Caminos (24)

Ese viernes Tony se quedó toda la noche delante del ordenador...

Ese viernes Tony se quedó toda la noche delante del ordenador con un cubata al lado buscando información, buscaba por el nombre del local, por el del tío, por las páginas de prostitución de cierto nivel, buscaba, rebuscaba y no encontraba nada.

Por su parte Gaby, que era quien conocía a más gente usuaria del local hablaba con ellos sin mucha suerte, no le explicaban nada que no supiera, que si vendía droga, que si era un chulo putas, negocios turbios, nada nuevo, nada aprovechable y nadie conocía a una nueva prostituta por el local que se pareciera a Marina, ya entendían que si se había metido en ese mundo no lo había hecho con su verdadero nombre.

Marina había empezado con el “negocio” los fines de semana, por supuesto la primera vez pasó muchos nervios hasta que vio al cliente, una vez empezó a hablar con él le pareció un tío majo, un tío que hacía un tiempo atrás si se lo hubiera encontrado en algún sitio con ganas de follar no le hubiera importado pegar un buen polvo con él. “Casualmente” los dos primeros fines de semana que “trabajó” a los clientes los encontró guapos y apuestos, pensó que teniendo clientes así era fácil ganar dinero, follaba con gente que le gustaba y según Javier ganaría mucho dinero. Después de aquellas dos primeras semana se acabó el mes, Javier le entregó un sobre, al abrirlo se encontró con más del doble de lo que ganaba en su trabajo, los ojos le hicieron chiribitas y calculó lo que podría ganar si se dedicaba cada día de la semana.

Al día siguiente dejaba el trabajo, Javier le hizo entrega de un móvil de última generación como teléfono de empresa, los contactos los tendría por ese y no por el personal, le entregó otro sobre con más dinero para que se comprara ropa “sugerente” y lo que le hiciera falta para estar guapa. Marina seguía viviendo en una nube, se fue feliz de compras. Dejó su apartamento definitivamente convencida que ella no se merecía vivir en un sitio como aquel, recordaba la ilusión que le hizo empezar a vivir en él, salió de una mala vida y en aquel momento se conformó con aquel cuchitril de mierda, ella estaba preparada para vivir en sitios elegantes, con lujo, seguiría viviendo en la casa de Javier y con el dinero que iba a ganar se podía dar la vida padre, comprarse lo que quisiera y ser una señora.

Oscar recibió una llamada de Tony, Marina había dejado el trabajo, después de toda la vida, cuando la conoció ya trabajaba en esa empresa y fue subiendo de categoría, estaba bien considerada, era un trabajo fijo con buen sueldo y sus pagas dobles, de los que ya no existen, ¿por qué coño lo dejaría?, las respuestas que pensaban todos, tanto su ex grupo de amigos como Oscar y compañía no eran nada halagüeñas. Tampoco estaban teniendo suerte en tener noticias de ella, Tony la había llamado, enviado infinidad de mensajes para saber algo y acabó pensando que había cambiado de móvil, parecía que lo tenía inactivo.

Raquel que al principio estaba muy nerviosa con todo el asunto de Marina se lo fue tomando de otra manera, al hablarlo junto a Susy y Gaby y ver que todos estaban tan implicados por la gravedad del asunto acabó por aceptarlo. Tan bien lo facilitó la buena relación que tenía con su pareja, Oscar parecía ser el hombre que había estado esperando toda la vida, la entendía, la tranquilizaba cuando veía que estaba nerviosa, le hacía reír mucho, se enfrentaba a ella cuando tenía ganas de discutir sin bajar del burro ninguno de los dos, se llegaban a decir animaladas y siempre acababan con unas reconciliaciones que compensaba las cosas que se podían haber tirado en cara, y eso era bueno porque no se guardaban nada, se lo decían todo y tenían claro que así debía ser. Luego estaba por supuesto el sexo, ay el sexo, aquello que ella tenía olvidado, follar por amor, sentir mucho más que un orgasmo, temblar por una caricia, por una mirada, entregarse totalmente a su pareja, que decía su pareja, su vida como le gustaba llamarle, un hombre que había conocido siendo un inexperto y evolucionó de forma espectacular hasta ser el mejor amante que había probado nunca, se había amoldado a lo que a ella le gustaba, la conocía tanto en los momentos íntimos que cuando improvisaba era para sorprenderla, como llegaba a vibrar con Oscar en la cama y como le gustaba darle todo lo que quisiera, porque se lo merecía, por atento, por cariñoso, por desvivirse por ella y sobre todo por su buena fe y buena persona que era. Aquel hombre con pinta de despistado y un poco desastre, aunque a ella le parecía que tenía los ojos más bonitos que había visto y era guapo, consiguió darle la seguridad que le hacía falta, no se lo podía creer, el mismo que cuando lo conoció era el tío más inseguro de la capa de la tierra, fue quién le acabó dando seguridad y confianza a ella, tremendo cambio.

Oscar que era consciente de sus debilidades también lo era de sus puntos más fuertes, sabía que no debía volver a caer nunca más en el acomodo de la vida con Marina, a veces le costaba asimilar las cosas pero con tiempo para procesarlas siempre encontraba la mejor solución. Con Raquel había encontrado aquella mitad que se acoplaba a la suya perfectamente, por su carácter no podía relajarse, lo mantenía vivo siempre y pendiente de todo, y como la quería, era sin duda la mujer que había despertado en él mas ternura, ganas de cuidarla y mimarla, sintiéndose siempre recompensado por su cariño y atenciones. Se encontraron dos corazones rotos y supieron recomponérselos el uno al otro, por eso se cuidaban tanto, sabían por el duro proceso que tuvieron que caminar inseguros para llegar a ese punto y lo valoraban mucho.

Al no tener noticias ni saber nada de Marina se empezaron a plantear en serio la visita de Oscar a Miriam, Raquel empezó a subirse por las paredes de los nervios, Susy la tranquilizó diciéndole que ellas dos lo acompañarían, que si veía de cerca lo que Oscar hacía estaría más tranquila y no le quedaría la duda sobre lo que pasó ese día.

Lo prepararon todo, al final Gaby también fue con ellos, no tenía sentido quedarse en casa mientras ellos iban a El T… a sacarle información a Miriam, bueno, el único que podría sacársela si es que se la daba era Oscar. Raquel en el coche mientras iban se comió las uñas y parte de los dedos de los nervios, entraron por separado, primero Oscar, después las chicas y finalmente Gaby, las chicas se quedaron en la barra en una posición que podían ver la zona privada, Gaby se pidió una copa a un par de metros de ellas y Oscar se sentó en uno de los reservados desde donde lo podían ver las chicas, no le interesaba nada que Raquel si no lo veía pudiera pensar más de la cuenta, más valía que lo viera todo y luego discutir que hacerlo para convencerla que no había pasado nada con Miriam porque no lo había visto.

Llegó la camarera, le preguntó por Miriam y le pidió el escocés, volvió con las copas y con ella, Raquel la vio de espaldas enseñando medio culo. Susy le hablaba al oído.

SUSY: Esa es Miriam.

RAQUEL: ¿La que enseña el culo?

SUSY: Sí.

RAQUEL: Que pedazo de guarra, y que buena esta la cabrona, no me extraña que…

No siguió hablando para no cabrearse más, a Susy se le escapaba la risilla y Gaby tenía que mirar para otro lado descojonándose, Gaby entabló conversación con el camarero a ver si le sacaba algo. Miriam llegó donde estaba Oscar, él se levantó y ella lo saludó con un beso en los labios que tuvo que aceptar para que no sospechara nada raro.

RAQUEL: ¿Has visto?, has visto lo que ha hecho esa hija de puta, le ha dado un beso en la boca a mi novio.

SUSY: Tranquila Raquel, tiene que disimular, comportarse como lo hacía siempre para que ella no sospeche.

RAQUEL: Pues que cariñosos son, la madre que los parió.

Oscar hablaba con ella, lo que no hizo fue meterle mano porque sabía que Raquel era capaz de levantarse y pegarle dos hostias a él y cuatro a ella quedándose tan a gusto. Lo que no pudo evitar fue que Miriam como siempre se le sentara encima, pasándole los brazos por el cuello y él ponerle las manos en la espalda. Raquel cuando vio aquello dio un salto en el taburete que estaba sentada agarrándose fuerte al brazo de Susy.

RAQUEL: Me cago en mi vida, hoy me va a dar algo, Susy sujétame que los hincho a hostias a los dos, ya  me están tocando los cojones.

Susy le iba a decir algo para tranquilizarla cuando se colocaron delante dos tíos mirándolas fijamente con cara de salidos.

UN TIO: Hola guapas, no os había visto nunca por aquí…

RAQUEL: Lo que no vais a ver son vuestros huevos nunca más como no os salgáis de delante gilipollas.

OTRO TIO: Madre mía, vámonos que no está el horno para bollos.

RAQUEL: El horno para bollos lo tendrá el coño de tu madre.

Susy se descojonaba de risa, Raquel cabreada como una mona, entonces Susy se dio cuenta que Oscar le hacía un gesto indicándole el baño, se levantó y Susy se fue para allí esperándolo.

OSCAR: ¿Le he preguntado?, me ha dicho que puede decirme alguna cosa pero la cabrona quiere cobrar por follar para decírmelo, le he dicho que mejor en la sala de máscaras para que vosotras también estéis.

SUSY: Hostia Oscar, a Raquel le va a dar algo.

OSCAR: Dale un beso de mi parte y dile que la quiero mucho, que pienso en ella.

Al volver Susy le dio un beso a Raquel, se extrañó y le explicó la conversación con Oscar.

RAQUEL: Ay mi vida cuanto lo quiero. ¿Qué es eso de la sala de máscaras?

Susy se rascaba la cabeza mirándola con las cejas levantadas, como se lo explicaba sin que quemara todo aquello. Los fueron siguiendo a una distancia prudencial, Susy le dio una máscara a Raquel.

RAQUEL: ¿Esto qué coño es?

SUSY: ¿Por qué te crees que le llaman la sala de máscaras?

RAQUEL: Hay Dios mío, a ver con que me voy a encontrar ahí dentro.

SUSY: Tú sé fuerte y haz lo que yo te diga.

De lo que dudaba Susy es que fuera capaz de hacer lo que tenían que hacer dentro. Oscar esperó para quitarse la ropa todo lo que pudo esperando que entraran ellas, así lo reconocerían. Entraron las dos, Raquel entre los gemidos y la gente en pelotas follando por allí no sabía dónde mirar alucinada, Susy la llevaba de la mano, se pararon en el otro extremo de donde estaba Oscar sentándose en el suelo, Susy ya lo había visto.

SUSY: Raquel son aquellos de allí delante, Raquel coño reacciona que te has “quedao apollarda”.

RAQUEL: Jo, jo, joder Susy, ¿esto qué es?

SUSY: Ahora no tengo tiempo de explicártelo, quítate la ropa.

RAQUEL: ¿Eh?, ni hablar.

SUSY: Tú ves a alguien vestido aquí dentro, si no lo haces nos van a echar y no verás que hace Oscar.

Ella ya estaba en pelotas y empezaba a desnudar a Raquel.

RAQUEL: Yo desnuda del todo no me quedo.

SUSY: Te dejaré las braguitas, será como tomar el sol en Ibiza. Ahora bésame.

RAQUEL: ¿Qué dices?, no me dirás que te gustan las tías.

SUSY: Tenemos que hacer algo, como si fuéramos pareja o tendremos una fila de tíos pidiéndonos para follar.

Raquel ya estaba en bragas, Susy se tiró encima de ella y le besó los labios, Raquel abría los ojos como platos, subió una mano acariciándole el cuerpo y le agarró una teta amansándosela.

RAQUEL: ¿Es necesario?

SUSY: Tenemos que hacer como si nos lo montáramos, así que ponte las pilas y abrázame o tócame algo.

Raquel la besó y le agarró el culo, pensó que era lo menos invasivo. Las dos tenían un ojo en la otra  y otro mirando a Oscar que estaba desnudo sentado al lado de Miriam que enseñaba su tremendo cuerpo, hablaban y se acariciaban. Raquel notó la mano de Susy que se le acercaba al coño.

RAQUEL: Susy por favor.

Le agarró el coño por encima de las braguitas, Raquel suspiró.

SUSY: Nena, tienes las bragas mojadas.

RAQUEL: Hostia puta Susy, ¿te crees que soy de piedra con tanta gente aquí follando como ‘desesperaos’?

Susy le agarró una mano y se la puso en su coño, Raquel estaba mirando a Oscar, se estaban moviendo, Miriam le agarró la polla pajeándolo y él le amasaba una teta, quiso cerrar el puño de rabia pero al tener la mano en el coño de Susy le metió dos dedos dentro sin darse cuenta, Susy pegó un grito.

SUSY: Controla Raquel, que casi me sacas los dedos por la boca pedazo bruta.

RAQUEL: ¿Pero tú estás viendo lo que hacen ese par de guarros?, le está haciendo un paja, déjame, que me levanto y le saco los ojos a esa hija de puta.

Susy le iba a decir algo cuando vieron que Oscar se levantaba, se vestía y salía de la sala, se vistieron ellas corriendo saliendo detrás de él, le hicieron una señal a Gaby que seguía en la barra de palique con el camarero. Llegaron al coche, Gaby subió en el lado del conductor, Oscar delante, Susy detrás de su marido y Raquel detrás de Oscar, al sentarse le soltó un cogotazo en medio de la cabeza que se quedó a gusto.

OSCAR: ¿Qué haces cariño?

RAQUEL: Por cabrón.

Se morían de risa los cuatro, Raquel forzando la risa mirándose a los ojos con Oscar, él sabía que tendría represalias. Gaby explicó que el camarero sabía que había una página web para clientes selectos, Oscar que sabía cómo encontrar esa página y un usuario y contraseña para poder entrar, por lo visto no aparecía buscando por el navegador, era medio secreta. Llegaron a la casa de Gaby, se pusieron los cuatro delante del ordenador, Oscar buscó la dirección, una pantalla blanca pidiéndole usuario y contraseña, los puso y entraron en una web llena de fotos de chicas, todas muy sexis y bien maquilladas, seguramente con algo de photoshop para que parecieran más guapas de lo que eran, fueron bajando mirando chicas y apareció la foto de Marina, Raquel no la conocía pero los otros tres se quedaron en silencio mirando, al clicar le saltó su ficha, ponía todas las medidas y que era muy sexi y servicial, también ponía su nombre profesional, Susy.

SUSY: Que cabrona, se ha puesto mi nombre para hacer de puta.

Raquel la miraba fijamente y miraba a Oscar, él le miró los ojos encogiéndose de hombros.

RAQUEL: ¿Tú estabas casado con esa?

OSCAR: Se ve más guapa de lo que es, las fotos están retocadas.

Raquel miraba las fotos con curiosidad, entendió la historia que le explicó Oscar en Ibiza, siendo él como era en aquel tiempo no hacía pareja con ella ni en broma, no le extrañaba que le fuera el matrimonio como le fue.

Oscar le envió por mensaje a Tony los datos para que pudiera entrar y se fueron a casa con Raquel. Durante el camino estuvieron hablando de la vida con Marina, Raquel le dijo lo que pensaba y el aceptó que había sido un gran error pero que en su momento no se dio cuenta. Al entrar al apartamento Raquel se le puso delante mirándole a los ojos, él pensó que era el momento de tener paciencia y aguantar las represalias.

RAQUEL: Que golfo te has vuelto desde que te separaste.

OSCAR: Gracias a eso te enamoré.

Raquel se le abrazó rodeándole la cintura con sus brazos apoyándole la cabeza en el pecho, él le dio un beso en la cabeza abrazándola.

RAQUEL: Que celosa me he puesto viéndote con esa tía, la hubiera matado.

OSCAR: Te agradezco que seas tan comprensiva, sabía que para ti no sería fácil.

RAQUEL: Hombre, ver como se te sentaba encima, te besaba, o te hacía una paja agradable no era.

OSCAR: Pues yo te he visto con Susy y mal no parecía que os lo pasarais.

RAQUEL: Calla, calla, que vergüenza, sabes que le he metido sin querer dos dedos en el coño.

OSCAR: ¿Qué dices?

Oscar se descojonaba de risa.

RAQUEL: Mi vida.

OSCAR: Dime cariño.

RAQUEL: ¿Me harás el amor esta noche con mucha dulzura?, como tú sabes hacerlo.

OSCAR: Claro que sí, te hago lo que tú quieras cuando quieras, te quiero.

Tony miraba las fotos de Marina echado para atrás en la silla con los brazos por encima de la cabeza, no podía llegar a comprender como una chica normal podía llegar a esos extremos.