Caminos (26)
Cuando llegaron Oscar y Raquel al trabajo se reunieron con Gaby y Susy...
Cuando llegaron Oscar y Raquel al trabajo se reunieron con Gaby y Susy para explicarles lo que había pasado la noche anterior, se alegraron de poder haber llegado a tiempo y que lo que hicieron sirviera para algo. Cuando acabaron de hablar Susy llamó a Marina.
SUSY: ¿Marina?
TONY: No, soy Tony, ¿quiere algo?
SUSY: Soy Susy amiga suya, yo fui una de las personas que conseguimos la información de la página web que te pasó Oscar.
Tony se dio cuenta que estaba al corriente de todo.
TONY: Hola Susy, gracias por todo, ella no está muy bien, está muy afectada, supongo que es normal, ha debido de pasar por un infierno y le va a costar superar todo esto.
SUSY: La vendré a visitar un día de estos, me tienes que dar tú dirección y si le hace falta alguna cosa, yo os lo traeré.
TONY: Le hará falta más ropa, no tiene de nada, esta tarde una amiga le traerá algunas cosas pero no creo que sean suficientes.
SUSY: De acuerdo, dame sus tallas y le compraré ropa, tenemos que ayudarla entre todos a superar esto que no será fácil.
Por la tarde llegó Rosa con unas cuantas prendas para que estuviera cómoda en casa y ropa interior. Se abrazaron con Marina, seguía sin hablar, se miró por encima la ropa que le trajo, se lo agradeció con la cabeza y se sentó a llorar. Tony la recogió y la fue a meter en la lavadora, Marina estirada de lado con la cabeza apoyada en un cojín del sofá seguía ausente y sin parar de llorar, Rosa se acercó a Tony.
ROSA: Hostia, pensaba que estaría mal pero la veo fatal, ¿ha estado así todo el tiempo?
TONY: Casi no ha dicho nada, solo llora, no me extraña, creo que ha llegado a una situación muy límite, la sacamos de allí sin nada, no tiene ni bragas que ponerse, ni documentación, tarjetas de crédito, nada de nada, cuando esté un poco mejor tendrá que hacérselo todo de nuevo.
Se acercaron a Marina, Rosa se sentó a su lado y le acarició el pelo, Marina le cogió la mano y lloró más fuerte, sus ojos seguían perdidos mirando una pared, su cabeza la tenía bloqueada por pensamientos que no la dejaban reaccionar, como pudo llegar al extremo que llegó por querer ser más de lo que estaba preparada, como pudo ser tan egoísta toda su vida solo pensando en su bienestar dejándolos atrás, olvidándolos incluso, arrepintiéndose de haber conocido a unas personas que habían intentado ayudarla siempre, la puta avaricia, pensar que eres mejor que los demás porque puedes vivir en una gran casa, ir a sitios caros, vestir bien o tener mucho dinero, y no solo ser mejor, es que además había renunciado a ellos, los había insultado y tratado de perdedores, rebajados por el simple hecho de vivir con un sueldo. Había sido tan inútil que no se dio cuenta que vivir así lo tendría que pagar en algún momento, nadie le iba a regalar una vida de lujo sin querer nada a cambio, tal vez si no se hubiera engañado a ella misma y hubiera visto que Javier no estaba enamorada de ella, y mira que era fácil, quien se enamora realmente y la comparte el primer día con otro tío dejando que se la follara como lo hacían aquellos tipos, desde el primer día se veían las intenciones del cabrón de Javier, fue tan fácil hacerla caer, solo regalándole la vista con una buena casa y llevándola a sitios caros. La perdedora era ella, por dejarse engatusar de esa manera, hasta cuando le propuso de hacer de puta no supo verlo, solo pensando en el dinero, en lo material, en una vida de lujos para sentirse superior y pisar a personas como las que la estaban ayudando ahora, personas que por amistad aun siendo traicionadas por ella no la dejaron en la estacada cuando las necesitó, todo lo contrario que ella que las olvidó y apartó porque no le servían en sus planes de futuro, unos planes de mierda con una base de mentiras que si hubiera sido un poco más sensata se hubiera dado cuenta, pero su desmedida ambición le tapaba los ojos.
Y entre esas personas estaba Oscar, que cambio, si se hubiera portado solo un poco bien con él, si hubiera dejado que él sacara la verdadera personalidad que tenía dentro otro gallo hubiera cantado, pero no, tuvo que sacar su carácter para imponerse, amedrentarlo en vez de ayudarlo, sentirse por encima de él, total para llevar su matrimonio a una depresión constante que lo llevo a la mierda. Todo lo que tocaba lo convertía en mierda, seguramente por qué se sentía como una mierda con su vida inconformista, que imbécil, en su puta vida solo se había sentido feliz viviendo en la casa de Javier, solo se había sentido feliz viviendo una mentira.
Rosa se despidió de Tony y se fue, el se acercó a Marina que seguía sin moverse, levantó la cabeza del sofá haciéndole un gesto para que se sentara y ponerle la cabeza en el regazo, Tony le acariciaba el pelo y ella seguía llorando. Había despreciado a su propia familia porque eran campesinos que vivían en un pequeño pueblo comiendo de los productos que plantaban y vendían, desde muy joven pensó que esa no era vida para ella, que se iría a la gran ciudad para triunfar y así lo hizo, se discutió con ellos dejándolos de desgraciados para arriba y se fue sola a estudiar y trabajar, otras personas que se preocuparon de ella y las traicionó, si con su propia familia había hecho eso que no haría con otra gente por su interés. Ella no intentaba hacer daño a la gente voluntariamente, lloró por hacerles daño a Oscar y a Tony pensando en un futuro mejor para ella, lo que más le costó fue Oscar, en el fondo le tenía cariño, sabía que era una buena persona que nunca le haría daño y a ella le preocupaba hacérselo, pero si quería ser ambiciosa y vivir de otra manera no podía seguir con él.
Si en algún momento de su vida hubiera sido capaz de pararse y reflexionar como lo estaba haciendo ahora es posible que le hubiera ido mejor, si hubiera sido capaz de ver las cosas positivas que tenía en vez de solo las negativas, si hubiera intentado ser feliz con las personas y las cosas que tenía a mano en vez de desear más y más, si hubiera, si hubiera, todo en pasado. Tuvo que llegar a ese extremo, verse perdida, que la vida se le iba a la mierda, para darse cuenta que ella soñando en estar en lo más alto estuvo a punto de quedarse para siempre en lo más bajo, tuvo que ver lo que eran amigos y gente que la quería para darse cuenta que no sé podía ir por la vida pensando solo en ella, en sus necesidades, en conseguirlas sin medir las consecuencias.
Ahora solo le quedaba llorar, llorar y llorar más arrepintiéndose de muchas cosas, de casi todas las que había hecho, ¿cómo saldría de esta?, ¿sería capaz de vivir como la gente "normal"?, o ¿volvería a ser la misma de siempre convirtiendo en mierda todo lo que tocaba?
Marina no mejoraba, estaba en el fondo del pozo, Tony salía cada día a trabajar, de vuelta pasaba por el supermercado a comprar y se metía en la casa con Marina haciéndole compañía. Sufría mientras estaba fuera por dejarla sola, parecía tan frágil moviéndose de un lado a otro, tirándose llorando del sofá a la cama, sin hablar, cerrada dentro de ella misma con los ojos tristes y perdidos.
Una tarde lo llamó Susy para avisarle de que la pasaría a visitar llevándole más ropa, Tony le abrió la puerta, con solo verle la cara Susy se dio cuenta que las cosas no debían ir bien, él también estaba afectado y aprovechó que llegó Susy para desfogarse explicándole como estaba la situación y lo mal que lo estaba pasando él también sin saber qué hacer. Entraron al salón, Marina estaba tirada en el sofá de lado con un pañuelo de papel en la mano llorando, ni giró la vista para ver quien había llegado, Susy dejó las bolsas con la ropa en el suelo, se dirigió al sofá, agarró a Marina por los hombros sentándola, se cruzaron las miradas, Marina no respondía, sus ojos miraban pero no veían, estaba totalmente ida. Susy le soltó dos hostias una en cada lado de la cara y le gritó.
SUSY: Marina me cago en todo reacciona de una puta vez.
A Tony se le cayeron los huevos al suelo, abrió los ojos mirando la escena, Susy zarandeaba a Marina por los hombros.
SUSY: Marina reacciona o te voy a dar hostias hasta ponerte la cara morada.
Marina reaccionó recobrando vida en sus ojos mirando a Susy.
MARINA: ¿Susy?
Se levantó y se abrazó con ella, Susy le besó la cara apartándole la cabeza para que la mirara.
SUSY (autoritaria): Ahora mismo te duchas y te pruebas la ropa que te he traído, tú y yo tenemos que hablar.
MARINA: Sí Susy lo que tú digas.
Caminó rápida para meterse en la ducha, Tony miraba a Susy con los ojos abiertos como si hubiera hecho un milagro, había puesto en marcha a Marina en dos segundo, no podía dejar de pensar en los dos hostiones que le pegó en toda la cara.
TONY: ¿Cómo lo has hecho tía?, yo llevo varios días con ella y no había podido hacerle reaccionar lo más mínimo.
SUSY: Por eso he querido esperar un poco para venir, dejarle tiempo para pensar. Ahora está en un momento que no necesita que se compadezcan de ella, hay que ser autoritario y hacerle pasar por el tubo le guste o no, tiene que salir del pozo por cojones, demasiados mimitos y compadecerse de ella la pueden hundir más, si no conseguimos que salga así la llevaremos algún profesional, pero yo creo que con unas cuantas hostias y diciéndole las cosas claras la espabilamos.
TONY: Joder que bruta eres, a mí no se me hubiera ocurrido hacerle eso.
SUSY: Voy a venir unas cuantas tardes seguidas, ya verás si la espabilo, o le dejó la cara como un mapa a hostias, una de dos.
Tony se ponía las manos en la cabeza, eso sí que era un tratamiento de shock y lo demás eran tonterías.
SUSY: Yo la voy a poner firme, tú dale cariño, entre los dos lo conseguiremos.
Susy no era perfecta, como no lo es nadie, pero tenía unos cojones para afrontar los problemas como poca gente. Ella sí que sabía lo que era forjarse un futuro paso a paso luchando cada día por lo que quería, estar contenta en su matrimonio y tirar para adelante un negocio que les daba de comer, tenía sus problemas como todo el mundo pero les miraba a la cara directamente y buscaba las soluciones sin vacilar. Gaby la conocía bien y se dejaba aconsejar por ella, cuando había que tomar decisiones ella no vacilaba, le exponía los pros y contras y se lanzaba. Se había metido en la cabeza que iba a ayudar a Marina a salir del pozo y lo iba a hacer por sus ovarios.
Cogió algo de ropa de una bolsa y entró en la habitación, Marina se estaba poniendo las bragas, le dejó la ropa encima de la cama y se sentó mirándola, esperó que se vistiera y la acompañó al baño pasándole el cepillo por el pelo peinándola, sacó de su bolso otro más pequeño, lo abrió y le arregló la cara con corrector, polvos, algo de rímel en los ojos y le pintó los labios, Marina la miraba sin poder creerse lo que le estaba haciendo, la giró y le hizo mirarse en el espejo.
SUSY: Esta es la Marina que conozco, en las bolsas encontraras pinturas y lo que necesitas para ponerte asía cada día, no quiero volver a verte como te he visto esta tarde, voy a venir cada día así que espabila a ponerte guapa.
Salieron al salón, Tony había aprovechado para ponerse una copa y relajarse un poco, llevaba varios días con Marina y estaba hecho polvo. Cuando las vio se puso de pie, ¿qué había hecho aquella mujer con Marina?, parecía otra, casi normal si no fuera por la tristeza en su expresión.
SUSY: Nos vamos a dar una vuelta, que le toque el aire.
MARINA: No por favor, no quiero salir a la calle, hagamos lo que sea aquí.
SUSY: Y una mierda, tú te vienes conmigo, que te toque el aire y el sol coño.
La agarró del brazo y la sacó por la puerta con decisión, Tony se volvió a sentar bebiéndose lo que le quedaba en el vaso de golpe. Mientras conducía para llegar al apartamento de Tony Susy había visto un parque no muy lejos, la hizo caminar hasta llegar y se sentaron en un banco, le miró a los ojos…
SUSY: ¿Qué te pasa?
Marina la miraba asustada.
MARINA: ¿Es que no sabes por lo que he tenido que pasar?
SUSY: Tú lo has dicho, has tenido, pasado, ya pasó y no podemos hacer nada para evitarlo, a partir de ahora ¿qué?
A Marina se le cruzaban los cables en el cerebro.
MARINA: ¿A partir de ahora?, no sé.
SUSY: Pues nena no sé qué esperas para saberlo, te quedan unos cuantos años de vida, no me dirás que piensas pasártelos así, vegetando en casa de Tony.
MARINA: E, e, es muy pronto, yo…
SUSY: ¿Muy pronto para qué?
MARINA: Pa, para lo que sea…
SUSY: Espabila Marina, vístete cada día bien, píntate esa cara bonita que tienes y sal a dar una vuelta, airéate, deja de llorar como una tonta y piensa en el futuro en positivo, te voy a dar unos días más de margen. Después iremos a hacerte la documentación nueva, a pedirle al banco nuevas tarjetas de crédito y empezaras a funcionar por tú cuenta.
MARINA: No creo que sea capaz de hacerlo…
SUSY: Te iremos a buscar el coche, supongo que lo debes de tener aparcado cerca de donde te rescataron, buscarás un trabajo, dejarás el apartamento que tienes ahora y alquilarás otro, no te interesa volver a un sitio que te recuerde la mala vida, te pagarás tú apartamento para vivir y te dejarás de hostias, ese es nuestro objetivo y lo vamos a conseguir, entendido.
Marina movía la cabeza diciéndole que sí, de golpe le habían apartado las tonterías y le marcaban un camino a seguir, solo necesitaba meditarlo y dejarse llevar por la vitalidad de Susy. Pasearon un rato más y la acompañó de vuelta, subiendo en el ascensor…
SUSY: Y confía en Tony, háblale, explícale que te gustaría hacer de aquí en adelante, nada de explicarle penas para hacerte la mártir, el te quiere mucho y te dará el cariño que le pidas, ¡ah!, y ayúdale en las cosas de la casa, no es tú mayordomo y te está dejando vivir aquí sin pagar nada, gánatelo con trabajo y no te acomodes.
Se despidió de Tony hasta el día siguiente y los dejó solos. Marina miró a Tony, se acercó y lo abrazó, él estaba asustado del cambio.
TONY: ¿Estás bien Marina?
MARINA: Estoy mejor, ¿qué vamos a cenar hoy?, me gustaría ayudarte a prepararla.
A Tony casi le da algo al oírla, le sonrió y le dijo lo que prepararían para cenar metiéndose los dos en la cocina.
Susy conducía volviendo a su casa, respiró profundo, no iba a ser fácil ayudar a Marina si no ponía de su parte, le costaba hacer el papel de tía dura para convencerla del camino a seguir, pero si tenía que hacerlo lo haría por ella, por una amiga. Llegó a su casa, Gaby estaba acabando de hacer la cena, le dio un beso en los labios.
GABY: Hola preciosa, ¿cómo está Marina?
Susy le agarró una mano.
SUSY: Llévame a la cama y hazme el amor, necesito sentirte, no sabes la suerte que tenemos, Marina está destrozada, no sé si podremos ayudarla, necesito que me llenes de amor para coger fuerzas y trabajar con ella, me esperan días duros y no puedo desfallecer.
Gaby le besó los labios con ternura, la subió en brazos y la llevó a la habitación, la estiró en la cama y muy despacio le fue quitando la ropa, le bajó las braguitas y la dejó desnuda, sin dejar de mirarla se desnudó él estirándose a su lado, se besaron, se acariciaron, se masturbaron el uno al otro, se metió en medio de sus piernas muy abiertas y le metió la polla despacio en el coño, sintiendo cada centímetro de la penetración, Susy cerraba los ojos para agudizar más sus sentidos, sentirse amada, eso le daba la vida, el amor la cargaba de energía positiva. Los dos gemían suavemente, ella se agarraba a su espalda y su culo, él la penetraba lenta pero profundamente, el calor aumentaba, las mejillas se sonrojaban y los gemidos subían la intensidad hasta correrse juntos acariciándose las caras mirándose a los ojos.
A Marina le habían puesto una inyección de realidad y sensatez, se lo hicieron ver tan claro que no le costó asimilarlo, lo pasó muy mal por ser tan egoísta y ambiciosa sin límites, no había confiado nunca en nadie e iba siendo hora que lo hiciera con las personas que le estaban demostrando que la querían sin pedirle nada a cambio, no sería fácil, tenía que luchar contra sus demonios, pero si se dejaba aconsejar y que la llevaran por el buen camino podía conseguirlo.
Susy fue a ver cada tarde a Marina, le preguntaba que había hecho ese día, salían a pasear, le insistía en los próximos pasos que tenía que dar, en lo que le dijo en el parque, en que pensara en el futuro y no en el pasado, le confirmó el día que la iría a buscar para hacerse la documentación e ir al banco, era la manera de marcarle objetivos a corto plazo, un día la acompañaba a la peluquería, otro de compras, le iba mostrando el camino a seguir para que ella lo reconociera y un día no muy lejano recorrerlo sola, era un trabajo duro y tenía que ser perseverante con ella, no dejar que se relajara, era volver a subir de nuevo en marcha a alguien que se había caído del carrusel de la vida y que siguiera mínimamente el ritmo de los demás.
Marina fue mejorando los ánimos lentamente, día a día, le fueron despejando el camino para que pudiera ver el futuro y las nieblas se le fueron despejando dejándoselo ver. Tony fue sustituyendo a Susy y Marina fue aprendiendo a confiar en él, de momento solo lo hacía con ellos dos pero era un comienzo, Rosa también la iba visitando, salían a pasear y hablaban del pasado, a Marina era capaz de hablarle de sus errores, los estaba asumiendo y eso le ayudaba a mejorar su estado y a ser más persona.
Para Tony no era fácil su relación con Marina, estaba muy enamorado de ella pero era consciente que no era el momento para pensar en otra cosa, sufría en silencio, nadie le podía asegurar que Marina cuando fuera mejorando acabara enamorándose de él, y si lo hacía podía ser como agradecimiento o por sentirse protegida, no el tipo de amor que él deseaba. Estaba tan enamorado que le perdonó todos sus desplantes, que lo utilizara para separarse de su marido, que se fuera por ahí a tener aventuras teniéndolo a él como segundo plato, que desapareciera sin despedirse importándole una mierda. Sabía que si quería acabar bien con ella les quedaba un camino muy largo y sinuoso, de momento lo único que podía hacer era acompañarla, guiarla, dejar que ella aprendiera a caminar sola, coger un poco de distancia y que Marina decidiese su futuro. Mientras tanto sufría, los abrazos y los besos en la cara de agradecimiento le hacían daño, el soñaba con acariciar su cuerpo, amarla de verdad, que triste es amar a una persona que no sabes ni le puedes preguntar por sus sentimientos.
En el apartamento de Tony acondicionaron una habitación pequeña que tenía con trastos poniendo una cama para que él pudiera dormir, el sofá estaba bien pero no era lo bastante cómodo para dormir cada día. Marina estaba en su cama desvelada, pensaba en el cambio que estaba haciendo gracias a sus amigos, como no les podría agradecer jamás lo que se preocupaban por ella, recordaba las palabras de Susy cuando un día se abrazó con ella agradeciéndole su ayuda, “Si nos quieres agradecer lo que estamos haciendo por ti, trabaja duro para recuperarte y ser una buena persona”, ser una buena persona, siempre lo había pensado de los demás pero nunca se le había ocurrido pensar si ella lo era, normal que no se parara a saberlo porque no lo era, se había aprovechado de todo el mundo sin importarles nada, era ahora, después de haberse visto tan al borde del precipicio que podía sentir agradecimiento y amistad por algunas personas, podía ser un buen comienzo para acabar siendo “una buena persona”.
Como no había manera de pegar ojo se levantó con la camiseta que hacía servir de pijama y en braguitas a buscar un vaso de agua a la cocina, lo llenó de agua fresca y le dio un sorbito, de vuelta a su habitación vio luz que salía de la puerta medio abierta de la habitación de Tony, pensó que tampoco podría dormir, se acercó descalza poco a poco y por la rendija que hacían las bisagras con la puerta lo vio estirado en la cama, los ojos se le abrieron y las pupilas se le dilataron, Tony estaba desnudo agarrándose la polla haciéndose un paja, con la otra mano se amasaba los huevos, gemía levemente y tenía una cara de estar muy excitado. Por primera vez desde que empezó a prostituirse se excitó, aquella imagen de Tony que no era un hombre feo precisamente masturbándose le estaba haciendo reaccionar, la mano que le quedaba suelta porque la otra sujetaba el vaso se la fue metiendo por dentro de las braguitas, se tocó con un dedo suavemente el clítoris y el cuerpo le reaccionó que casi tira el vaso, se mordió el labio para aguantar el gustito que se daba sin perder de vista a Tony que aceleraba sus movimientos de muñeca, se debió de poner algún lubricante en la polla porque la mano le resbalaba y se oía el ruidito del roce, cerró los ojos, resopló, y un disparo de leche le salió de la polla para arriba llegando a una altura considerable volviendo a caer encima de la cama, Marina sonreía viendo como la leche se esparcía por la cama y el cuerpo de Tony, cuando se soltó la polla flácida y toda manchada de semen Marina se dio cuenta que tenía sus dedos y las bragas mojadas, volvió a su habitación sin hacer ruido, le dio otro sorbo al agua, la dejó encima de la mesita de noche, se bajó y quitó las bragas, se estiró en la cama abriendo las piernas todo lo que pudo y la mano se le fue sola, se puso cuatro dedos encima comprobando lo mojada que estaba, fue frotándose suavemente al principio pero no tardó en meterse dos dedos en el coño ahogando un gemido follándose cada vez más rápido hasta correrse, no había aguantado nada, sonreía de haber tenido un orgasmo, el más limpio y sano de los que había tenido últimamente.
Por la mañana desayunando con Tony se le escapaba una sonrisilla pensando como lo vio masturbándose la noche anterior, Tony le preguntó si estaba contenta aquella mañana al verla sonreír más de la cuenta y ella le dijo que sí, que se encontraba mucho mejor y eso le hacía feliz. Cuando él se fue a trabajar se volvió a meter en la habitación, se desnudó y se hizo otra paja que alucinó, al medio día volvió a correrse, era como si hubiera descubierto el sexo de nuevo, hasta ese momento no había tenido la necesidad, ni se le había ocurrido pensar en él, ver a Tony se lo despertó y lo estaba disfrutando de nuevo.
En la siguiente salida con Susy a un centro comercial cuando subió al coche la miró fijamente con una sonrisilla nerviosa.
SUSY: Muy bien Marina, hoy con una sonrisa y todo.
MARINA: Es que te quería pedir algo.
Susy la miró sonriendo, aquella carita de Marina era igual a una niña cuando quiere algo y no se atreve a pedirlo. Le hizo un gesto con la cabeza para que lo dijera.
MARINA: Me gustaría, necesitaría, que quiero ir a un sex-shop.
A Susy se le escapó una carcajada.
SUSY: ¿Pero que quieres mirar mi niña?
MARINA: Una buena polla para follarme joder, ¿es que te lo tengo que decir todo?
Susy arrancaba el coche muriéndose de risa y Marina sonreía.