Caminos (32)

Oscar se quedó blanco...

Oscar se quedó blanco, no se lo podía creer, si no fuera por lo seria que estaba ella hubiera pensado que le tomaba el pelo.

OSCAR: No puede ser, a ti no te han gustado nunca las mujeres, ¿no?

RAQUEL: No, pero al estar ella separada y yo sola pasábamos muchas horas juntas, siempre hemos tenido mucha confianza y hablábamos de cualquier tema sin problemas, un día salió la conversación de cómo sería hacerlo con otra mujer. A mí me quedó algo dentro el día que fuiste a hablar con Miriam en la sala de máscaras, Susy me besó en los labios con la excusa de disimular, y no sé, me gustó. Lo demás ya puedes imaginártelo, una cosa llevó a la otra…

OSCAR: Ya, ya, ya, no hace falta que especifiques.

Oscar alucinaba, pensar en ellas dos en la cama todavía alucinaba más, no entendía que tipo de relación sería la que tendrían, si hubiera sido un hombre le sería más fácil entenderlo, pero con una mujer le costaba de verlo, se dio cuenta que él no había evolucionado tanto. Sobre todo por la forma que ella se comportaba, no le pareció en ningún momento que tuviera problemas para volver con él, se le veía enamorada, cuando la tocó, la acarició y le hizo el amor fue como siempre, pasional, dulce.

OSCAR: Entonces, ¿Qué plan tenemos, voy a tener que aceptar que tienes una amante o algo así?

RAQUEL: No, ella sabe que quiero estar contigo, fue una nueva experiencia pero nada más. Lo único es que te lo quería decir antes de hacer nada, para que lo supieras y tomaras la decisión que tuvieras que tomar. Así que tú decides, yo te he sido sincera, no te lo podía esconder.

OSCAR: Joder, ahora la entiendo, me parece que está celosa.

RAQUEL: Un poquito sí, pero ya se acostumbrará.

Todas las ideas preconcebidas que había tenido Oscar del pueblo se le estaban escapando a toda prisa, vida tranquila y relajada, gente tradicional, una porra, de entrada su novia ya se había enrollado con una tía, o tenía una relación, porque vista la reacción de Elisa no era precisamente de un encuentro casual o por experimentar, ella sentía algo por Raquel, sino, a que venían las amenazas y esas miradas asesinas que lo acojonaban.

A los pocos días ya estaban viviendo en la casa, se habían visto cada día y cada uno compraba alguna de las cosas que les hacían falta para empezar a vivir, hasta que tuvieron todo en orden de revista incluida la nevera llena. Y claro, para celebrarlo que mejor que una cena, con Elisa, Oscar viendo que no se la iba a quitar de encima ni con agua caliente se mentalizó a ser, “lo más agradable y simpático posible” con la asesina en serie que parecía Elisa cuando lo veía.

Esa noche Raquel, con la excusa que en poco tiempo no se podría poner los vestidos que tenía por el embarazo se puso uno que lo tenía loco, una minifaldita que al estar un poco más rellenita todavía se le subía más dejándole medio culo al aire cuando se despistaba, le había metido mano en el culo no sé cuantas veces y ella le había dado no sé cuantos manotazos para que se estuviera quieto antes que llegara la asesina. Cuando llamó Elisa fue a abrir él para ver si rompía un poco el hielo de entrada, se le cayeron los huevos al suelo, llevaba una camisa transparente que se le veía perfectamente el sujetador con unas tetas para caerse de culo, siguiendo con una minifalda que no se le veía el potorro de milagro, que ojos debía poner…

ELISA: ¿Qué pasa “degenerao”, no has visto nunca a una mujer?

Empezaba bien la noche por los cojones. Intentó disimular y avanzó la cabeza para darle dos besos, Elisa le paró la cara con la mano mirándole a los ojos.

ELISA: Por qué te hagas el simpático no te creas que me fiaré de ti.

Se miraban fijamente a los ojos, Elisa se relajó un poco y le dio dos besos muy lentos, oliendo y probando su piel con una mano en el hombro. Llegó Raquel donde estaban, ellos seguían mirándose y la mano de Elisa seguía en el hombro de Oscar, si ella no aparta la mirada yo tampoco lo haré pensaba él.

RAQUEL: Bueno parece que hoy habéis empezado mejor.

ELISA: A ti te caerá muy bien pero yo no le veo ninguna gracia a este hombre.

OSCAR: A Raquel seguro que se las ves todas.

Elisa se giró y volvió a encararse con él mirándose a la cara a un palmo de distancia.

ELISA: Eso no lo dudes, tiene muchas más que tú, ¿no sé por qué coño has tenido que aparecer?

OSCAR: Para tocarte los cojones a ti si te parece, porque la quiero y voy a estar con ella hasta que quiera, estés tú o no de acuerdo, me la suda.

ELISA: Que huevos tienes.

OSCAR: Tú los tienes más gordos que los míos y no te digo nada.

ELISA: Mal educado.

OSCAR: Zorra.

ELISA: Que te den por culo.

OSCAR: A ti más gilipollas.

Se iban acercando atravesándose con la mirada, Raquel se puso en medio separándolos.

RAQUEL: Vale, vale chicos, ya os habéis saludado, mejor entramos y nos tomamos algo para relajar el ambiente.

Cogió a Elisa de la cintura y se la llevaba para dentro, Oscar las seguía y pudo oír.

ELISA: No entiendo cómo puedes acostarte con eso.

OSCAR: ¿Le tiene que gustar más que le comas el coño tú?

Se giró como una fiera.

ELISA: Seguro que lo hago mejor que tú.

OSCAR: Y follártela también lo debes de hacer mejor, porque con ese carácter seguro que tienes un buen rabo hay debajo escondido.

Raquel se tapaba la boca para no reírse, estaba en un momento de su vida que le resbalaba todo, verlos discutir le divertía.

ELISA: No como tú que para vértela se necesita una lupa.

OSCAR: Pregúntale a Raquel cuando se corre a gritos con ella dentro.

ELISA: ¡Aaaarg!

Miró a Raquel.

ELISA: Como lo odio tía, no puedo con él.

Raquel la cogió por la cintura sentándola en el sofá, Oscar respiró profundamente.

OSCAR: Chicas, ¿queréis tomar algo?

RAQUEL: Para mí una cerveza.

OSCAR: Elisa.

ELISA: Vete a tomar por culo.

OSCAR: Eliiisa.

Levantó la mirada cruzándose con la de Oscar.

OSCAR: Elisa, ¿qué quieres tomar?

ELISA: Cerveza.

Se giró para ir a buscarlas.

ELISA: Por favor.

Oscar sonreía, parecía que se suavizaba la tensión, le empezaba a coger el gustillo a Elisa, discutir con ella le recordaba los primeros tiempos con Raquel. Llevó una cerveza para cada uno sentándose con ellas.

RAQUEL: Has visto cariño que guapa va Elisa.

OSCAR: No me he fijado.

Elisa le volvió a hacer la cara de asesina.

OSCAR: Es broma, es broma, esta guapísima y muy…

ELISA: ¿Muy qué?

OSCAR: Provocativa, que vas muy sexi. Aunque más va Raquel que se le ve medio culo.

Elisa miró a Raquel.

ELISA: ¿Cómo que se te ve medio culo?

OSCAR: No te irás a asustar, se lo debes de haber visto entero más de una vez.

ELISA: El coño también se lo he visto.

Oscar acercó la boca a Raquel.

OSCAR: ¿Te lo come bien amor?

ELISA: Que guarro eres, no entiendo cómo puede estar enamorada de ti.

OSCAR: Por qué se lo como mejor que tú.

Elisa estaba a punto de saltarle a la yugular, Raquel se volvió a poner en medio.

RAQUEL: Vale, vale, que al final nos haremos daño.

OSCAR: Está celosa Raquel.

ELISA: Y tú eres un cabrón.

Oscar se levantó con la cerveza mirando por el ventanal el jardín, Raquel se metió en la cocina con Elisa. Acabó la cerveza y fue con ellas para ayudarlas en alguna cosa, cuando entró Raquel estaba agachada buscando un plato y se le veían las braguitas, Oscar se acercó y le metió la mano agarrándole el coño, Raquel gritó.

ELISA: No la toques cerdo.

OSCAR: ¿Quieres que te toque a ti también?, me sobra una mano.

ELISA: Métetela en el culo gilipollas.

RAQUEL: Ya está bien joder. Tú, ven aquí.

Le dijo a Elisa que se acercaba sorprendida, la puso delante de Oscar que se quiso apartar y Raquel le empujó un hombro para colocarlo y que no se moviera, los dejó uno delante del otro, empujó a Elisa acercándola más, los dos estaban en silencio.

RAQUEL: Daros un beso.

Giraron la cabeza mirándola como pensando, “Esta tía está loca”

RAQUEL: Que os beséis.

Oscar le iba a dar un beso en la mejilla.

RAQUEL: Eh, eh, en los labios.

La volvieron a mirar asustados.

RAQUEL: Os besáis o me largo y os dejo solos.

Se miraron a los ojos y fueron acercando los labios poco a poco dándose un pico.

RAQUEL: Que mierda de beso.

Le cogió las manos a Elisa poniéndoselas por detrás del cuello de él, las de Oscar por la espalda de ella, los miró y les hizo un gesto con la cabeza dándoles la salida. Se volvieron a mirar a los ojos, cuando estaban a punto de tocarse los labios Raquel les pasó un brazo a cada uno por la espalda juntándolos más, los cuerpos se tocaban, las tetas le presionaban en el pecho, los labios se juntaron unos en medio de los otros.

RAQUEL: Daros la lengua no seáis tímidos.

Elisa le ofreció la lengua a Oscar que la aceptó, se la fueron comiendo, Oscar quitó una mano de la espalda de Elisa pasándola por detrás de Raquel agarrándole el culo, separó los labios de Elisa y le metió la lengua en la boca a Raquel, separó los labios y Raquel besó a Elisa, Oscar le subía la otra mano por la pierna a Elisa cogiéndole el culo, debía llevar tanga porque no notó ninguna tela, pensó que la asesina tenía un culo prieto. Se pasaban los brazos por detrás unos a otros haciendo un corrillo cambiando los besos de una boca a la otra, Oscar avanzaba con sus dedos poniéndolos encima de los coños por detrás acariciándolos, la dos cerraron los ojos al notarlo, Raquel le agarró una mano a Elisa poniéndosela encima del paquete de Oscar que esas alturas tenía la polla tiesa gritando por salir. Estaban los tres que ardían.

ELISA: Dios como me estoy poniendo.

RAQUEL: Cómesela.

ELISA: ¿Qué?

RAQUEL: Que le comas la polla, o que le hagas una felación si te parece más fino.

Elisa se arrodilló desabrochándole el pantalón, se lo bajó con la ropa interior, se miró la polla que la tenía mirando al techo, la agarró y le pasó la lengua por encima de la punta saboreándole el líquido pre seminal, le miró a los ojos y se la metió hasta la mitad succionando, Oscar gimió, colocó a Raquel y la besó, le bajó las bragas y le metió la mano en el coño masturbándola, estaba ya mojada, le frotó el clítoris y le metió dos dedos en la vagina, Elisa se metía y sacaba entera la polla de la boca follándoselo, los dedos de Oscar se aceleraban, Raquel gemía con una mano agarrando la nuca de Oscar besándolo y la otra en la cabeza de Elisa acompañándola en la follada con la boca. Raquel se corrió gritando, levantó a Elisa y se arrodilló ella siguiendo con la mamada, Oscar miró a Elisa a los ojos y la besó con lengua, ella le pasó los brazos por el cuello, le bajó el tanga de un tirón, tenía el chocho empapado, hizo lo mismo que con Raquel, Elisa gritó mirándole a los ojos desafiándolo, le metió los dedos lo más profundo que pudo de un golpe seco, le sacó otro grito, la follaba con los dedos duro frotándole el clítoris de un lado al otro con el dedo gordo, Elisa se abrazó colocando la cabeza en el cuello de Oscar, le temblaban las piernas. Raquel succionaba la polla con fuerza sacándole gritos a Oscar, Elisa pegó un grito tremendo corriéndose temblándole las piernas que parecía que se iba a caer. Raquel sin dejar de pajear a Oscar estiró de Elisa para que se arrodillara con ella, se fueron pasando la polla de boca en boca, Elisa se la comía y Raquel le agarraba los huevos amasándoselos, Oscar gemía mirándoselas, era la primera vez que lo hacía con dos mujeres y estaba excitadísimo, Raquel le metió la punta de un dedo en el culo, pegó un grito, Elisa se sacó la polla de la boca pajeándolo rápido, pusieron las dos bocas delante, Oscar no aguantó más pegando lechazos a diestro y siniestro, el semen les entraba en la boca, les caía por la cara, los ojos, el pelo, aquello era un no parar de lo excitado que estaba, cuando acabó se la chuparon las dos, Oscar se aguantaba con las manos apoyadas en la encimera con la vista perdida, ellas se levantaron, se abrazaron los tres y se quedaron en silencio.

Nadie se atrevió a decir nada, se asearon y se sentaron a cenar, pasó un rato cuando Oscar quiso romper el hielo.

OSCAR: Yo es la primera vez que lo he hecho.

RAQUEL: Y yo.

ELISA: Álvaro me lo pidió varias veces y le dije que estaba loco, y hoy lo he hecho con este, hay que ver que vueltas da la vida.

OSCAR: ¿Qué te pasó con Álvaro?

ELISA: Creo que tener dos niños casi seguidos le afectó demasiado. Bueno, supongo que yo tampoco estuve muy a la altura y lo dejé un poco de lado. Es un cambio para la pareja, primero la cuarentena, mira que os cuesta entender que no está el coño “pa” farolillos, a los cuatro días ya insistiendo en que quería darle al asunto, anda por ahí hombre, haber parido tú y haber si tenías ganas entonces, que “pesao”.

RAQUEL: Pero se pueden hacer otras cositas y tenerlo contento.

ELISA: Sí claro, todo para él, ¿yo tengo que pensar en que él esté bien y él no puede pensar un poco en mí?

Raquel se encogió de hombros y Oscar prefirió no hacer ningún comentario, pensó que cada pareja en momentos como ese tendrían que buscar un equilibrio, pero como no se había visto nunca en esa situación no podía opinar.

ELISA: ¿Conocéis ya a la pájara que se ha buscado?

RAQUEL: Yo la vi una vez de lejos, la semana que viene quedaremos con ellos para cenar.

ELISA: Pues tiene una cara de puta que no puede con ella.

RAQUEL: Eliiisa.

ELISA: Lo siento Raquel, es que  me repatea que me pusiera los cuernos con alguien así.

Después de cenar salieron al jardín a tomarse una copa, las dos chicas se sentaron en un balancín y Oscar delante, se sentaron con las piernas lo suficientemente abiertas para enseñarles las bragas a Oscar que se estaba poniendo nervioso con aquellas vistas.

OSCAR: No es por nada chicas, pero me estáis enseñando las braguitas y me estoy poniendo nervioso.

Abrieron más las piernas y se pusieron a reír.

ELISA: Nena que novio tienes, nos acaba de meter los dedos en el coño y ahora se pone nervioso porque nos ve las bragas, manda huevos.

OSCAR: Es que no estoy acostumbrado a esto, con Raquel no me importa, me encanta que me haga estas cosas pero contigo, no sé.

RAQUEL: Te estás poniendo cachondo cariño. ¿No te gusta Elisa?

OSCAR: Raquel, entiéndeme, cuando estábamos juntos nunca hablamos de cosas de estas ni lo buscamos, creo que necesito un poco de tiempo para acostumbrarme, veros besaros o tocaros no sé exactamente qué sensaciones me produce.

Raquel le miró a los ojos y besó a Elisa, se daban la lengua y se acariciaban, Oscar no tenía claro si le estaban poniendo los cuernos o no, no sabía verlo, cuando él llegó Raquel ya estaba liada con ella pero todas las señales que le enviaba era de querer vivir con él, siempre pensó que volverían a ser una pareja “normal” pero con Elisa en medio todo cambiaba, ¿acabarían siendo un trío?, ¿cómo era posible que Raquel no sintiera nada de celos como antes?, o tal vez no había pasado el tiempo suficiente y volvería a ser la misma, dudaba, le veía un cierto pasotismo en las relaciones, ¿se abría vuelto a hacer un muro para protegerse?, ¿por qué cuando lo intentó en Ibiza no pudo hacer el trío y ahora sí?. Demasiadas preguntas y pocas respuestas, tendría que sentarse con Raquel tranquilamente para hablar de todas sus dudas.

Raquel lo miraba sonriendo, las dos hacía un rato que se estaban metiendo mano, bajó la mirada y vio que tenía un prominente bulto en el pantalón, no era para menos viendo a dos mujeres como ellas metiéndose mano delante de él sin ningún pudor.

RAQUEL: ¿Quieres venir con nosotras amor?

Oscar se levantó.

OSCAR: Creo que por hoy ya he tenido bastantes emociones, seguir vosotras, yo mejor me voy a dormir.

Elisa no le hizo ni caso y Raquel le miró preocupada, se dio cuenta que alguna cosa no estaba bien. Oscar se fue a la habitación pequeña pensando que si querían pasar la noche juntas lo hicieran en la cama de Raquel, tenía que aclarar unas cuantas cosas en su cabeza antes de poder seguir con su vida.

No pasó mucho tiempo que Raquel entró en la habitación ya cambiada con el camisón de dormir y se metió en la cama con él, le pasó un brazo y una pierna por encima colocándole la cabeza en el hombro.

RAQUEL: ¿Estás bien?

OSCAR: ¿Y Elisa?

RAQUEL: Nos hemos acabado las copas y se ha ido. ¿Por qué no duermes en nuestra habitación como siempre, estas enfadado?

OSCAR: No, solo pensé que si queríais pasar la noche juntas no os quería molestar.

RAQUEL: Con quien quiero pasar las noches es contigo, ¿no lo entiendes?

Pasaba una mano por debajo de la sabana y le agarraba la polla, Oscar se sentó en la cama.

OSCAR: Espera, espera, claro que no lo entiendo, si os besáis y os metéis mano, ¿me tengo que sentir ofendido o no?, ¿me estás poniendo los cuernos o no?, porque si a mí se me hubiera ocurrido hacerlo delante de ti antes me hubieras sacado los ojos, y ahora te veo que pasas de todo.

Raquel lo miraba fijamente sin decirle nada.

OSCAR: ¿O tengo que aceptarlo y ser tres en la pareja?, por qué lo que veo es que a vosotras no os importaría que folláramos todos, y soy tan idiota que no lo aprovecho, porque mira que estáis bien las dos, cualquier tío se hubiera metido en medio sin dudarlo. No lo sé Raquel, estoy despistado con todo esto y no lo veo claro.

RAQUEL: La verdad es que no me he parado a pensarlo mucho, sinceramente, yo quiero estar contigo pero ella me divierte, me gusta tontear y me lo paso bien…

OSCAR: Si eso ya lo veo, tú has sido la instigadora de lo que ha pasado en la cocina. La cuestión es que pasa a partir de ahora, ¿tengo que aceptar que puedo estar trabajando y vosotras dos os estéis comiendo metidas en la cama?, yo te quiero Raquel, pero para mí solo, como siempre hemos estado.

RAQUEL: Yo también te quiero amor, siempre he pensado en ti mientras hemos estado separados, sabía que vendrías para ser felices.

OSCAR: Y con esa intención vine, pero esto no me lo esperaba.

RAQUEL: Pues lo hablaremos con tranquilidad. Vamos a dormir a la otra cama por favor.

OSCAR: ¿No puedes dormir en esta?

RAQUEL: Me gusta más la otra, es más grande.

OSCAR: De acuerdo, vamos.

Se metieron en la cama de la habitación grande, Raquel se acurrucó con él y se quedó dormida, a Oscar le costó dormir.