Caminos (11)

Oscar fue a buscar a Raquel...

Oscar fue a buscar a Raquel y cuando llegó a la puerta de su casa le envió un mensaje como habían quedado.

OSCAR: “Ya estoy abajo, ven cuando quieras”

RAQUEL: “Sube que estoy haciendo la cena”

OSCAR: “¿No íbamos a ir fuera?”

RAQUEL: “Que subas ya coño”

Aparcó resoplando, siempre lo despistaba con algo. Llamó al timbre de abajo y tuvo que esperar que le abriera, subió al piso y volvió a esperar que le abriera la puerta.

OSCAR: Me podías haber hecho esperar un poco más…

RAQUEL: Calla, que te estoy haciendo la cena y la tengo en el fuego, ¿qué quieres, que por abrirle la puerta al señorito se me queme?

Oscar se quitó la chaqueta y se metió en la cocina con ella.

OSCAR: Muy bonito el apartamento.

RAQUEL: ¿No lo habías visto?

OSCAR: Si ayer no me dejaste pasar de la entrada, ¿cómo lo iba a ver?

RAQUEL: Para lo que tenías que hacer no hacía falta entrar más.

Él se acercó y le dio un beso en el cuello desde atrás.

OSCAR: Buenas noches.

RAQUEL: Muy bien, vas aprendiendo.

Giró la cabeza para darle un beso en los labios y le olió el cuello.

RAQUEL: No te has puesto el perfume de ayer.

OSCAR: Lo he tirado como me dijiste, un día de estos pasaré por una  perfumería a ver si me gusta alguno.

Raquel sirvió los platos y le dijo a Oscar que abriera una botella de vino, se sentaron en la mesa y él lo sirvió en los vasos.

OSCAR: ¿Por qué has cambiado de idea y nos hemos quedado a cenar aquí?

RAQUEL: Lo he pensado esta tarde y lo he hecho.

OSCAR: Si lo hubiera sabido habría venido antes a ayudarte.

RAQUEL: La próxima vez quedamos en tú casa y cocinas tú.

OSCAR: Vale.

RAQUEL: ¿Cocinas bien?

OSCAR: Alguna cosa hago, cuando estaba en pareja hacía yo cada día la cena.

RAQUEL: Bueno ya veremos, no me fio mucho de tus habilidades.

Se miraron y Oscar le sonrió confirmándoselo con la cabeza. Se volvió a acordar de cuando le hacía la cena a Marina esperándola que llegara y se entristeció. Raquel se dio cuenta.

RAQUEL: Eh, no quiero caras tristes en mi casa vale.

Él le volvió a hacer una sonrisa forzada. Cuando acabaron ella le dijo de sentarse en el sofá, se besaron un buen rato, besos lentos, tiernos, saboreándose los labios y la lengua, Oscar le fue acariciando las tetas por encima de la ropa, ella le tocaba la espalda y la nuca, no quería meterle mano porque sabía que se excitaría demasiado y tenía la idea de dejarle hacer lo que él quisiera, no le decía nada, al rato Oscar se atrevió a desabrocharle la camisa metiéndole la mano por dentro para tocarle las tetas por encima del sujetador, la miraba y ella se la devolvía sin decirle nada, él pensó que podía ir haciendo y le metió la mano por dentro del sostén frotándole los pezones. Raquel le susurró.

RAQUEL: Desabróchame el sujetador y quítamelo que será más cómodo.

Le acabó de desabrochar la camisa, le metió las manos por detrás y se estuvo peleando con el cierre del sostén, ella intentaba disimular la risa que le estaba entrando viendo lo patoso que era. Al final consiguió deshacerse de él.

RAQUEL: ¿Es qué a tú ex no se lo quitabas nunca?

OSCAR: Ya te dije que hacía demasiado tiempo que no…, ya ni me acordaba cómo funcionaba eso.

Le quitó la camisa y el sujetador volviéndola a besar, le acariciaba los pechos con más libertad teniéndola desnuda de medio cuerpo, bajó una mano pasándola por encima del pantalón colocándosela encima del coño.

RAQUEL: No tan rápido.

La bajó a los muslos acariciándoselos, poco a poco fue subiendo, ella abrió un poco las piernas para darle a entender que ahora era el momento y él le apretó el coño, Raquel seguía sin decirle nada, cuando estuvo un rato tocándolo le desabrochó el botón y le bajó al cremallera, intentó meterle la mano por dentro pero no le cabía, miró a Raquel y ella movió la cabeza para indicarle que así no podría. Se levantó arrodillándose delante de ella y le quitó los zapatos, le agarró los pantalones por los lados y estiró de ellos bajándoselos, se los quitó y le besó los muslos, ella le hizo un gesto con la mano tocando el sofá para que volviera a sentarse.

OSCAR: Hoy de color negro, muy bien, tienes bragas bonitas y todo.

RAQUEL: No te despistes y sigue.

Se besaron y él pudo ponerle la mano encima de las braguitas acariciándole el coño con dos dedos, intentaba moverlos buscándole el clítoris sabiendo del día anterior que era donde a ella le gustaba, consiguió darle gustito para que jadeara un poco.

RAQUEL: ¿Tú cómo estás?

OSCAR: La tengo a punto de reventar.

RAQUEL: Sácatela.

OSCAR: ¿Qué?

RAQUEL: Que te saques la polla y te hagas una paja.

OSCAR: ¿Y por qué no lo haces tú?, me gusta más.

RAQUEL: Porque quiero ayudarte, hazlo por favor.

Le hizo caso desabrochándose el pantalón, se lo bajó un poco con los boxes y se agarró la polla pajeándola despacio, ella le cogió la mano pasándole la lengua por la palma para mojársela y que se la pudiera hacer mejor.

RAQUEL: Tócate pero no te corras, ¿lo entiendes?, no puedes correrte hasta que no lo haga yo primero.

Oscar movió la cabeza para que supiera que lo había entendido, ella apoyó bien la espalda en el respaldo sacando un poco el culo metiéndose la mano por dentro de las braguitas masturbándose también. No pasó mucho tiempo que se oían los dedos de Raquel moviéndose en medio de la humedad de su coño, ella gemía y él resoplaba pensando en que no podía excitarse demasiado teniendo la polla dura como una piedra. Se quitó las bragas, abrió las piernas y se metió dos dedos en la vagina gimiendo de gusto.

OSCAR: Me parece que no voy a poder aguantar mucho más, me estás poniendo más caliente que el pico de una plancha nena.

RAQUEL (entre gemidos): Aguanta, aguanta, yo primero.

Aceleró la follada con los dedos frotándose a la vez el clítoris, a Oscar se le salían los ojos mirando, Raquel se corrió tensando el cuerpo y él se tranquilizó pensando que había aguantado hasta donde debía hacerlo. Ella le besó con una sonrisa.

RAQUEL: Desnúdate, yo estoy en bolas y quiero que tú también lo estés.

Se puso de pie quitándose la ropa, se volvió a sentar y Raquel le besó con pasión agarrándole la polla meneándosela, Oscar resoplaba.

RAQUEL: Aguanta todo lo que puedas, disfruta del gustito intentando no pasarte de excitación y correrte.

Lo seguía besando pajeándolo muy lentamente, él de tanto en tanto jadeaba y soplaba aguantando bien, le fue acelerando la paja, los dos miraban la mano como subía y bajaba por la polla, él soplaba pero seguía aguantando bien, ella le agarró los huevos amasándoselos haciéndole gemir, Oscar le pasaba un mano por detrás acariciándole una teta, le volvió a coger la polla acelerándole la paja un poco más, ya lo hacía a buen ritmo y él parecía estar tranquilo aguantando.

RAQUEL: Muy bien, lo estás haciendo muy bien sigue igual.

Como veía que lo aguantaba bien le agarró una mano metiéndosela en medio de las piernas para que le tocara el coño, él se lo abría con los dedos acariciándole por el medio notando la humedad, empezó a gemir de la excitación y respiró profundo un par de veces para controlarse, llevaban un buen rato, Raquel ya se le empezaba a cansar la mano y él no se corría. Le miró a los ojos, bajó la cabeza y se metió la polla en la boca chupándosela con fuerza, el gimió poniéndole una mano encima de la cabeza, se la succionó unas cuantas veces, ella empezaba  a picarse por no conseguir que se corriera, lo intentaba todo, la succionaba, la chupaba metiéndosela casi toda en la boca y no había manera, entonces notó como él le apretó la cabeza manteniendo la polla dentro donde quería y empezó a mover las caderas follándole la boca, succionó para que notara que entraba estrecha y el cogió su ritmo, cada vez gemía más fuerte, Raquel notó como le empezaba a temblar dando señales que se corría, ni él le apartó la cabeza ni ella dejó de chupar buscando darle el máximo placer, estaba contenta de que aguantara tanto sin correrse y lo quería recompensar, le pegó un lechazo directo en la garganta, ella intentaba tragárselo todo pero no pudo evitar que le cayera el semen por los labios cuando levantó la cabeza para mirarlo con una sonrisa.

RAQUEL: Muy bien tío, has estado genial.

Él la miraba recuperándose de la corrida con una buena sonrisa, estaba orgulloso de haber aguantado tanto. Se lavaron, se vistieron y tomaron una copa con una buena conversación. Raquel le acompañó a la puerta para despedirlo, se besaron los labios y cuando estaba a punto de salir por la puerta.

OSCAR: Raquel.

RAQUEL: Dime.

OSCAR: Antes de venir me he hecho una paja en casa para aguantar más.

RAQUEL: Pues ya sabes que tienes que hacer, pero no me lo digas tontaina, con lo bien que habías quedado.

Él le sonrió encogiéndose de hombros.

RAQUEL: Ya sé que eres así y me gusta.

Marina salió otro día de esa semana con las amigas, al siguiente no quiso salir para descansar y el viernes había quedado con Javier, esa semana desde que se separó de Oscar fue la primera que no cenaba ni se veía con Tony fuera del horario de trabajo. El viernes fue a casa de Javier para pasar el fin de semana como le pidió, se llevó una bolsa con alguna cosa para cambiarse. Tuvieron sexo antes de la cena en el salón, después de cenar y tomarse una copa en la cama, se ducharon y se durmieron, al despertar volvieron a liarse en otro polvo, Marina alucinaba con el sexo y lo bien que la trataba Javier.

Oscar quedó con Raquel para recogerla en su casa e ir juntos a la de Susy para cenar, fiesta y dormir, ella salió bastante puntual con una mochila en el hombro, él bajó del coche para abrirle el maletero.

OSCAR: ¿Te vas a la montaña con esa mochila?

RAQUEL: ¿Ya empiezas?, tú búscame que me vas a encontrar pronto.

Los dos rieron subiéndose al coche, llegaron a casa de sus amigos y les abrió Susy.

SUSY: Hola parejita…

OSCAR: ¿Eh?

RAQUEL: De eso nada monada, amigos y justito que es muy raro.

OSCAR: Pues si yo soy raro tú no sé lo que eres.

RAQUEL: Calla anda calla, toma la bolsa y déjala en la habitación.

Le colgó la mochila en el hombro y Oscar la miró de reojo, subió las escaleras y la dejó en la habitación, al bajar estaban los tres hablando, cuando le vieron se callaron.

OSCAR: ¿Pasa algo, qué os habéis callado de golpe?

GABY: Ven conmigo al sofá.

Oscar le siguió, mirando como Susy y Raquel se metían en la cocina, se sentaron y Gaby le miró a los ojos.

GABY: Estábamos hablando con Raquel, dice que te cuesta lanzarte, que eres muy tímido.

OSCAR: ¿Y porque no me lo ha dicho a mí primero?, ¿qué quiere?, porque yo no quiero ninguna relación seria, vernos me parece bien, pero nada de estar atados o pensar en llegar a vivir juntos.

GABY: Que no hombre, no es eso, te quiere ayudar como nosotros, es verdad que no estás tan mal como al principio pero te tienes que soltar más, estás demasiado encerrado en ti mismo, estoy seguro que si no fuera por ella estarías sin salir de tú apartamento para nada, no serías capaz de ir solo a tomar una copa por ahí.

OSCAR: Es que no me hace falta.

GABY: Ya, lo que necesitas es no salir de tú casa y pudrirte allí dentro, venga hombre, tienes que salir tío, conocer a otra gente, relacionarte, hacer amigos y amigas, soltarte sexualmente.

OSCAR: Eh, eh, que de mi sexualidad ya me cuido yo.

GABY: Pues estás apañado si te tienes que cuidar tú chaval. La semana que viene saldremos tú y yo.

En ese momento salían las chicas.

RAQUEL: Eso, sácalo de paseo a ver si se espabila.

OSCAR: Tú te callas.

SUSY: Tienen razón Oscar, no puedes seguir así.

OSCAR: Joder, todos contra mí, ¿pero como sigo yo?, dejarme tranquilo coño.

RAQUEL: Sí, de tranquilo lo eres un rato largo.

OSCAR: Y tú, si tienes alguna queja de mí te agradecería que me la dijeras personalmente cotilla.

RAQUEL: Cotilla yo, encima que te quiero ayudar.

OSCAR: Raquel no empecemos…

GABY: Ven, vamos a sacar la cena y deja de discutir.

Se levantaron pasando por el lado de ellas, se iban mirando a los ojos con Raquel cabreados.

RAQUEL: Inmaduro.

OSCAR: Cotilla.

RAQUEL: Una mierda para ti.

OSCAR: “Pa” tu boca.

Se metieron en la cocina, las chicas se sentaron en la mesa.

SUSY: ¿Cómo podéis discutir tanto?

RAQUEL: Porque me provoca.

Susy la miraba sonriendo a los ojos, Raquel levantó el dedo índice apuntándole a la cara.

RAQUEL: Tía, no te atrevas a decir lo que estás pensando.

SUSY: No pasa nada porque te enamores de él, es muy buena persona.

RAQUEL: Sabía que estabas pensando en eso, no Susy, no estoy enamorada, no quiero saber nada de relaciones con hombres, y menos con él, es, es, tan, tan…

SUSY: Ya, pues para no querer nada hay que ver las veces que salís juntos.

RAQUEL: Porque un revolcón no le viene mal a nadie, pero nada más.

Salían con los platos, Oscar le puso delante a Raquel el suyo.

RAQUEL: Gracias.

OSCAR: Te lo he traído con cariño eh, no le he metido el dedo dentro ni nada.

Raquel giraba la cabeza mirando para el techo y Susy se reía a carcajadas.

Marina estaba con Javier en el sofá, su cabeza descansaba en su hombro y él le pasaba el brazo por la espalda.

MARINA: Sabes que eres con el hombre que más he disfrutado sexualmente en mi vida.

JAVIER: ¿A sí?, pues no parece que seas una chica muy paradita.

MARINA: No sé, estoy mucho más activa desde que me separé, es como si quisiera recuperar tanto tiempo sin sexo, cuando era joven tampoco era muy pasional, yo misma me estoy extrañando de cómo me comporto.

JAVIER: Todos lo necesitamos, ¿y porque no hacer lo que te apetezca?, ¿Te gusta el sexo no?

MARINA: Contigo mucho.

JAVIER: Conmigo y con otros también, ¿no me vas a decir que soy el único?

MARINA: No claro, mis cosillas he tenido aparte de ti.

JAVIER: ¿Has hecho alguna vez un trío?

MARINA: ¿Qué?

JAVIER: Un trío, estar con dos hombres a la vez.

MARINA: ¿Qué dices hombre?

JAVIER: Entonces no estás tan activa, sigues haciendo lo mismo que toda la vida, antes tenías menos y ahora tienes más pero no has evolucionado nada. Sinceramente creo que es algo que todas las mujeres tendríais que probar, eso sí que es disfrutar del sexo.

Marina le miró y siguió con la cabeza apoyada en su hombro sin decir nada, le estaba hablando de algo que a ella le sonaba a chino, nunca se había planteado nada parecido.

Cenaron, tomaron unas copas y Susy puso música para bailar como la primera cena, se agarraron las dos parejas moviéndose por el salón, Oscar se apretaba a Raquel apoyando su cara en su pelo.

RAQUEL: Te acercas mucho.

OSCAR: Me gusta tenerte entre mis brazos.

RAQUEL: Es que me estás apretando las tetas en tú pecho.

OSCAR: Pues en algún momento te apretaré el chocho con mi polla tiesa.

RAQUEL: Que guarro eres, ¿tú crees que me tienes que hablar así?

OSCAR: ¿No me decís todos que me tengo que soltar?

RAQUEL: Una cosas es soltarte y otra ser un cerdo tío.

OSCAR: El cerdo lo voy a hacer cuando subamos a la habitación.

RAQUEL: ¿Te has hecho una paja antes?

OSCAR: Hoy dos.

RAQUEL: Cerdo.

La cogió de la mano, dijeron “buenas noches” y fueron subiendo las escaleras, Susy y Gaby reían. Llegaron a la habitación, Oscar la besó con pasión bajándole la cremallera del vestido, Raquel se dejaba hacer, le soltó el sujetador y le chupó y lamió las tetas, la llevó a la cama y la estiró, se desnudó él completamente, le agarró las bragas para quitárselas.

OSCAR: Ponértelas de este color lo haces expresamente para que no me suba la polla verdad.

RAQUEL: Son bonitas, ¿por qué no te gustan?

Oscar le pegó un tirón arrancándoselas, las partió por la mitad y las cogió con dos dedos dejándolas colgando.

OSCAR: Por este puto color, que feo es, no entiendo cómo te pueden gustar, cada vez que te pongas unas así conmigo te las romperé.

Raquel reía.

Se estiró a su lado, la besó, le lamió los pezones, se entretuvo en los pelitos bien cuidados del pubis y fue bajando lentamente metiéndole la lengua en la rajita buscándole el clítoris, Raquel abrió los ojos gimiendo, le fue trabajando el coño con la lengua sin prisas, la fue excitando, oía sus gemidos y observaba su cuerpo, cuando gemía fuerte y empezaba a mover las piernas del gusto que le daba Oscar pensó que ya la tenía a punto, se deslizó por el medio de sus piernas, le besó los labios y a la vez se orientó la polla para encontrar la vagina penetrándola lentamente hasta el fondo. Raquel gritó agarrándole el culo con las dos manos.

RAQUEL: Bien Oscar bien, dale que me tienes a punto.

Se empezó a mover, ella a gritar de placer, aumentaba la velocidad y la fuerza de las embestidas, ella gritaba más fuerte corriéndose, fue parando poco a poco mirándose a los ojos.

RAQUEL: Pero como coño lo has hecho, como puedes comportarte tan diferente de un día para otro.

OSCAR: Porque aunque no te lo creas yo pienso, le doy vueltas a lo que pasa en mi vida, y en estos días he pensado dos cosas. Una que tenía que tener un plan para follarte y que tú quedaras contenta, creo que esta la he conseguido.

RAQUEL: Y con nota, y la otra cosa.

OSCAR: Que tengo que olvidarme de mi vida pasada y empezar a vivir otra nueva.

Se miraron a los ojos un rato en silencio, Raquel le agarró la polla.

RAQUEL: ¿Cómo quieres hacerlo?, tú mandas.

OSCAR: Ponte a cuatro patas que te vas a enterar.

RAQUEL: ¡Eh!, tranquilito.

La agarró girándola, ella apoyó las rodillas en la cama riéndose, le colocó la polla en el coño y de un golpe seco se la metió de golpe hasta chocar contra su culo, ella pegó un grito girando la cabeza.

RAQUEL: Animal.

OSCAR: Así te voy a follar, como un animal, haber si se os quita la manía que me tengo que espabilar.

Siguió dándole golpes secos y duros, Raquel gritaba de gusto, él se excitaba pensando que no iba a aguantar una mierda con aquel ritmo, igual se había excedido haciéndose el chulito diciéndole que se iba a enterar, pero como ella ya se había corrido estaba tranquilo, el trabajo importante estaba hecho, ahora tenía que pensar en él, vio como ella se agarraba con fuerza a la cama temblándole las piernas, él notaba que le empezaba a venir el orgasmo y se iba a correr en nada.

RAQUEL: Un poco más que llego, sigue, sigue…

Oscar cerró los ojos intentando retrasar lo que sabía que iba a ser inevitable en poco tiempo, Raquel enlazó un grito con otro corriéndose dándole espasmos el cuerpo, se corrió con ella como un animal llenándole el coño de leche saliéndole por los lados resbalando por una pierna, se separó corriendo para ir a buscar una toalla y limpiarla.

RAQUEL: No me has dicho que te habías masturbado, ¿cómo puedes haber sacado tanto?

OSCAR: Porque tengo una fábrica que trabaja a muy buen ritmo, no, es broma, porque no era verdad lo de las pajas.

RAQUEL: Ahora sí que no te entiendo, que cambio tío.

OSCAR: Porque pienso, con esta cabecita.

Raquel le agarró una mano tirándolo en la cama a su lado.

RAQUEL: Ven conmigo anda.

Se pusieron de lado y se besaron.

RAQUEL: ¿Dormimos?

OSCAR: Sí, pero tira esas bragas por favor o te las romperé todas.

Gaby y Susy entraban en su habitación por la puerta de la terraza.

SUSY: Pues Oscarito no folla mal.

GABY: Le ha pegado un buen polvo a Raquelita.

SUSY: Espero que tú estés ahora a la altura, me han puesto cachonda esos dos follando.