Caminos (23)

Tony buscó información sobre la tarjeta del local...

Tony buscó información sobre la tarjeta del local que habían encontrado en la mesa de Marina, de entrada no le gustó nada, una noche lo visitó y dándose una vuelta por él vio las zonas privadas, aunque no le dejaron pasar pudo ver perfectamente de que iba, era muy fino y bonito con pinta de ser entre una discoteca, un club swinger y una casa de putas de toda la vida de Dios. Se alarmó, ¿qué pintaba Marina en un sitio como ese?, hasta ese momento no le había conocido ningún problema para encontrar gente con la que follar cuando le apetecía, ¿sería simplemente por curiosidad? o ¿había sido Javier, su nuevo novio el que la había convencido para ir?, tenían que ponerse de acuerdo entre todos para averiguar algo más.

A las chicas les daba “cosa” ir a un sitio así, excepto a Rosa que le había cogido cariño a Marina y si estaba metida en algo que le podía hacer daño quería ayudarla. Fueron haciendo visitas con Tony al local como si fueran pareja, al principio tomaban algo y se movían por allí, entablaban conversación con otras parejas, sacaban información y cuando entraban en el terreno de las proposiciones ponían la escusa que eran novatos y querían ir despacio, después de ir unas cuantas veces confirmaron que habían bastantes prostitutas, vieron a una de las parejas que habían conocido entrar en una zona oscura, no pensaban que allí pudiera haber algo pero si habían entrado los otros algo había, después de intentar abrir alguna puerta que estaba cerrada, otras que eran habitaciones, ya suponían para qué debían de ser, llegaron al final de la sala, entraron encontrándose rodeados de unas cortinas negras, sacaron la cabeza y lo que vieron allí les abrió los ojos como platos, parecía una bacanal romana con gente follando por todas partes, salieron de allí rápidos.

Susy que su marido le había dicho lo que había visto Oscar llamó a Marina varias veces para comer juntas y hablar pero no le cogió el teléfono.

A Oscar por fin lo llamaron para decirle que ya había recibido el coche nuevo, lo fueron a buscar con Raquel y se dieron una vuelta para ir a cenar a un sitio bonito para celebrarlo, Raquel en el concesionario no había dicho nada pero una vez sentados en la mesa cenando, como el que no quiere la cosa…

RAQUEL: ¿Cómo es que te has comprado ese coche?

OSCAR: Me ayudaron a escogerlo Gaby y Susy.

RAQUEL: Claro, cómo no, tu solo es imposible que tomes una decisión.

OSCAR: Raquel que nos conocemos, ¿qué le pasa al coche?, es bonito y va muy bien.

RAQUEL: Demasiado bonito, las tías se te van a meter dentro.

OSCAR: ¿Pero qué dices?

RAQUEL: Que te lo voy a rayar y le tiraré un bote de pintura por encima para que sea más feo.

OSCAR: Ni se te ocurra que te mato.

RAQUEL: Tú no vas a ir solo en el coche por ahí, ya te aviso.

OSCAR: Cariño, ¿quieres decir que no te pasas un poquito con los celos?

Raquel miró a un lado, un gesto típico de ella cuando se preocupaba poniendo los ojos llorosos.

RAQUEL: Estas son las cosas que sabía que me pasarían, solo estoy tranquila cuando te tengo al lado, si no estoy contigo me preocupo, pienso más de la cuenta, todo por miedo a que te líes con otra, que me hagas daño…

OSCAR: Tranquila, ¿te das cuenta que intento estar contigo todo el tiempo que puedo?

RAQUEL: Si el problema es mío, ya lo sé.

OSCAR: No me importa hacerlo, quiero que tú estés tranquila, que vayas confiando en mí.

RAQUEL: Pero si de ti no tengo ninguna queja, ya sé que te estás esforzando por mí y te lo agradezco mucho cariño, me preocupa que  algún día te canses de mis tonterías.

OSCAR: Te prometo que no me cansaré, pero el coche no me lo toques por favor.

Se miraron riéndose.

Las cosas les iban muy bien, poco a poco Raquel confiaba más en Oscar y hacían vida de manera más natural. Oscar tenía una cosa que no conseguía que se le fuera de la cabeza, la imagen de Marina en medio de todos aquellos tíos, le dolía que hubiera llegado a ese extremo y tenía la incertidumbre de si lo hacía porque ella quería o la obligaban.

Lo primero que aprendió Oscar después de su mala experiencia en el matrimonio con Marina era que tenía que reflexionar, pensar fríamente, evaluar y llegar a conclusiones, le sirvió para recuperarse del disgusto de su separación, para darse cuenta de los errores cometidos y para mejorar como persona, y porque no decirlo, para encontrar soluciones a su inmadurez sexual, de eso era de las cosas que estaba más orgulloso, estaba disfrutando del sexo con Raquel como no lo había hecho en su vida, es verdad que lo que más le costó fue dejar de esconderse y aceptar que podía volver a amar, a querer, a enamorarse, a ilusionarse por una mujer y querer compartir la vida con ella.

La sorpresa para Oscar fue una llamada de un número desconocido una noche cuando estaba sentado en el sofá.

VOZ: Perdone, ¿es usted Oscar?

OSCAR: Sí dígame.

VOZ: ¿Es Oscar el ex marido de Marina?

Eso ya le hizo ponerse de pie preocupado.

OSCAR: ¿Le ha pasado algo?

VOZ: No, no, me llamo Tony, ¿podríamos hablar en persona?, me puedo desplazar a donde usted quiera.

Quedaron por la tarde el día siguiente en una cafetería del centro, Raquel le estaba siguiendo con la vista extrañada por la conversación, Oscar cuando colgó la llamada miró a Raquel preocupado.

RAQUEL: ¿Qué es lo que pasa?

OSCAR: Me ha llamado un tipo, un amigo de Marina…

RAQUEL: ¿Marina?, no me jodas Oscar.

OSCAR: Lo he notado muy preocupado, no sé, es como si se hubiera metido en algún lio o algo.

RAQUEL: Pues ya es grandecita para saber lo que hace, ¿tú que tienes que ver con su vida?

OSCAR: Tranquila cariño, solo me gustaría escuchar a ese tío.

Raquel se empezó a poner nerviosa.

RAQUEL: No me gusta esto Oscar. Tú eres demasiada buena persona y te van a tomar el pelo.

OSCAR: Solo quiero saber, ven conmigo, estemos los dos y así me das tú opinión.

RAQUEL: ¿Me dejarás que venga contigo?

OSCAR: Por supuesto, no tengo nada que ocultarte.

Raquel se tranquilizó, pero Oscar sospechaba por donde podían ir los tiros, la imagen de Marina rodeada de tíos llenándola de semen por todos los agujeros le volvió a la cabeza.

Cuando llegaron a la cafetería Tony les estaba esperando en la puerta, se presentaron y pidieron unos cafés que invitó Tony, se sentaron en una discreta terraza.

TONY: Voy a ser sincero porque tarde o temprano te enterarás, tú separación fue por mí culpa.

Oscar lo miró con mala leche y Raquel se pasó la mano por la cabeza, no le gustaba nada como empezaba aquella reunión.

OSCAR: ¿Por qué?

TONY: Porque me enamoré de ella.

RAQUEL: ¡Joder!, pues eres muy fiable tú, te enrollas con una mujer casada y cuando tienes problemas se los vas a contar al ex marido, un poco raro esto.

TONY: Yo la quiero pero ella no me hace caso.

OSCAR: Explícame que pasó.

RAQUEL: Cariño, igual no hace falta saber los detalles.

OSCAR: Sí que hace falta, quiero saberlo.

TONY: Su compañera tiene razón, no creo que ahora tenga importancia.

OSCAR: O me lo cuentas todo o ya te puedes estar largando.

TONY: Somos compañeros de trabajo, empezamos con miraditas y en la fiesta de navidad dimos el paso, eso es todo.

OSCAR: Así que desde la puta fiesta navideña de la empresa que era un cornudo gracias a ti.

TONY: No he venido a hablar de eso, pero le prometo que no follamos hasta que se fue de su casa.

OSCAR: No claro, solo os cogíais de la mano, no te jode, vámonos Raquel.

TONY: Espere por favor, creo que está metida en un lio, está visitando un local, El T…, y es muy extraño porque se supone que vive con un novio que la tiene muy enamorada que se llama Javier N., varias compañeras con las que salía antes se han dado cuenta que desde que está con ese tío ha cambiado mucho.

Oscar se tranquilizó y se puso serio, le cuadraba la historia. Raquel cada vez estaba más nerviosa, esa conversación estaba segura que desestabilizaría a Oscar.

OSCAR: ¿Y qué puedo hacer yo?, ya es mayorcita para saber lo que quiere, no hace mucho le firmé el divorcio, un abogado vino a verme, no tuvo ni el detalle de venir ella, a mí no me preocupa lo que haga con su vida.

TONY: Sinceramente, creo que no ha superado la separación. Yo sé que a ti te respeta, si pudieras hablar con ella.

RAQUEL: Huy sí cuanto, te pongo los cuernos, te dejo tirado, pero te respeto eh.

OSCAR: Déjame que lo piense, ya te diré algo.

Tony se fue agradeciéndole que lo escuchara, ellos se quedaron sentados.

RAQUEL: Esto es muy raro Oscar, que se espabilen con sus vidas como tú lo has hecho con la tuya

OSCAR: Tengo que decirte algo, ese local, El T…, es donde yo me veía con Miriam, la última vez que ya sabes cuando fue, había una chica que se la estaban follando un montón de tíos por turnos, era Marina.

RAQUEL: La madre que te pario Oscar, ¿pero qué mierda de sitio es ese, donde coño te metiste cabrón?, si tuviera una barra de pan a mano te la estrellaba en medio de la cara, ya me has puesto de mala leche, vámonos.

Aquella noche en el apartamento de Raquel y Oscar no fue muy “divertida”, ella tenía un “cabreo” de la hostia y se fue a dormir pronto sin cenar, el mientras cenaba pensó en enviarle un mensaje a Marina, no tenía noticias suyas desde que le agradeció la firma del divorcio.

OSCAR: “Hola, ¿Cómo va todo?”

Marina tardó mucho en contestarle teniendo Oscar la confirmación de que lo había leído.

MARINA: “No tengo tiempo ahora, ya te diré algo.”

La respuesta había sido por compromiso y sin ningunas ganas de comunicarse con él, así lo entendió Oscar. Se fue a dormir, Raquel estaba de espaldas, él se metió en la cama pasándole un brazo por encima haciendo la cucharita acercándole la polla a su culito, Raquel se giró como una fiera mirándole a los ojos.

RAQUEL: ¿Qué coño haces?, ahora quieres “jaleo”, no me gusta nada todo esto de tu ex, y tú tendrías que alejarte, que se espabilen como puedan no es problema tuyo, vale.

OSCAR: Solo quería preguntarte si quieres que te prepare algo para cenar cariño.

RAQUEL: Vete a la mierda.

Se volvió a girar, Oscar le pasó un brazo por encima con cuidado, ella al rato le cogió la mano besándosela. Oscar sonrió y se quedaron dormidos.

Por la mañana Oscar se despertaba notando algo, Raquel le había bajado el pantalón del pijama y le estaba pajeando, se miraron, ella bajó la cabeza y se metió la polla en la boca haciéndole una buena mamada, se subió encima y se la metió cabalgándolo.

RAQUEL: Te voy a follar para que no vayas por ahí con hambre, ahora la única que te follo soy yo y te voy a tener bien servidito majo.

A Oscar se le escapaba la risilla mientras ellas aceleraba sus golpes de culo follándoselo, los dos se movían más cada segundo que pasaba hasta que Oscar levantó el tronco, Raquel lo besó con pasión y se corrieron los dos, él sujetándose con los brazos para atrás apoyándose en la cama y ella abrazada a él con las bocas abiertas y juntas.

OSCAR: Te quiero mi amor.

RAQUEL: Y yo a ti, por eso quiero que vayas tranquilito por si acaso.

Oscar reía y a Raquel se le había pasado el cabreo de la noche anterior.

Marina se despertó con Javier a su lado como cada mañana, el día anterior habían estado en el local y él la había estado mirando cómo se follaba a varios tíos que no conocían de nada.

JAVIER: Prepararás el desayuno cariño, quiero hablar contigo.

MARINA: Claro, por ti lo que quieras ya lo sabes.

Preparó el desayuno mientras Javier hablaba con alguien en el salón por teléfono. Al rato se sentó con ella en la mesa.

Cuando llegaron al trabajo Oscar fue a buscar a su amigo Gaby.

OSCAR: Un cosa Gaby, ¿qué sabes del “El T…”?

GABY: ¿Todavía piensas en ese sitio?, lo que tienes que hacer es follar como un loco con Raquel y dejarte de tonterías.

Le explicó la conversación con Tony el día anterior.

GABY: No sé mucho, aunque he oído habladurías, el propietario es un tal Javier N., por lo que se oye por ahí no es un tío muy legal, dicen que negocia con drogas y prostitución.

JAVIER: ¿Eres feliz Marina?

MARINA: A tu lado mucho, no puedo pedir más.

JAVIER: Te quiero proponer un negocio.

MARINA: ¿Un negocio?, me vas hacer ganar dinero encima.

JAVIER: Sí cariño, ¿Qué te parecería ganar mucha pasta haciendo lo que ya haces?

MARINA: ¿Trabajando en el departamento de recursos humanos de la empresa?

JAVIER: No, haciendo lo que mejor sabes hacer, follar.

MARINA: No te entiendo cariño.

JAVIER: Me has demostrado que eres capaz de follar con cualquiera, sabes que podrías ganar mucho dinero cobrando por ello.

Marina lo miró fijamente, dudaba si realmente le estaba hablando de lo que ella pensaba.

MARINA: ¿Me estas pidiendo que haga de puta?

JAVIER: Sería con clientes muy selectos, gente con mucho dinero que pagarían lo que fuera por estar contigo, yo me quedaría un pequeño porcentaje y tú en poco tiempo habrás ganado un pastón.

A Marina se le perdió la vista, no podía creerse que Javier el hombre del que se había enamorado, o por lo menos estaba muy interesada en él, le estuviera proponiendo algo así. Javier viendo que ella no reaccionaba.

JAVIER: No hace falta que empieces al cien por cien, puedes probarlo los fines de semanas y poco a poco irte metiendo más.

Le miró a los ojos seria.

MARINA: No puedo hacer eso.

JAVIER: ¿Cómo que no?, ya has follado de todas las maneras, con tíos guapos y con el primero que aparecía para metértela en la sala de máscaras, con uno, en trío, en orgías para ti sola, es lo mismo pero cobrando, y muy bien por cierto.

MARINA: Pero lo hacía por ti, ¿no lo ves?, tal vez habría probado un trío porque nunca lo había hecho pero todo lo demás lo hice porque tú me lo pediste, porque te quiero y quería hacerte feliz.

JAVIER: Venga Marina no me vengas con cuentos, estás hecha una buena puta tú, cobrando o no, aprovéchalo que vales para eso.

MARINA: ¿Pero qué dices tío?, como voy a hacer eso por favor.

JAVIER: Escúchame Marina, a ti te gusta vivir bien. ¿No te gustaría poder comprarte una buena casa con su piscina, poder tomar el sol y bañarte cuando quisieras, comprarte las joyas que te diera la gana y poder ir a sitios caros como una señora?, o prefieres seguir en esa mierda de trabajo que tienes que nunca vas a llegar a nada, como mucho conocerás a algún fracasado con quien convivirás en una mierda de apartamento, puede que seas feliz, porque no. Mira, piénsatelo, dale vueltas y valora lo que te estoy ofreciendo.

Marina se fue a trabajar pensando que era una animalada lo que Javier le había propuesto, iba pasando la mañana haciendo el monótono trabajo de cada día y pensando en el sueldo que le pagaban. Cuando volvió a casa por la tarde la estaba esperando Javier sentado tomándose una copa, Marina se le puso delante.

MARINA: ¿De cuánto dinero hablamos?

Javier se levantó con una sonrisa, le dio un beso en los labios, la ayudó para que se sentara muy cortésmente y le preparó una copa sentándose con ella para hablar de “negocios”.

Oscar le envió un mensaje a Tony diciéndole lo que sabía por la conversación con Gaby. Si los amigos/as de Miriam estaban preocupados por ella aquella noticia los dejó más tocados todavía. Tony estuvo muy atento a todo lo que hacía Marina, cuando intentaba hablar con ella se lo quitaba de encima con cualquier escusa, nadie podía sacarle nada de lo que hacía fuera del trabajo y estaba muy distanciada de ellos. Pasaban los días sin novedades, a Marina la veían llegar el lunes con la cara de cansada como cada semana, nadie podía sospechar lo que estaba haciendo hasta que llegó fin de mes y se corrió la voz que se había despedido de la empresa. Tony le envió un mensaje a Oscar diciéndoselo y que sospechaba que se estaba dedicando a la prostitución.

Oscar y Raquel habían encontrado un buen equilibrio y cada día estaban mejor entre ellos, el viernes fueron a cenar con sus amigos, en medio de la cena aprovechó un silencio.

OSCAR: Os tengo que explicar algo, Marina a dejado su trabajo después de tantos años, y me temo que lo ha hecho para dedicarse a la prostitución.

Todos dejaron lo que estaban haciendo mirándolo fijamente, se hizo un silencio.

SUSY: Llevo dos semanas intentando contactar con ella para comer un día juntas, ni me ha cogido el teléfono ni me ha devuelto las llamadas.

GABY: ¡Hostia puta!, si trabaja para Javier N. no creo que acabe muy bien.

SUSY: Tenemos que hacer algo por ella, no la podemos dejar sola.

RAQUEL: ¡Joder!, ni que fuera una niña a la que han engañado, sabe de sobras donde se mete.

GABY: Si trabaja para ese tipo la van a engañar Raquel, es amiga nuestra y creemos que tenemos que ayudarla, como haríamos contigo si tuvieras algún problema, si tú te quieres quedar al margen lo entiendo.

Raquel se quedó callada y algo avergonzada por precipitarse en el comentario.

OSCAR: Estoy en contacto con un compañero que Marina tenía en el trabajo, creo que es buena persona y está enamorado de ella, él fue quien nos alertó, podremos contar con él para lo que haga falta.

GABY: Yo intentaré contactar con algunos conocidos a ver si consigo más información del tipejo este.

OSCAR: Alguien tendría que visitar El T…, para ver si está por allí.

RAQUEL: Tú ni hablar.

GABY: Seamos prácticos, Oscar es el que tiene más confianza con una de las chicas que lleva tiempo trabajando allí, Miriam, ella seguro que sabe cosas.

RAQUEL: Pues que se las explique por teléfono, él no vuelve a pisar ese sitio de mierda.

SUSY: Raquel cariño, esas chicas no le dan el teléfono a nadie, si quieres verlas tienes que ir allí, pero podemos hacer una cosa, vamos nosotras con él, entramos por separado y lo vigilamos para que te quedes tranquila.

Oscar le hacía un gesto con la cabeza a Raquel indicándole que era una buena idea y ella aceptaba no muy convencida. Acabaron de cenar y tomaron una copa sin tanta alegría como otras veces.

Cuando se fueron a las habitaciones, Raquel se paró delante del ventanal mirando a Oscar.

RAQUEL: No me puedo creer que acabe viendo el sitio ese de mierda que te tirabas a una p…, puagg, que asco tío.

Oscar se le acercó despacio, le besó los labios y el cuello mientras le desabrochaba la camisa.

OSCAR: Tranquila cariño, es parecido a una discoteca, a la vista no se ve nada raro, estamos un rato sacamos la información y nos vamos.

Le seguía besando el cuello y le desabrochaba el sujetador acariciándole las tetas, le estaba poniendo los pezones duros.

RAQUEL: Tú, tú eres un cabronazo que me estás poniendo perra con tanto toqueteo.

Oscar le sonrió y fue arrodillándose para desabrocharle los pantalones, Raquel siguió tocándose ella las tetas, el mamón de Oscar ya había conseguido que se mojara las bragas. Él le bajó la cremallera del pantalón y se lo fue bajando lentamente, le dio un beso encima de las bragas y le ayudó a descalzarse para quitarle el pantalón, le agarró con la dos manos el culo y metió la boca en el coño oliéndole las braguitas, Raquel se sujetaba en su cabeza gimiendo, le bajó las bragas de un tirón y le metió la lengua en medio del coño haciéndola gritar, se lo comió devorándolo, Raquel gritaba temblándole las piernas, le había puesto el clítoris como una piedra de duro. Oscar se levantó, se bajó los pantalones con la ropa interior y se sentó en un sillón con la polla tiesa, Raquel se dio la vuelta sentándose encima de su polla dándole la espalda, se la metió de golpe mientras Oscar se quitaba la camisa, los dos gritaron, ella cogió un ritmo endiablado con sus caderas, dejándose caer hacía atrás para que su amor le pasara las manos por delante amasándole las tetas, Raquel se corrió de forma espectacular con espasmos en el cuerpo. Oscar se levantó y la estiro boca abajo en la cama.

RAQUEL: Que fuerte tío, como me pones.

Él se quitó la ropa que le faltaba y le metió la lengua en el culo lamiéndoselo para lubricarlo, ella volvió a gritar, se estiró encima suyo agarrándose la polla, Raquel se puso una mano en cada nalga abriéndose el culo para que la penetrara profundamente, Oscar le puso la punta en el agujerito y apretó despacio metiéndosela lentamente hasta que no pudo más dando un suspiro de excitación, Raquel cerró los ojos y abrió la boca soltando el aire.

RAQUEL: Fóllame mi vida, fóllame como tú sabes.

A Oscar que le dijera esas cosas lo ponía cachondo perdido, se empezó a mover y Raquel se metió una mano por debajo del cuerpo frotándose el coño, de vez en cuando la subía un poco más y le agarraba los huevos, él gemía como un animal aumentando el ritmo de las penetradas, ella gemía de sus caricias en el chichi, cuando vio que Oscar se aceleraba y que debía estar a punto de correrse se metió dos dedos en el coño follándoselo, notaba la polla de Oscar al través de la piel y él sus dedos, le daba unos golpes tremendos en el culo con su polla, un primer grito y un fuerte chorro de semen hizo que Raquel gritara también corriéndose a la vez, no paraban de moverse y cada vez gritaban más fuerte, los oían desde la habitación Susy y Gaby que se miraban alucinados sin decir nada, cuando pararon los gritos.

SUSY: Pedazo de polvazo que han pegado estos dos por Dios.

Gaby se descojonaba de risa, Raquel y Oscar jadeaban recuperándose sin fuerzas.

Al día siguiente se juntaron para desayunar, todos con una sonrisa, Raquel y Oscar por lo bien que habían dormido después del pedazo de polvo, Susy y Gaby de verlos con la cara de felicidad habiéndolos escuchado, cuando estaban los cuatro sentados tomando el café.

SUSY: No sé qué pasó anoche, se oyeron ruidos raros, como dos animales peleándose.

Se pusieron rojos mirándose, Gaby se moría de risa.

RAQUEL: ¿Nos oísteis?, que vergüenza.

SUSY: Cómo para no oírte nena, se debió de enterar todo el barrio, pero tranquila, a mí me parece bien.

Raquel miró a Oscar.

RAQUEL: Lo ves idiota como no podemos hacer estas cosas fuera de casa.

OSCAR: Pero qué más da, en casa se debe enterar todo el bloque.

RAQUEL: Tú estás perdiendo la vergüenza chaval.

Oscar se le acercó dándole un beso en la mejilla y el cuello.

OSCAR (susurrando): Y lo que te gusta que te folle sin ninguna vergüenza, haciéndote perder la cabeza que gritas como una loca ¿qué?

RAQUEL(voz de tonta): Calla, no me digas esas cosas hombre.

Se ruborizó y los cuatro se partían el pecho de risa.