Caminos (12)

Marina volvió a su casa el domingo...

Marina volvió a su casa el domingo por la tarde después de un fin de semana de sexo a todas horas, se cambió y se estiró en el sofá mirando una serie. Una hora más tarde llamaron a la puerta, la abrió y vio a Tony, se dio cuenta que llevaba alguna copa de más, le dejó entrar y se sentaron en la mesa del comedor.

MARINA: ¿Vas borracho, te pasa algo?

Tony la miraba con los ojos un poco torcidos medio riéndose.

TONY: ¿Quieres que te explique una cosa graciosa?

MARINA: Dime Tony.

TONY: Me he enamorado de una mujer.

MARINA: ¿Y por eso has bebido?

TONY: Calla, calla, es muy gracioso, verás, hace meses empecé a trabajar en un sitio nuevo, nada más llegar me fijé en una chica que no vestía muy bien, parecía que no se cuidaba mucho y no se le veía nada feliz, estaba triste, muy triste. Pero a mí me gustaba, pensaba que debía ser una mujer muy dulce, que si conseguía que fuera feliz esa dulzura me la podía dar a mí, deseaba estar con ella, darle cariño y que me lo diera ella a mí. Cuando se separó pensé que dándole un poco de tiempo para que se olvidara de su vida pasada se acabaría fijando en mí, hasta había hecho planes de cómo pedirle para que viviéramos juntos y todo. Y ahora viene lo gracioso, la chica triste ha pasado a estar tan feliz que ahora pasa de mí como de la mierda y se va por ahí a follar sin importarle mis sentimientos, ¡ja!, de hecho creo que nunca se ha dado cuenta de ellos, no se ha parado a pensar que si la ayudé en su momento era porque sentía algo por ella. Así que aquí me ves, como un gilipollas, borracho para olvidar.

Marina se quedó en silencio mirándolo alucinada, le estaba muy agradecida por su ayuda pero ella nunca pensó en volver a enamorarse.

MARINA: Tony, yo nunca pensé en volverme a enamorar, todavía no he superado lo de mí matrimonio, mucho menos vivir con alguien, siento mucho si tú tenías otras intenciones, no me he dado cuenta, perdóname, yo pensaba que tú tenías amigas con las que follabas y yo era una más.

Se levantó de la mesa tambaleándose caminando a la salida.

TONY: Pues ya lo ves, soy un tío normal con su corazoncito, o puede que no sea tan normal por enamorarme de ti.

Se fue dejando la puerta abierta de par en par, Marina la cerró cayéndole unas lágrimas, nunca fue su intención hacer daño a nadie y menos a Tony.

El lunes en el trabajo Marina intentaba ver a Tony para saber cómo estaba, no consiguió hacerlo hasta el medio día que fue a tomarse un café y lo vio hablando con un grupo de chicos de su departamento, le pareció que estaba serio, un leve cruce de miradas fue todo, ella no se atrevió a acercarse porque estaba acompañado y él no hizo el más mínimo gesto de levantarse e ir a hablar con ella.

Después del fin de semana Marina por la tarde decidió quedarse en casa para descansar, se estiró en el sofá mirando una serie y una vez vistos algunos capítulos pensó en Tony, cogió el teléfono y le envió un mensaje.

MARINA: “¿Querrás cenar esta semana algún día conmigo?”

Esperó un momento y no vio que lo leyera, dejó el móvil en la mesita y al rato lo volvió a coger, lo había leído pero no le contestaba. Marina se sentía mal, le estaba muy agradecida por haberle abierto los ojos en su momento pero ella nunca tuvo la intención de cambiar a Oscar por otro hombre, demasiado tiempo ligada a una persona para volver a hacer lo mismo, ella tenía ganas de vivir cosas nuevas, había descubierto una que le atraía mucho, el sexo, lo estaba disfrutando y de qué manera. El móvil hizo un ruidito, le había llegado un  mensaje.

TONY: “No lo sé, no sé ni que decirte, estoy avergonzado del espectáculo de ayer en tú casa, perdóname por favor.”

Marina apretó los labios pensando.

MARINA: “Ven a mi apartamento cuando puedas, hablamos y cenamos aquí, yo también me quedé mal ayer y me gustaría aclarar las cosas.”

TONY: “En un rato vendré.”

Ella le envió un emoticono de unas manos aplaudiendo, a Tony le quedó claro que ella quería seguir siendo amiga pero nada más. Tal como le dijo se presentó en su casa, hablaron un rato de lo sucedido la noche anterior, él se disculpó por presentarse bebido y haber hablado más de la cuenta y ella le quitó importancia, le explicó con tranquilidad que ella no buscaba ninguna relación, que estaba disfrutando de la vida.

TONY: ¿Cuándo dices de la vida, te refieres al sexo también verdad?

MARINA: De la vida en general Tony, piensa que he estado mucho tiempo encerrada dentro de mí misma, pensando que mí vida estaba abocada a vivirla para siempre igual, sin esperanzas de mejorarla, no tenía fuerzas para cambiarla y gracias a ti pude hacerlo, te estoy muy agradecida, no sabes cuánto, pero no quiero vivir en pareja otra vez.

TONY: Espero que si tenías sexo conmigo no fuera como agradecimiento, como si me tuvieras que dar algo a cambio. Yo entiendo lo que dices perfectamente, es culpa mía por hacerme ilusiones, es la primera vez que siento algo así por alguien.

MARINA: Si tenemos sexo es porque me gustas, que te crees, es una manera de liberarme. ¿Crees que podremos ser amigos?

TONY: ¿Por qué no?, lo que no creo que pueda es seguir teniendo sexo contigo.

Marina le miró en silencio.

MARINA: Me ayudas a preparar algo para cenar.

Prepararon algo hablando del trabajo para no tensar la situación, cenaron juntos intentando seguir con conversaciones agradables si entrar en temas íntimos y se despidieron con un piquito. Los dos se sintieron mejor después de ese encuentro, habían aclarado sus posiciones y al menos podrían seguir como amigos sin tiranteces entre ellos.

Oscar pasó el día como otro normal de trabajo, hablaron con Raquel en algunos momentos como buenos amigos, como ninguno de los dos dijo nada de verse acabaron cada uno en su casa por la tarde. El martes por la mañana en cuanto la vio Oscar fue a buscarla.

OSCAR: ¿Esta tarde nos podremos ver?

RAQUEL: ¿Para qué?

OSCAR: ¿Ya te estás cachondeando, para qué quieres que sea?, para hablar un rato, cenar, no sé.

RAQUEL: Ya, y como ya has pasado un par de días sin “chiki-chiki” hoy toca meterla en caliente.

OSCAR: No te he dicho nada, hasta luego.

Se fue alejándose de ella, Raquel se quedó mosqueada por no entrarle en la discusión que era lo que buscaba. Al rato Gaby le hizo una señal para que acudiera al despacho.

GABY: Esta noche salimos, descansa esta tarde que nos iremos a dormir tarde.

OSCAR: Hoy, un martes hay cosas abiertas por ahí.

GABY: Donde te voy a llevar está abierto cada día, por eso no te preocupes.

A Oscar no le hacía mucha gracia, llevaba años haciendo el mismo horario cada día como un reloj, el único cambio había sido ir a visitar a Raquel y ya le parecía todo un logro. Quedaron en la tienda al cerrar, Gaby lo invitó a cenar y después a un local, cuando entró se le abrieron los ojos que se le salían como en los dibujos animados con dos muelles, había un montón de chicas bailando encima de unas tarimas pequeñas medio en pelotas, con unos tangas enseñando unos culos tremendos, algunas enseñando las tetas y otras tapándoselas con prendas ridículas que todavía las hacían estar más sexis.

OSCAR: Pe, pe, ¿pero qué es esto?

GABY: Te gusta eh.

OSCAR: Joder tío, esto es el paraíso para cualquier hombre, ¿y tú vienes mucho aquí?

GABY: De vez en cuando.

OSCAR: ¿Y Susy lo sabe?

GABY: Susy ha venido muchas veces conmigo, y sabe que estamos aquí.

OSCAR: ¿Y Raquel también?

GABY: A Raquel le puedes decir que estuvimos tomando una copa por ahí, no hace falta que seas demasiado explícito en tus explicaciones.

Fueron caminando por el medio de la gente, Gaby saludaba a algunas de las chicas que bailaban, les dejaron entrar a un zona privada donde habían algunos sofás en forma de media luna para sentarse con una mesita delante, se sentaron y no tardó en venirles a atender una belleza que parecía “Cat Woman”, llevaba una ropa negra enganchada a todo el cuerpo que brillaba marcando la rajita del chichi, los pezones de una tetas enormes y unos taconazos que le hacía parecer bastante más alta de lo que era, al girarse le faltaba al traje un circulo que le dejaba a la vista todo el culo, Oscar seguía sin poder recogerse los ojos, no había visto nunca tantas chicas guapas juntas.

CHICA: Hola Gaby guapo, ¿cómo hoy por aquí?

GABY: Pues mira, para enseñarle este lugar a un buen amigo que me parece que os vendrá a visitar más veces.

Oscas se giró mirándola embobado.

CHICA: Muy guapo tú amigo.

GABY: Nos traerás unos escoceses y le dices a Miriam que venga por favor.

La chica lo anotó sonriendo y se fue.

OSCAR: Lo de los whiskys lo pillo, pero lo de Miriam, ¿qué es?

Gaby le sonrió girando los ojos haciéndole un gesto con la cabeza para que mirara. Venía una chica que Oscar tuvo que parpadear varías veces para creerse lo que estaba viendo, guapísima de cara, con un corpiño que casi se le salían las tetas por encima, una faldita con tul debajo que se la mantenía en una posición que enseñaba el tanga, y como no, unos zapatos con un tacón altísimo que todavía le estilizaba más la figura. Se puso delante de ellos saludando a Gaby.

GABY: Te presento a mi amigo Oscar.

Oscar miraba para arriba sin parpadear, la chica le cogió la barbilla y le dio un piquito.

MIRIAM: Los amigos de Gaby también son mis amigos.

Llegó la camarera con tres vasos de whisky que les sirvió, Gaby le dio el dinero discretamente y ella se lo agradeció marchándose. Miriam se sentó en medio de ellos y brindaron, Oscar le pegó un buen trago para tranquilizarse viendo por donde iba todo aquello.

GABY: Hoy me interesa que estés atenta a mi amigo, es la primera vez que viene y quiero que se lleve una buena impresión.

MIRIAM: Claro que sí, seguro que se irá contento.

Se giró y se sentó encima de Oscar que no se lo esperaba quedándose como una estatua, mirándola fijamente y con los brazos abiertos como un Cristo, Gaby miraba para otro lado para no descojonarse de risa, ella le cogió las manos apoyándoselas en su culo, le puso un dedo encima de la nariz, él torcía los ojos para intentar mirar el dedo.

MIRIAM: Dime guapo, ¿a qué te dedicas?

OSCAR (temblándole la voz): Trabajo para Gaby.

El dedo de la nariz le bajaba lentamente poniéndoselo encima del labio.

MIRIAM: Sabes que tienes unos labios muy bonitos.

OSCAR: Yo, yo…

MIRIAM: Son para comérselos

Fue bajando la cabeza acercándola a la de Oscar que le miraba los ojazos como si estuviera hipnotizado, juntó sus labios con los suyos y se los besó, le acariciaba la cara y con el dedo pulgar le abrió un poco la boca volviendo a besarlo sacando la lengua, él también sacó la suya pegándose un buen morreo agarrándose con más fuerza a su culo.

MIRIAM: Y además besas muy bien, tú debes tener experiencia con las mujeres ladrón.

Oscar levantaba las cejas, no se podía creer lo que le estaba diciendo. Gaby se levantó para no morirse de risa viéndolo y se fue a hablar con otra chica en una barra pequeñita.

Miriam cogió el vaso pasándoselo, agarró el suyo y brindó con él.

MIRIAM: Tú amigo es muy discreto dejándonos solos, no me voy a mover de aquí en toda la noche, hombres guapos como tú vienen pocos.

Le recogió el vaso volviéndolo a dejar en la mesa y lo besó de nuevo, Oscar se atrevió a mover las manos acariciándole la espalda, ella le pasó los brazos alrededor del cuello abrazándolo presionándole el pecho con su par de tetas, hablándole al oído.

MIRIAM: ¿Estás bien, te gusta?

OSCAR: Sí, sí, todo muy bien gracias.

Miró a su alrededor y vio a otros hombres que estaban con chicas metiéndole la mano por todos sitios, aprovechó que Miriam para abrazarle había levantado un poco el culo para meter una mano debajo, le agarró bien una nalga y un par de dedos los fue acercando despacio hasta ponerlos encima del coño. Miriam gimió suavemente en su oído.

MIRIAM: Que lanzado eres bribón, y que bien tocas.

Oscar se relajó moviendo los dedos, ella le iba gimiendo muy sensual, cuando estaba a punto de apartarle el tanga para tocarle el coño se dejó caer sentándose de nuevo encima de él, sacó la mano para que no se la aplastase y ella se sentó encima de su polla que la tenía a reventar con tanto calentón.

MIRIAM: Huy niño, como la tienes, ¿quieres que te lo arregle?

En ese momento se sentó Gaby otra vez al lado.

GABY: Mejor otro día, por hoy creo que es suficiente.

Ella se volvió a sentar en medio de los dos, se tomaron las copas hablando y riendo. Cuando las acabaron se despidieron y salieron a la calle.

OSCAR: Pero esto es, es, vamos, es eso ¿no?

GABY: Sí Oscar, es eso y mucho más, ya lo irás descubriendo. Es un sitio muy especial de los que hay muy pocos.

Lo dejó en su coche en la puerta de la tienda y Oscar volvió a su casa, se metió en la ducha y se hizo una paja pensando en Miriam, era la chica más espectacular que había besado y metido mano en su vida, se metió en la cama soñando con aquel lugar y se despertó con la polla tiesa de nuevo teniéndose que hacer otro “apaño” de buena mañana.

Era miércoles por la mañana cuando Marina recibió un mensaje de Javier.

JAVIER: “Te va bien que nos veamos esta tarde, si quieres cenamos después.”

MARINA: “Vale, a las seis estoy en tú casa”

Oscar estaba a media mañana tomándose un café con Raquel.

OSCAR: ¿Quieres que hagamos algo hoy?

RAQUEL: ¿Qué tal ayer con Gaby?

OSCAR: Muy bien, muy instructivo.

RAQUEL: Ya me lo puedo imaginar.

OSCAR: Pues no imagines tanto y respóndeme, ¿quieres que nos veamos?

Raquel se metió lo dedos dentro del pantalón estirando de las bragas enseñándole el color carne.

RAQUEL: ¿Sabes que quiere decir esto?

OSCAR: Que me busque la vida.

RAQUEL: Muy bien, vas aprendiendo.

Marina llegaba puntual a su cita, Javier le abrió la puerta dándole un beso en los labios.

JAVIER: ¿Un cubatita?

MARINA: Claro, pero no lo cargues mucho por favor.

Se lo tomaron hablando en el sofá, cuando estaban a punto de acabarlo, Javier le cogió el mentón acercando sus labios besándola, la mano le iba recorriendo la pierna y Marina se estaba encendiendo, no sabía que tenía aquel hombre que le hacía perder los papeles de aquella manera, le desabrochó la camisa quitándosela, él le bajó la cremallera del vestido bajándoselo por debajo de las tetas, se fue estirando encima de ella, la mano le acariciaba el coño por encima de las bragas y sus labios se movían de la boca al cuello bajando a las tetas poniéndoselas duras, le metió la mano por dentro de las braguitas frotándole el chichi con dos dedos, Marina gemía pasándole un brazo por detrás del cuello.

JAVIER: ¿Has pensado en lo que te dije?

MARINA (excitada): ¿En qué?

Él se iba colocando en medio de sus piernas desabrochándose el cinturón, el botón y se bajó la cremallera, ella le empujó los pantalones y los boxes bajándoselos, le estiró de las bragas quitándoselas y le frotó la punta de la polla en el coño.

JAVIER: De disfrutar del sexo totalmente.

MARINA: Ya lo disfruto así.

Estaba excitadísima y él la ponía más cachonda frotándole el coño sin penetrarla.

JAVIER: Lo disfrutarías mucho más con otra polla para ir jugando, imagínatelo, ahora podrías tener una en tus manos pajeándola.

Marina le iba a decir algo y se la metió de golpe haciéndole gritar de gusto dejándosela dentro quieta.

JAVIER: Vamos dímelo, dime qué harías ahora con otra polla.

MARINA: Sigue por favor, me tienes ardiendo.

JAVIER: Dímelo.

MARINA: Le haría una paja mientras me follas.

Se la sacó y le volvió a dar otro golpe dando ella otro buen grito.

MARINA: No pares.

JAVIER: Tú ves hablando y yo te iré follando.

MARINA: Me mojaría la mano para que resbalara por la polla.

Él siguió follando a golpes secos.

MARTINA: Me la metería en la boca chupándola mientras no paras de penetrarme.

Javier se levantó dándole la vuelta dejándole la cabeza encima del respaldo de sofá, se puso detrás y se la metió de golpe.

JAVIER: ¿Así se la estarías chupando?

MARINA: Sí, sí, me follaría la boca.

Había entrado en el juego, lo estaba pensando sintiendo la polla de Javier dándole golpes en el coño, poniéndose caliente mientras la follaba duro y un dedo humedecido en saliva se lo iba metiendo en el culo.

JAVIER: Así, así, eres maravillosa, ¿qué notas ahora?

MARINA: Que me están follando el culo, por delante y por detrás.

JAVIER: Te estás follando a dos pollas.

Aceleró el ritmo, Marina empezó a gritar todo lo que podía muy excitada y se corrió temblándole las piernas, Javier le dejó acabar con el orgasmo y se la sacó del coño metiéndosela despacio en el culo, Marina se estaba recuperando y notó como se le abría el ojete aceptando la polla de Javier que se le iba metiendo más adentro de sus entrañas, siempre había pensado que eso le dolería mucho y la notaba entrar sin dolor, solo con una sensación rara, se fue moviendo dentro de ella gimiendo, ella le oía y se excitó, le gustaba oír a aquel hombre cuando gemía porque sabía que se iba a correr dentro de ella, se lo tomaba como un triunfo, él aceleró las embestidas y le llenó el culo a lechazos mientras ella sonreía. Se desnudaron y fueron a ducharse juntos.

JAVIER: ¿Te he hecho daño preciosidad?

MARINA: No, nunca lo había hecho, pensaba que tenía que doler mucho y la verdad es que no ha sido para tanto.

JAVIER: Lo ves como eres espectacular. ¿Te has excitado pensando en que te follabas a más de un hombre?

Marina lo miraba sin atreverse a contestar.

JAVIER: Ya veo que sí, es normal no tienes por qué avergonzarte.