Camino de la bisexualidad (Parte 2)
Vuelvo al baño del día anterior en busca de encontrar la polla que me había tenido toda la noche a 100
Hoy he vuelto al mismo centro comercial donde ayer me ocurrió el encuentro con el chaval que se me insinuó y mis nervios no me dejaron llegar más allá de llevarme un calentón a casa y mucha rabia.
He entrado al mismo baño como 7 o 8 veces buscando nervioso a ver si veía otra vez al chico de la gran polla que no me podía quitar de la cabeza, pero nada de nada, ni encontraba al chico ni a ningún otro que fuera del mismo rollito.
Ya por la tarde a punto de irme para el parking a coger el coche, he entrado por última vez al baño ya sin ninguna esperanza y porque esta vez si que necesitaba orinar. Al entrar el corazón me ha dado un vuelco, allí estaba el chico joven de ayer lavándose las manos en una de las pilas!!!!! No había duda, era el, ya que aunque el día anterior solo pude fijarme en su apetecible falo, hubo un detalle que si que se me quedo, que era una mochila que llevaba con estampado de leopardo y negra que llamaba bastante la atención. Hoy me he fijado más en el, mientras se lavaba las manos. Es un chico alto, delgado, moreno de piel y cabello corto y negro. De la cara lo poco que se puede ver con las dichosas mascarillas, ojos oscuros y un pendiente en forma de cruz en una de sus orejas. Podría decir que me ha parecido pinta de chulito. El me ha visto y se ha quedado mirándome. Yo me he dirigido a unos de los urinarios, me he sacado la polla y he empezado a orinar. El chico se ha puesto en el urinario de al lado y ha sacado su polla. Yo estaba a punto de salirme el corazón por la boca y con muchos nervios. Creo que no había nadie más alrededor. El chico me deja ver bien su polla que ya estaba empezando a masturbarla. Esa polla ha empezado a crecer y crecer. La he podido admirar mucho más que ayer, bastante larga y gruesa, sobre todo más en la base, y un capullo grande y hinchado que entraba y salía de su piel. El chico se estaba pajeando cada vez más fuerte y mirándome. Yo como un pasmarote apenas podía reaccionar, solo tenía ojos para ese espectáculo. De tanto nervios ni se me ha puesto la polla dura. He decidido actuar, no quería perder otra vez la oportunidad, me he guardado mi polla y sin dejar de mirar al chico he pasado por detrás de el, tocando con mi mano su peculiar mochila y me he metido en la primera cabina libre y he dejado la puerta medio abierta. Ahí estaba yo, con ganas de comerme y tocar esa polla y al mismo tiempo con miedo de no saber donde me estaba metiendo con un desconocido. Han pasado unos minutos, mi respiración cada vez más acelerada y el chico no aparecía. Me he asomado, no había nadie más, solo el que seguía masturbándo su enorme polla cara al urinario. Le he mirado y le he señalado con la cabeza que se viniera a la cabina. El chico me ha mirado sin dejar de masturbarse, ha mirado hacia el otro lado y ha vuelto a girar la cabeza para decirme que no con ella.
No entiendo nada, ayer se me insinúa y se mete el en la cabina, hoy se masturba delante de mi y yo me armó de valor para poder culminar el encuentro y me dice que no.
En ese momento ha entrado otro chaval, también muy joven, rubio con el pelo largo, parecía extranjero. Se ha colocado en el tercer urinario y se ha percatado de la polla dura del chico. Se ha quedado mirando fijamente a la polla, con lo que el ha continuando con su juego. Yo ya no sabía que hacer, y me he vuelto a poner el mi urinario, me he sacado la polla que ahora ya si que la tenía dura como una piedra. Ahí estábamos los tres, masturbándose nuestras pollas y sobretodo el chaval rubito y yo, admirando la gran polla del moreno, que seguía con su ritual de masturbación.
Yo ya no podía más con la situación y he comenzado a correrme en el urinario y acto seguido la gran polla del chico ha comenzado a correrse también. Siete u ocho trallazos de espesa leche han salido disparados y con ellos se ha ido mi esperanza de probar esa rica polla y su leche. He guardado mi polla y he mirado al chico que en ese momento estaba mirando al chaval rubito. He salido pitando del baño y me he dirigido a mi coche. Ya sentado en el, me he podido calmar y pensar en lo ocurrido.
No se si el chico simplemente quería jugar a masturbarse delante de mi y yo malinterprete lo del día anterior o si no era su tipo o que diablos había pasado, pero me daba mucha rabia que con lo que me ha costado coger hoy la iniciativa me he quedado con las ganas.
Por lo menos he tenido mi primera experiencia cruising en un baño público y he disfrutado de ver esa polla masturbándose hasta correrse.
Seguiremos buscando el momento o la manera de comprobar de una vez mi bisexualidad.