Camino

Recuerdos de juventud

Esta es una historia antigua, ocurrida hace bastantes años. Por aquello tiempos empezaban a visualizarse los primeros travestis y transexuales. Algunos tenían algún pequeño comercio de ropa, peluquería,  pero inmensa mayoría solo tenían como salida la prostitución.

Yo por aquella época trabajaba en un real-estate agency que también se dedicaba a la construcción. Un día se presentaron un par de travestis buscando un local para la instancian de un pub. Tras ver varios se decidieron por uno que era propiedad de mi jefe. Se les alquilo, no sin discusión por los posibles impagos, pero se hizo la operación.

Cuando el pub estaba listo nos invitaron a la inauguración y debo confesar que con cierta prevención fuimos algunos compañeros, los que teníamos veintitantos años. Fue una fiesta realmente agradable y lo pasamos muy bien.

El jefe nos encargo a un compañero y a mí que todos los meses fuéramos a cobrar la renta. Se hacía en efectivo, en billetes, nada de bancos ni trasferencias. Fuimos cogiendo confianza con las inquilinas, Yessi y Carmela y con algunos de los clientes/as habituales del local, casi todos eran del mundo transexual, de vez en cuando aparecía algún gay y esporádicamente algún heterosexual.

Después de casi un año comenzamos a ir los viernes por la noche. Nos quedábamos hasta la hora de cierre y casi siempre nos íbamos con las inquilinas y dos o tres amigas mas a un sitio que está abierto a esas altas horas de la madrugada a cenar pollo al ajillo o chuletitas de cordero y lo que se terciara.

Me gustaban mucho esas noches, empecé a ir un viernes si otro no. Me divertía mucho, hice amistades y debo decir que jamás me sentí molestado ni siquiera por  una insinuación de tipo sexual. Bueno alguna broma sí, pero solo era eso una broma. Era conocida mi condición de heterosexual y amigo de las dueñas de local. Al final casi todos los viernes iba a tomar algo al local.

En la segunda primavera del pub empezó a ir una transexual nueva. Era bástate joven, de cuerpo menudo y con unos bonitos pechos adecuados a su constitución. Fue Carmela la que me la presento de forma oficial, se llamaba Camino y se dedicaba a la prostitución.

Tenía un trato agradable, nos saludábamos, hablábamos un poco y luego cada unos a lo suyo. Le sorprendí varias veces mirándome cuando yo estaba distraído pero ni hizo ni dijo nada para intentar algo más.

En aquel periodo no había problemas con el tabaco en lugares cerrados y como los sistemas de extracción no eran muy avanzados el local se solía llenar de humo. Cuando estaba muy cargado me salía un rato a la puerta para respirar un poco y fumar un cigarrillo tranquilamente. Camino comenzó también a salir cuando yo salía, no en todas las ocasiones. Hablábamos de cosas intrascendentes y otra vez para adentro.

Yo estaba con la mosca detrás de la oreja, no porque Camino quisiera algo conmigo, si no porque no me decía nada, solo miradas y salir a la puerta.

Una noche me decidí y cuando me persiguió a la calle, le agarre de la mano y la lleve hacia el portal de la finca. La bese en la boca, al principio no respondió al beso pero con mi insistencia fue abriendo los labios y nuestras lenguas se enroscaron. Fueron cuatro o cinco besos y mis manos en sus pechos, suaves y duros, supongo que por la silicona, pero no me importaba.

Como tenía las llaves del portal y de otras dependencias de la casa, nos metimos dentro ya que era mucho más discreto que la calle. Allí seguimos con los besos y los toqueteos. Tenía la polla dura, muy dura.

Abrí el cuarto donde se guardaban los útiles de limpieza, cerrando la puerta. Lo primero que hice fue bajarle los pantalones y las braguitas de encaje que llevaba. Seguí tocándola por todos los sitios que podía pero me cuide de tocarle el pene.

La incline hacia delante, separe sus nalgas y comencé a penetrarla. Su ano estaba abierto, dada su profesión no era de extrañar. Fue un polvo rápido, violento, le pellizcaba los pezones con rabia, no sabía el motivo, bueno luego me di cuenta. Estaba follando con un tío con tetas, quizás suene fuerte pero en aquellos momentos era como se hablaba.

Me corrí dentro de culo. Camino salió del cuarto inmediatamente, ni siquiera se vistió y creo que iba llorando. Yo me quede un rato, más que nada para que nos vieran entrar juntos por si pensaban que había ocurrido algo.

Volví al local, me puse en mi sitio habitual de la barra a tomarme una copa. En una mesa de un rincón vi a Camino. Su cara mostraba tristeza y yo comencé a sentirme mal. Me dio la sensación de que la había violado. Al cabo de un rato decidí irme. No tenía ganas de más fiesta por esa noche.

Cuando estaba llegando a la puerta, me gire y fui a la mesa donde estaba la chica.

-Mañana a las 10 te espero en la puerta de “La gata Margarita”

-¿Es una cita o me vas follar como hoy? –me pregunto-

-¿Cuál es la diferencia?

-Soy una puta, la cita es gratis, pero lo otro son 5.000 ptas.

Sus palabras me hirieron pero lo tenía merecido.

-Es una cita –respondí con sequedad-

Poco después de las diez de la noche la vi llegar a la puerta del restaurante. Se había vestido y arreglado como nunca le había visto. Es una autentica mujer, pensé.

Nos saludamos fríamente y pasamos. Cenamos prácticamente en silencio, solo algún comentario sobre la comida y poco más.

Yo esta incomodo pero no quería irme. De Camino no supe que pensar pero me pareció que tampoco estaba muy cómoda. Nos sirvieron los postres.

-Camino –le dije en voz baja, porque no me salía mas fuerte- quiero pedirte disculpas por lo de anoche.

Fue a replicar pero le pedí silencio.

-No sé que me paso pero me quedo la sensación de que te viole, te repito mis disculpas.

Permaneció en silencio unos segundos que se hicieron eternos.

-No tengo nada que perdonarte –contesto- sucedió lo que yo quería que pasara desde hace tiempo, pero me hubiera gustado que hubiese sido de otra forma.

-De verdad no sé que me paso.

-Yo creo que lo sabes pero no quieres reconocerlo. ¿Quieres que te lo diga yo?

-Vale, dilo, a ver si me aclaro –repuse-

-Tenías ganas de algo, pero estabas tan excitado que no pudiste controlarte y te distes cuenta que ibas a follar a un travesti, a una tía con polla.

Le agarre una mano.

-No lo sé, pero tal vez tengas razón. A pesar del tiempo que voy al club no entraba en mi cabeza nada parecido.

-Lo sé, fue lo primero que avisaron las chicas.

-¿Cómo? –pregunte-

-Que eras un amigo, un amigo de verdad, que no buscabas ni querías sexo. No me lo creí, la verdad.

Me quede callado y ella prosigo.

-Las pocas veces que hablamos y viendo como actuabas comprendí que era cierto. Eso hizo que me interesara por ti. Eras el primer tío que no me la quería meter y eso me gusto y así fue como me fui interesando pero sabía que eras fruta prohibida salvo que dieras el primer paso.

-Ya, pero no cejaste en tu silenciosa, digamos,  “caza”

-La esperanza es lo último que se pierde.

Nos reímos de esa frase hecha.

-¿De verdad no estás enfadada?

--No, no te preocupes, no es lo peor que me ha pasado.

Salimos del restaurante. La invite a tomar una copa pero la lleve a un sitio fuera del ambiente. Preguntó pero no se lo dije cuando vio que cogíamos el coche.

Era un disco-pub donde podías tomar una copa y si querías bailar en una pequeña pista de baile. El camarero me saludo ya que era habitual del lugar y seguramente me encontraría con algún amigo o conocido, no sé si me importaba, pero sentía que se lo debía a Camino.

Pedimos unas copas y hablamos de muchas cosas. En un momento dado se quedo mirando a la gente que estaba en la pista.

-¿Bailamos? -le pregunte-

No espere a que contestara, la cogí de la mano y la lleve a la pista. Era música disco, no me hacía mucha gracia pero era lo que había. Cuando nos cansamos volvimos a la mesa y seguimos hablando. Al rato cambio la música, pusieron algo mucho más lento y las parejas se pusieron a bailar.

Camino me agarro de la mano.

-Vamos a basilar.

A pesar del tiempo trascurrido no sé si fue una pregunta, una afirmación o una invitación. Camino lo hacía bastante bien y aunque no corría el aire entre nosotros tampoco estábamos muy apretados.

Mi verga se puso tonta, comencé a tener una erección por lo que me separe de ella.

-Lo siento –musite-

Su respuesta fue apretarse a tope contra mí y me miro a los ojos.

-Me encanta sentirla así y mas sabiendo que yo soy la culpable.

-Eres una p…… -y calle-

-Soy una prostituta y en la cama con el hombre que yo quiero soy una puta., puedes decirlo.

-La verdad es que no puedo decirlo, no lo se.

Y nos echamos a reír.

Sin darnos cuenta llego la hora de cierre del local. Salimos a la calle.

-Te llevo a casa, Camino.

-Perfecto, no me apetecía nada buscar un taxi –dijo, dibujando una sonrisa sexi en su boca-

Cuando llegamos a su portal pare el coche.

-Por qué no estacionas y subes, es muy tarde y estamos un poco “alegres” no deberías conducir yendo solo.

-Caminooo –dije yo-

-Venga vamos, pero te aviso que solo tengo una cama o duermes conmigo o en el sofá.

-Elijo el sofá.

Ya en la casa y preparados para dormir, Camino con un bonito y corto camisón y yo en slip.

-No seas tonto, ven a la cama, si no te dolerá todo el cuerpo.

Me cogió de la mano y me llevo a su dormitorio, yo me deje llevar.

Nos acostamos, espalda contra espalda y Camino apago la luz.

-Te importaría que te abrazara, me encanta dormir así y nunca puedo hacerlo –dijo al poco-

-Puedes hacer lo que quieras, es tu cama –y me reí-

Se giro, me abrazo, puede sentir sus pechos contra mi espalda, medio un beso en el hombro y así nos quedamos dormidos.

Cuando me desperté estaba solo en la cama. Oí ruidos, Salí del cuarto y Camino estaba terminando de preparar el desayuno.

Cuando terminamos la ayude a recoger.

-Voy a ducharme –me dijo- luego si quieres lo haces tú.

Se metió en la ducha, oía el agua cayendo. Empecé a pensar en que no la había visto desnuda, eso me puso a tono y decidí forzar la situación. Fui al baño, llame en la puerta pero no me contesto. La entre abrí un poco.

-Camino, Camino –grite-

-¿Qué pasa?

-Te importa que use el baño, no me aguanto.

-Pasa –contesto-

Vi sus formas trasparentadas en las cortinas de baño. Hice el pis y por el espejo vi un poco de su cuerpo.

-Ya esta, salgo –le dije-

-Espera, ¿te importaría frotarme la espalda? Es que no llego.

No dije nada, ¿Era una invitación? O simplemente era lo decía.

Me ti la mano entre las cortinas y le pedí la esponja.

-No seas tonto, corre las cortinas y hazlo bien.

Allí estaba yo con una esponja en la mano y con una travesti de espaldas. Pensé que vista así era una autentica mujer. Le frote la espalda. Luego mi mano fue yendo cada vez más hacia adelante hasta que llegue a sus senos.

Lentamente se giró. Quede impactado, era la primera vez que veía a una travesti así, desnuda ante mí, con su preciosos senos apuntándome y entre sus piernas la única cosa que tenia de hombre.

-¿Entras y nos duchamos juntos? –dijo con la mejor se sus sonrisas-

No lo pensé, me quite el slip y entre en la bañera. Sentí el agua correr por mi cuerpo y a ella frotándome con la esponja. Mi polla se puso dura, muy dura. La bese en la boca, respondió desde el primer momento mientras seguía frotando mi espalda. Le quite la esponja y le frote su pene y testiculos. Entre beso y beso oí que me daba las gracias. Llevo su mano a mi verga y comenzó a masturbarme.

De repente se giro y me ofreció su culo.

-Hazlo –me dijo-

La fui penetrando lentamente, disfrutando del hecho de metérsela. Cuando ya estaba totalmente dentro de ella comencé con el bombeo y Camino a suspirar. De vez en cuando pasaba mi mano por su pene. Note que se le iba poniendo duro pero no la masturbe. Esta vez si fue un polvo de verdad, no lo de la otra noche. Me vacié dentro de ella. Camino se incorporo un poco y giro la cabeza, nuestras bocas se fundieron en un largo beso.

Nos secamos y fuimos al dormitorio ya que estaba la ropa. Mientras que nos vestíamos me dijo.

-Hoy si lo he disfrutado y tu también.

-No lo dudes –conteste- Ha estado muy bien, pero tú no has llegado.

-Bueno es que somos diferentes pero tenemos una cosa en común y si no se estimula es difícil correrse, pero lo he pasado muy bien para ser sexo.

-¿Cómo dices?

-Que el sexo ha estados genial pero aun no hemos hecho el amor.

-No sé a qué te refieres –mentí, lo sabía pero no sé si estaba preparado-

Me acerque a ella por la espalda y comencé a besarle el cuello y la oreja. Lentamente se fue girando hasta que nuestras bocas se juntaron otra vez. Fuimos hacia la cama y me empujo.

-Ahora vas a ver como folla una mujer.

Se subió encima de mí. Recorrió mi cuerpo con la punta de su lengua. Fue super excitante, nunca me habían hecho “eso” o como se decía en la época un pijama de saliva. Veía como sus pechos se movían cada vez que ella cambiaba de posición. Se los tocaba siempre que podía  así como su culo. Me di cuenta que su pene fue creciendo, no era muy grande yo diría que estaba en la media. No se lo toque.

Mi verga parecía que iba a estallar. Camino siguió un buen rato con lo que estaba haciendo. Luego se puso en cuchillas encima de mi. Agarro mi polla y se fue penetrando lentamente. Cuando ya estaba toda dentro comenzó a moverse, yo le intente acompañarla en los movimientos pero me dijo que me estuviera quieto. Luego apoyo las rodillas en la cama y su culo cayó sobre mis caderas. Sentí como mi verga se clavaba bien a fondo. Camino subía y bajaba con toda facilidad, sus pechos se bamboleaban cuando no los tenía apresados por mis manos. Observe su polla dura y como se masturbaba.

Me llevo casi al punto sin retorno. Entonces paro. Se tumbo en la cama. Alzo las piernas.

-Métemela como haces con las tías.

Lo hice, estaba como loco, entraba y salía como nunca lo había hecho. Su polla chocaba contra mi vientre cosa que impedía que ella se masturbara adecuadamente. Trate de la ladearme para que pudiera hacerlo mejor.

Tarde poco en volver a correrme en su culo. Bufe como un animal y caí sobre Camino sintiendo su polla contra mi cuerpo, no me desagrado la sensación. Cuando me recupere me hice a un lado y comencé a besarla al mismo tiempo que le masturbaba hasta que también ella se corrió.

Nos dimos unos cuantos besos y ella me dio las gracias.

-¿Por qué? –le pregunte-

-Por pajearme, lo deseaba, me hacía ilusión –contesto-

-Haberlo dicho.

-No estaba segura de que lo hicieras y además podías molestarte. Tenía que salir de ti.

La bese de nuevo.

Han pasado muchos años, demasiados, de esta historia. Creo que nunca me enamore de Camino, aunque ella si parecía que lo estaba. Fuimos amantes una larga temporada. Fue una invitada muy especial en mi boda, se hizo amiga de mi esposa con la que mantiene una buena amistad y a pesar de tener ya el pelo blanco de vez en cuando Camino y yo nos encamamos y recordamos nuestros tiempos de juventud.

Me decidí a escribir esta historia por que el otro día mi mujer me dijo que sabía lo nuestro y que le ponía los “cuernos” con ella desde el principio. Que se cabreo mucho cuando Camino se lo conto pero que entendió que yo no le dijera nada ya que no estaba bien visto tener si quiera una amiga travesti, eran como apestados. Por fortuna las cosas han cambiado mucho y creo que para mejor. Que pensara en la suerte que tenia por tener dos mujeres que me querían a esta altura de mi vida.