Camino de Carretera con Yeli A pasar de la cuarent

La veo salir con unos jeans muy pegados, zapatos bajos, una blusa negra escotada, donde podía apreciar el color rosado de su brassier, ella traía el cabello suelto de su color castaño, su piel blanca y poco maquillaje, me encanto el contonear de sus caderas.

Camino de Carretera con Yeli

A pasar de la cuarenta, la oficina tiene que moverse; el jefe del bufete me consigno para hacer un viaje al norte, una ciudad serrana que está a más de 6 horas de Ciudad Central; tome mi móvil y le marque a la Licenciado Yeli, invitándola al viaje, a lo que acepto, quedando de acuerdo que nos veríamos a las 5am, pasaría a fuera de su casa.

Al siguiente día, en espera Yeli, a fuera de casa; la veo salir con unos jeans muy pegados, zapatos bajos, una blusa negra escotada, donde podía apreciar el color rosado de su brassier, ella traía el cabello suelto de su color castaño, su piel blanca y poco maquillaje, me encanto el contonear de sus caderas. Nos saludamos con un beso normal, bueno ni tan normal, fue cerca de los labios.

Tomamos camino por carretera federal, no pasaba el camino de un chascarrillo, o de tomarle la pierna en el cambio de velocidad, hasta llegar a nuestro destino; todo normal en la ida. Nos reunimos a medio día en la oficina cliente.

De regreso empezamos a jugar, ya en autopista le digo:

Guido: deberías de aprovechar que traemos quema cocos y asomarte por arriba mientras manejo.

Yeli: Si, como en las películas gringas.

Acto seguido, abro el quema cocos, en seguido ella, se levanta y sale por ella, gritando bien emocionada. Se baja de golpe bien emocionada.

Y: que padre, se siente el aire en contra de ti.

G: Deberías de quitarte la blusa y el brassier, para estar totalmente libre. Como hacen en las películas.

Me sorprendió, lo rápido que me tomo la palabra, se quitó rápido la blusa y el brassier rosa, pode ver sus deliciosos senos y sus pezoncitos rosados libres; muy emocionada se bajó.

Y: no maches Guido, estamos bien locos.

G: algo, pero no te pongas la blusa, me gusta verte así.

Me ahorrillo en el carril de acotamiento, y nos dimos unos besos pasionales y salvajes; masajeaba sus pechos, y como podía se los mordía, era una batalla campal entre el haciendo del conductor y copiloto.

Busca una camino solitario, nos pasamos al asiento de atrás; se quitó los jeans, y traía una tanguita rosada en conjunto de su brassier; la recargue sobre el sillón trasero, su culito parado, sus jeans a ras de carretera y yo apoyado en el marco de la puerta, comencé a cogérmela rico; el bombeo en su colita y sus gemidos eran deliciosos; sentía como sus nalguitas pegaban con mis huevos, ella solamente me pedía más y más duro.

Su orgasmo fue riquísimo, mas ella quería, el mio fue delicioso, ya que acerco sus labios a mi verga y lo empezó a mamar riquísimo, veía su carita inocente y más que me decía:

Y: Quiero mi lechita, papi; para irme  a dormir.

Me vine en su boquita, con una mirada de satisfacción e inocencia.

Y: Que rico estuvo.

Todo el camino, nos fuimos fajando, yo iba en boxers, mientras ella en tanguita y brassier, todo el camino la iba manoseándola, me encantaba masturbarla.

Antes de llegar a Cuidad Central, nos vestimos; y antes de llegar a su casa, me dio otra mamada de ensueño, diciéndome:

Y: Quiero otro viaje como este mi Lic.