantó bajándose las bragas, se quitó el vestido y se quedó en pelotas, se subió al sofá y le puso el coño en la boca a Oscar que se lo comió excitado perdido, entre Raquel y Elisa lo estaban volviendo loco, por primera vez iba a follar con dos mujeres y no quería hacer el ridículo. Las tenía a las dos gimiendo y a él se le pasó todo el catálogo de productos del trabajo por la cabeza, desde las hormigoneras hasta las sierra de calar, le venía a la cabeza la primera vez que lo hizo con Raquel y le aparecían los productos en su cabeza, él alucinaba por la situación y por lo traicionera que era su puta cabeza pensando en eso, los gemidos iban en aumento y le vino otra cosa en que pensar, ¿cómo coño Raquel era capaz de hacer algo así siendo tan celosa como había sido?, ¿tendría algo que ver la amistad con Elisa para ese cambio? O ¿es que Raquel no lo quería tanto como antes?

No tuvo tiempo a pensar más, se corrieron las dos, se levantaron, se miraron con una sonrisa y lo agarraron una de cada mano llevándolo a la cama. Lo desnudaron, se lo folló Raquel comiéndole el chichi a Elisa, se besaron entre ellas mientras él se follaba a una metiéndole dos dedos masturbando a la otra, encima, a cuatro patas, se iban moviendo por la cama, ellas se corrían varias veces y a él le salía humo de las orejas de lo caliente que estaba. Lo acabaron poniendo de pie al lado de la cama, Raquel se arrodilló delante de él cogiéndole la polla pasándole la lengua por los lados, Elisa lo hizo detrás lamiéndole el culo y amasándole los huevos, la cabeza de Oscar ya estaba en otro planeta, se le habían ido todos los pensamientos idiotas y solo sentía placer, Raquel le comía la polla como sabía que a él le gustaba, Elisa le abría las nalgas para pasarle la lengua por el ojete. Se pusieron las dos delante pasándose la polla de una a la otra, Raquel le metió un dedo en el culo haciéndole un masaje prostático y las piernas le empezaron a flaquear, las mamadas eran más intensas y él les acariciaba el pelo a las dos, Elisa lo pajeaba metiéndosela en la boca a Raquel que se la succionaba todo lo que podía, lo volvía a pajear y se la volvían a succionar, dio un grito de gusto, Elisa no dejó de hacerle la paja apuntándose a la boca, lanzó el primer lechazo que entró directo en la boca, el segundo en la de Raquel, a partir de ahí fue un descontrol llenándole las caras de leche. Cuando acabó respiraba como un animal intentando recuperarse, ellas se reían mirándolo cayéndoles la leche de la cara a las tetas.

Después de ducharse se metieron en la cama los tres, una a cada lado con sus cabezas apoyadas en cada hombro, Raquel le habló al oído.

RAQUEL: Gracias por el regalito.

La besó en los labios, giró la cabeza y le dio un piquito a Elisa que los miraba sonriente, ellas se durmieron apoyándole una mano cada una en su pecho. Él no podía conciliar el sueño pensando en lo que había pasado y como estaba en ese momento, con dos tías imponentes una a cada lado en la cama. Sabía que tarde o temprano acabarían haciendo el trío, de lo que no estaba seguro es de cómo seguiría la relación con Raquel y con Elisa, si a partir de aquella noche cambiaría algo o seguiría todo igual, puede que fuera imposible, habían dado el paso y por cómo había ido no parecía que sería la última vez. A él evidentemente no le desagradó, tendría que ser idiota para no gustarle, una cosa era intentar no llegar a ese punto por respeto a Raquel y para intentar tener una relación “normal” con ella, pero viendo como lo empujaba a hacerlo estaba claro que lo veía de diferente manera que él, lo de la relación normal le sudaba el coño.

Oscar se despertó, las chicas dormían, besó a Raquel en la cabeza y ella la giró mirándole los ojos con una sonrisa, se besaron los labios y él se metió entre las sabanas buscándole el coño para comérselo, los gemiditos de Raquel despertaron a Elisa que se juntó a ella besándola, Oscar le metió la mano en medio de las piernas acariciándole el chichi, las chicas se comían los labios y él les comía el potorro por tiempos a una o la otra. Mientras él se centraba en el clítoris de Raquel Elisa le puso el coño a Raquel en la boca, a Oscar se le puso la polla como una piedra de dura viendo como Raquel le pasaba la lengua por el coño a Elisa, se arrodilló y le levantó las caderas metiéndosela hasta el fondo, Raquel gritó, Elisa le apretó el coño contra la boca, Oscar se mojó un dedo de saliva y le metió la punta en el culo a Elisa que gimió fuerte. Cuando Raquel se corrió Oscar estiró de las caderas de Elisa poniéndola a cuatro patas encima de Raquel, se la metió de un golpe en el coño haciéndola gritar, Raquel la abrazaba y Oscar la penetraba con golpes de caderas duros y secos a la vez que le metía dos dedos en el culo, Elisa gritaba de gusto moviendo todo el cuerpo, Raquel bajó una mano frotándole rápido el clítoris, Elisa se volvía loca de placer, Oscar gemía y gruñía, Elisa se corrió con un grito tremendo tirándole encima a Raquel una eyaculación vaginal mientras Oscar le llenaba el coño a lechazos sin dejar de mover los dedos en su culo. Quedaron los tres estirados en la cama recuperándose con una sonrisilla.

Se duchó Oscar y bajó a preparar el desayuno, las chicas se metieron juntas debajo del agua.

ELISA: ¿Dónde has encontrado a este hombre Raquel?, que suerte has tenido.

RAQUEL: Ya te lo dije, casi por casualidad, la jefa que tenía me invitó a una cena en su casa para que lo conociera, si supieras lo mal que empezamos y las discusiones que teníamos por todo.

ELISA: Pues chica, cualquiera lo diría, tenéis una complicidad que da envidia.

RAQUEL: Es el hombre que más feliz me ha hecho, y creo que también será un buen padre.

ELISA: Espero que seáis muy felices, os lo merecéis.

RAQUEL: Y tú que lo disfrutes.

Rieron, se secaron y se juntaron con Oscar para desayunar los tres.

Elisa después de desayunar se fue, Oscar y Raquel se tomaron otro café.

OSCAR: ¿Tienes la intención de que vivamos así siempre?

RAQUEL: ¿Cómo?

OSCAR: Raquel no te hagas la tonta que sabes de lo que hablo.

Se encogió de hombros mirándole a los ojos.

RAQUEL: ¿No te gusta?

OSCAR: Claro que me gusta follar con las dos, no soy idiota, lo que pasa es que no sé si me quieres tanto como antes o pasas de todo.

Raquel se levantó sentándose en su regazo, le pasó un brazo por detrás del cuello y lo besó acariciándole la cara, le miraba a los ojos enamorada y preocupada.

RAQUEL: Claro que te quiero, eres mi vida amor, no lo pienses ni un momento, te quiero con locura, como siempre lo he hecho…

OSCAR: Entonces como puedes aceptar que me folle a otra mujer delante de ti.

RAQUEL: No lo sé, con otra no podría, pero con Elisa es diferente…

OSCAR: ¿Y no tienes miedo de que me pueda enamorar de ella?

RAQUEL: Sé que aunque te enamores de ella no dejarás de quererme.

OSCAR: Me haces dudar, no sé si es que te has cambiado el cerebro o eres demasiado inocente, con las cosas que has vivido ya tendrías que saber que no te puedes fiar de nadie.

RAQUEL: Pues yo de ti me fio y de Elisa también.

OSCAR: No sé Raquel, no sé donde irá a parar todo esto.

RAQUEL: El tiempo lo dirá.

Se abrazaron y besaron, Raquel se giró sentándose encima de él con una pierna por cada lado, se frotaba el chichi suavemente con el paquete de Oscar

OSCAR: ¿Tú me quieres matar a polvos en cuatro días?

RAQUEL: ¿Te lo has pasado bien?

OSCAR: Sabes que sí.

RAQUEL: Así no te importará que juguemos con Elisa.

OSCAR: ¿A eso le llamas tú jugar, y ella qué piensa?

RAQUEL: Se lo preguntamos esta noche que vendrá a cenar.

Se quedaron abrazados, Oscar le besaba la cabeza de vez en cuando y Raquel el cuello. Se sentían unidos y tranquilos, se preocupaban de ellos y dejaban que la vida fuera pasando.

Por la tarde miraron una película y se prepararon para la hora que había quedado Raquel con Elisa. Llamó a la puerta vestida impecable como siempre, una minifalda que quitaba el hipo y una camisa medio transparente que dejaba intuir el sujetador. Raquel le abrió la puerta ofreciéndole la mano que Elisa cogió, la hizo pasar y le dio un beso en los labios, mientras Oscar se arrodillaba detrás de ella y le levantaba la falda metiéndole la cara en el culo besándoselo, con Raquel se daban las lenguas, él le apartaba las bragas y las nalgas para lamerle el ojete, a Elisa que no le habían dejado tiempo para nada, gemía por los lametazos de Oscar y los dedos de Raquel que jugaban con su coño por dentro de las bragas. La estiraron en el suelo, Raquel le comía el coño y Oscar le ofrecía la polla para que se la metiera en la boca, se corrió por los chupetones de su amiga en el clítoris y los dos dedos que se la follaban a la vez.

La llevaron a la habitación, le quitaron la ropa, Raquel se estiró en la cama, Elisa encima a cuatro patas besándola y acariciándola, Oscar detrás de Elisa le metía la polla en el coño con suavidad, Elisa gemía besando a Raquel a la vez que esta la masturbaba y ella le amasaba las tetas, Oscar fue acelerando las penetradas, Elisa gemía más fuerte y Raquel le frotaba el coño con más velocidad.

ELISA: Me volvéis loca cabrones.

RAQUEL: Vamos que te vas a mear de gusto cabrona, Oscar dale más fuerte.

Él le empezó a dar unos pollazos tremendos en el coño, Raquel le aceleraba el frotamiento haciendo un ruido con el roce de la humedad, Elisa gritó y se meó de gusto encima de Raquel que le sonreía. No la dejaron casi ni descansar, Oscar se estiró poniéndose un condón, Raquel ayudó a Elisa a estirarse encima de él de espaldas, le cogió la polla a Oscar y se la metió en el culo a Elisa que se dejó caer para penetrarse completamente, se fue moviendo empalándose una vez detrás de otra, Oscar resoplaba amasándole las tetas pasándole las manos por delante, Raquel arrodillada en medio de sus piernas le acariciaba el coño, de pronto le metió dos dedos follándosela, Elisa gritó que se le salían los ojos de las orbitas, le temblaban las piernas sin dejar de moverse follándose a Oscar con el culo, Raquel le metía y sacaba los dedos cada vez más rápidamente, a Elisa se le subían los colores, estaba reventada pero aquellos cabrones la tenían tan excitada que no podía parar de moverse, Raquel le metió un tercer dedo moviéndolos de lado dentro del coño, Elisa gritaba más fuerte, Oscar le metía un dedo en la boca que ella chupó como si fuera una polla, Raquel juntó un cuarto dedo y se los metió de golpe, Elisa pegó otro grito tremendo, Oscar movió con fuerza las caderas penetrándole el culo, Raquel aceleraba los movimientos de los dedos y Elisa se volvió a correr sacando una tremenda eyaculación vaginal en varios disparos mientras Raquel sonreía y Oscar alucinaba.

Elisa se quedó a un lado recuperándose, estaba destrozada. Raquel le quitó el condón a Oscar y se sentó encima metiéndose la polla en el coño cabalgándolo suavemente, besándose, acariciándose, sintiendo cada movimiento, como a ellos les gustaba, como si no hubiera nadie más en la capa de la tierra. Elisa a su lado no se perdía detalle de cómo se le ponía la piel de gallina a su amiga Raquel, como disfrutaba de cada penetrada, como se aceleraban poco a poco gimiendo los dos con unos besos de enamorados, Oscar la giró poniéndose él encima, Raquel levantó las rodillas para que la pudiera penetrar más profundamente y le agarró el culo con fuerza, él subía y bajaba la cintura dándole cada vez un golpe más fuerte al coño de Raquel que empezaba a gritar descontrolada, estaban a punto de correrse cuando oyeron un gemido de Elisa, la miraron y se estaba haciendo una paja mirándolos, con las pocas fuerzas que le quedaban se excitó viéndolos y se estaba masturbando moviendo la mano por encima de su coño con los ojos muy abiertos, se corrieron los tres a la vez. Oscar le acarició la carita a Raquel besándola, Elisa se dejó caer en la cama destrozada.

Cenando Raquel le hizo la pregunta a Elisa.

RAQUEL: Hablamos con Oscar de esta situación, ¿tú qué piensas?

Elisa los miró a los dos sin dejar de comer hablando con la boca llena como sin darle importancia.

ELISA: Yo no quiero pensar chicos, mientras vosotros queráis yo encantada.

OSCAR: Pero tendrás que tener algún plan de futuro o algo.

ELISA: Mi único plan es que mis hijos sean felices y crezcan sanos, todo lo demás me lo paso por el coño.

OSCAR: Ya, ya, de eso ya nos hemos dada cuenta.

Raquel le dio un golpe en la cabeza mientras reían los tres.

RAQUEL: Calla animal.

ELISA: Es así, yo solo quiero pasar buenos momentos y tener unos amigos como vosotros con los que hablar y apoyarme en los malos momentos.

Raquel y Oscar se miraban sin saber que decir.

Se tomaron unas copas y se fueron a la cama, esta vez “solo” a dormir, ya habían tenido suficiente sexo.

El domingo por la mañana Elisa se fue dejándolos solos todo el día, lo pasaron relajados haciendo planes de cómo sería la habitación del bebé. Raquel quería esperar a saber si era niño o niña para escoger los colores, Oscar la abrazaba y sonreía de verla tan feliz pensando en el futuro.

Todo muy bonito hasta que Raquel recibió un mensaje que al leerlo le cambió la cara, Oscar se incorporó en el asiento mirándola.

“Hola Raquel, soy Susy, ya me imagino que debes de estar sorprendida, primero me gustaría pedirte perdón por lo que pasó, estaba en un mal momento y me dejé llevar, no lo tenía que haber hecho nunca y faltarte el respeto como lo hice. Nos equivocamos, Oscar se fue del trabajo, está muy arrepentido y te quiere, no sé si habéis vuelto a contactar, espero que sí. Bueno lo que me gustaría es hablar contigo, no te preocupes, es de trabajo y creo que nos conviene a las dos. Dime donde nos podemos ver para hablarlo en persona, de verdad que no te arrepentirás.”

Raquel lo leyó con atención pasándole el móvil a Oscar para que lo hiciera él.

OSCAR: ¿Qué crees?

RAQUEL: No lo sé, no me gusta mucho esto, pero tal vez tendríamos que oír lo que tiene que decir.

OSCAR: Buff que pereza, y si nos vuelven a liar con sus mierdas.

RAQUEL: De eso no te preocupes, ya me cuidaré yo de que no sea así.

OSCAR: Pues vamos a escucharla.

Raquel empezó a escribir.

RAQUEL: “¿Te acuerdas del restaurante donde comimos?”

SUSY: “Sí, ¿quieres que nos veamos allí?”

RAQUEL: “El martes a las dos.”

SUSY: “Allí estaré, no te arrepentirás.”

Se miraron con Oscar, no lo tenían nada claro, pensaron que siempre tendrían la decisión final ellos si no les interesaba lo que tuvieran en la cabeza aquellos dos.