Camino sin retorno

Como comencé una relación que iba a modificar mis gustos de por vida.

Acepté encantada la invitación, hacía tiempo que Mauricio se había convertido en mi mejor alternativa. A Mauricio lo conocí hace poco menos de dos meses en un boliche, es un morocho de 32 años con un muy buen cuerpo, además de ser una personalidad muy agradable. Desde que nos conocimos mantuvimos una relación sin compromiso.

Al llegar me encontré que no estaba solo, junto a él estaba una chica hermosa que no llegaba a los 27 años. Tenía puesto un solero que marcaba muy bien sus pechos sin corpiño y un pantalón semi-transparente a través del que se translucía una diminuta bombacha blanca.

Mauricio me presentó a Verónica y nos sentamos en el living. Tuvimos una charla muy agradable mientras tomábamos unos tragos, luego comimos y terminamos con un café con coñac riquísimo.

Comencé a pensar que era hora de irme; en realidad si bien todo venía bien no entendía ¿qué hacía yo ahí? o mejor dicho ¿qué hacía ella ahí? Seguía en mis pensamientos, mientras manteníamos la charla y de repente Mauricio que estaba sentado en el sofá junto a Verónica se inclinó hacia delante me miró y comenzó a decir:

¿Te preguntarás que hacemos acá? Con Vero nos conocemos desde hace tres años y desde el principio nos dimos cuentas de que nuestros gustos eran distintos pero complementario.

La verdad es que en ese momento no entendía que hablaba y más que nunca deseaba haberme ido o jamás llegado y continuo Mauricio

Vero es mi esclava y yo soy su amo, yo mando y ella me obedece. Es una esclava sumisa que es capaz de hacer todo lo que le pido.

Se reclinó hacia atrás en el sofá e hizo una seña con las manos, inmediatamente Verónica se agacho sobre su cintura bajó el cierre sacó el pene y comenzó a chuparlo, ella se acomodó de tal manera que podía ver perfectamente como lo puso en la boca y bajaba y subía. En cuanto comencé a ver todo lo que sucedía decidí irme.

Sentate – la voz de Mauricio fue autoritaria, pero no fuerte – Hemos hablado muchas veces del tema y se que te gusta lo que estás viendo así escuchame.

Para ser sincera me cautivaba la escena, el empeño con que Verónica seguía afanosamente atendiendo a su Amo y Mauricio retomó la conversación:

Hace mucho que estamos buscando un nuevo participante para nuestros juegos y se que sos la persona ideal. Tu serías mi esclava, pero tendrías un rango superior al de Verónica, a quien le gusta ser totalmente sumisa y servicial, es decir que en mi ausencia mandás.

Hubo una pequeña pausa, en la que suavemente tomó a Verónica por los hombros la sacó de su trabajo y con un pequeño movimiento sacó uno de sus pechos que comenzó a masajearlo, ella mientras tanto tomó el pene y lo masajeaba suavemente.

En realidad lo nuestro es un juego, ni ella es una esclava ni yo un amo, solo jugamos a que lo somos y este juego ha de continuar mientras nos divierta y nos satisfaga.

Desde hace tiempo que venimos pensando en involucrar a una persona –comentó Verónica que para ese momento ya tenía los pezones duros y Mauricio comenzó a chuparlos- al principio no sabíamos que buscábamos si hombre, mujer, pareja y hasta llegamos a pensar en travestis. Como ves somos muy amplios, así que para encontrar a la persona adecuada ambos nos dedicamos a conocer nuevas personas y es así que estas hoy acá.

Podés irte cuando quieras – dijo Mauricio, que había vuelto a poner a Verónica a chupar - pero sinceramente nos gustarías que te quedes.

Ellos siguieron en lo suyo y me encantaba seguir observándolo. La verdad que la invitación era más que tentadora siempre tuve fantasías sobre juegos de dominación, pero no estaba acostumbrada a todo esto y de repente escuche

Sacate toda la ropa, excepto la bombacha y vení a ayudar a Verónica – dijo Mauricio en ese tono autoritario.

Debía tomar una decisión rápida y la verdad es que tenía ganas y miedo, miedo a lo desconocido pero anhelado; decidí hacer lo que mi Amo decía. Me saqué rápidamente la ropa excepto la bombacha como me indicó me arrodillé y Verónica me cedió su lugar.

Como en otras ocasiones comencé a chuparsela mientras con la mano en la base la masturbaba. Verónica me dijo que al Amo no le gustaba que lo toquen con la mano, acepté su indicación y ella rápidamente terminó de sacarse la blusa y el pantalón y fue a ofrecerle sus hermosos pechos. El Amo la beso mientras amasaba los pechos con las manos y luego empezó a chuparle los pechos.

Instintivamente comencé a masturbarme, estaba totalmente excitada. Inmediatamente escuche

Sacá la mano ahí, no te he permitido masturbarte – obedecí y seguí chupando como se me había ordenado – De ahora en más yo te digo que hacer y como hacerlo vos no tenés voluntad.

Si mi Amo

Veo que estás muy caliente, sacate la bombacha y sentate en el sofá.

Obedecía todo, estaba muy caliente y para mí ya no sólo un juego, luego le pidió a Verónica que venga con migo. Se sentó junto a mí y comenzó a tocar mis pechos, comencé a suspirar, poco a poco acercó su cabeza a ellos y los chupo yo le acaricie la espalda y busque también sus pechos y otra vez fui reprendida por no hacer caso a mi Amo.

Verónica siguió en mis pechos yo no podía más no podía ni tocarla ni tocarme me sentía totalmente excitada necesitaba más. De pronto encuentro la pija de mi Amo cerca de mi boca y sin tocarla con mis manos comencé a chuparla salvajemente

Hoy voy a ser bueno con vos – me dijo – Verónica dale lo que quiere pero si en algún momento dejas de chupar lo vas a lamentar.

Verónica bajó su mano y tocó los contornos de mis piernas, solo con eso casi acabo. Luego metió su lengua en mi vagina e inmediatamente acabé. Empecé a jadear, por el hermoso orgasmo tenía y me olvidé de mi labor. En el medio de mi orgasmo sentí que me agarraron de los pelos y me hicieron seguir chupando como me habían ordenado, no se que pasó con migo pero la cuestión es que esto me dio más excitación.

Unos segundos después seguía excitada me soltó e inmediatamente la agarro a Verónica que en perrito le empezó a dar desde atrás. Mientras me ordenaron que le chupe las tetas cosa que hice con mucho gusto.

¿Puedo acabar mi Señor? – preguntó Verónica jadeando

No aún. Vení y mirá como me atiende una buena esclava.

La solté me erguí y miré como sacó la pija y comenzó lentamente a meterla por el culo. Verónica comenzó a gemir al principio me pareció que por el dolor, luego por el placer, mi Amo me ordenaron que le meta la mano en la conche y lo masturbe la pija que estaba en el culo de Verónica

Nunca se me ocurrió que fuera posible; pero cuando encontré la posición fue maravilloso, comencé a notar los espasmos del pene al acabar y la contracción de los músculos vaginales de Verónica al acabar. Fue algo muy intenso y hermoso.

Cuando nos recuperamos todo volvió a la normalidad, el juego había terminado. Fue entonces cuando me enteré que Verónica y Mauricio son pareja, y quedé con ellos que los encuentros seguirían.

Obviamente seguiré este relato de cómo cambio mi sexualidad que nunca volvio a ser la misma.